jueves, 6 de marzo de 2008

LOS 25000 ALICANTINOS

Estimados amigos y amigas:

Ante la exigencia del Alcalde de Alicante de presentar 25000 firmas parapoder retirar el título de hijo predilecto y la medalla de oro deAlicanteal dictador Francisco Franco está disponible la página web: http://www.los25000alicantinos.org/ en la que podréis dejarvuestros datos de contacto para convocaros a la firma de esta 'justificación' que necesita nuestro ayuntamiento.
La única condición para la firma es la de estar empadronado en Alicante.Dejemos al margen partidos políticos, sindicatos y banderas y, por una vez,pongámonos de acuerdo en que somos muchos y muchas las que queremos que esaparezcanlos resquicios de la dictadura y el fascismo en nuestra ciudad.

Os ruego, por tanto, que hagáis llegar la dirección de la página a todos los alicantinos y alicantinas que conozcáis y, como podeis comprobaren ella, no stá firma ningún colectivo concreto, ningún partido político, ningún sindicato, sino simplemente un alicantino.

El alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, del PP, ha condicionado la retirada del título de "Hijo Predilecto" y de la "Medalla de Oro de la Ciudad de Alicante" al dictador Francisco Franco a que el PSPV-PSOE consiga reunir las firmas de más de 25.000 vecinos a favor de esta propuesta.
¡¡ Como si hiciera falta alguna justificación.!!
El alcalde lanzó el reto antes de que su grupo votara, el viernes 22/02/2008, en contra de una moción de la portavoz municipal socialista, para que el Ayuntamiento aplique la ley de la Memoria Histórica y anule esas distinciones concedidas durante el régimen franquista, concretamente la de "Hijo Predilecto" en 1940 y la Medalla de Oro en 1966.
Según Alperi "La propuesta socialista no tiene nada que ver con lo que piensan los alicantinos, que no están preocupados por este asunto."


Gracias anticipadas por vuestra colaboración

Suerte Ana en esto!!
Anina

8 DE MARZO DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER. ESCUELAS SEGURAS PARA TODAS LAS NIÑAS


En todo el mundo las niñas sufren violencia en la escuela y su entorno a manos del profesorado, el personal del centro escolar u otros estudiantes. Son agredidas de camino a la escuela o en los patios escolares. Sufren amenazas de agresión sexual de otros estudiantes, son obligadas por los profesores a mantener relaciones sexuales, e incluso son violadas en la sala de profesores.

Según estudios y encuestas, en Malawi, el 50 por ciento de las niñas escolarizadas afirmaba haber sido tocadas por profesores o compañeros con intención sexual.

En Estados Unidos, el 83 por ciento de las estudiantes de 12 a 16 años sufría alguna forma de acoso sexual.

En Tanzania, entre 2003 y 2006 se expulsó de las escuelas a más de 14.000 alumnas de educación primaria y secundaria porque se habían quedado embarazadas.

El acoso sexual en la escuela está generalizado en la República Dominicana, Honduras, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá y otros países de Latinoamérica.

La violencia hace que muchas niñas no lleguen a ir a la escuela, abandonen los estudios o no participen plenamente en la vida escolar. Los efectos son dolor, miedo, baja autoestima, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados y depresión.

Todas las niñas tienen derecho a la educación en un entorno seguro, respetuoso y no discriminatorio.

Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Amnistía Internacional lanza llamamiento mundial para poner fin a la violencia contra las niñas en las escuelas.
De todo corazón, gracias por no permitirlo,

Esteban Beltrán
Director – Amnistía Internacional Sección Española

AGUA PARA TODOS, PERO NO PARA TODO

De todas las crisis ambientales que atenazan el futuro de nuestra sociedad, la del agua es, sin duda, la que puede llegar a generar mayor angustia. Uno se imagina cómo podría llegar a ser la vida en un planeta más cálido y, por lo tanto, menos confortable, con una mayor dificultad para disponer de energía o rodeados de un entorno natural mucho menos acogedor. Pero a nadie se le pasa por la cabeza la posibilidad de vivir en un mundo en el que el acceso seguro al agua potable no estuviera garantizado. Entre otras cosas porque la vida es, si no contamos con la compañía del agua, inimaginable.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece en dos litros la ingesta diaria de nuestro organismo. Esa sería la dosis que todos necesitamos para vivir. De esa cantidad se derivarían el resto de usos que hoy en día consideramos indispensables: los que tienen que ver con la higiene, la cocción de los alimentos y el conjunto de consumos que nos aportan salud y que son elementales en nuestra sociedad.
Atendiendo a esos usos básicos, el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) estableció hace unos años una cantidad mínima para cubrir nuestras necesidades primordiales: 50 litros de agua por persona y día. Esta dosis nos aportaría, además, bienestar. A partir de este dato empiezan a aflorar los desequilibrios que van resquebrajando el mundo en dos mitades según el acceso a este recurso.
Porque ocurre que, mientras las personas que viven en los países más pobres disponen de no más de 10 litros de agua diaria para sus necesidades básicas, los habitantes de los países desarrollados emplean como media más de 250 litros por persona y día (550 en Los Ángeles, 400 en Japón, 110 en Barcelona). En España, con una media de consumo de 303 litros diarios por habitante (datos del INE del 2005, los últimos) se sitúa en cabeza entre los países con mayor derroche.
Y luego estaría el agua del campo. Aproximadamente un 75% de los recursos hídricos del planeta se destinan hoy al abastecimiento agrícola. La superficie planetaria dedicada a la agricultura de regadío se ha multiplicado por seis en los últimos cien años, lo que ha hecho posible que la productividad agrícola se haya triplicado. Pero el futuro todavía nos obligará a más: la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) prevé que la producción agrícola deberá aumentar en un 45% durante los próximos 40 años para abastecer de alimentos a la creciente población mundial (en el 2030 seremos 9000 millones de humanos) y ese crecimiento exigirá una mayor dotación de agua de riego para las nuevas tierras de cultivo.
Si se cumple este pronóstico, en los próximos 20 años, la demanda de agua por parte de la agricultura se incrementará en más de 600.000 millones de metros cúbicos o, lo que es lo mismo, siete veces el caudal actual del río Nilo, según la mayoría de expertos. Sin embargo, tanto la cuenca del Nilo como el resto de las del planeta transportan cada vez menos agua: los ríos se embalsan a cada paso y desaparecen antes de llegar a sus deltas. ¿Cuál es la solución?
Desde luego, los pozos subterráneos no. Las reservas freáticas ya no dan para más. Casi un 20% de la producción agrícola mundial depende de la extracción del agua que se acumula en los acuíferos del subsuelo, que están menguando en todo el mundo de manera alarmante. Por lo que la única viabilidad para garantizar la sostenibilidad del recurso es mejorar la eficiencia en su uso, o lo que es lo mismo, gestionar de una manera más responsable la demanda, de manera que el reto de los próximos años no va a ser alcanzar una mayor productividad agrícola por hectárea cultivada sino por litro empleado.
Optimizar el recurso, ésa va a ser la clave si queremos conseguir que el agua alcance para todo: desde facilitarnos las funciones vitales hasta llenarnos la despensa. Y es que actualmente, la falta de eficiencia en los sistemas de regadío y la extensión de cultivos inadaptados a las condiciones climáticas propias de la región donde se producen está provocando un derroche desmesurado. En la actualidad, la media global para conseguir una tonelada de cereal requiere el empleo de alrededor de 1000 toneladas de agua. Algunos investigadores opinan que esa misma producción de alimentos se podría reducir como una décima parte del recurso: mejorando los sistemas de riego, evitando fugas y adaptando los cultivos para optimizar el rendimiento de la tierra.
Atajar los abusos y malos usos en el mundo desarrollado será otra de las misiones urgentes. Hablamos de esos millones de hectómetros cúbicos que se emplean a diario para regar la especulación inmobiliaria, para recalificar y recrear espejismos acuáticos donde el suelo y el clima dictan desierto. Pero en lugar de adentrarme en esas cifras del agua profanada, que, además de ser las cifras del despilfarro, suponen la mayor zancadilla al desarrollo sostenible de nuestra sociedad, me gustaría cerrar este artículo regresando al punto de partida para hablar del acceso al agua como derecho humano. Porque aunque esos dos litros a los que hacíamos referencia en un principio parezcan un apunte no contable, algo con lo que arrancamos ya desde la casilla de salida, lo cierto es que la inmensa mayoría de los habitantes de la tierra parten diariamente desde un paso atrás, desde un inseguro e inquietante "menos dos".
De los 6500 millones de habitantes del planeta, el 30% no tiene agua potable y cerca de otro tercio no dispone de los servicios adecuados de saneamiento. Eso significa que más de la mitad de las personas que pueblan el mundo sufren por falta de agua para la vida y los servicios básicos. Más de 4000 niños mueren cada día por no tener un vaso de agua potable para llevarse a la boca. Por eso, antes de hablar del resto de las aguas, es preciso dejar bien claro que el acceso a sus niveles más elementales es algo que no nos iguala sino que sigue dividiendo el mundo entre privilegiados y desamparados.
Son muchos los líderes mundiales que, como Mario Soares, ex presidente de Portugal y presidente del Comité Internacional para el Convenio Mundial del Agua, reclaman que el derecho a este recurso sea entendido como un derecho fundamental de las personas. Para Soares "una de las grandes batallas políticas y sociales de finales del siglo XIX fue el derecho universal al voto. En el siglo XXI, sin embargo, la gran batalla será el derecho a acceder al agua, que es en realidad el derecho a la vida, y ninguna razón - tecnológica, económica o política - debería ser invocada para impedir que se materialice este derecho fundamental e inalienable".
Tal vez deberíamos regresar a este punto, recuperar el concepto de agua como fuente de vida, y reiniciar el debate en torno a su nueva realidad en el mundo estableciendo de buen principio que el acceso al agua potable es un derecho universal y que lo prioritario de ahora en adelante será gestionar de manera responsable su escasez para disponer de agua para todos en lugar de para todo.
José Luis Gallego. Revista Integral nº339

¿Campo de golf o de orquídeas?

El Grup Balear d`Ornitologia i Defensa de la Naturalesa (GOB) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF/Adena) han solicitado al presidente del Gobierno balear, Francesc Antich, que paralice la construcción de un nuevo campo de golf en la zona de Son Bosc, en el municipio mallorquín de Muro, ya que, a su juicio, la obra destruiría la mayor población europea de una orquídea protegida. La ORCHIS ROBUSTA es una especie incluida como "vulnerable" en el Catálogo de Especies Amenazadas de Baleares y sólo se localiza hoy en tres puntos del mundo: Argelia, Marruecos y Mallorca.
Aunque la tercera parte de la población europea de esta flor prospera en el entorno del Parque Natural de S`Albufera de Mallorca, la mayoría -900 de los 1300 ejemplares - se localiza en la zona de Son Bosc, un lugar que inexplicablemente queda fuera de este parque natural y en el que se pretende construir un campo de golf.

Revista Integral nº339

Una pena si logran hacer un campo de golf en un lugar donde hay una población de una especie tan hermosa y tan escasa. Esperemos que paralicen la obra, aunque mucho me temo que es difícil.

Anina