Un buque imaginario que surca un mar imaginario: un lúcido viaje por nuestro mundo real. Martín Vega, hombre autodidacta (pasó de ser guarda de una finca en España a funcionario de una organización internacional), viaja en un buque imaginario, El Occidente, en el que tiene un encuentro con varios personajes singulares. Con ellos, va tomando conciencia del ocaso de nuestra civilización, pero también de la fragilidad de las alternativas religiosas y místicas. El buque surca un océano en el que hay otros navíos como Islam, India o China. El ambiente del mar imaginario y los barcos que lo surcan dan paso a una situación realista. Martín Vega es destinado por la organización para la que trabaja a la isla de Tenerife. Aunque allí también impera el sistema mercantil, se siente como si el océano, el indomable Teide y la hora de diferencia de cada día y también las princesitas vecinas que le llenan de alegría y esperanza con sus apariciones y fantasías ayudarán a preservar la naturaleza y la civilización contra la codicia de los “tecnobárbaros”. Aún más, el encuentro con Runa y el amor por ella le llevan a encontrar el sentido de su vida, en una hermosa historia de transformación personal.
Todo comienza con el descubrimiento de que el emblemático árbol de las Canarias, el drago, nace como una hierba, una humilde hierba «con porte arbóreo» que, poco a poco, avanza hasta convertirse en árbol robusto. De este modo, inició el escritor José Luis Sampedro la presentación de su último libro, La sombra del drago, en Tenerife, que abunda en la idea de descubrir la fuerza de lo pequeño que crece humildemente y vivir con toda la fuerza «de los árboles que rompen el suelo». Y es que Sampedro reconoce haberse enamorado de esta isla hace 40 años, «una isla encantada, felizmente escondida para el mundo mientras existan tecnobárbaros», como él ha decidido llamar a los dirigentes del primer mundo que están, dijo, a las órdenes de Bush.
Tampoco en esta ocasión ha querido evitar Sampedro denunciar las atrocidades sobre las que, de alguna forma, se ha construido parte de la civilización actual. Espíritu solidario, sentido crítico y valor para seguir luchando y pensando; en ello basa Sampedro la esperanza de un mundo mejor, donde «la buena gente actúe».
Define Sampedro La sombra del drago (Plaza y Janés-Areté) como «una carta de amor a Tenerife», la isla profunda que el profesor conoció hace años y en la que ahora pasa largas temporadas, y también como la historia de la transformación de una persona, la historia de un hombre que va madurando, «algo que deberíamos hacer todos pese a que el sistema hace lo posible para que no lo hagamos».
Tampoco en esta ocasión ha querido evitar Sampedro denunciar las atrocidades sobre las que, de alguna forma, se ha construido parte de la civilización actual. Espíritu solidario, sentido crítico y valor para seguir luchando y pensando; en ello basa Sampedro la esperanza de un mundo mejor, donde «la buena gente actúe».
Define Sampedro La sombra del drago (Plaza y Janés-Areté) como «una carta de amor a Tenerife», la isla profunda que el profesor conoció hace años y en la que ahora pasa largas temporadas, y también como la historia de la transformación de una persona, la historia de un hombre que va madurando, «algo que deberíamos hacer todos pese a que el sistema hace lo posible para que no lo hagamos».
Muy bonito, un libro muy bonito, muy tierno!
Anina