viernes, 29 de agosto de 2008

TOREROS DE ESTE SIGLO (CIFU)

Siempre me han apasionado los atracos, por supuesto los de guante blanco y sin daños a las personas. Porque el 'daño' a los bancos no recala en los ciudadanos ahorradores, sino en la banca voraz que siempre gana. Creo que de manera oculta o abiertamente, el común de los mortales adora a esos superhéroes que son capaces de dar el golpe sin dejar lesiones ni rastros.
Hay que tener huevos para arriesgar a una carta esa acción que te puede cambiar de vida de forma tan radical que te puede llevar a pasarte la vida a la sombra de una palmera tomando daiquiris, o a la otra sombra de las prisiones. No habiendo sangre, para mí son los auténticos toreros del siglo XXI, seres humanos que hacen de los bajos fondos un alarde creativo que los coloca en la clase bussines de la vida, y para más coña, arropados por esa banca negra de los paraísos fiscales, que los esperan con más ceremonia que Pepe Isbert en 'Bienvenido Mr Marshall'.
Ayer unos de esos toreros de la banca dieron un golpe en Torrejón de Velasco, pero a todas luces eran inexpertos, aunque con suerte infinita. El caso es que trincaron la pasta gansa pero en la huida la iban perdiendo. O el amasijo de billetes se les desbordaba del saco o éste tenía un agujero, pero el reguero lo iban dejando a su huida. Quizá no esté bien visto lo que voy a escribir, pero desde aquí les deseo que a la llegada de su guarida al menos les quedase algo para pasar el mes, que ya sabemos todos cómo está el panorama con esto de la crisis.
Lo que más me mola es que mejor vehículo de fuga no pudieron haber elegido: ¡un coche de la policía local! Me pregunto cuál de las partes de este robo es la más complicada, porque afanar un coche de la policía sin que te trinquen acto seguido desmiente ese dicho por el cual 'la policía no es tonta'.
Compadezco a la patrulla a la que le quitaron el coche. ¿Estarían quizá tomando una caña? ¿Estarían rondando a una dulce manceba? ¿Estarían preparando el temario de unas oposiciones a notarías? Seguro que ninguna de estas preguntas coincide con la realidad, pero uno se pregunta ¿entonces dónde estarían? El director del banco robado dice que «ha vuelto sudando, tembloroso y, sobre todo, muy cabreado». No te jode.
Jesús Cifuentes - El norte de Castilla

40 de abril (Celtas Cortos)



Espero con ganas a que saquen el nuevo proyecto!! la primera canción "retales de una vida" es muy bonita!!
Anina

jueves, 28 de agosto de 2008

CONCIERTO EXTREMODURO (22 Agosto)


El 22 de agosto vinieron a tocar a Ponferrada!! la verdad es que el concierto fue una pasada! tocaron de todo, desde lo más viejo a lo más nuevo!! y disfrutamos muchísimo!! Siguen siendo increibles!!
Anina

lunes, 25 de agosto de 2008

STUDIO 54 (MARK CHRISTOPHER, 1998)


Shane O'Shea es un joven con una vida monótona y anodina. Sueña con poder entrar una noche en la discoteca Studio 54, en pleno Manhattan. Se trata de la discoteca más exclusiva del mundo, un local donde si no eres famoso resulta realmente difícil ser admitido. Cierta noche, el propietario del negocio, Steve Rubell, descubre a Shane en la cola y ordena al portero que le deje entrar, decidiendo ofrecer al muchacho un trabajo en su local. Allí, Shane iniciará su camino hacia el éxito, es decir a las drogas, el sexo y la música disco, acompañado por una serie de jóvenes cuya aspiración es aprovechar la oportunidad que les da la discoteca para poder codearse con el mundo de la farándula, con la esperanza de que esto les ayude a consumar sus sueños.

No me gustó nada de nada...
Anina

viernes, 22 de agosto de 2008

GUADAÑA (CIFU)

Tengo la suerte de escribirles desde la isla de El Hierro, donde los músicos en gira han dado con sus huesos para el concierto de esta noche. Llegamos el miércoles en el avión de Spanair que salió antes del fatídico vuelo que todos conocemos y, de hecho, ese mismo avión lo tomamos la semana pasada para venir a las islas a otro bolo.
Cuando pasan estas cosas el cerebro genera situaciones ambivalentes, porque nos podría haber tocado a cualquiera, pero nadie se imagina que por dedicarse a la música formas parte de la población de riesgo que es susceptible de ser cliente de la guadaña.
Cuando se dice que se pone 'en juego' la vida, uno se plantea cual es ese juego en concreto y cuáles son sus normas, porque el juego de la vida tiene una letra pequeña que pone 'y de la muerte', pero normalmente como en todo contrato nadie le pone atención, y además el contrincante juega con la ventaja de que el contrario no sabe ni siquiera que está jugando.
La cultura de la muerte sin duda en el entorno latino es un órdago que tiene que poner a la señora de vuelta y media, sobre todo en Latinoamérica, donde es tan compañera y habitual que de ella se hace toda una fiesta y se la vitorea como a uno más de la familia. Aquí en España, no hemos llegado a ese alarde, por esa posición trágica clásica con la que aparentemente nos lo tomamos todo.
Ella está ahí siempre. Porque la vida y la muerte como todo el mundo sabe son primas hermanas, y en realidad no se llevan mal para nada, como el común de las personas sospecha. Una y otra salieron de un mismo parto, y trabajan para un mismo señor, al que rinden contablemente cada trimestre un 'IVA' y un venía que son el reflejo del devenir de nuestra existencia. De momento nos hemos librado. El avión va a ese lugar indeterminado que nos permite seguir volando, espero que por mucho tiempo. Nos queda la reflexión para seguir haciendo de la vida un lugar interesante. Así lo quiero imaginar, porque del más allá no sabemos nada más que lo que queramos creer de él.
Ojalá que hiciéramos todos un ejercicio en vida de lo que nos imaginamos de mágico en ese lugar llamado 'más allá', para hacer que esté un poco más acá. Como decía Gato Pérez, «y el cantante con los músicos, se juega la vida».
Jesús Cifuentes - el norte de castilla

viernes, 15 de agosto de 2008

LA SIESTA DEL PERRO (CIFU)

Los músicos en gira siguen su deambular agostí, sumergidos en la diversidad infinita que este país nuestro depara. Hoy estamos en Euskadi y al día siguiente en Andalucía, y así todos los días, kilómetro a kilómetro.
Pero a lo que iba. El ave nodriza nos lleva ahora a tocar a Gilena (Sevilla), y el sueño perdido lo recuperamos en un hotel de la localidad de Estepa, cuna de los mantecados, con un pasado tartesio y musulmán que se lee en sus calles. Un pueblo blanco de callejuelas estrechas que se deja caer por la ladera de una loma bien empinada coronada por su convento y su iglesia en lo alto, lo que te hace pensar en cuáles serían los pensamientos que tendrían los feligreses de la zona baja o media del pueblo en aquellos tiempos en que la misa era un acto social obligatorio, a la hora de subir para ir por ese calvario de sol justiciero en su momento cenital, porque aquí lo de la calorina no es comparable a la nuestra castellana, a pesar de que a veces se den la mano. Aquí forma parte de la cultura tradicional que cuando el sol está en lo alto el mundo y la vida se paraliza, y la vida sólo es de puertas para adentro cuya máxima actividad si acaso es hacer la siesta.
Dando un paseo por el pueblo, se fija uno en los perros que duermen a la sombra y tienen una laxitud de cadáver. Si les coges de una pata y se la sueltas cae con una gravedad tanto de ley como de muerte. Ni un guau ni nada.
Así que la vida y el mundo no funciona hasta que el sol se aplaca, y en el entretanto sin cerveza fría no hay tu tía. Esto me lleva a pensar que el avance del cambio climático, antes de que haga desaparecer definitivamente a la especie humana, poco a poco nos irá haciendo pasar por una mutación intermedia que nos convierta definitivamente en 'aves nocturnas', que para cierto sector de la población será muy celebrado, léase el crapuleo diverso y todo el entorno del R&R. Quizá sea ésta una ventaja para acabar con la crisis de la música, porque normalmente es de noche cuando se trabaja...
Me he quedado un poco preocupado, no vaya a ser que el perro estuviera en realidad muerto. La semana que viene se lo cuento.
Jesús Cifuentes - el norte de Castilla

viernes, 8 de agosto de 2008

REFLEXIÓN DE TARDE (CIFU)

Como estamos inmersos en agosto, los músicos ambulantes andamos dando vueltas por el mundo, viéndolo casi siempre desde el escenario o desde la ventana de la furgoneta que nos lleva. El tiempo pasa lento y deprisa a la vez de una ciudad a otra con la sorpresa de nuevas caras constantemente, como si las personas fueran un manantial inagotable y continuo de rostros que no cejan en su empeño de renovarse a diario.
Es difícil encontrar un rostro fijo en este deambular salvo el de los compañeros de la banda, y los que quisieras encontrar no están a tu lado para trabajar de ancla que te amarre a una costa, a la costa que uno más quiere que es la de su casa, por eso en gira la novedad constante y la añoranza conviven en una misma casa.
Cuando uno analiza qué está pasando en el ámbito de la música, teniendo en cuenta el tiempo y el trabajo que cuesta parirla y defenderla, duele ver cómo pasa lo de siempre, cómo buena parte de la industria está plagada de desaprensivos que no tienen más misión que poner el cazo para llevarse transformado en dinero el esfuerzo ajeno.
Aquí sucede como en el sector primario: uno se mata a cavar la tierra para tenerla limpia y oxigenada, a sembrar sus tomates, sus patatas y sus lechugas, a abonarlas y a mimarlas, a contarles historias maravillosas para que crezcan lustrosas y sin traumas, a cosecharlas con cuidado para que la mercancía luzca espléndida, y después de haber hecho todo el trabajo viene un señor con un camión que te paga cuatro perras con las que no se cubre el esfuerzo realizado, para vender tu mercancía en otro lugar donde el consumo es masivo y el sector es más terciario, a un valor diez veces más caro de lo que te pagó a ti.
La ironía está servida, y pese a que el señor del camión argumentará que tiene sus gastos, sus beneficios son bastante más dorados que el del campesino, que hasta que no decida hacerse con su propio camión seguirá inmerso en el mismo ciclo. Y ese es el paso que tiene que ir dando la música: intentar acercarse a la independencia, que es el estado más productivo que puede darse en todos los ámbitos, porque eso te obliga a ser el mejor, o a al menos intentarlo.
Jesús Cifuentes (el norte de Castilla)