La primera que despierta
Y la última que apaga
Siempre cansada y alerta
Cuida a todos en la casa
Y la última que apaga
Siempre cansada y alerta
Cuida a todos en la casa
Cuidan sus manos de olivo
La fiebre ajena y el llanto
De quien llora lo perdido
Sin haber perdido tanto.
La fiebre ajena y el llanto
De quien llora lo perdido
Sin haber perdido tanto.
Hace la cama y suspira
Repasando lo pendiente
Rota la espalda aún cuida
Y ayuda a hacer los deberes
Repasando lo pendiente
Rota la espalda aún cuida
Y ayuda a hacer los deberes
Y ayuda a hacer los deberes.
¿Y quién cuida a quien nos cuida?
¿Quién se acuerda de sus ganas?
¿Quién le peinará las canas
Y vendará sus heridas?, ¿quién?
¿Quién se acuerda de sus ganas?
¿Quién le peinará las canas
Y vendará sus heridas?, ¿quién?
¿Quién le devuelve el futuro?
Las mañanas sin fatiga
¿Quién le devuelve los días?
Sin prisas, sin ese nudo
Las mañanas sin fatiga
¿Quién le devuelve los días?
Sin prisas, sin ese nudo
De culpa por levantarse
Tarde, pensando en la nada
El desayuno en la cama
Y la vida por delante
Tarde, pensando en la nada
El desayuno en la cama
Y la vida por delante
Cuida y arropa al que duerme
Mientras la noche se apaga
Mientras la noche se apaga
Y besa todas las frentes
Tiende la ropa lavada
En sus manos de sarmiento
Se mece todo el planeta
Y se detiene un momento
Para posar su cabeza
En el hombro que ella cuida
En la noche más oscura
Quizá nos salve la vida
La lección de su ternura
La lección de su ternura
Ismael Serrano
A mi madre, porque sobran los motivos...
¡Te quiero!
Anina.