Visitamos Poza de la Sal, en la comarca de la Bureba burgalesa, rodeada por la muralla medieval que a través de 3 puertas da acceso al centro histórico, que conserva la distribución y características medievales
con calles estrechas y empinadas flanqueadas por casas de piedra
blasonadas y otras de entramado de madera.
La iglesia de San Cosme y San Damián es el corazón del casco y debajo de
ella se abre la Plaza Vieja donde tradicionalmente se ha realizado el
mercado. A su lado el ayuntamiento, frente al cual se ubica la Plaza
Nueva abierta al páramo de Masa, lo que da a la villa el sobrenombre de "Balcón de La Bureba".
En la parte baja, camino a la zona de las eras de sal, está la casa de
Administración de las Reales Salinas y, junto al río, el complejo
llamado "Fuente Buena" o "Vieja" conformado por una serie de manantiales
de agua dulce que mantienen lavaderos, abrevaderos y un centro de
curtido de pieles, todo ello del siglo XVIII aunque con vestigios
romanos.
El esplendor de la villa de Poza de la Sal se debe a sus salinas,ya explotadas desde antes de la época romana. La producción de la sal en Poza se realiza conduciendo el agua de los manantiales por una red de acueductos hasta unas plataformas horizontales construidas en madera y piedra (gracias al desnivel del terreno) denominadas granjas y en las que el agua se reparte en parcelas rectangulares o eras. La evaporación del agua deja lista la sal para su recolección en unos depósitos protegidos de la lluvia o terrazos.
Debido al escaso caudal de los manantiales también se utilizaba el
bombeo de agua al interior de la tierra desde unas balsas o estanques,
aumentando así la producción de sal.
El castillo de los Rojas se encuentra ubicado en lo alto de una colina a cuya falda se extiende la localidad de Poza de la Sal.
Bonito día visitando Poza de la Sal, su castillo, sus salinas, sus calles... comemos en el pueblo (aunque nos olvidamos de las fotos) y seguimos camino hacia Oña.
Anina.