"Al oeste del río Moldava se extiende el barrio de Hradčany o barrio
del Castillo de Praga, donde se encuentran varios de los principales
lugares de interés de Praga, como el propio complejo del castillo o la
Catedral de San Vito.
Hradčany fue villa real y un distrito independiente hasta que a mediados del XVIII se unió a Malá Strana, Nové Město y Staré Město para dar origen a la ciudad de Praga.
Este castillo está considerado la mayor fortaleza en su estilo del
mundo, y es el mejor testigo del pasado histórico de la ciudad como centro administrativo, cultural y religioso de la región de Bohemia.
No se trata de un castillo que se corresponda con la imagen que tenemos
habitualmente de este tipo de construcciones, sino de un impresionante conjunto arquitectónico compuesto por varios palacios y numerosos edificios administrativos y religiosos distribuidos a lo largo de varias calles.
El Castillo de Praga fue fundado por el príncipe Bořivoj en el siglo IX;
tras esta primitiva construcción de madera llegó otra de piedra gracias
al monarca Soběslav I, que se convertiría en siglos posteriores en
residencia de los reyes de Bohemia y a cuyo alrededor se fue levantando
lo que se conocería como Hradcany
o barrio del castillo, pues en torno a sus murallas fueron adosándose
las humildes viviendas de los sirvientes y trabajadores de la corte, así
como las de los artesanos que trabajaban al servicio de la familia real.
Este pequeño núcleo formado alrededor del castillo sería el germen de
la ciudad de Praga, cuya historia comienza con él. Su situación no es
casual, pues al estar junto al río Moldava gozaba de una posición estratégica a nivel defensivo y de abastecimiento.
Con el paso del tiempo, las grandes familias aristocráticas
de la zona también trasladaron su residencia a los alrededores del
castillo, por lo que hoy podemos apreciar en torno a él suntuosos
palacios y casas señoriales.
- La imponente Catedral de San Vito: es el edificio religioso más importante de la República Checa, y una de las catedrales más imponentes de toda Europa. Un magnífico ejemplo de arquitectura gótica que durante sus más de siete siglos de vida ha destacado sobre el perfil de Praga, acogiendo las coronaciones, bodas y entierros de los reyes y emperadores bohemios.
- El famoso Callejón del Oro, que con sus casitas de colores constituye una de las estampas más pintorescas de Praga: El Callejón del Oro de Praga (Zlatá ulička)
es uno de esos rincones imperdibles en la ciudad. Esta pequeña calle
con apenas una docena casitas de colores se encuentra dentro del
complejo del Castillo de Praga, junto a la muralla.Este conjunto de casas de estilo manierista fue
ordenado construir en el siglo XVI por el emperador Rodolfo II, para dar
cobijo a los guardias reales y a sus familias, tras la destrucción por
un incendio de los viejos barracones de madera que los albergaban.
Aunque no está comprobado y parece más bien una leyenda popular, se cuenta que en estas casas habitaban los alquimistas de la corte de Rodolfo II. Los praguenses han alimentado este mito a lo largo de los siglos, bautizando esta pintoresca calle con el nombre con que la conocemos hoy.
La realidad es que con el paso del tiempo, estas coloridas casas, que parecen el decorado de un cuento infantil, fueron ocupadas por pequeños artesanos locales y, sobre todo, por orfebres, hasta que en el siglo XIX fueron definitivamente abandonadas.
Su restauración y apertura al público tendría que esperar hasta mediados del siglo XX, varios años después del fin de la ocupación nazi de Praga. Durante algo más de un año (entre 1916 y 1917), el famoso escritor Franz Kafka ocupó, junto a su hermana, el número 22 de esta calle. Fue poco tiempo pero el suficiente para que su antigua casa se haya convertido en uno de los principales reclamos del Callejón del Oro.
Entre los años 2010 y 2011 el Callejón del Oro fue sometido a un gran proceso de restauración. Hoy podemos ver en el interior de varias de las casas una exposición que recrea la historia de algunos de sus vecinos.
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