domingo, 8 de marzo de 2009

Día Internacional de la Mujer: defensoras de los derechos humanos en Afganistán en riesgo

“Estoy recibiendo amenazas de muerte y en una ocasión han intentado secuestrar a mi hijo de nueve años […] me dicen […] que debo cerrar el refugio para mujeres en peligro y que si no lo hago me atenga a las consecuencias.”
Shahla, directora de un refugio para mujeres que corren peligro de ser víctimas de matrimonio forzado y de violencia sexual e intrafamiliar.
Desde la intervención encabezada por EEUU en 2001, se han producido avances en los derechos de las mujeres afganas, como la creación de un Ministerio de Asuntos de la Mujer, una Constitución que les otorga la misma condición jurídica que los hombres, la mejora del acceso a la educación y la representación de las mujeres en el Parlamento.
Sin embargo, las mujeres y niñas siguen sufriendo violencia en el ámbito familiar, secuestros y violaciones a manos de individuos armados, trata, matrimonios forzados y precoces con niñas cada vez más jóvenes, y son moneda de cambio en disputas y deudas.
Unas pocas defensoras se atreven a promover los derechos de las mujeres. Denuncian abusos de caudillos militares locales, dirigen refugios, sensibilizan sobre los matrimonios forzados y precoces y proporcionan educación y servicios de planificación familiar.
Estas mujeres afrontan intimidación y ataques por parte de miembros del gobierno, talibanes y fuerzas antigubernamentales, e incluso de sus familiares. Han sufrido amenazas, intentos de secuestro y agresiones físicas, incluso ataques con ácido. Algunas han huido del país. Otras han muerto por alzar la voz.
En 2007, Zakia Zaki, directora de Radio Peace en la provincia de Parwan, fue abatida a tiros mientras dormía junto con sus dos hijos de corta edad. Había recibido amenazas de muerte tras criticar a los caudillos locales y a los talibanes. Nadie ha comparecido ante la justicia por este terrible crimen.
La falta de voluntad política y la discriminación de las mujeres en los sistemas de justicia formal e informal, refuerzan el clima de impunidad y las prácticas abusivas. La policía, los tribunales y los jirgas locales (consejos tribales) no atienden casi nunca las denuncias de las mujeres, y los perpetradores rara vez comparecen ante la justicia.En el Día Internacional de la Mujer, pide al presidente Karzai que proteja a las defensoras de los derechos humanos en Afganistán.

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