A la luz de las últimas noticias económicas que vienen del país Heleno, parece que los fantasmas de los funcionarios fallecidos siguen cobrando la pensión, lo cual me hace pensar que la vida en el Olimpo sale cara, y no basta con la moneda que ponían bajo la lengua al fiambre para hacer el trayecto en la barca de Caronte en su viaje al más allá.
La ministra de Trabajo de Grecia, Luka Katseli subrayó que las últimas investigaciones han revelado que cerca de 4.500 empleados públicos ya fallecidos seguían cobrando aún sus pensiones. Katseli reveló que el coste que han supuesto para los contribuyentes esas más de 4.500 pensiones supera los 16 millones de euros. La ministra confirmó que el Gobierno de Atenas está analizando el burbujeante dato de que cerca de 9.000 pensionistas tienen, según los registros oficiales, más de 100 años.
La esperanza de vida de los ciudadanos de la Unión Europea ha aumentado ocho años desde 1960. Según un estudio de la Comisión Europea, las mujeres europeas viven una media de 81,4 años y los hombres 75,3, cifras que superan España, Italia y Suecia. Las mujeres españolas y francesas son las que más viven en la UE, con una media de 82,7 años, mientras que las irlandesas son las que menos, con 79,2, puesto que comparten sus compatriotas masculinos, que con 74,2 años son, junto a los finlandeses, los que antes mueren. Los hombres que tienen una mayor esperanza de vida son los suecos, con 77,4 años, seguidos de los italianos (76,3) y de los españoles y griegos (75,5), indica el informe "La situación social en la Unión Europea ", elaborado por el Ejecutivo comunitario.
Según la coincidencia de la esperanza de vida de los españoles y los griegos, se nos plantea el reto de saber cuantos fantasmas de funcionarios españoles siguen cobrando la pensión, dada la picaresca nacional que supera con creces la de la media europea. Yo de hecho conozco una buena cantidad de fantasmas de la región que no solo cobran la pensión, si no que llegan incluso a cobrar más de una, en un acto magistral de la ingeniería picaresca.
Pero es que ni por esas los indignados conseguimos equilibrar la balanza con la clase política y sus escandalosas pensiones vitalicias: ellos las cobran en vida y ahora resulta que a nosotros nos quieren quitar la pensión de muertos. Ya que en vida nos tratan como a muertos, que por lo menos una vez fallecidos tengamos saldo para pasar el fin de semana con algún desahogo, que podamos tomarnos una cañita a gusto o salir con los fantasmas de nuestros colegas, que ya tuvimos bastantes restricciones en vida, hombre. Esto es una vergüenza, señores.