Hace ya 8 ó 9 años que estuve viviendo en Canfranc, provincia de Huesca, al lado de la frontera con Francia, que nos une con el país vecino a través del paso del Somport y del macrotúnel que atraviesa el subsuelo del Pirineo de un país a otro. Éstos son dos pueblos distintos que por aproximación y desconocimiento a veces la gente transforma en uno solo.
En realidad uno es padre del otro, aunque de nuevo la gente confunde su relación y piensa que estos dos pueblos son hermanos. Uno es un pueblo chiquito y con una vida peculiar para lo que viene a ser un pueblo, porque entre sus aborígenes y sus acogidos se junta una población reducida (no sé si habrá mucho más de 40 que viven en invierno) que día a día construyen la realidad de lo que sería un guión de una película fantástica y desbordante.
Buena parte de esta situación viene de la mano de la existencia de un albergue -La Sargantana-, que sigue funcionando tras 22 años de su nacimiento y que ha hecho que en este pueblo su presencia y su motivación hayan atraído a un sinfín de aventureros de la vida, gente que da un golpe de timón de los de verdad y de buenas a primeras se ha plantado aquí para echar raíces en una etapa de su vida en la que en general, y por lo que yo sé, es una de esas raíces profundas que marcarán el resto del crecimiento, para bien o para mal.
Sin ir más lejos, yo soy uno de esos exiliados de la vida que vino aquí buscando refugio, y que lo halló, hasta que la vida me empujó para otro lado, pero dejándome el corazón ya para siempre rodeado de montañas y de personas que son como montañas o más grandes, más temibles, más amables...
El otro Canfranc, de hecho tiene el sobrenombre de 'Estación', viene de la mano de la existencia de ese maravilloso edificio que es la antigua estación ferroviaria que tantas historias ha visto pasar de largo, sobre todo en la época de la segunda guerra mundial. Por allí circuló el oro nazi que esquilmaron a los judíos con el beneplácito del régimen franquista...Todo películas en blanco y negro, cargadas de mucha sangre. Hoy el esquí y la nieve, tan generosa en estos días, me devuelven esa raíz profunda que me ha hecho crecer.
Jesús Cifuentes
Publicado en el norte de Castilla
Jesús Cifuentes
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