Burgos compite en la categoría Aire, frente a un proyecto alemán de aprovechamiento de la energía eólica para la propulsión de barcos y una empresa textil de Sri Lanka que ha reducido al máximo sus emisiones contaminantes y su consumo de energía mediante la aplicación de todo tipo de medidas de ahorro limpias.
La baza burgalesa, impulsada por el Ayuntamiento, es el conjunto de medidas puesto en práctica a lo largo de los últimos años durante la aplicación del programa Civitas. En él se incluye el sistema de préstamo de bicicletas, la renovación de la flota de autobuses o la incorporación del biodiésel y el control de accesos al casco histórico mediante bolardos.
Sea cual sea el color de la medalla (oro, plata o bronce) que consiga la capital burgalesa, sus esfuerzos ya han sido premiados con la concesión del premio Energy Globe en la categoría nacional. El galardón a nivel de España fue entregado anoche en la capital checa al alcalde de Burgos, Juan Carlos Aparicio, que encabeza la delegación local desplazada a Praga y que al recoger el premio no perdió la oportunidad de recordar a los asistentes que Burgos también aspira a convertirse en Capital Cultural en el año 2016.
El galardón se ha conseguido después de cuatro intentos anteriores, todos ellos impulsados por la Asociación Plan Estratégico. La aplicación del biodiésel en el transporte público, la iniciativa Bicibur, el proyecto de aprovechamiento energético Hydrosolar 21 y las peatonalizaciones compitieron entonces por separado, pero ahora han triunfado como estrategia conjunta y han convencido al jurado internacional.