viernes, 19 de junio de 2009

LAS ALAS DE LA VIDA (ANTONI P. CANET, 2006)

Carlos Cristos es un médico que, durante su carrera, ha tenido que transmitir malos diagnósticos a sus pacientes. Un día, es él el que se encuentra ante un médico para recibir una mala noticia: sufre atrofia sistémica múltiple, una enfermedad degenerativa que va afectando al sistema neurológico hasta la muerte. Con sus facultades intelectuales en perfecto estado, decide ponerse delante de una cámara para relatar su día a día. Tiene ganas de vivir, pero no oculta su deseo de morir con dignidad. Según el director de este documental, Antoni P. Canet, la historia de Carlos Cristos tenía que ser contada. El realizador confiesa que durante el rodaje se mezclaron todo tipo de sentimientos que deambulaban entre la vida y la muerte. Algo nada fácil cuando es tu amigo el que está viviendo esa situación y cuando tú estás filmando su "testamento vital". Y es que por encima de reflexiones éticas o morales, "Las alas de la vida" pretende ser una invitación a la reflexión sobre la situación que, como Carlos, viven muchos enfermos de nuestro país (y sus familias). Es la primera pieza documental de Antoni P. Canet tras "Amanece como puedas" y "La camisa de la serpiente" y el primer proyecto como director tras diez años de silencio. El tema que rodea a la película es la muerte, con muchas perspectivas y sensaciones. Según el propio equipo, el guión tiene mucho de improvisado, aunque, a medida que se añadían testimonios y episodios, la cinta iba tomando cuerpo como creación cinematográfica. Una creación con un protagonista real y con unas circunstancias reales.
Primer premio de la Semana Internacional de Cine de Valladolid al mejor documental: “Las alas de la vida” del director valenciano Antoni P. Canet.
Uno de sus guionistas me traslada la noticia. Tanto el Jurado como los medios de comunicación han tratado el largometraje documental como “uno de los ejemplos por los cuales el cine se justifica sobradamente como herramienta para mejor conocer la fragilidad de la vida. Narra, con las formas del documental, una muerte inminente y, sin embargo, es un hermoso, poético canto a la resignación ante la idea de que toda existencia se termina irremediablemente un día; y que es preciso saber asumirlo… El resultado es un documental que realiza el prodigio de no caer jamás ni en la conmiseración ni en la lágrima fácil“. O esta otra, “la enfermedad y la muerte están presentes, pero las ganas de vivir del médico se imponen contando su historia personal, si es posible con una sonrisa. Esto último lo consigue con la humanidad que se desparrama más alla de los 35 milímetros de la película…“.

CONCIERTO FIN DE CURSO ESCUELA DE MÚSICA CIUDAD DE PONFERRADA

Asistí con mis padres al concierto de fin de curso de la escuela de música "ciudad de Ponferrada", normalmente entre los miembros del grupo de saxos estaría mi padre, pero este año no pudo prepararse los temas y no tocó. Manolo le dedicó uno de los temas y la verdad es que les quedó precioso.
Para mi también son el mejor grupo de la escuela.
Anina

YO TAMBIÉN SOY UNA CEREZA (CIFU)

El mundo en que vivimos es una gran aspirina efervescente regalando burbujas en el agua, cada una de ellas generándose de la nada, intentando salir a flote a trompicones entre la maraña de cientos de otras burbujas que quieren lo mismo de forma atropellada y, por supuesto, sin tener en el camino grandes quebraderos de cabeza, que para eso salen de una aspirina.
Es de este modo como vamos observando el día a día tan extremo de la raza humana, tan incondicional en lo que cierne al desatino. De la controversia electoral entre Musaví y Ahmadineyad con sus muertos de por medio; los inmigrantes que el PP llevó a mítines con la falsa promesa de un trabajo a cambio del voto; de los eternos zulos que ETA tiene enterrados en el subsuelo que hay más allá de sus muertos; de los 'mossos d'esquadra' absueltos tras propinar palizas en la comisaría de Les Corts; de los obamas que no acaban de arrancar las malas hierbas; de la pérdida de empleo que España está protagonizando a la cabeza de Europa (en algo tenemos que ser mejores); de las cosas que echamos a la basura con relajo, sean brazos mutilados de un trabajador inmigrante o sean los datos íntimos que se destilan de los juzgados; de los contratos lujuriosos de los futbolistas del Madrid, que realmente son intergalácticos... Demasiadas burbujas queriendo lo mismo a la vez: salir a la superficie.
Pero como ya les he contado en alguna otra ocasión, hay un lugar en el mundo en el que toda esta suerte de mezquindades todavía revolotean de una forma inocua. Es mi pueblo, Mieza de la Ribera (Salamanca), que forma parte del balcón de Los Arribes del Duero, de la raya con Portugal, y en este momento está en plena campaña de la cereza. Ahí tienes a toda la tribu subida a los árboles cual barón rampante, sudando la gota gorda por recoger las preciadas cerezas pagadas a unos despreciables 60 céntimos de euro, que al final es lo de menos.
Lo importante es la tribu y sus conversaciones y sus risas, sus historias del pasado que se vuelven a hacer presente cada vez que son contadas. Me siento como una raíz viva y feliz por poder escribir que yo también soy una cereza.

Jesús Cifuentes - El norte de Castilla

MIS CREACIONES DE BISUTERÍA!!