viernes, 11 de enero de 2008

Apariencias e imprevisiones (CIFU)

Nada es nunca lo que parece. Este es un dicho que deja en entredicho el que algunas cosas verdaderas sean realmente lo que parecen, de forma genuina y sincera, como un corazón abierto, de tal manera que ser lo que parece que se es, al final es algo mal visto, como si ir con la verdad por delante o con la honestidad que te hace jugarte el pellejo fuera en realidad algo deshonroso o vergonzante.Vivimos tan acostumbrados al mundo de las apariencias y del engaño que cuando la verdad aflora nos sorprende con un formato de bicho raro como si lo excepcional fuera lo consecuentemente normal. Supongo que por esta regla de tres para nada simple, es por la que por extensión, de “nada es lo que parece” se pasa a la de “el futuro es incierto e imprevisible”, que también es un gran axioma repetido por la costumbre de la realidad tan sentenciada. Por eso será que contra todo pronóstico Hillary Clinton ha recibido con sorpresa el subidón del apoyo en New Hampshire, después del desastrito de lo de Iowa. Y ese mismo susto se lo llevaron todas las empresas de “consulting” (12 hermosas empresas 12), de las que ni una sola fue capaz de prever la ascensión imprevisible de Hilaria, después del glamuroso e imprevisible (de nuevo) éxito de Barack Obama, y eso que estamos hablando de EEUU, el mayor macroescenario del mundo montado para el espectáculo electoral. A toro pasado dice el inexpugnable oráculo de los “analistas” , que lo no previsto ha sido la movilización masiva de las mujeres a última hora. Parece que en el yanqui, lo de la toma de decisiones de voto es algo que se hace a última hora, o a cara o cruz, dado su espectro de opciones…..Pero retomando lo de “nada es lo que parece”, esto me lleva a lo que el funcionario Victoriano Ceballos, principal encuestado en el “caso guateque” del entramado en el culebrón del ayuntamiento de Madrid, dijo al oír sus propias palabras grabadas por la Guardia Civil en una conversación telefónica que mantenía con un gestor implicado en la trama. Cuando éste se oyó a sí mismo en la vista del caso diciendo: “Podemos decirle que nos podemos repartir 3000€ " , o cosas del tipo “ En tres días emitimos el informe, le damos la copia y dinero al canto”………….. , lo que se le ocurrió decir en un alarde de brillantez fue: “Eso no es cierto. No me puedo creer que yo haya dicho eso”. Lo dicho. No estamos para nada preparados a nuestra propia incongruencia. Y sino que se lo digan a esa dentista que recientemente a saltado a la prensa vallisoletana por apropiarse de forma indebida de unas botellas de Alión (Vega Sicilia) de su ex marido el ginecólogo, a la que le ha caído un proceso por lo penal, a cuenta de ese desatino irresoluble que es la venganza irracional. ¡Qué bonito es el desamor!!!

Publicado por Cifu en "El Norte de Castilla" el 11-01-2008

Lanzarote y W. Allen se conocen (CIFU)

Desde luego hay que ser torpe. Pero en este caso creo que la torpeza o la estupidez viene de la mano de un uso tiránico del poder que ha hecho creer al cándido alcalde de Salamanca que todo el monte es orégano y que ese monte y ese orégano forman parte de su feudo.El caso es que cualquier delincuente advenedizo lo hubiera hecho mucho mejor. Lo de este hombre con toda la polémica que ha levantado a cuenta de los impuestos municipales me recuerda las películas de Woody Allen en las que a nada que se pone a atracar le trincan antes de haber casi empezado, porque solo su mirada al cruzarse con la policía le convierten automáticamente en sospechoso de algo a pesar de su aspecto bobaliconamente inocente.No sé. Gil y Gil las mangaba bien gordas y de forma evidente, pero al menos no iba dejando un reguero de pruebas que le llevaran a la trena acto seguido. El era más de ir a la cárcel más a medio-largo plazo. Pero lo que ha sucedido en Salamanca con este alcalde del PP, Julián Lanzarote (¿Tendrá alguna relación con el antiguo “Sir Lancelot”, otro feliz de la vida?) no tiene precedente en la ingenuidad política, siendo él un auténtico “zorro” viejo en estas lides.Porque lo de intentar falsear el boletín oficial de la provincia para hacer desaparecer algo que todo el mundo sabe que ha sido es de una candidez cercana a la oligofrenia, y desde luego un suicidio político. Y es que lo que se pretende hacer desaparecer sin que realmente desaparezca son esas controvertidas subidas de impuestos municipales que han hecho salir a Salamanca en las ediciones nacionales de los informativos, a cuenta de las enormes manifestaciones realizadas por la lógica oposición ciudadana, tan consuetudinariamente maltratada. Es como cuando lo de la polémica del archivo que tenían que llevarse a Barcelona. De repente Salamanca salta al estrellato informativo a cuenta de una de esas movidas de orgullo nacionalprovinciano.Y es que falsear la fecha de publicación de las “Ordenanzas fiscales para el ejercicio 2008 que han sido objeto de modificación” aprobadas de forma violenta casi por un Ayuntamiento, según la pinta que tiene la cosa puede ser objeto constitutivo de delito penal, lo cual no estaría nada mal si se demuestra la causa-efecto tipo feudal que Sir Lancelot desarrolla medievalmente con su derecho de pernada tipo charro, dado que al público expectante nos tienen acostumbrados a ver cómo la zorra se escapa del gallinero con una gallina en las fauces.Quizá el ruido que ha hecho este estropicio absurdo en la historia de los atracos sirva para ilustrar lo que ya con mucha destreza, humor e ironía hizo Woody Allen en la película “Granujas de medio pelo”. Si no la han visto véanla y se darán cómo Salamanca y Nueva York no están tan lejos.

Publicado por Cifu en "El Norte de Castilla" el 4-01-2008