viernes, 16 de enero de 2009

A la espera de coches más ecológicos, la manera más efectiva de reducir las emisiones de co2 la aportan los biocombustibles

Si todos los vehículos utilizasen bioetanol o biodiésel, las emisiones de CO2 se reducirían en un 50% aproximadamente.

Infinita Renovables es una empresa dedicada a la producción y comercialización de biocombustibles (cuenta con dos plantas en España, una en Castellón y otra en Ferrol) y su informe El futuro de los biocombustibles realiza una reflexión sobre la evolución del parque automovilístico mundial en los próximos años y la emisión de dióxido de carbono (CO2) que conllevará. Una de sus principales conclusiones es que, aunque la apuesta de futuro con coches eléctricos y de hidrógeno puede llegar a ser la más ecológica, es posible que no sea factible hasta dentro de 10 años.

“Los fabricantes de automóviles más optimistas –señala el informe- citan 2020 como fecha aproximada para la utilización masiva de coches ecológicos, y los más pesimistas hablan de 2050”. Por este motivo, Infinita Renovables considera que, mientras tanto, hay que apostar por dos modelos que no eliminan la contaminación por completo pero contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: los coches híbridos y los movidos con biocombustibles.

El informe recoge datos de la Dirección General de Energía y Transporte de la Comisión Europea, en los que se estima que en 2020 las emisiones de CO2 procedentes del transporte rondarán los 4.500 millones de toneladas. Por este motivo, estima que “si todos los vehículos utilizasen bioetanol o biodiésel las emisiones de CO2 se reducirían en un 50% aproximadamente”.

Un 30% de importación de semillas oleaginosas

A partir de aquí, se entra a analizar cuánta materia prima será necesaria, al menos, para cumplir el objetivo de la Unión Europea de que en 2020 el 10% del combustible utilizado proceda de biocarburantes. En el caso del biodiésel, calculan que un 70% será de colza, un 26% de soja y el 4% restante de girasol. “Dado que la cantidad requerida supondrá más del 90% de toda la producción europea prevista –reconoce el informe-, habrá que recurrir a la importación. De los casi 40 millones de toneladas de semillas oleaginosas y aceites vegetales que serían necesarios como materia prima para alcanzar el objetivo de la UE, el 70% de la producción procederá de Europa y el 30% será importado”.

Infinita Renovables, a partir de datos de la Comisión Europea y de la Asociación de Productores de Energías Renovables, considera que el cumplimiento del objetivo de la UE tendrá un impacto mínimo en el uso de la tierra: “para llegar a este porcentaje sólo se utilizaría el 15,3 % (17,5 millones de hectáreas) de la superficie cultivable en la Unión Europea de los 27 (113,8 millones de hectáreas). Esto significa que, en 2020, el 11,3% de las tierras se destinarán a producir bioetanol y el 4% restante a biodiésel. Actualmente dichos porcentajes son del 1% y el 2% respectivamente. Como conclusión podemos afirmar que la producción de materias primas no supondrá ninguna amenaza para el desarrollo de otros cultivos”.

fuente: www.energias-renovables.com

BOMBARDEO (CIFU)

Una de las características principales de estos tiempos modernos sin duda es la abundancia de bombardeos de todo tipo. El bombardeo continuo es uno de los grandes inventos de la modernidad que, cual embudo, crea las condiciones idóneas para que el sujeto en cuestión sea susceptible a las tragaderas que el mundo moderno nos exige para participar de él.
Desde que nos nacen, la vida se va encargando de insertarnos ese embudo por el cual tenemos la cerradura abierta para tragar lo que a los dueños de la llave se les antoje como oportuno, que va creciendo a medida que la vida nos hace a nosotros decrecer como personas, y se convierte en una fuente de suministro crucial para la docilidad y el silencio ante los momentos críticos de nuestra existencia.
El bombardeo es constante y de muchos tipos, todos ellos socialmente aceptados: la información y/o la desinformación, la deformación de las ideas, la publicidad engañosa, los contestadores autómatas: «si ha elegido tragar más, pulse uno; si quiere vomitar espere. Le pasamos con un operador».
El bombardeo de bombas es mucho más antiguo. Ya desde que el hombre deseó la guerra estaba fraguando la destrucción masiva de un plumazo tipo sastrecillo valiente «que de un golpe mató siete».
Cuando matar a miles se hizo una realidad los dueños de la llave se frotaron las manos viendo cómo la clientela cada vez mayor se lo pasaba pipa bombardeándose los unos a los otros «como yo os he bombardeado, en esto reconoceréis vuestra locura».
El bombardeo sobre Gaza causó ayer sin ir más lejos la muerte de un ministro, la destrucción de una sede de la ONU y varios hospitales. «Si quiere vomitar, espere». Pero es que no queremos vomitar, ni queremos esperar.
Basta ya de bombardeos.
La cabeza se nos recalienta con tanta desazón promovida arbitrariamente por los dueños de la llave, por los fabricantes de bombas de todo tipo que no hacen sino sembrar rostros de desolación y soledad, mutilaciones y paisajes de ramas secas en blanco y negro que no dejan pasar el sol de la vida. Desde la comprensión no se puede entender que se bombardee constantemente la esperanza, y desde la verdad no se puede tolerar más el engaño.
Publicado por Jesús Cifuentes en el Norte de Castilla.