Empieza de nuevo el curso escolar y los chicos y chicas que empiezan por primera vez en el cole o el instituto, acuden con ánimos renovados a ese lugar de encuentro que tanto peso tiene en la construcción de las personas, con esa ilusión antigua de estrenarlo todo. Ése es el espíritu que hay que intentar conservar, antes de que los rotus empiecen a secarse, y de que la motivación y el desinterés comiencen a desinflarse. Y para ello está claro que una de las cuestiones más importantes es establecer un cordón umbilical de calidad que comunique el cole con las casas de los alumnos.
Porque es fácil que se produzcan desencuentros. Porque todos sabemos que el sistema público de enseñanza tiene sus carencias, pero sin duda también tiene sus aciertos, y además es el único que tenemos frente a la enseñanza privada, la religiosa y la elitista. A ver si se va 'normalizando' de una buena vez el tema de la educación para la ciudadanía, porque mientras siga siendo una carta de la baraja política vamos de culo.
Si desde los hogares de los chavales el ámbito del colegio se convierte en un "extraño", ya estaremos empezando a tropezar con todo lo que queda por delante, antes de haber empezado a construir nada. Porque eso es exactamente lo que se pretende, construir personas que sean mejores, que se interesen por la vida y por lo que les rodea, que desarrollen valores como el respeto y la convivencia, y que se encuentren motivados con el futuro que la educación les brinda.
Últimamente vivimos en un momento de abatimiento general que fomenta el desánimo a todos los niveles. Envueltos en esta crisis que parece envolverlo todo, parece que estamos presenciando en directo el lema punki de 'no future', demonizando a la juventud como si por el hecho de serlo, todos fueran unos borrachos y unos drogadictos. Pero el presidente de la conferencia española tiene la solución para todos estos males: «¿Qué pasaría si las familias de Madrid y Pozuelo de Alarcón rezasen todos los días el Rosario de la Virgen? Estoy seguro de que no habría ocurrido lo que pasó el fin de semana pasado en Pozuelo», afirmaba el arzobispo de Madrid. Ya saben padres y madres lo que tienen que hacer...
Porque es fácil que se produzcan desencuentros. Porque todos sabemos que el sistema público de enseñanza tiene sus carencias, pero sin duda también tiene sus aciertos, y además es el único que tenemos frente a la enseñanza privada, la religiosa y la elitista. A ver si se va 'normalizando' de una buena vez el tema de la educación para la ciudadanía, porque mientras siga siendo una carta de la baraja política vamos de culo.
Si desde los hogares de los chavales el ámbito del colegio se convierte en un "extraño", ya estaremos empezando a tropezar con todo lo que queda por delante, antes de haber empezado a construir nada. Porque eso es exactamente lo que se pretende, construir personas que sean mejores, que se interesen por la vida y por lo que les rodea, que desarrollen valores como el respeto y la convivencia, y que se encuentren motivados con el futuro que la educación les brinda.
Últimamente vivimos en un momento de abatimiento general que fomenta el desánimo a todos los niveles. Envueltos en esta crisis que parece envolverlo todo, parece que estamos presenciando en directo el lema punki de 'no future', demonizando a la juventud como si por el hecho de serlo, todos fueran unos borrachos y unos drogadictos. Pero el presidente de la conferencia española tiene la solución para todos estos males: «¿Qué pasaría si las familias de Madrid y Pozuelo de Alarcón rezasen todos los días el Rosario de la Virgen? Estoy seguro de que no habría ocurrido lo que pasó el fin de semana pasado en Pozuelo», afirmaba el arzobispo de Madrid. Ya saben padres y madres lo que tienen que hacer...
Jesús Cifuentes -El norte de castilla-