jueves, 31 de mayo de 2012

Las mentiras del PP amenazan a España (JUAN TORRES LÓPEZ)

Publicado en publico.es el 31 de mayo de 2012

Cuando se haga historia, el Partido Popular será recordado como un partido de grandes mentiras y trampas. La pérdida de las elecciones después de su primea etapa de gobierno se debió a una gran mentira; alguno de sus dirigentes, como Esperanza Aguirre, llegó al poder después de una escandalosa compra de votos y voluntades; otros -en comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos- no disimulan a la hora de ocultar de mil modos cuanto les incomoda y por supuesto su connivencia con los corruptos a quienes solo salva la campana de la prescripción o la connivencia de jueces de su misma ideología e intereses. Y su paso por la oposición en los últimos ocho años de gobierno socialista han sido todo un culto permanente a la mentira, a la doble palabra y al juicio de intenciones.
Durante todo este ultimo tiempo se han dedicado a criticar al gobierno de Zapatero por medidas que sabían perfectamente que serían las que iban a aplicar sin lugar a dudas cuando estuvieran ellos en el poder, y así ha sido, o que ya aplicaban en las comunidades en donde gobernaban.
Decían que nunca negociarían con ETA y lo han hecho, como debe ser, en cuanto que los terroristas han dado muestras de rendición y abandono de las armas. Criticaban el uso partidista de los medios públicos, cuando nunca la oposición tuvo más presencia en ellos y cuando nunca existió en España una gestión más profesionalizada de RTVE, y han tardado semanas en entrar a saco para garantizar el control excluyente de su partido, como hacen de manera descarada en las comunidades en donde gobiernan.
Pusieron verde a Zapatero por realizar una reforma laboral mucho más suave que la que ellos mismos llevaron a cabo. Afirmaron que nunca rebajarían el coste del despido (“el problema económico de España no se soluciona con el abaratamiento del despido” afirmó Montoro en junio de 2010) y lo han rebajado más que nunca. Atacaron sin piedad al anterior presidente por subir impuestos, y casi juraron por lo más sagrado que ellos no lo harían (es un disparate quitarle recursos a los particulares y subir los impuestos” dijo Mariano Rajoy en Málaga el 11 de julio de 2009) pero los subieron en su primer consejo de ministros. Prometieron a los españoles que no recortarían gastos sociales básicos (“Le voy a meter la tijera a todo, salvo a las pensiones públicas y a la sanidad y la educación, donde no quiero recortar los derechos de los ciudadanos” dijo también Rajoy pocos días antes de las elecciones de noviembre de 2011) y han llevado a cabo el mayor recorte social de la historia reciente. Criticaron la subida del recibo de la luz (“La subida de la luz es una nueva vuelta de tuerca a la maltrecha economía de los españoles”, decía Rajoy el 27 de diciembre de 2010) y lo subieron a poco de empezar a gobernar. Prometieron que financiarían la ley de dependencia (“debe financiarse porque es una de las necesidades más importantes que tiene la sociedad española”, Mariano Rajoy en enero de 2008) y han dejado de hacerlo a las primeras de cambio.
Hemos vivido ocho años en los que el PP ha hecho un arte de la mentira y de la demagogia política, dedicándose sencillamente a debilitar al contrario solo a base de proclamar, sabiendo lo falso que eso era, que si ganase las elecciones nunca haría lo que hacían los socialistas.
Se podría justificar esa mentira constante por el ansia enfermiza de gobernar y disponer del poder, que las derechas han considerado siempre que por definición es suyo y que no tienen por qué compartir con quienes en realidad consideran que son la antiEspaña. Aunque, en todo caso, fueron mentiras que dañaron mucho a España. Primero, porque un país siempre se resiente cuando una fuerza política tan importante y representativa se empeña en crear y fomentar el clima guerracivilista, como hizo de mil formas el PP. Y segundo porque se hizo en momentos de crisis internacional en los que la confianza en España y en sus instituciones era más importante que nunca.
Pero si la mentira política es lamentable y costosa cuando se practica en la oposición, cuando se produce en el ejercicio del gobierno refleja una carencia total de patriotismo que la hace extremadamente peligrosa.
Y el problema es que el PP, como si ya no supiera sacar réditos políticos de algo distinto al engaño, no ha parado de mentir a los españoles también desde que llegó al Gobierno. Mintió, como he dicho, al inicio, desde el primer momento, cuando se sacó de la manga su programa oculto, las medidas que siempre prometió que nunca tomaría pero que puso en marcha inmediatamente.
Solo por eso, creo que habría que reclamar ya la dimisión de este gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones. El Partido Popular disfruta de una mayoría absoluta como resultado de una oferta electoral falseada, de un colosal fraude electoral cometido al presentar a los españoles una propuesta de acción de gobierno que sabía perfectamente que no iba a cumplir.
Pero es que ha seguido mintiendo. Ha presentado reformas como parte de un plan de acción meditado cuando a las pocas semanas ha vuelto a presentar otras que la corregían, como ha sucedido con la financiera. Ha presentado medidas en la rueda de prensa posteriores a los consejos de ministros, o incluso en sus notas informativas, que luego no aparecían en los decretos, o han aparecido en los decretos temas que se habían disimulado o que se habían anunciado antes de otro modo para engañar a la gente (como pasó con asuntos sensibles como las retribuciones de los directivos o con varios aspectos de la amnistía fiscal). Y está mintiendo el gobierno ya de manera descarada en relación con su escandalosa gestión de Bankia. Afirman un día que prestarán el dinero para poder recuperarlo, y al día siguiente resulta que es aportación irrecuperable de capital. Dicen que la intervención no influirá sobre la prima de riesgo, y resulta que la hacen a base de inyectar deuda soberana. Hablan de que impondrán plena transparencia y se niegan a que haya declaraciones en el Congreso o comisiones de investigación. Un día dicen que hay un agujero de una cantidad y al día siguiente resulta que se triplica. Mienten cuando dicen que intervendrán a las comunidades que incumplan objetivos de estabilidad y luego se limitan a presionar a aquellas en las que no gobiernan ellos, mirando sin embargo a otro lado cuando el PP es el responsable de los mayores desfases presupuestarios de autonomía o ayuntamientos. Y mienten sobre Europa, dejando caer que España cuenta con un apoyo que en realidad no existe, como mienten sobre el riesgo en el que se encuentra la economía española, tratando de ocultar los estragos que están produciendo sus contradicciones, imprevisiones y mentiras.
Siempre está mal, pero no es igual mentir cuando se está en la oposición que cuando se gobierna. Mentir como hábito cuando se tiene la responsabilidad de dirigir los destinos de una nación es muy poco útil (como ya pudo comprobar el PP cuando gestionó mintiendo la matanza del 11-M) porque se está en un altar hacia donde todos dirigen las miradas y antes o después se descubren los engaños. Pero, sobre todo, es muy peligroso porque se pone en riesgo la estabilidad social y la integridad del Estado.
Las mentiras del PP, la falta de patriotismo que reflejan, son la principal amenaza que se cierne hoy sobre España. Para hacer frente a la situación tan extraordinariamente difícil en la que estamos es imprescindible transparencia, sinceridad, hablarle claro a los españoles y no hacer de trileros frente a ellos, que es lo que están haciendo sus dirigentes. Es complicidad de los de abajo y no el rédito político que pueda sacar un partido lo que puede hacer que España se enfrente con éxito a la situación a la que nos han llevado nuestras propias torpezas y la sumisión a los poderes financieros y de la gran patronal. El PP ya ha fracaso y estamos en tiempo de descuento. Cuanto más se alargue, más dramática será la agonía.

La jerarquía de la Iglesia católica no hace lo que le exige a los demás (JUAN TORRES LÓPEZ)

No soy experto, ni mucho menos, en doctrina de la Iglesia pero no es difícil conseguir testimonio de las declaraciones de muchos papas, autoridades eclesiásticas y teólogos católicos defendiendo la obligación de pagar impuestos.
He encontrado algunas como las siguientes:
- Pío XII: “No existe duda alguna sobre el deber de cada ciudadano de soportar una parte de los gastos públicos Pío XII, Alocución a los Congresistas de la Asociación Internacional de Derecho financiero y fiscal (2 de octubre de 1856)
- Juan XXIII: “Todos los hombre y todas las entidades intermedias tienen obligación de aportar su contribución específica a la prosecución del bien común. Esto comporta el que persigan sus propios intereses en armonía con las exigencias de aquél y contribuyan al mismo objeto con las prestaciones -en bienes y servicios- que las legítimas autoridades establecen”. Juan XXIII, Pacem in terris.
-Concilio Vaticano II: “Entre estos últimos (deberes cívicos) es necesario mencionar el deber de aportar a la vida pública el concurso material y personal requerido por el bien común”. GS, 75.
-Juan Pablo II: ‘Los ciudadanos, que deben ser defendidos en sus derechos, deben ser al mismo tiempo educados para participar justamente en las cargas públicas, bajo forma de tasas o impuestos, porque es también una forma de justicia, cuando se obtienen beneficios de los servicios públicos y de las múltiples condiciones de una vida apacible en común…”. Juan Pablo II, Discurso a la Confederazione Fiscale Europea (7 de noviembre de 1980), L’Osservatore Romano, 12 de abril de 1981, p. 18.
-Catecismo de la Iglesia Católica: ‘La sumisión a la autoridad y la corresponsabilidad en el bien común exigen moralmente el pago de los impuestos…”. Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2240.
A la vista de estas declaraciones no puedo entender que la jerarquía de la iglesia católica se niegue a pagar los impuestos que le corresponden. Sobre todo, cuando al mismo tiempo reclama y obtiene ayudas y privilegios con recursos que aportan todos los ciudadanos (sean o no católicos), en cantidades que yo creo que son más elevadas que las que pueda recibir en cualquier otro país del mundo.
Hay que predicar con el ejemplo.
Los datos aquí: La Iglesia recibe casi la misma cantidad que el tijeretazo en Educación y Sanidad

miércoles, 30 de mayo de 2012

MICHAEL NYMAN BAND, EL HOMBRE DE LA CÁMARA, (EN EL PALACIO DE LA ÓPERA DE LA CORUÑA EL 30/05/12)


















Vino Elena con nosotros ya que se quedó un par de días en casa de los tios Domi y Jose, en Betanzos, así también aprovechamos para hacerles una pequeña visita.
Dice mi padre que hace ocho años que no vemos a Nyman en concierto ¡yo creo que no puede haber pasado tanto tiempo! jejeje, así que nos fuimos a Coruña a verle, al Palacio de la Ópera, sabíamos que iba a ser un concierto raro, porque era un concierto-cine, ya que este proyecto es la música de la banda sonora de esta película. Estabamos bastante lejos del escenario y no podiamos apreciar bien a los músicos. Se supone que lo importante es ver la película y escuchar la música, pero bueno, a mi me gusta más verles sólo a ellos tocar, realmente es lo que a todos nos encanta.
Después cenamos con Antonio unas tapitas y de vuelta a casina.
Anina

lunes, 28 de mayo de 2012

¿Quién quiere que haya mucha deuda? (JUAN TORRES LÓPEZ)

Publicado en Madrid 15m, nº 3, mayo 2012

Una de las muchas mentiras que se repiten continuamente es que las izquierdas defienden los déficit y la deuda mientras que las derechas son partidarias de la austeridad y de los superávits.
La cuestión no tiene fundamento así planteada, ni histórica ni doctrinalmente.
Baste recordar que fueron regímenes de extrema derecha los que endeudaron hasta las cejas a los países latinoamericanos en los años setenta y ochenta o que los déficits más grandes de la historia los han generado paladines de la austeridad como los derechistas Reagan o Bush.
Para entender lo que hay detrás de esa mentira conviene saber de dónde viene la deuda y cómo se financia.
Cuando alguien, bien sea un sujeto privado o el sector público, gasta más de lo que ingresa, tiene deuda y, por tanto, tiene que financiarla: alguien le tiene que prestar para que pueda realizar ese gasto mayor que el ingreso.
Hasta hace unos años (y todavía ahora en la mayoría de los países) cuando eso le ocurría al sector público podía recurrir el banco central. Este era un “banco de los bancos” y además el banco del gobierno, a quien le proporcionaba el dinero que necesitaba. Si se trataba de cantidades razonables, podía financiarlo sin problemas pero si se limitaba a imprimir dinero alegremente, con independencia de la situación de la economía, antes o después tendría ante sí un grave problema porque el dinero cada vez valdría menos. Solo Estados Unidos puede permitirse ese privilegio porque tiene la “suerte” de que su moneda se use en más del 60% de los intercambios mundiales (gracias a su poder económico, político y militar). Gracias a ello puede imprimir dólares con independencia de cómo esté su propia economía porque siempre habrá alguien fuera que los desee. Lógicamente, disfrutando de este privilegio, a Estados Unidos no solo no le importa que haya mucha deuda sino que la aumentará constantemente para poder financiarse sin cesar, mientras haya otros que estén dispuestos a adquirir su moneda.
Por otro lado, cuando los particulares nos endeudamos hemos de acudir a los bancos privados. Y estos, cuando necesitan más dinero del que tienen, también se endeudan, recurriendo para ello o bien a otros bancos o al banco central.
Esta situación cambió en Europa cuando se constituyó el Banco Central Europeo. Sus estatutos establecieron que no podría financiar a los gobiernos. Algo raro porque era como ser un banco central…¡que no era un banco central! La razón de esa decisión es fácilmente deducible: si los gobiernos necesitaban financiación deberían pedírsela a los bancos privados.
Y aquí está la madre del cordero porque, aunque mucha gente no lo sabe o no se da cuenta, el negocio de los bancos es prestar, es decir, crear deuda. Cuando lo hacen crean dinero y entonces obtienen beneficio y poder.
Veamos un sencillo ejemplo. Supongamos que yo tengo los únicos 100 euros que hay en la economía y que se los presto a mi amiga Y. En ese momento sigue habiendo 100 euros, solo que 80 en mi bolsillo y 20 en el de Y. Pero si el banquero Sr. Botines me convence y deposito los 100 euros en su banco, éste pensará que yo no los voy a retirar enseguida. Entonces, buscará un cliente a quien prestar con una parte de mi dinero. Supongamos que mi amiga Y va al banco y el Sr. Botines le concede un crédito de 20. En ese momento el dinero que hay en la economía ha pasado a ser… ¡¡¡120 euros!!! Parece magia pero no lo es. En dinero legal (monedas o billetes) sigue habiendo la misma cantidad (100 euros) pero el banco ha creado medios de pago: con mi cheques o con mi tarjeta puedo gastar 100 euros y mi amiga Y puede gastar sus 20 euros, luego el dinero que ahora hay en total en la economía es 120 euros. El Sr. Botines ha creado “dinero bancario”. Y al hacerlo gana dinero, porque a mí me dará quizá un 5% por depositar mi dinero y a mi amiga Y le cobrará un 8%, por ejemplo pero siempre más del 5%, por el préstamo.
Pero además de ganar dinero, al crear dinero el banquero Botines aumenta su poder porque todos sabemos que el dinero da poder, poder de satisfacción y también poder de decisión.
Resulta entonces que hay un grupo social (los banqueros) que cuando crean deuda, crean dinero, y cuando crean dinero aumentan sus beneficios y su poder. ¿A qué se van a dedicar entonces? Pues lógicamente a tratar por todos los medios de que aumente la deuda: obligando a que, como en Europa, los bancos centrales no den gratis el dinero a los gobiernos para dárselo ellos, influyendo en los gobiernos para que apliquen políticas de moderación salarial y así los trabajadores tengan que endeudarse, haciendo que bajen los ingresos de las empresas y tengan que pedirles créditos, haciendo que la gente compre viviendas en lugar de alquilarlas, etc, etc.
En definitiva. No es verdad que haya tanta deuda porque hayamos vivido por encima de nuestras posibilidades sino porque la economía, la sociedad y hasta el poder político están dominados por un grupo social que tiene el privilegio de ganar dinero y de aumentar su poder aumentando la deuda y porque hay un país imperial, Estados Unidos, que tienen también el privilegio de endeudarse continuamente dándole sin fin a su máquina de imprimir dólares.
La conclusión es clara: si de verdad queremos que disminuya la deuda, acabemos con el privilegio de crear dinero que tiene la banca privada y con el imperialismo económico y monetario de Estados Unidos.

domingo, 27 de mayo de 2012

La crisis en Europa, o Europa como el problema (JUAN TORRES LÓPEZ)

Publicado en OBJETIVO EL TRABAJO. Anuario de Relaciones Laborales 2012. UGT

Como en otros lugares del mundo, la crisis de 2007-2008 estalló en Europa con extraordinaria fuerza. El sistema financiero saltaba por los aires, docenas de bancos hasta entonces tenidos como baluartes de las finanzas más solventes quebraban dejando mostrar la fragilidad de unas estructuras patrimoniales forjadas en los últimos años a base de inversiones especulativas y operaciones arriesgadas, y con ellos cayeron como naipes las economías de sus diferentes países. Y como en tantos otros sitios, enseguida dejó ver también en Europa que no se trataba de una simple perturbación financiera sino que tras de ella se encontraban fracturas estructurales muy profundas: medioambientales, productivas, sociales, institucionales, ideológicas, políticas… De manera que era todo el sistema lo que en realidad estaba haciendo agua por distintas partes, aunque nadie hubiera querido darse por enterado.
La magnitud de los primeros impactos y del daño producido, como igualmente en tantos otros sitios, fue impresionante en términos de empresas y puestos de trabajo destruidos, activos y ahorros volatilizados, economía enteras desplomadas y sociedades que quedaban estupefactas ante el poder destructor de un tsunami que se llevaba todo por delante.
Pero enseguida la crisis comenzó a mostrar justamente en la Unión Europea un efecto devastador especial y mayor que en cualquier otro lugar del mundo. Cuando se había hecho creer que la operación de ingeniería socioeconómica más reciente y vanguardista de la historia, la unión monetaria europea, iba a ser la defensa más firme frente a las marejadas que asolaran el planeta, resultó que toda su arquitectura se resquebrajaba sin ser capaz de proporcionar cobijo seguro a los países que habían confiado en el euro o el entramado institucional de la Unión Europea como el mejor recaudo para hacer frente a las desventuras.
Y en mucho mayor grado que en cualquier otro sitio, la inicial crisis financiera ha terminado siendo en Europa una crisis política de consecuencias impredecibles cuando a la caída de la actividad siguió una crisis fiscal sin precedentes y la aparición de un problema de deuda soberana que, ante la falta de respuesta adecuada por parte del Banco Central Europeo, se ha convertido finalmente en un problema político dramático y sin solución posible en el actual marco legal de la Unión Europa.
Las circunstancias que explican esto y que, por tanto, marcan los escenarios en donde posiblemente vamos a tener que movernos los ciudadanos europeos en los próximos tiempos son variadas y podrían resumirse en las siguientes.
a) El mecanismo que marca las coordenadas de la economía europea no ha funcionado correctamente, tanto por carecer de todas las piezas necesarias como por no estar bien ajustadas las disponibles. Europa no puede hacer frente a una crisis de regulación financiera con 27 supervisores, a una crisis de la deuda europea con 27 haciendas y políticas fiscales, a una crisis de demanda sin presupuesto, a una crisis financiera sin un verdadero banco central y a una crisis global sin ni siquiera una única portavocía o con instituciones en donde nadie es capaz de saber dónde reside el poder y quién lo detenta de verdad.
b) Desde el punto de vista de su capacidad de proporcionar estabilidad, protección, equilibrio y actividad, el euro es una moneda fallida. No solo no ha impedido los impactos asimétricos (como se sabía que iba a ocurrir dado su inadecuado diseño institucional y político) que ha generado la crisis sino que ha desarmado a unos espacios frente a otros y ha dado lugar a que Europa haya sido de facto intervenida y que algunos de sus países miembros estén sometidos y postrados al socaire de los mercados.
c) El modelo de generación y reparto del excedente impuesto con el euro y ahora predominante (de superávits comerciales en el norte y déficit en las periferias) implica un desequilibrio materialmente insostenible salvo a base de establecer una lógica redistributiva muy diferente a la actual y de la que expresamente reniegan Alemania y otros países centrales. En lugar de replantear el modelo, el capital alemán está imponiendo unas condiciones tan onerosas (aunque aún no sean del todo explícitas) a la Europa “periférica” que van a llegar a ser tan inasumibles y desventajosas para sus economías como para que antes o después se vean obligadas abrir el debate de la ruptura o salida del euro o, no se sabe si en el peor o mejor de los casos, una renegociación a la desesperada de extraordinaria dificultad y de resultados inevitablemente muy conflictivos. La situación extrema a la que se ha llevado a Grecia queriendo asegurar por encima de todo el cobro de sus acreedores pero impidiéndole generar ingresos para que pueda hacerlo es un buen ejemplo de las situaciones sin salida que se están produciendo.
d) Las políticas de “respuesta” europea frente a la crisis son en realidad fuertemente procíclicas, van a paralizar la recuperación de las diferentes economías europeas durante años, provocando asimetrías más fuertes, una gran desertización económica, descapitalización humana y social y que Europa se consolide como un simple espacio de oferta de servicios personales a bajo precio.
e) Ni en los años de expansión ni mucho menos en esta etapa de gran recesión, Europa ha sido capaz de consolidar una ciudadanía diversa pero cómplice y guardiana de Europa y consciente de los principios que implicaría su existencia como estado de estados y  nación de naciones y como referencia ciudadana. Por el contrario, las circunstancias anteriores han sembrado la desarmonía, los populismos, el fascismo… los valores que se suponía que la Europa unida estaba en condiciones de superar para siempre.
f) Finalmente, la puesta en marcha del modelo europeo dominante y de las políticas que lo sostienen y con las que se quiere hacer frente a la crisis es algo cada vez más contradictorio incluso con las formalidades más elementales de la democracia más convencional y por eso la insistencia en imponerlo está produciendo un auténtico aniquilamiento de la democracia en toda Europa.
Lo que ha ocurrido, en definitiva, es que en Europa la crisis global se ha convertido en la crisis de Europa y que la propia Europa, en lugar de ser el espacio institucional de la respuesta a la crisis, ha pasado a ser ella mismo el problema a resolver.
Por eso, en lugar de salir de la crisis en Europa se está volviendo a la recesión: no puede ser de otra manera porque lo que se hace, en lugar de tomar antídotos, es aumentar las dosis del veneno que hizo que nuestra economía fuese tan sumamente frágil ante una perturbación generalizada.
Europa no pude pretender salir de una crisis en última instancia provocada por la desregulación, la desigualdad, la desinstitucionalización, la precariedad del trabajo y la informalización de las relaciones laborales, la libertad absoluta de movimientos de capital, el privilegio de la especulación financiera, el desmantelamiento de los sectores públicos, la desfiscalización, la consolidación del poder monetario privado, etc. fortaleciendo todo ello para salvar patrimonialmente a los bancos y reafirmar la posición negociadora del capital. Así solo se llega aún más lejos del abismo en el que estamos.
Para salir de ahí hace falta que Europa deje de ser el problema y se convierta en la solución salvándose a sí misma y no solo al capital, asumiendo un nuevo horizonte, un nuevo tipo de equilibrio interno y, sobre todo, un reparto diferente de la riqueza y del poder. Europa no puede hacer creer que sigue siendo el proyecto de todos cuando es algo que cada está en poder de menos manos y cuando son los muy pocos los que se aprovechan de ello.

TARTA HELADA DE LIMÓN - THERMOMIX -



Hoy he preparado esta Tarta helada de limón - La Juani de Ana Sevilla -, a Juanma le gusta mucho el limón, a mi no especialmente, con lo cual esta tarta me sabe demasiado a limón, yo le echaría menos, para que estuviera más suave. A él le ha encantado.
Anina

viernes, 25 de mayo de 2012

“Todo el dinero que haga falta” (JUAN TORRES LÓPEZ)

Publicado en Sistema Digital el 25 de mayo de 2012

Entiendo que puede resultar algo repetitivo este comentario, pero ¿cómo permanecer en silencio cuando una vez más las autoridades públicas manifiestan que no hay problema ninguno para salvar a los banqueros mientras que recortan los recursos que salvan a las personas?
El ministro de Guindos ha dicho de nuevo que habrá todo el dinero que haga falta para capitalizar Bankia, esto es, para dejarlo limpio y en buenas condiciones para privatizarlo cuando llegue el momento, que es lo que harán sin ningún tipo de duda, porque si desearan mantener un banco público ya lo habrían creado y no precisamente a base de material de derribo.
Es normal que la gente se indigne cuando se entera de estas cosas. ¿Cómo se puede explicar que no haya límites impuestos por el déficit y la deuda a la hora de destinar dinero público a los bancos y que al mismo tiempo no haya ni un euro para los servicios públicos?
¿Cómo es posible que el gobierno se disponga a inyectar miles de millones de euros a Bankia sin depurar primero responsabilidades, sin poner sobre la mesa la gestión que han llevado a cabo sus directivos, el daño que ha hecho al erario público la injerencia constante de los gobernantes “liberales” de la Comunidad de Madrid que tan contrarios al intervencionismo se proclaman constantemente? ¿Cómo se puede aceptar que el Gobierno de Rajoy esté todos los días con el sambenito del cafelito de los funcionarios y del coste que suponen para el Estado y no se pare a plantear cuánto nos va a costar a los españoles la gestión de Rato y de sus estrategas?
¿Por qué dar por hecho que hay que poner dinero público en Bankia cuando se sabe que lo que ha ocurrido allí es el resultado de una serie de pasos estratégicamente dados para llegar a la situación en la que estamos?
¿Y cómo se puede aceptar la desfachatez de que el gobierno recurra a los auditores más tramposos del planeta para que pongan en claro las cuentas de Bankia y de su matriz, el Banco Financiero y de Ahorros (BFA)? ¿A quién quiere engañar el Gobierno contratando a los embusteros más grandes del sistema financiero mundial para que proporcionen ¡¡transparencia!!? ¿Cómo se puede consentir que el Ministro de Economía contrate a Goldman Sachs para aclarar la situación de la banca española cuando es el banco que más ha faltado a la verdad y que más estafas ha cometido en los últimos años cuando? ¿Quién ha impuesto que la auditoría la haga alguien que se sabe que va a mentir, que no ha dado nunca punta con hilo, que ha falseado las anteriores que ha hecho para justificar, en cada momento, lo que le interesaba a él mismo o a sus patrones y socios? ¿Cómo es que se hacen cuenta permanentemente sobre lo que vale una operación de nuestros hospitales, las clases que dan nuestros maestros o la atención de nuestros mayores y el Gobierno no cae en lo que nos va a costar que nos haga los números un par de auditores delincuentes?
El Gobierno de Rajoy sigue sin tomar ni una sola medida que garantice de verdad lo que es fundamental conseguir: la financiación de las empresas y de la economía en su conjunto. Simplemente se dedica a administrar los intereses de los dos o quizá tres grupos bancarios que van a terminar siendo los amos en solitario del sistema financiero español.
A quien hay que darle todo el dinero que haga falta no es a entidades financieras quebradas y a los banqueros que han provocado la situación en la que nos encontramos porque lo van a utilizar para volatilizarlo sobre la marcha en sus balances. Quien necesita ese dinero son las pequeñas y medianas empresas que han de pagar el escasísimo crédito que ahora reciben al 12 o 15%, o incluso al 30% si se da en circunstancias más extraordinarias o urgentes.
Los propios errores del gobierno (del actual y del anterior, todo hay que decirlo) o su complicidad y dependencia con el gran capital financiero, le restringe cada vez más el margen de maniobra. Cada día que pasa pierde posibilidades de actuación y se ve más obligado a discurrir por un camino que se estrecha continuamente, que ya casi es como el de una cuerda floja. Pero está a tiempo, a pesar de todo. Aunque no puede actuar de cualquier forma.
No basta con afirmar ahora que Bankia actuará como un buen banco público (y no solo nacionalizado) porque eso es insuficiente. A estas alturas se requiere algo más que un banco. Es necesario un sistema de financiación a la economía y, por ello, también un protocolo de actuación financiera que obligara no solo a otros más que se nacionalizaran, sino a todo el conjunto del sistema. La economía española está al borde del colapso por falta de aire financiero, de crédito. Si no se le proporciona pronto, se viene abajo.
El Estado está aún en condiciones de poner en marcha un motor financiero que la pusiera de nuevo en movimiento y en otro vía distinta a la insostenible que ha seguido años atrás.
No queda mucho tiempo pero quizá no sea la premura de tiempo lo más preocupante sino la anestesia que domina a la población en general, a los empresarios, que se encaminan a miles hacia el cierre y la ruina nublados por una visión ideologizada de la realidad impuesta desde la banca y la gran empresa que los ahoga; a los trabajadores, que han caído en la falacia de creer que lo que mejor les conviene es tratar de salvarse ellos mismos; a la mayoría de los jóvenes, que nada parece poder despertarles del sueño que ni siquiera es de Morfeo en el que los mantenemos.
¿Reaccionaremos o nos seguirá pareciendo lógico, natural y aceptable que se disponga de todo el dinero necesario para los banqueros mientras que nos quitan a los demás hasta el aire?

miércoles, 23 de mayo de 2012

La gran paradoja: Presupuestos del Estado contra los intereses de la nación (JUAN TORRES LÓPEZ)

Publicado en Mundo Obrero nº 248, mayo de 2012

La presentación de los primeros Presupuestos Generales del Estado del Partido Popular ha puesto de relieve bien a las claras la amenaza tan grande que se cierne sobre las clases trabajadoras.
Puesto que se hace un análisis más detallado de sus diversas partidas en otras páginas me limitaré aquí a señalar algunas cuestiones generales que me parece que hay que tener en cuenta para contextualizarlos y valorarlos.
En primer lugar, son unos Presupuestos oportunistas. Muestran a las claras que el Partido Popular posterga los intereses nacionales cuando de defender los suyos se trata, como así confirma el que se retrasara su presentación hasta justo después de que se celebraran las elecciones en Andalucía y Asturias. Tratar de lograr réditos electorales ocultando sus verdaderas intenciones a costa de retrasar medidas que el propio gobierno consideraba urgentes indica por qué tipo de dirigentes políticos estamos siendo gobernados.
En segundo lugar, son unos Presupuestos improvisados y muy poco rigurosos. Diversas circunstancia lo prueban. Entre ellas, la sobrevaloración del presupuesto de ingresos como consecuencia del optimismo en la estimación de recaudación y de reducir la magnitud que va a tener el efecto recesivo del recorte de gastos. Y por el lado del gasto, se infravalora sobre todo el gasto a realizar en pensiones y en protección al desempleo. Esto último es especialmente claro si se tiene en cuenta que el propio ejecutivo prevé un aumento del paro en 600.000 personas.
Y, además de ello, la falta de rigor de los presupuestos quedó indisimuladamente de evidencia cando una semana después de presentarlos se anunció un recorte adicional de 10.000 millones de euros en áreas estratégicas y que, por ello mismo, se supone que deberían haber sido objeto de un tratamiento mucho más atento y cuidadoso en la primera versión de los Presupuestos.
En tercer lugar, los Presupuestos son claramente recesivos y, como decimos los economistas, procíclicos, es decir que en lugar de corregir el rumbo de nuestra economía sacándonos de la recesión nos van a hacer que profundicemos en ella. Eso es así por varias razones. Una, que reducen el gasto total en gran cantidad y cuando la economía está en gran atonía, sin impulso, sin demanda ni actividad suficiente, lo que se necesita es incrementar el gasto que la dinamice y no al revés. Al recortarlo, se vendrá aún más abajo. Otra es que, para mayor abundamiento, se recortan gastos que son los motores de la actividad a corto, medio y largo plazo. Recortar más de un 30% la inversión en ciencia es hipotecar nuestra economía y nuestro desarrollo social durante años, como también lo es reducir el gasto en educación o en formación de los desempleados (todos los cuales son ya de por sí mucho más bajos que los de otros países europeos). E igual podría decirse del recorte en infraestructuras que además afecta sobre todo a las que podrían tener un impacto más favorable mientras que se salvan en mayor medida otras realmente improductivos y despilfarradores como las del AVE (solo en un tramo gallego se gasta prácticamente lo mismo que se recorta en I+D).
En cuarto lugar, los Presupuestos son falsamente de austeridad. No se aprovechan para acabar con gastos fiscales que solo benefician a las rentas más elevadas o a las grandes empresas. Incluso se ha recuperado la deducción a la vivienda que es injusta, inflacionista y un incentivo del peor modelo productivo de nuestra economía. Muchos recortes se realizan acompañados de medidas que suponen gasto a favor de servicios privados y en ningún caso se ha realizado previamente al recorte un estudio de optimización del gasto. Primero se ha dado el hachazo y luego se ha tratado de justificar diciendo que se hace para mejorar. Una excusa falsa y a veces acompañada de mentiras, datos erróneos y explicaciones vergonzosas por su falta de rigor como las que ha proporcionado el indocumentado Ministro de Educación.
En quinto lugar, los Presupuestos son un atentado gravísimo al bienestar de la mayoría de la población. Se mire por donde se mire los recortes suponen una pérdida de poder adquisitivo, de derechos sociales y de recursos. Su efecto, como ya se ha podido comprobar en otros países, será sin lugar a dudas el incremento de la desigualdad que está en la base de las más graves perturbaciones económicas, y de la pobreza, la pérdida de cobertura sanitaria y educativa, la mayor desatención a las personas que necesitan cuidados, la caída en la esperanza de vida y, como consecuencia de todo ello, la pérdida de potencial humano y de motores para el progreso.
En sexto lugar, los Presupuestos para nada se proponen modificar un modelo de crecimiento que es insostenible. Hacen buena la afirmación del eterno candidato a la Junta de Andalucía y tercero en la cúpula dirigente del PP, Javier Arenas, cuando dijo que la economía sostenible es “una milonga”. Ya se pudo comprobar que así piensa también el gobierno cuando acordó acabar con la ayuda al desarrollo de las renovables y que su voluntad es la de seguir apoyando las energías sucias y más caras con tal de beneficiar a las grandes empresas y grupos financieros que las participan.
En séptimo lugar, se trata también de unos Presupuestos reaccionarios en el pleno sentido de la palabra. A pesar de que se trataba en la mayoría de los casos de partidas poco cuantiosas, se ha optado por hacer desaparecer o dejarlos reducidos a su mínima expresión conceptos muy significativos como los fondos de integración a los inmigrantes, de apoyo a la igualdad, lucha contra la violencia de género, o cooperación al desarrollo.
Y, finalmente, también son unos Presupuestos impuestos y sometidos a intereses extranjeros puesto que es evidente que se hacen al dictado de “los mercados” y del gobierno alemán (que se encargó de dar su vergonzoso visto bueno antes que nadie). Y también ilegítimos por cuanto que asumen sin más el pago de intereses de una deuda que lo es, al ser el resultado de la complicidad del Banco Central Europeo con la banca privada y de la manipulación artificial de los mercados por los grandes especuladores y que es necesario repudiar por odiosa. Como ha reconocido el propio Ministro de Economía son los presupuestos de una economía intervenida.
En definitiva, los Presupuestos que ha presentado el gobierno del Partido van a empeorar la situación económica a corto, medio y largo plazo, deterioran las estructuras y servicios de bienestar y la capacidad de generar actividad y empleo de las pequeñas y medianas empresas, empeoran las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población, mantienen gastos superfluos e improductivos a favor de las grandes empresas, de los bancos y de la industria armamentística o de la Iglesias católica, cuando tanto se habla de austeridad, no avanzan en ningún caso hacia un nuevo tipo de modelo productivo y confirman que nuestros gobiernos carecen de dignidad y de patriotismo para defender los intereses generales de España. Como he dicho en otro lugar, vienen a ser una simple traición puesto que someten a nuestra ciudadanía a la voluntad de los mercados y de los poderes financieros.

martes, 22 de mayo de 2012

España atrapada por las mentiras de la banca (JUAN TORRES LÓPEZ)

Publicado en publico.es el 22 de mayo de 2012

Desde los primeros momentos de la crisis sorprendió que nuestras autoridades afirmaran que los bancos españoles eran los más solventes del mundo, que estaban, decía Zapatero, en Liga de Campeones. Era chocante que los nuestros tuviesen tan buena salud cuando la inmensa mayoría de la banca mundial estaba literalmente quebrada. Se decía que era debido al magnífico papel de supervisión desempeñado por el Banco de España, pero eso tampoco casaba con las denuncias de pasividad que habían hecho pocos años atrás sus inspectores ante el gobernador Caruana y el Ministro Solbes. Y, desde luego, con el hecho evidente que cualquiera conocía, por muy poco experto que fuese en temas financieros: la salvaje financiación que nuestra banca había realizado a una de las mayores burbujas inmobiliarias de la historia.
¿Cómo era posible que no les hubiera dejado créditos sin cobrar cuando todo se vino abajo? ¿Cómo se explicaba que no tuviese problemas un sistema bancario que en 2007 solo recibía 0,76 euros en depósitos por cada euro de crédito que concedía (casi la mitad de lo que recibía en 2000, 1,43 euros)? ¿Cómo podía creerse que estaba, o que podría mantenerse en Liga de Campeones un sistema bancario que en ese mismo periodo había multiplicado por nueve el crédito a una actividad inmobiliaria que se estaba volatilizando, y que había pasado de recibir 78.000 millones de euros de financiación interbancaria europea a 428.000 millones, también entre 2000 y 2007? ¿Cómo se podía creer que no tenía problemas o que no los tendría pronto un conjunto de bancos que había financiado miles de préstamos hipotecarios a más del 100% del valor de la vivienda (en época de subida artificial de precios) o de préstamos a empresas también a más del 100% del valor de la inversión?
Y, sobre todo, ¿cómo podía creerse que estaban en buena situación si a la hora de la verdad habían dejado de dar créditos a las empresas y consumidores, dejando así que se hundiera nuestra economía?
La respuesta a estas paradojas es esencial para comprender lo que ha ocurrido en España y lo que nos va a suceder muy pronto.
Los banqueros tienen un poder extraordinario en Europa, en donde hacen y deshacen normas a su antojo, pero los españoles tienen en nuestro país una influencia política, mediática y social incluso mucho mayor que en otros lugares. Perdonan desde hace años los créditos a los partidos políticos, dominan la política editorial de los medios, influyen en las universidades y mantienen contratados a docenas de investigadores que difunden las tesis que les convienen. Así, no les debió resultar difícil convencer a los principales líderes políticos y de opinión de que su situación era buena. Sobre todo, cuando podían disimularla gracias a los cambios contables aprobados por la Comisión Europea, precisamente a instancias de la patronal bancaria. En particular, la “mentira piadosa”, como la califica el catedrático de Contabilidad Oriol Amat, que les permitía seguir valorando los activos dañados a su precio de adquisición y no al mucho menor del mercado en el momento de la valoración.
Esos trucos contables, las inyecciones de liquidez que los grandes bancos españoles recibieron en otros países y las demás ayudas que les dio el Estado permitieron manipular y disimular su situación patrimonial hasta el punto de aparecer como los más rentables del mundo. Lo dicho: Liga de Campeones.
Pero la realidad era otra y mucha gente lo sabía. Los bancos, todos, y no solo las cajas, estaban tocados del ala y en el fondo de sus balances había un deterioro estructural gravísimo como consecuencia de la crisis del ladrillo que ellos mismos habían provocado facilitando el endeudamiento explosivo de toda la economía. Un deterioro que tenía dos caras: la acumulación de activos (títulos de préstamos y créditos y propiedades inmobiliarias) que no ya no tenían ni mucho menos el valor que se les asignaba, y unas deudas con otros bancos extranjeros que sí seguían valiendo lo que inicialmente se había registrado: muchos cientos de miles de millones.
Si se hubiese puesto en claro esta circunstancia a medida que iban apareciendo activos con pérdida de valor, los bancos españoles se tendrían que haber ido declarando en quiebra porque las provisiones de las que tan orgullosos estaban los reguladores del Banco de España eran totalmente insuficientes. Y para evitar esa situación (que los banqueros sabían -o debían saber- ya en 2007 que antes o después se iba a producir) lo que trataron de hacer fue ganar tiempo para ir creando las condiciones que les permitieran finalmente quedarse con todo el mercado. Gracias a su gran poder político consiguieron que el PP y el PSOE asumieran una estrategia de reforma que poco a poco iba a permitirles que recobrasen el dominio de la situación y el equilibrio patrimonial. Se trataría de ir quitando de en medio a las cajas de ahorros, a quienes era mucho más fácil hacerlas culpables de todo lo que había ocurrido, en gran parte con razón, por la lamentable gestión de los políticos responsables de sus órganos rectores (aunque en realidad se debía a que habían dejado de ser auténticas cajas de ahorros para convertirse en clones de los bancos privados).
Si casi la mitad de los operadores del mercado que competían con los grandes bancos privados desaparecían o eran poco a poco absorbidos, los dos, tres o cuatro mayores de estos últimos quedarían reforzados sin necesidad de mostrar su insolvencia ni de pagar por sus irresponsabilidades. De este modo y a base de recibir ayudas del Estado, como ahora, es como ha ido evolucionando siempre el sector bancario español, cada vez más concentrado.
Pero la intranquilidad y los problemas han empezado a agravarse por lo que era previsible que sucediera: el proceso de fagocitación del mercado como estrategia para salvar a la gran banca privada sin que se le vean sus vergüenzas es muy lento, inseguro y a veces, como ha ocurrido con Bankia, incluso escandaloso.
Además, hay que tener en cuenta que el partido no solo se juega en campo nacional. ¿Se iban a conformar los acreedores europeos de la banca española con esta estrategia? ¿Estarían dispuestos a esperar? ¿Se van a arriesgar sabiendo que la política de austeridad va a deprimir por largo tiempo a nuestra economía y que eso va a acelerar el deterioro patrimonial de los bancos españoles y a dificultar el pago de su propia deuda?
Hasta ahora, los banqueros españoles han conseguido que todos nos creamos su gran mentira. O, al menos, que actuemos como si nos la creyésemos (porque basta hablar con responsables políticos y directivos económicos de cualquier ideología o tendencia política para oír a muchos de ellos decir que el rescate es inevitable por el gran agujero de los bancos). El gobierno de Zapatero se limitó a seguir el protocolo marcado por la gran banca incluso en los detalles más pequeños, desde el indulto final al decreto de vergonzosos nuevos privilegios aprobado también estando su gobierno ya en funciones. Pero el de Rajoy ha querido mover ficha jugando a mostrar la verdadera situación de la banca y está precipitando las cosas, porque su estrategia de reformas en unidosis y muy improvisadas solo ha servido para mostrar que la del sector financiero es mucho peor que la que se venía diciendo, y para hacerla quizá ya indisimulable.
Ahora solo queda saber lo que ocurrirá tras la auditoría solicitada y que, como todas, proporcionará resultados “por encargo”. Solicitar una evaluación objetiva a Oliver Wyman (que se “equivocó” cuando auditó a los bancos irlandeses considerándolos ejemplares poco antes de que tuvieran que ser nacionalizados, o que fue una de las garantes de los derivados de las hipotecas sub prime como productos muy seguros) es como es como pedir auxilio en el naufragio a quien no sabe nadar.
Así que para qué nos vamos a engañar: aunque la gente normal y corriente no sepamos el final, las autoridades ya lo han negociado porque en cuestión de banca nadie da puntada sin hilo. Pueden ocurrir dos cosas. O bien que hayan acordado ya que se siga mareando la perdiz porque las autoridades europeas (que posiblemente sepan la magnitud real del agujero) admiten que el rescate sería impagable para España y que quizá levantaría una auténtica polvareda social. O bien que se concluya que hasta aquí hemos llegado y que hay que tirar por fin de la manta que cubre las miserias de los bancos españoles.
Me parece a mí que esto último va a ser lo más probable porque, al fin y al cabo, los bancos españoles y extranjeros serían los beneficiados. Los auditores, como tantas veces, serán los que se encarguen de hacer la representación necesaria para que todo se nos presente de la forma más fácil de asumir.
Y aquí es donde estamos. Botín y compañía han dejado atrapada a España a base de irresponsabilidades y de mentiras. Van a terminar obligando a que España, como le ocurriera a Irlanda, tenga que asumir su rescate; haciendo que éste -que en realidad es la recapitalización de lo que los banqueros irresponsables han perdido jugando en el casino- se presente como la salvación de España; y obligando a que los españoles tengamos que sufrir nuevos recortes en derechos sociales y bienestar para que los ellos nos sigan gobernando y obteniendo beneficios a nuestra costa.
Espero y deseo, sin embargo, que las cosas no terminen ahí y que los banqueros no puedan respirar tranquilos en ese momento, como si se hubieran acabado entonces sus problemas. Lo espero y deseo en la confianza de que un buen número de españoles, ojalá su gran mayoría, sean dignos y patriotas y que no perdonen a quienes han arrastrado a España a la ruina a base de mentiras para salvar sus privilegios políticos y económicos.

lunes, 21 de mayo de 2012

PROFESOR LAZHAR (PHILIPPE FALARDEAU, 2011)

Un maestro de primaria de origen argelino entra en contacto con un grupo de adolescentes de Montreal obsesionados por el misterio de la muerte. (FILMAFFINITY)

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"Lo que hace que la película sea apasionante es la sabiduría y la elegancia con las cuales trata sobre los temas gemelos del dolor y la sanación, y la tranquila belleza de la interpretación de Mohamed Fellag en el papel principal" (Joe Morgenstern: The Wall Street Journal)
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"'Monsieur Lazhar' construye la esperanza en el rostro de la tragedia y arroja una nueva luz a la cuestión de qué es la verdad y cómo encontrarla" (Rex Reed: The New York Observer)
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"Como un dedicado profesor, éste es un filme que permanece contigo (...) Puntuación: ***1/2 (sobre 4)" (Kyle Smith: New York Post)
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"Pedagogía en 35 mm. (...) Una película preciosa (...) en la línea de las francesas 'Hoy empieza todo' y 'La clase', pero con un tono menos documental y más sentimental (en el buen sentido), más emocionante" (Javier Ocaña: Diario El País)
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"El joven director ha sabido extraerle a esta preciosa historia todo el potencial sensible, que no sensiblero, que poseía (...) un personaje conmovedor (...) Puntuación: **** (sobre 5)" (Carmen L. Lobo: Diario La Razón)
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"Espléndida (...) Es una película sin concesiones. En ella imperan la emoción, el talento y -pese a todo- la alegría. (...) Puntuación: **** (sobre 4)" (Lluís Bonet Mojica: Diario La Vanguardia)
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"Una película considerablemente audaz (...) Hábil para pulsar las más finas cuerdas emotivas, la mezcla de drama y sonrisas de este film lo hacen particularmente apto para públicos variopintos. (...) Puntuación: **** (sobre 5)" (M. Torreiro: Fotogramas)
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PREMIOS:

2011: Oscars: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
2011: Festival de Toronto: Mejor película canadiense
2011: Festival de Locarno: Premio del público
2011: Festival de Valladolid - Seminci: Mejor guión, Premio FIPRESCI


Ayer fuí con Juanma al cine, nos decidimos por esta película que tan buenas críticas tiene. Está bien, me ha gustado, pero claro, después de ver la semana pasada "Las nieves del Kilimanjaro" (que me encantó) pues se me queda algo floja. La niña es fantástica, es el personaje que más me ha gustado.
Anina

jueves, 17 de mayo de 2012

El gran despilfarro: La crisis bancaria en España

Declaración de econoNuestra

La nacionalización parcial de Bankia, intervención de hecho de la entidad, llevada a cabo por el gobierno del Partido Popular, es un hito importante, y no el último, en el desarrollo de la grave crisis en la que está instalado el sistema bancario.La forma en la que se ha realizado la intervención es tanto un reflejo de las contradicciones que recorren al PP, como de la falta de profesionalidad de sus dirigentes, en un tema en el que deberían tener interés en aparecer como gente capaz. Un suceso tan relevante como la nacionalización de una entidad sistémica, señalada públicamente como tal por el FMI, ha sido ejecutado con improvisación, filtraciones y titubeos. Fácilmente se podría haber disparado el pánico de los depositantes, con lo que alguna modalidad de “corralito” habría sido una realidad en nuestras tierras.
Las contradicciones del PP se pueden resumir en lo siguiente: “No salen las cuentas”. Los  rescates, éste y los próximos, se llevan por delante las más optimistas previsiones sobre el cumplimiento de los objetivos de déficit público. Las cifras que están en juego superan, en orden de magnitud, los bestiales recortes anunciados y aprobados. Por mucho que se empeñen en repetir que esto no va a costar nada, las cuentas no salen. La economía española está inmersa en un bucle contractivo de tal magnitud, que hace perecederas al instante cualquier cifra estimada sobre el  volumen de las pérdidas de las entidades financieras. El volumen de los activos que en los bancos no generan rendimientos, total o parcialmente, va a seguir creciendo, porque el efecto contractivo de los recortes solo se ha manifestado de forma incipiente. Es decir, la necesidad de provisiones y el reconocimiento de pérdidas van a continuar.
La crisis bancaria surgió de la mezcla de los errores de gestión de los directivos bancarios, junto con los intereses mutuos de enriquecimiento no sostenible de dichos directivos y de los empresarios tóxicos (no son los activos los tóxicos, sino los empresarios y los banqueros), pero, posteriormente, las denominadas políticas de austeridad agravaron la crisis bancaria inicial y la convierten en irresoluble. La crisis de las subprime en Estados Unidos aceleró la explosión de la burbuja financiera en España, porque los bancos y las cajas de ahorro se financiaban mediante las titulizaciones de los préstamos hipotecarios, titulizaciones que colocaban en Europa y la financiación interbancaria de bancos no españoles. Ambas vías de financiación colapsaron en agosto de 2007, por lo que  bancos y cajas adoptaron duras restricciones a la concesión de créditos, y la actividad económica se paralizó bruscamente con la inmediata subida del paro. En esos momentos algunas cajas de ahorro ya exhibían una situación patrimonial cercana a la necesidad de intervención. Era el caso especialmente, de Caja Madrid, Bancaja y CAM. Pero la falta de una política de fuerte estímulo de la economía, por parte de los gobiernos europeos y, posteriormente, las políticas neoliberales de brutales recortes, han exacerbado la crisis económica, convirtiéndola en gran recesión, lo que ha amplificado y extendido la crisis bancaria al conjunto del sector. Por otra parte, la denominada crisis de la deuda soberana ha sido la consecuencia de la crisis económica, provocando la enorme caída de los ingresos fiscales, y el deterioro de los bancos y cajas, dado que, como ha ocurrido, el gobierno terminaría rescatando a las entidades con problemas

1.- La formación de la burbuja

Desde el inicio del euro el crédito concedido, en España,  por los bancos y cajas de ahorro, pasó de representar el 88% del PIB, en el año 2000, al 171% en el año 2008. Además, la cartera que más creció fue la de construcción y vivienda. El parque de viviendas nuevas, en el año 2000, ascendió a 334.000 unidades, mientras que en 2007 alcanzó las 734.000 unidades. El precio medio de la vivienda se duplicó en el mismo período. Además, el inicio del crecimiento de la construcción de viviendas se inició unos años antes de la creación del euro como divisa.
El resultado de estas cifras es que en 2007 la exposición al riesgo de impago de promotores y compradores de vivienda era descomunal. El crédito también se dirigió a grandes y medianas empresas industriales y de servicios. Pero existen diferencias significativas con el riesgo inmobiliario.
La mayoría de los promotores inmobiliarios arriesgan muy poco capital en sus negocios. La práctica habitual, consentida por los bancos y cajas de ahorro, es la concesión de un alto porcentaje de  financiación sobre el total del proyecto, con el argumento de que habitualmente los préstamos serán subrogados a los compradores finales de las viviendas. Pero hay otras razones, especialmente en las cajas de ahorro, y son los vínculos políticos y económicos que se establecen entre el núcleo directivo, el consejo de administración, formado por políticos, y los empresarios, promotores inmobiliarios.
En el caso de que la promoción fracase, total o parcialmente, es prácticamente imposible recuperar la inversión, o en cualquier caso, las pérdidas serán cuantiosas. Además, las entidades financieras financiaron la compra de suelo, incluso no urbanizado, basándose en precios determinados por los precios de los inmuebles que en muchos casos no se llegaron a construir.
Los productos no vendidos no son exportables y solo pueden deteriorarse. El parque actual de viviendas en manos de las cajas de ahorro y bancos los han convertido en las mayores inmobiliarias. Pero con la particularidad de que son activos que solo generan costes.
La formación de la burbuja era ya bastante evidente en 2002. El Banco de España, con Caruana nombrado por el PP, como gobernador,  no acometió ninguna labor preventiva, y la supervisión prudencial brilló por su ausencia, Miguel Angel Fernández Ordoñez (MAFO), nombrado por el PSOE también se abstuvo de intervenir, y la burbuja explotó.
¿Se podía haber abortado la burbuja inmobiliaria? Greenspan declaró que no era posible utilizando los tipos de interés, y ese argumento se ha repetido por nuestros lares, teniendo en cuenta además, que el Banco de España no tenía ya el control de los tipos de interés. Sin embargo, la forma de impedir la formación de la burbuja, o frenarla en sus comienzos, habría sido mediante la exigencia de provisiones específicas adicionales, tanto por incremento de la cartera de promotores, como por exceso de concentración del crédito promotor. Dictar esas medidas sí estaba al alcance del Banco de España, pero no lo hizo. La provisión estadística o anticíclica, algo tenía en cuenta el crecimiento del crédito, pero era muy favorable al crédito hipotecario, por el efecto de las garantías. En definitiva, el Banco de España falló en la regulación prudencial, sea por razones de falta de voluntad política y responsabilizarse de abortar el crecimiento, o bien sea por incomprensión de la situación, o por ambas cosas.

2.- La crisis de Bankia

En la crisis de Bankia confluyen dos cajas de ahorro, Caja Madrid y Bancaja, pero en el análisis también podemos incluir a la CAM, cuya crisis estalló antes. Entre las tres han acumulado un terrorífico volumen de créditos ligados al negocio inmobiliario. Comparten ciertas características comunes, que les confiere cierta singularidad dentro del sistema bancario español. Estas tres cajas han estado gobernadas por el Partido Popular en el período en el que se incuba la burbuja inmobiliaria. La cartera de préstamos de las tres entidades ha acumulado una gran concentración de préstamos a promotores inmobiliarios, con los que los miembros de los consejos de administración tenían fuertes vínculos, o incluso se llegaban a sentar en los consejos como empresarios independientes. En el caso de la Comunidad Valenciana, Bancaja y CAM financiaron todo tipo de proyectos faraónicos, que resultaron, en gran parte, inversiones fallidas. Las tres cajas tomaron grandes participaciones industriales, con el fin de sentar en los consejos de administración de las grandes empresas españolas a los presidentes y otros destacados miembros de las cajas. El principal mérito de Miguel Blesa, catorce años presidente de Caja Madrid, fue el ser amigo de Aznar, y en el caso de José Luis Oliva, el haber sido presidente de la Generalitat Valenciana, le convertía en un reputado banquero. Los sueldos conocidos de los presidentes de las cajas se igualaron con los de los bancos privados, al mismo tiempo que las remuneraciones de los consejeros también alcanzaban cifras escandalosas. Así se conseguía el gobierno corporativo “perfecto”, en el que los intereses de los consejeros estaban adecuadamente alineados con los intereses de los presidentes: enriquecerse todos. El núcleo directivo no podía estar al margen de la bonanza y, además de retribuciones y fondos de pensiones millonarias, se les premiaba con puestos en consejos de administración de empresas participadas, muchas de ellas compartidas con promotores inmobiliarios. Así se cocinaron las condiciones ideales para la tormenta perfecta. Todos los implicados tenían intereses en el negocio, y éste estaba basado en aumentar el balance, generar beneficios a corto plazo, porque si la situación cambiaba, ya tenían sus cláusulas de protección, en forma de fondos de pensiones y salida de la entidad con indemnizaciones millonarias.

3.- El Banco de España

El Banco de España no tuvo voluntad en poner fin a la burbuja inmobiliaria, y una vez desatada la crisis financiera, actuó con criterios nacionalistas y corporativistas, defendiendo las maravillas de la regulación anticíclica y la solvencia de las entidades españolas.  Es cierto que en Europa los bancos centrales actuaron con criterios similares al Banco de España, lo que dio lugar a una serie de pruebas de estrés condicionadas por los intereses de cada ente regulador, y consiguiendo más desconfianza que otra cosa, cuando una vez pasadas la pruebas seguían manifestándose graves problemas de liquidez y solvencia, sin necesidad de que se dieran las condiciones extremas planteadas en las pruebas de estrés. También es cierto que la regulación anticíclica era una medida positiva, pero muy parcial e incompleta, y no la medicina adecuada ante una crisis sistémica.
Con la llegada de MAFO el gobernador intentó paliar sus carencias de conocimiento de los problemas de los bancos, con los ataques cotidianos contra los intereses de los trabajadores. Mientras tanto, el Banco de España dedicó grandes recursos a validar, y a convalidar,  modelos de riesgo de crédito construidos por las entidades, en el marco de Basilea II, para cumplir con los requerimientos de recursos propios, modelos que han sido barridos por la eclosión de la crisis bancaria. Es difícil encontrar una prueba empírica más contundente, para testificar el fracaso. Mientras los técnicos del Banco de España, han dedicado ingentes recursos públicos para comprobar la supuesta validez de las bases de datos, los sistemas de rating y las estimaciones de probabilidades de default , la solvencia de las entidades se disolvía como un azucarillo en el café para todos de Basilea II.  Sin embargo, todavía no hemos visto ninguna reflexión crítica, emanada desde el Banco de España, sobre las causas de la crisis bancaria y el fracaso de la regulación tecnocrática y favorable a las entidades que son las reglas de Basilea.

4.- EL Banco Central Europeo (BCE)

El BCE es uno de lo grandes problemas de la crisis. El poder político y económico, favorable a los intereses de los empresarios y banqueros, han dotado al BCE de un estatuto de independencia de los gobiernos, mientras que los gobiernos resultan dependientes del BCE. Esta situación insólita, que invalida los más elementales principios de la democracia formal, ha convertido al BCE en el tirano  de Europa. Derribar esta tiranía es uno de los principales objetivos para poder avanzar en una salida de la crisis. Draghi, igual que Trichet, impone condiciones a los gobiernos. Modula las inyecciones de liquidez, para que el sistema no se hunda, pero utiliza su inmenso poder como arma de chantaje.  Las dos últimas inyecciones de más de un billón de euros, no han sido gratis. Sin esas inyecciones muchos bancos no podían hacer frente a sus necesidades de liquidez ante los vencimientos de deuda emitida, ni tampoco podrán haber seguido acudiendo a las subastas de deuda pública en España e Italia. Pero el BCE impone condiciones de forma autoritaria y exige más sacrificios, más recortes y más austeridad. Su ideología fundamentalista, y su estatuto de independencia, en línea con las fuerzas conservadoras, es uno de los principales obstáculos para una salida de la crisis.

5.- Las nacionalizaciones para socializar pérdidas y privatizar beneficios

Los gobiernos de derecha son enemigos de lo público salvo cuando tienen que utilizar los recursos públicos a favor de los intereses privados. Esto se vuelve a repetir con la nacionalización de Bankia y los apoyos públicos ya concedidos, más los próximos que están por venir. Por más que el ministro Luis de Guindos repita que lo que está haciendo es un magnífico negocio para los contribuyentes, las terribles consecuencias de la crisis y de las políticas de recortes son irreversibles (Los costes de la reforma financiera).
Con la creación de los  “bancos malos” el gobierno ha abierto otra vía de necesidad de apoyos de recursos públicos. Después de tanto “esquema de protección de activos”, FROB, cocos, el problema elemental es que las cajas y los bancos han sufrido, y van a sufrir, enormes pérdidas, y “alguien” tiene que hacerse cargo de ellas. Hay que reponer capital a las entidades o dejarlas caer y, en ambos casos, las pérdidas se socializan, porque el capital solo procede de los recursos públicos, sea en forma de emisiones de deuda pública, emisiones del FROB, o futuros rescates procedentes de Bruselas, que también habrá que pagar. Pero esto son los costes directos, porque los costes indirectos del estancamiento y retroceso económico, por muchos años, es inconmensurable.

6.- Perspectivas

Con la intervención de Bankia se ha producido una escalada en la evolución de la crisis bancaria, que se acelera por momentos. Desde todos los ámbitos se reclama saber cual es el “verdadero valor de los activos tóxicos”, para lo cuál el gobierno ha exigido la actuación de expertos independientes que valorarán no solo las carteras dañadas, sino todos los activos bancarios. La petición de expertos independientes deja por los suelos al Banco de España que es el responsable directo de evaluar la salud de las entidades bancarias. Pero, en cualquier caso, se trata de un esfuerzo inútil. El resultado del trabajo de los evaluadores independientes será más zozobra. Es una muestra de que los más elementales principios económicos se desconocen. Realizarán estimaciones que a los pocos meses quedarán obsoletas, porque en un escenario tan abierto como el actual las variables fundamentales están en la política. Solo un cambio de rumbo profundo en las políticas de recortes puede salvar la situación. El efecto de los recortes anunciados por el gobierno sobre la morosidad, debido al aumento del paro y el deterioro del tejido empresarial, elevará las cifras de morosidad a niveles insostenibles. La posible salida del Grecia del euro tendrá consecuencias y los costes de la deuda pública pueden alcanzar niveles imposibles de financiar. Valorar los activos bancarios en estas circunstancias es un ejercicio inútil.  Los bancos solo tienen solución si se crea un escenario en el que los créditos solventes crezcan más deprisa que la morosidad, porque además, en ese escenario, muchos deudores recuperarían la capacidad de pago. Todo lo que no sea eso, es avanzar hacia el desastre.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Las verdaderas causas de la elevada deuda pública (JUAN TORRES LÓPEZ)

Publicado en publico.es el 16 de mayo de 2012

Las autoridades europeas se empeñan en hacer creer que el principal problema que tienen que resolver es el de la deuda pública y afirman que ésta se ha generado por el excesivo gasto de los gobiernos en servicios públicos, y porque las personas normales y corrientes hemos vivido “por encima de nuestras posibilidades”. Por eso dicen que su único remedio es aplicar las durísimas políticas de austeridad que proponen.
Se trata de un juicio que no responde a la verdad y que está llevando a los países europeos al desastre porque los efectos de los recortes de inversión pública y gasto social que aplican está destruyendo la capacidad de generar ingresos, no solo a corto sino a medio y largo plazo, y eso va a dar lugar, si no se cambia de rumbo urgentemente, a muchos años de penurias y grandes sufrimientos y convulsiones sociales.
Con independencia de que en la mayoría de los países el problema es la deuda privada y no la pública (un asunto que no voy a tratar ahora) la realidad es que las causas verdaderas de ésta última son otras distintas a las que proclaman las autoridades y, por tanto, requieren un tratamiento diferente. Las más importantes son la siguientes:
- En primer lugar, haber prohibido la financiación a los gobiernos por el banco central y obligar a que se financien por la banca privada. Eso ha producido un encarecimiento extraordinario de la deuda traducido, paralelamente, en enormes beneficios para los banqueros privados. Los economistas franceses Jacques Holbecq y Philippe Derudder  han demostrado en su libro La dette publique, une affaire rentable: A qui profite le système?( Ed. Yves Michel 2009) que Francia ha tenido que pagar 1,1 billones en intereses desde 1980 a 2006 para hacer frente a la deuda de 229.000 millones existente en ese primer año. Es decir, que si hubiera sido financiada por un banco central sin pagar intereses se hubiera ahorrado 914.000 millones de euros. Sabemos que España ha pagado ya tres veces la deuda que tenía en 2000, Agustín Turiel ha demostrado que solo en 2008, 2009, y 2010 ha tenido que pagar 120.842 millones de euros para hacer frente a la deuda en las condiciones que le imponen los mercados (La deuda ilegítima del Estado Español) y que en los Presupuestos Generales del Estado de 2012 se consignan más de 28.876 millones de euros de intereses. En toda la Unión Europea los dos investigadores citados muestran que se pagan anualmente unos 350.000 millones de euros a la banca privada por este mismo concepto. Es evidente, pues, que el factor principal que ha encarecido la deuda pública, el que la mantiene hoy día en sus niveles desorbitados, es el que haya sido financiada por la banca privada a intereses de mercado.
Si el Banco  Central Europeo hubiera actuado como un auténtico banco central, en lugar de ceder la financiación a la banca privada para que esta hiciera un negocio descomunal, las economías europeas no estarían en la situación calamitosa en la que están y los pueblos europeos no tendrían que estar soportando los sacrificios tan grandes que ahora soportan. Además, de esta forma se habría evitado no solo tener que gastar mucho más en la financiación sino también el sufrirla en las condiciones tan volátiles que generan los inversores especulativos que predominan en los mercados. Y así se obligaría más fácilmente a los bancos a que dediquen sus recursos a cumplir con su función que es la de financiar a las empresas y consumidores para que así haya actividad, empleo e ingresos públicos suficientes.
- En segundo lugar, el gran incremento de las desigualdades que ha hecho que montantes cada vez más grandes de ahorro de las clases más ricas se destinen a la especulación deteriorando la actividad productiva y disminuyendo así la generación de ingresos privados que, a su vez, nutran puedan nutrir las arcas públicas. Y no se puede olvidar que esa desigualdad se ha generado deliberadamente, por influjo de los grandes grupos oligárquicos, al aplicarse políticas de moderación salarial y de fomento del trabajo precario, y haciendo reformas fiscales regresivas que han mermado los ingresos públicos con tal de permitir que los más ricos, las grandes fortunas y grandes empresas, apenas paguen impuestos. Si estas últimas no cometieran fraude fiscal en España no habría que hacer posiblemente ningún tipo de recorte en el gasto público.
- En tercer lugar, la existencia consentida de paraísos fiscales en donde se calculan que hay entre 1,5 y 2 billones de euros que no tributan ni un solo euro a las haciendas europeas.
- En cuarto lugar, la identificación del progreso con el mito del crecimiento intensivo que ha llevado a realizar gastos públicos completamente innecesarios e improductivos (grandes aeropuertos e infraestructuras infrautilizados y desproporcionados, trenes de alta velocidad, edificios suntuarios…).
- Y finalmente, la falta de democracia real que permita el control social de las autoridades, la sanción contundente de la corrupción y la participación efectiva de la ciudadanía en la gestión presupuestaria para poder evitar que ocurra todo lo anterior.
Por lo tanto, la solución a los problemas de la deuda pública en Europa no puede pasar por las políticas de austeridad que están aplicando las autoridades y que simplemente consisten en recortar derechos sociales y recursos para el bienestar, con el fin soterrado de facilitar el negocio de su provisión privada y de mantener los privilegios de la banca y de las grandes empresas.
La solución es otra.
Con carácter inmediato hay que plantear una quita en toda Europa de la deuda existente, que es completamente imposible que se pueda pagar, repudiando la deuda generada por la financiación privada y por la especulación en los mercados; modificar el estatuto del Banco Central Europeo para que financie sin intereses los gastos extraordinarios de los gobiernos (sin perjuicio de que eso deba ir acompañado de un control de las demás circunstancias que provocan un crecimiento inadecuado de la deuda pública que debe limitarse a financiar necesidades extraordinarias o las inversiones que necesita el desarrollo integral y sostenible de las economías); la prohibición de los paraísos fiscales; la puesta en marcha de un plan de lucha contra el fraude en toda Europa y de reformas fiscales  progresivas con figuras impositivas que graven las transacciones financieras y particularmente las de carácter especulativo; recuperar el poder adquisitivo de las rentas más bajas para generar actividad, empleo e ingresos públicos; prohibición de la utilización de productos financieros vinculados a las necesidades sociales básicas o a los recursos estratégicos de las economías; y reformas políticas que fortalezcan las democracias el control, social y la participación ciudadana. Aunque, siendo realistas, hay que señalar que para frenar de verdad la deuda pública y no echar sobre las economías una losa insoportable e insostenible en forma de gasto público corrupto y despilfarrador, será necesario a medio plazo avanzar aún más, estableciendo controles de capital para evitar la constante inestabilidad monetaria, desmercantilizando el trabajo y repartiendo el empleo, y configurando nuevos regímenes de propiedad y de derechos asociados a ella para evitar la concentración actual de los recursos y el dominio de los mercados y de la sociedad por los grandes grupos de poder empresarial y financiero.

lunes, 14 de mayo de 2012

LAS NIEVES DEL KILIMANJARO (ROBERT GUÉDIGUIAN, 2011)

A pesar de haber perdido su trabajo, Michel vive feliz con Marie-Claire desde hace treinta años. Sus hijos y sus nietos los llenan de alegría. Tienen amigos muy cercanos. Están orgullosos de sus actividades sindicales y políticas. Sus conciencias son tan transparentes como sus miradas. Pero ese bienestar salta por los aires cuando dos hombres armados y enmascarados los golpean, los atan y se fugan con sus tarjetas de crédito. (FILMAFFINITY)

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"'Las nieves del Kilimanjaro' es el Robert Guédiguian que más me ha conmovido desde hace mucho tiempo. (...) Guédiguian es inteligente, es honesto, es de verdad. Como su cine." (Carlos Boyero: Diario El País)
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"Guédiguian y la mala conciencia. (...) Parece un mea culpa (...) A la dimensión utópica del filme, casi de fábula a lo Capra, le corresponde su dimensión reaccionaria (...) Puntuación: ** (sobre 5)" (Sergi Sánchez: Diario La Razón)
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"Guédiguian, nuevamente en estado de gracia (...) Una película ejemplar para estos tiempos de engaño permanente. (...) Puntuación: **** (sobre 4)" (Lluís Bonet Mojica: Diario La Vanguardia)
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"Guédiguian consigue conmover, emocionar y hacer reflexionar desde la mayor sencillez con una fábula realista, o una radiografía cálida y melancólica" (Ricardo Aldarondo: Fotogramas)
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Ayer fui con Juanma al cine a ver esta peli, de la que ya había visto algún pequeño adelanto en internet y me había parecido muy bonita, ¡vaya si lo es! ¡es una maravilla! ¡me ha encantado! una pequeña gran obra maestra
Anina