domingo, 11 de enero de 2009

Desaparición de la mayor parte de los bosques primarios del mundo

Greenpeace asegura que el 80% de los bosques ya ha sido destruido o alterado y el 20% restante se encuentra en peligro.
Varias asociaciones ecologistas denuncian la rapidez de la destrucción de las extensiones de los bosques vírgenes o primarios. Greenpeace asegura que el 80% ya ha sido destruido o alterado y el 20% restante se encuentra en peligro. Diversas amenazas se ciernen sobre estas masas de árboles vírgenes, aunque la explotación maderera insostenible destaca entre las demás. Los ciudadanos pueden asumir unos hábitos de consumo sostenibles y reclamar mayores medidas a las instituciones para combatir esta situación.

Los bosques conservados en su estado original sin que hayan sido alterados desaparecen a gran velocidad en todo el mundo. Conocidos como bosques primarios, cubren un 10% de la superficie terrestre, aunque se estima que cada año se pierden o modifican unos seis millones de hectáreas.

En la actualidad, según Greenpeace, sólo se conservan el 20% de los bosques primarios originarios. Por su parte, la organización World Watch asegura que sólo ocho países (Brasil, Surinam, Guyana, Canadá, Colombia, Venezuela, Rusia y Guayana Francesa) conservan grandes porciones de sus bosques originales en inmensos bloques ininterrumpidos. El gran tamaño de Indonesia, Estados Unidos o Congo permite a estos países albergar todavía bosques originarios, aunque la destrucción también ha sido importante. Peor suerte han corrido los bosques primarios de 76 países donde han desaparecido por completo, mientras que en 11 están a punto de hacerlo.

La destrucción de estas masas boscosas perjudica notablemente el devenir de la vida en el planeta, incluida la humana. Además de ser el hogar de muchos pueblos indígenas, albergan las dos terceras partes de la biodiversidad terrestre, por lo que al alterarlos o destruirlos se pone en peligro la supervivencia de millones de personas y de especies. Gestionados de forma sostenible, proporcionan madera y otros productos forestales, y son fundamentales para mantener las condiciones naturales del entorno, al evitar la erosión y regular el ciclo hidrológico. Y son también importantes en la lucha contra el calentamiento global: según un reciente estudio publicado en la revista Nature, constituyen importantes sumideros de carbono. Esta investigación cuestiona la idea asumida hasta la fecha de que estos bosques vírgenes tienen un balance de carbono neutro.

Los autores de este trabajo, un equipo internacional de científicos, concluían que los bosques primarios del hemisferio norte retienen hasta el 10% neto de dióxido de carbono (CO2) absorbido en todo el mundo. Por ello, si estas masas de bosque son destruidas, liberarían este CO2, acelerando "la pescadilla que se muerde la cola" del cambio climático: a más calentamiento global, más destrucción de los bosques, lo que conlleva a su vez más cambio climático. En este sentido, un reciente estudio del Centro Internacional de Investigación Forestal (CIFOR en sus siglas en inglés) sostiene que, si no se toman medidas inmediatas, el cambio climático podría destruir grandes áreas forestales, afectando a la biodiversidad y las poblaciones humanas que dependen de ellas.

Por qué están desapareciendo

Los expertos señalan diversas causas del retroceso acelerado de estos bosques, si bien destacan la voracidad de la industria maderera, que tala estos bosques para producir papel o los sustituye por plantaciones de árboles de rápido crecimiento con los que cubrir la demanda de pasta celulósica. Por ejemplo, Greenpeace afirma que el 17% de la fibra virgen utilizada por la industria papelera mundial procede de bosques primarios, especialmente de Canadá, Finlandia, Rusia e Indonesia. Asimismo, denuncia que Europa mantiene un mercado interno responsable directo de la explotación forestal destructiva e ilegal en países como Indonesia, Brasil y Camerún.

Por su parte, WWF/Adena asegura que en la pasada década se destruyeron bosques naturales para trasformarlos en plantaciones agrícolas y forestales a un ritmo de 16,1 millones de hectáreas al año, el 94% en zonas tropicales. Los responsables de World Watch recuerdan también que el consumo de leña en las regiones tropicales secas ejerce un impacto importante.

Además de la presión maderera, diversas amenazas, provocadas directa o indirectamente por el ser humano, ponen en riesgo el futuro de los bosques primarios: las explotaciones mineras y petrolíferas, la construcción de embalses y carreteras, la expansión agrícola y ganadera, las especies invasoras, los incendios forestales, los cultivos para agrocombustibles, la fragmentación de los ecosistemas y la contaminación atmosférica.

Qué pueden hacer los consumidores

Los consumidores pueden llevar a cabo diversas acciones para reducir la destrucción de los bosques primarios. Por una parte, pueden presionar a las instituciones para que emprendan medidas que defiendan a estos árboles, como la creación de espacios protegidos y corredores entre dichas áreas; el uso de estos bosques mediante prácticas eficientes y una gestión forestal sostenible; o la repoblación con especies autóctonas de las zonas deforestadas.

Por otra parte, los consumidores pueden asumir hábitos de consumo que eviten la utilización insostenible de estos bosques. Así por ejemplo, se puede empezar con las tres erres (reducir el consumo, reutilizar los productos y finalmente reciclarlos) tanto de los productos procedentes de la madera como de los que están involucrados en la deforestación, como los combustibles o los productos agroganaderos. También se pueden consumir productos que lleven etiquetas ecológicas (en el caso de la madera el sello FSC); o realizar actividades de ecoturismo.

Los últimos bosques primarios del planeta

El Instituto World Watch señala que más del 75% de los bosques primarios del mundo se encuentra en tres grandes áreas: Canadá y Alaska; Rusia; y la Amazonia y las Guayanas. En el caso de Europa, esta organización recuerda que sólo queda el 0,3% del bosque original en Suecia y Finlandia, en grandes áreas ininterrumpidas.

Por su parte, Greenpeace enumera los siete últimos grandes bosques primarios del planeta: el bosque tropical amazónico, la jungla del sudeste asiático, las selvas tropicales de África central, los bosques templados de Sudamérica, los bosques primarios de Norteamérica, los últimos bosques primarios europeos y los bosques de la taiga siberiana.


fuente: Por ALEX FERNÁNDEZ MUERZA - www.consumer.es - Eroski

JUEGO DE NIÑOS (CARMEN POSADAS, 2006)

«La historia comienza con una escritora de thrillers que está escribiendo una novela en la que se investiga la muerte de un niño. Poco a poco, Luisa, que así se llama la protagonista, comienza a darse cuenta que lo que está escribiendo tiene mucho que ver, no sólo con un episodio oscuro que tuvo lugar en su pasado, sino que ese mismo episodio oscuro parece estarse repitiendo en la vida de su hija. La novela también puede leerse en otra clave completamente distinta: una explicación del modo en que se escribe una novela paso a paso y cuáles son las diferencias entre realidad y ficción. Novela de crímenes pues pero más allá de eso, una novela sobre los peligros de traspasar la siempre tenue frontera que separa la verdad de la mentira.»

La escritora uruguaya Carmen Posadas vuelve a las librerías con una novela en la que aborda el tema de la maldad y la mentira. 'Juego de niños', editada por Planeta y presentada hoy por la autora, es el título de este libro en el que la escritora da otra vuelta de tuerca al género de misterio y ofrece una historia de terror en un crescendo que oscurece el relato a medida que la protagonista va viendo la luz.

'Juego de niños' narra la historia de Luisa, una escritora divorciada dos veces, madre de Elba, una hija que concibió en un "viaje de apareamiento" y a la que siempre ha dicho que es adoptada, para evitar explicar la realidad de su concepción. Dedicada a escribir novelas de intriga, mientras desarrolla la trama de su último libro (el asesinato de un niño en un prestigioso colegio), Luisa se da cuenta de que los hechos que narra tienen mucho que ver con un episodio casi olvidado de su propia infancia. Poco a poco, la ficción de la novela que escribe Luisa y la realidad de su vida comienzan a entrelazarse de una forma cada vez más inquietante.

Así comienza un viaje terrible a lo más oscuro de la mente humana en el que Luisa irá comprobando que todo lo que siempre creyó saber es mentira y que detrás de cada personaje de su propia vida se esconde un desconocido capaz de los actos más crueles.

"Me interesaba en esta novela tratar el tema de la maldad. Pero no la maldad de psicópatas, ni de locos como ocurre con frecuencia tanto en la literatura y el cine, sino la de los cuerdos que es tan inquietante", asegura Posadas.

"Cualquiera que sabe algo de criminología te dirá que el ser humano es siempre tan fatuo, tan exhibicionista, que un asesino que ha hecho algo tan fuera de lo común como un crimen perfecto, acaba tarde o temprano por dejar uno o tal vez dos pequeños datos evidentes para que alguien, al menos una persona, sepa de su hazaña", agrega.

TRES HISTORIAS EN UNA

Carmen Posadas ha reunido en este libro tres historias en una, tres tiempos, tres realidades que son una sola. Se trata de un relato plagado de paralelismos, de juego de espejos y de cajas chinas que confluyen en un guiño final que remite al conocido cuento de Cortázar, 'Continuidad de los parques', que da título al capítulo final de la novela.

Aunque las tramas de las novelas de Carmen Posadas siempre han estado muy cercanas al thriller, es en esta obra donde la autora ha puesto en juego todos sus recursos narrativos para ofrecer esta historia de terror creando un clima opresor a partir de elementos cotidianos, cercanos a cualquier lector.

'Juego de niños' no es solo una novela de terror puesto que trata de la creación literaria en un discurso sobre la literatura y sus modas, del enfrentamiento del escritor con sus propios fantasmas, con su infierno privado, sus miedos y soledades. También habla del paso del tiempo, del miedo a la verdad, de las ficciones a las que el ser humano se agarra para poder sobrevivir, y del destino, de lo que pesa el pasado, de ganadores que se vuelven perdedores, de los rencores, obsesiones y verdades a medias que todos los hombres llevan dentro.

Carmen Posadas ha ideado una historia que pone en tela de juicio los valores que se inculcan a los niños en la sociedad actual. Y lo hace dejando de lado lo políticamente correcto, contando una historia desde la cercanía, sin elementos góticos o fantásticos que despeguen la acción de la realidad.


Está bien, aunque tampoco me ha entusiasmado
Anina