La inauguración de los Juegos Olímpicos de hace unos días fue un jornada importante en Arabia Saudí.
Sarah Attar y Wodjan Ali Seraj Abdulrahim Shahrkhani se convirtieron en
las dos primeras mujeres de este país en participar en unos Juegos Olímpicos. Ha costado 116 años que esto suceda, pero todavía es absolutamente insuficiente.
La mujeres saudíes sufren uno de los niveles de discriminación de género más altos del mundo. Si quieren casarse, trabajar, ir a la escuela, tomar un medio de transporte público, ir al doctor, tienen que pedir permiso a su “guardián”, un hombre de su familia. Si los Juegos se celebrasen en Arabia Saudí, las dos atletas que compiten en Londres no lo podrían hacer.
Arabia Saudí todavía recoge intolerables violaciones de los derechos de las mujeres, como
la prohibición de conducir. Negar este derecho es, al fin y al cabo, negar a las mujeres el derecho a la libertad de movimiento.
Además, el castigo por saltarse la prohibición es inhumano. Hace unos meses, una mujer saudí fue condenada a
10 latigazos por rechazar esta restricción.
¿Queremos dejarlas solas?
Firmando esta acción las podemos ayudar. Nuestro apoyo es la mejor garantía para conseguir la igualdad entre mujeres y hombres en Arabia Saudí, y en el mundo.
Por favor,
reenvía este mensaje a tus contactos, puede que vean los Juegos Olímpicos con otros ojos.
Saludos.
Esteban Beltrán
Director Amnistía Internacional - Sección Española (@amnistiaespana)