viernes, 6 de marzo de 2009

LA PENA O LA NADA (NACHO VEGAS)

Sé que tiempos más duros
aún están por venir,
que algunos días de mayo son
más lluviosos que los de abril.
Me clavaste ambos ojos,
y aún recuerdo en tu voz:
la vida es parte buscar placer
y parte hallar dolor.
Y en tu mirada mojada
vi que rezabas por mi alma, oh señor.
Y te vi llorar, un río a cada lado
de tu rostro sin desmaquillar,
como la propia Katy Jurado
con las nubes negras detrás.
Te vi llorar, y qué podía hacer,
(qué podía hacer)
si me hundía sin poder ponerme
yo a llorar también.
Y en tales circunstancias,
cómo iba yo a actuar,
mi alma se volvió a anclar,
te oí, cansada de naufragar.
Pero aunque ahora dan fuego,
o brille en el cielo el sol,
sólo son tus dos ojos
los que a mi vida traen luz y calor.
Y en tu mirada mojada
vi que rezabas por mi alma, oh señor.
Y te vi llorar, un río a cada lado
de tu rostro sin desmaquillar,
como la propia Katy Jurado
con las nubes negras detrás.
Te vi llorar, y qué podía hacer,
(qué podía hacer)
si me hundía sin poder ponerme
yo a llorar también.
Y en tu mirada mojada
vi que rezabas por mi alma, oh señor.
Y te vi llorar, un río a cada lado
de tu rostro sin desmaquillar,
como la propia Katy Jurado
con las nubes negras detrás,
como el negro escuchando a
Van Zandt cantar"Waitin' around to die",
como Juana de Arco al arder,
como el santo a punto de perder la fe,
te vi llorar.
Y entre el dolor y la nada elegí el dolor,
entre el dolor y la nada elegí el dolor,
entre el dolor y la nada elegí el dolor,
entre el dolor y la nada elegí el dolor.

AÑADA DE ANA LA FRIOLERA (NACHO VEGAS)

Vivían en Norteña,
una ciudad costera
donde la mar era gris
y la lluvia eterna.
Ella pasaba frío
apenas la noche llegaba.
Con una manta a cuadros
él la arropaba.
Prometieron quererse
mientras el frío existiera.
Él la llamaba Ana La Friolera.
Tuvieron un riña
y él la dejó marchar.
Supo que no volvería;
no vuelve la ola al mar.
Ella pudo llevarse
todo lo que tenía
pero dejó olvidado
el frío que sentía.
Ahora, bajo la manta a cuadros,
él trata de coger el sueño.
Desde que ella se marchó
allí siempre es invierno.
Y la buscó sin descanso
desde San Pedro a Las Mestas.
Teme morir congelado
una noche de estas.
La gente me llama insensato,
yo aún doy mi vida entera
por sólo una noche
con la chica friolera.

Que preciosidad!! se me pone la piel de gallina al escuchar a Nacho cantar esta hermosísima canción...
Anina

OCHO Y MEDIO (NACHO VEGAS)

Miro al techo que hoy ha vuelto a gotear,
hacía tiempo que no llovía así.
Y cada gota golpeando contra los cacharros de metal
me hace pensar unas veces en sangre y otras veces en ti.
Lo que en realidad viene a ser lo mismo.
Lo que, por crueldad, ahora viene a dar igual.
O puede ser un ángel que una vez perdió la fe y fue
expulsado, y que ha venido a agonizar justo encima de mi
hogar y estas gotas sean sus lágrimas.
O puede que sea por hacer entrar ya en razón
y llegar a comprender que dentro de este horror no hay
literatura, no, y eso tú lo sabes bien a fuerza de caer una
y otra vez en una trampa mortal que en el tiempo dura ya
ocho años y medio. Seré muy breve: te quiero, y esto duele.
Y vino un pájaro a posarse en mi ventana.
Tenía una ala rota y su plumaje era gris y azul.
Y al acercar mi mano y comprobar que no, no echaba a volar
supe de inmediato que lo enviabas tú.
Lo tomé entre mis garras y lo dejé morir,
y cuando lo hizo aún llovía aquí.
Y la sangre al gotear entre zarpas de animal presagió mi
suerte, como una ave que voló de Madrid hacia Gijón aun herida de muerte,
rescribiendo la espiral de prometer hacerlo bien,
de cometer un nuevo error, de no saber pedir perdón o pedirlo
demasiadas veces.
Y aunque ahora escupo una oración helado de terror ningún dios
responde aún.
¿Soy yo el que no ve o es que todavía no se hizo la luz?
Seré muy breve: te extraño, y esto duele.
Trato de encontrar una salida
pero no recuerdo ni por dónde hemos entrado aquí.
Y contemplo junto a mí el cadáver del que fui,
según tú, en una ocasión,
y es la mancha de humedad la de la herida mortal
impregnada en el colchón,
y ahora que te oigo llorar en lugar de ir hacia ti
me vuelvo a anestesiar y me limito a subir el volumen
del televisor,
o me concentro en recordar, para no pensar en ti,
que tendría que llamar y que alguien venga a reparar
la gotera de una puta vez, que ya cansé de recoger litros de
agua gris, gris como un metal
que un día relució y que ahora es suciedad.
¿Qué se hace para amar lo que quise despreciar ya una
y mil veces?
Seré bien breve: te he perdido, y esto duele.

NUEVOS PLANES, IDÉNTICAS ESTRATEGIAS (NACHO VEGAS)

Parece ser que va a llover,
el aire aquí es más cálido", me dijo una mujer
de aspecto amable y peinado imposible
esta mañana en el ascensor. ¿Por qué nadie me iba a mentir allí?
Tal revelación me impidió dormir.
Tracé un ambicioso plan, consistía en sobrevivir.
Y mi voz era un imán, y así logré captar,
paseando por el Carrefour, a un ejército de un centenar.
Y nos reuniremos en los aeropuertos,y
al calor de una smoking-room en la que no entra aire ni luz
hablaremos del tiempo y acaso del gobierno,
y trazaremos nuestro magno plan, y a una estación sucederá otra igual.
Parece ser que fracasé, mi rostro hoy no apareció por televisión.
Da igual, yo, como buen occidental,
sé nadar igual que un pez, un pez en un mar de mediocridad.
Casi claudiqué. Decían de mí:"con lo que hay dentro de ti,
no estará nada mal si mañana estás aquí".
Y en la cama de un sucio hospital
continúo en soledad disparando como Kevin Ayersa
una lena llena, tan, tan llena,
que no, no puedo fallar, que no voy a fallar.
Y sé que no querrás volver a confiar en mí;
ya nadie confía en la energía nuclear después de lo de Chernobyl.
Pero el cielo, aún tan negro,es nuestro cielo, es nuestro,
y tengo un ambicioso plan, consiste en sobrevivir.
(Yo te quiero, y no, no he hecho
y sé que no haré jamás nada más real y nada más sincero.
Yo te quiero, y tengo un plan para los dos,
consiste en sobrevivir.)

CRUJIDOS (NACHO VEGAS)

Y si no encuentras fuerzas para salir de aquí,
Yo las sacaré de donde sea y seguiré sin ti"
Me dijiste algo así con voz grave y resignada,
Me grabé tus palabras y me vestí listo para comenzar.
Día uno en pie, comienzo a andar,
He de aguantar, lo puedo hacer.
El día dos avanzo hasta el final
Y llega el día tres, lo vuelvo a estropear.
Así que vuelta a empezar.
Día uno en pie, no he de pensar,
Ya es día 2, alprazolam,
Comienzo a hablar y no me hago entender,
Y llega el día tres, lo vuelvo a estropear.
No preguntes ni por qué ni por qué no,
Sólo yo sé el motivo y no es bonito.
Me mudaré a otro sitio,
Me iré de esta ciudad,
Pero ahora es de mí mismo
De donde me quiero escapar.
No me des flores cuando aquí hay lirios y rosas,
Las querré el día en que ya no quede una sola.
Entonces, ¿me complacerás? Y dime, ¿cómo lo harás?
Día uno en pie, ¿Qué puedo hacer
Para encontrar restos de fe?
El tiempo pasa doloroso y lento
Y luego en un momento lo vuelvo a joder.
Y entonces vuelta a empezar.
Día una en pie, siento pensar
Cómo evitar sentir, pensar,
Morir de sed y beber del mar
Y al segundo día he vuelto a fracasar.
Si te miento no será por mezquindad,
Estas penas siempre llegan por torpeza.
Día uno en pie, ¿Qué puedo hacer
Sino esperar verlo acabar?
El día terminó con un crujido,
Me despierto herido y grito en soledad.
Que es jodido ya lo sé,
Pero no es dramático,
Esto no es tan trágico,
Esto no es un drama, no,
Te diré mil cosas por las que llorar...
Esto no es un drama no
Esto no es tan trágico

Espléndida!!
Anina

CERCA DEL CIELO (NACHO VEGAS)

Si pudiera elegir
sólo un deseo
pediría vivir
siempre cerca del cielo,
de un cielo tan real
como el abismo,
en una guerra tan cruel
como la de uno contra uno mismo.
¿Querrás consentir
a quien quiere vivir
así, así, así ...
como Sísifo?
Empeñado en subir, para luego bajar
por pendientes imposibles.
No cejé un tanto así y al final conseguí
completar los catorce ocho miles,
y aún me sobró tiempo para gritarle a los astros:
"ved lo que soy",
y que el resto no es más
que guijarros que caen al vacío.
Sólo yo contra mí
y contra los elementos,
calculando al milímetro
el más leve movimiento.
Mi cruz es de piedra
y mira al precipicio.
Seguiré hasta el final,
seguiré hasta el día del Juicio.
¿Querrás consentir
a quien quiere morir
aquí, aquí, aquí ...
en los Alpes?
Y que vuelve a subir, y después descender
por terrenos casi impracticables.
Si consigo avanzar tal vez logre ahogar
algo dentro de mí inextirpable,
algo que se retuerce y que no se detiene
y que hará que ahora vuelva a repetirlo:
cuando haya de morir quiero hacerlo aquí,
CERCA DEL CIELO.
Y me aferro a una roca más dura que dios
y la falta de oxígeno nubla mi cabeza
y sé que un poco más bastará para salvarme,
un trozo de verdad bastará para salvarme,
un centímetro bastará para salvarme,
una sola gota bastará para salvarme,
un poco de paz bastará para salvarme,
un trozo de verdad bastará para salvarme.