martes, 21 de febrero de 2012

¿Necesita España un látigo para salir de la crisis? (VICENÇ NAVARRO)

A raíz de la propuesta del gobierno Rajoy de disminuir los salarios a fin de aumentar la competitividad de la economía española, publicamos de nuevo el artículo que el profesor Navarro publicó el 25 de marzo de 2011 criticando esta postura, promovida en aquel momento, en las páginas económicas de El País.

Javier Ayuso, corresponsal económico y redactor jefe de El País, ha publicado un artículo “España necesita el látigo del Pacto del Euro” en El País (20/3/2011) en el que celebra y da la bienvenida al Pacto de Competitividad (ahora llamado Pacto del Euro) que según él impondrá las reformas estructurales necesarias para que España salga de la crisis. En la selección del título del artículo, así como en la descripción de las medidas propuestas, Javier Ayuso reconoce que tales medidas serán dolorosas y según él deben realizarse a golpe de látigo. Leyendo el artículo aparece claramente quien será el receptor de los latigazos. En su análisis de la situación actual de España, Javier Ayuso considera que el estancamiento de la economía española se debe “al incremento de los costes laborales y al escaso crecimiento de la productividad” que ha llevado a España “a una enorme pérdida de la competitividad, sufriendo una bajada de nada menos que un 30% respecto a la alemana”. En otras palabras, la clase trabajadora será la receptora de estos latigazos necesarios para que salgamos de la crisis. Sus salarios tendrán que bajar para aumentar la competitividad. Tal propuesta coincide con la defendida por el Banco de España, por Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada, financiada por la banca y las grandes empresas), por los manifiestos de los 100 economistas (patrocinados también por Fedea) y otros grupos de presión que reproducen la sabiduría convencional económica del país.
El artículo de Javier Ayuso intenta iniciar un debate en las páginas económicas de El País en el cual se invita a 30 economistas. De éstos, la gran mayoría, 24, son economistas que trabajan o han trabajado en el sector bancario y/o asesoran a la banca u organismos financieros internacionales. Tales “expertos” son semejantes a los que el documental Inside Job (ganador del Oscar al mejor documental del año en EEUU) define como el complejo “banca-intelectualidad económica” que ha configurado el pensamiento económico dominante en aquel país, responsable –según el documental- de su enorme crisis financiera. Uno de los pocos expertos que no está ligado a la Banca es Angel Ubide, investigador visitante del conocido Peterson Institute for International Economics, instituto que ha subrayado repetidamente la necesidad de privatizar la Seguridad Social en el mundo (para ver una crítica detallada de tal instituto, leer los trabajos del economista Dean Baker, director del Center for Economic and Policy Research sobre el Instituto Peterson). Y para que no se diga, hay también en el grupo de “expertos” un economista de CCOO: uno de los 30 economistas. La gran mayoría de “expertos” son economistas de clara persuasión liberal y neoliberal que han trabajado o todavía trabajan con y/o para la banca. La falta de diversidad de los “expertos” permite prever la dirección del mal llamado debate, que en realidad, en lugar de debate, será la promoción de argumentos que legitimen y justifiquen los latigazos propuestos por el artículo.

LO QUE LA SABIDURÍA CONVENCIONAL ECONÓMICA IGNORA

En otros artículos he hecho una crítica del Pacto de la Competitividad y refiero al lector a tales escritos (“Lucha de clases bajo otro nombre” en Público (10/2/11), “Lo que no se dice sobre el supuesto milagro alemán” Sistema Digital (18/3/11), “Porqué la economía española no se recupera” Sistema Digital (11/3/11), todos ellos disponibles en mi blog www.vnavarro.org, sección Política Económica). Pero en este artículo quiero mostrar el error de la mayor premisa que sostiene la tesis de Javier Ayuso, que asume que el estancamiento de la economía española se debe al elevado nivel de los salarios y el escaso crecimiento de la productividad, lo cual –según él- lleva a una pérdida de competitividad, causa de la lenta recuperación económica.
Este argumento ignora varios hechos. Uno es que España fue uno de los países de la UE-15 con mayor crecimiento económico y mayor crecimiento de empleo durante los últimos diez años (antes de que se iniciara la crisis) y ello a pesar de tener un nivel salarial bastante parecido al actual. El salario medio (descontando inflación) de 1995 era casi el mismo que en 2008 y ello no fue obstáculo para que el crecimiento económico y la creación de empleo fueran mucho mayores que ahora, en el momento de recesión. Algo debería ocurrir, ajeno a los salarios que explicara el estancamiento económico ahora y no entonces. Y este algo, es que la demanda doméstica y exterior fue mucho mayor que ahora, punto al que haré referencia más tarde.
Otro dato que Javier Ayuso ignora es que tal como ha señalado Marc Weisbrot, director del Center for Economic and Policy Research en Washington, EEUU, en su artículo “Spain´s troubles are Tied to Eurozone Policies” publicado en The Guardian (11/2/11), el nivel de productividad del sector manufacturero (el sector exportador más importante) en España ha sido alrededor del 63% del nivel de productividad del mismo sector en Alemania durante el período 1999 (cuando España ingresó en la Eurozona) a 2009. Y durante el mismo período el salario por hora del sector manufacturero creció en los mismos porcentajes en España y en Alemania. No ha habido, pues, un declive de la productividad en el sector manufacturero, (un sector clave en la competitividad española) que Javier Ayuso está indicando.
El tercer hecho que Javier Ayuso parece desconocer es que, en realidad, el crecimiento de la economía alemana en los últimos años no se debe a la moderación de los salarios de los trabajadores alemanes, ni tampoco al precio de los productos exportados. La propia Comisión Europea ha indicado que el crecimiento de las exportaciones en el período 1999-2008 (un crecimiento del 7.3%) se debió primordialmente al crecimiento de los mercados importadores .Sólo un 0.3% se debió al cambio de los precios de los productos exportados. Estudios económicos realizados en Alemania muestran que una reducción del 10% en su precio sólo aumentaría las exportaciones un 4%. Todos los datos disponibles muestran que la moderación salarial alemana no ha sido un factor en el crecimiento de las exportaciones. Sí, en cambio, ha sido un factor muy importante en determinar el enorme incremento de los beneficios empresariales. Y ahí está el punto que Javier Ayuso ni siquiera considera. La distribución del producto creado a base de incrementar la productividad (véase mi artículo “Productividad y renta” en Público (24/3/11). Una situación semejante ocurre en España. La variabilidad en los precios no es el mayor determinante en las exportaciones españolas. El punto clave es la demanda de los países importadores.

LAS CAUSAS DE QUE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA NO SE RECUPERE

Lo cual nos lleva al punto clave ignorado por Javier Ayuso en su análisis del estancamiento de la economía española. En realidad, no es nada difícil encontrar el origen del estancamiento, aunque les garantizo que la gran mayoría de los llamados “expertos” invitados al debate, no lo encontrarán. Su proximidad a la banca les dificulta la comprensión del problema, pues la banca tiene bastante que ver con la escasa recuperación económica. Es interesante que Javier Ayuso empiece su artículo con la observación (que encuentro sorprendente) de que “a estas alturas del partido, no creo que nadie se atreva a seguir defendiendo que la causa de la recesión de la economía española haya que buscarla solamente en el pinchazo de la burbuja inmobiliaria o en la crisis financiera”. La credibilidad de esta observación radica en el significado de la expresión “solamente”. Hay muchos expertos en España que creemos que aquellos hechos jugaron un papel clave en la génesis de la crisis y continúan jugando un papel clave en su escasa recuperación al paralizar la oferta de crédito en España, lo cual todavía continúa.
Es cierto que hay otros factores y otras causas del estancamiento de la economía española. Pero, entre ellos no se puede incluir el deterioro de la competitividad resultado del supuesto exagerado crecimiento de los salarios tal como Javier Ayuso sostiene. Todo lo contrario, la reducción de la masa salarial como porcentaje de la renta nacional, forzó un enorme endeudamiento a las clases trabajadoras y clases populares, (favorecida por las prácticas bancarias de claro carácter especulativo). Este endeudamiento fue el que sostuvo la demanda necesaria para sostener el crecimiento económico. Pero, cuando el crédito falló, el enorme endeudamiento dejó a las familias en una situación imposible, con la consecuente parálisis de la demanda, problema que se ha ido acentuando con las políticas llevadas a cabo por el gobierno (con el apoyo y bajo la presión del capital financiero), recortando el gasto público, el empleo público, y disminuyendo los salarios, medidas todas ellas que están retrasando la recuperación de la demanda y con ello, del crecimiento económico. De nuevo, es más que improbable que la mayoría de expertos convocados por Javier Ayuso concluyan que el estancamiento económico español tiene poco que ver con las supuestas e inexistentes rigideces del mercado laboral, o con la supuesta exhuberancia de los salarios (todavía los más bajos, y con mucho, de la UE-15), sino con las políticas macroeconómicas de austeridad de gasto público y reducción de los salarios, así como con las políticas monetarias del Banco Central Europeo que están dañando las posibilidades de recuperación de la economía española, al mantener estancada y reducida la demanda y el estímulo económico. La banca, pues, está jugando un papel clave en este empobrecimiento de la demanda. La banca está en el centro del problema y de ahí que debe ser parte de la solución, tomando medidas que garanticen la existencia de crédito, incluso a costa de establecer bancas públicas que la garanticen. Les garantizo que de tal mal llamado debate de “expertos” no se llegará a esta conclusión. Después de todo, tal conclusión les llevaría a orientar el látigo hacia ellos mismos (promotores de la sabiduría económica convencional), concluyendo con una autoflagelación.