Parece que con las fiestas del verano en ciernes y todos los calores acumulados, el subsuelo sexual de nuestros pueblos está emergiendo de modos novedosos y peculiares. Así las cosas, se ha levantado una polémica interesante por el anuncio de la inclusión de un espectáculo de 'stripper' en la pedanía zamorana de San Pedro de la Viña, cuyo alcalde, Miguel Ángel Seijas, ha organizado para uno de los días de las fiestas a las ocho de la tarde.
Quizá el Berlusconi oculto que hay entre las varas de mando de los poderes públicos esté empezando a dar la cara, porque el largo historial del putericio en las altas cámaras viene de lejos, y sino recuerden a griegos y romanos, pasando por Jesús Gil con sus puros rodeado de damas en el jacuzzi, o a Clinton con su Mónica Lewinsky.
El territorio de las especulaciones es un campo abonado en lo que rodea la erótica del poder, tanto en sus altas esferas como en sus versiones más garrulas. En el caso de San Pedro de la Viña, el espectáculo que se anuncia se llama 'Chica lava tractores y lucha con chocolate', sobre una foto de una exuberante 'stripper'. Parece que lo de lavar tractores es una idea introducida por el alcalde, que debió conocer a las chicas en otra fiesta, y que ha querido introducir la figura del tractor con la idea de que el pueblo se meta más en el trasunto del espectáculo, del que se me antoja imaginar los rostros babeantes y las braguetas calenturientas de los mozos del lugar, aderezados con los primeros cubatas de la tarde sobre los infinitos cubatas de la noche anterior.
De cualquier manera han dado la campanada. Miguel Ángel Seijas no considera que éste sea un espectáculo machista («a mí me gustan más las mujeres que los hombres»), dice el bueno del alcalde. Además argumenta que el dinero para financiarlo es de particulares y empresarios de la zona. Y, ¿que hace falta más?, lo pagará de su bolsillo, con lo que todo queda de una limpieza impoluta. Al final Berlusconi cuando deje de ser presidente de la república italiana del sarao podrá seguir ganándose la vida con cursos e intervenciones en foros de mandatarios y empresarios del mundo. Quizá para las próximas fiestas de Valladolid yo, con mi dinero, financie un espectáculo similar. Solo hace falta que el Ayuntamiento me ceda la Plaza Mayor.
Quizá el Berlusconi oculto que hay entre las varas de mando de los poderes públicos esté empezando a dar la cara, porque el largo historial del putericio en las altas cámaras viene de lejos, y sino recuerden a griegos y romanos, pasando por Jesús Gil con sus puros rodeado de damas en el jacuzzi, o a Clinton con su Mónica Lewinsky.
El territorio de las especulaciones es un campo abonado en lo que rodea la erótica del poder, tanto en sus altas esferas como en sus versiones más garrulas. En el caso de San Pedro de la Viña, el espectáculo que se anuncia se llama 'Chica lava tractores y lucha con chocolate', sobre una foto de una exuberante 'stripper'. Parece que lo de lavar tractores es una idea introducida por el alcalde, que debió conocer a las chicas en otra fiesta, y que ha querido introducir la figura del tractor con la idea de que el pueblo se meta más en el trasunto del espectáculo, del que se me antoja imaginar los rostros babeantes y las braguetas calenturientas de los mozos del lugar, aderezados con los primeros cubatas de la tarde sobre los infinitos cubatas de la noche anterior.
De cualquier manera han dado la campanada. Miguel Ángel Seijas no considera que éste sea un espectáculo machista («a mí me gustan más las mujeres que los hombres»), dice el bueno del alcalde. Además argumenta que el dinero para financiarlo es de particulares y empresarios de la zona. Y, ¿que hace falta más?, lo pagará de su bolsillo, con lo que todo queda de una limpieza impoluta. Al final Berlusconi cuando deje de ser presidente de la república italiana del sarao podrá seguir ganándose la vida con cursos e intervenciones en foros de mandatarios y empresarios del mundo. Quizá para las próximas fiestas de Valladolid yo, con mi dinero, financie un espectáculo similar. Solo hace falta que el Ayuntamiento me ceda la Plaza Mayor.
Jesús Cifuentes - El norte de castilla