La primatóloga imparte en A Coruña una clase magistral
La preservación y defensa del planeta, amenazado por "un tremendo descuido social y medioambiental", empieza por uno mismo, cada día en cada una de sus acciones individuales y cotidianas, como comer, trabajar, divertirse. "Ojalá empecemos a tomar decisiones pensando en el futuro de la naturaleza y no en la cuenta de resultados de las empresas". Es el ruego principal de quien, a punto de cumplir medio siglo viviendo y aprendiendo de los chimpancés de Tanzania, recorre ahora los cinco continentes en defensa de un mundo mejor para el medioambiente, los animales y las personas.
La naturalista y primatóloga inglesa Jane Goodall (Londres, 1934) recaló ayer, en su incansable gira por el planeta, en A Coruña para promover el programa educativo Roots and shoots (Raíces y brotes) y lanzar un ruego y un deseo: que la actual crisis económica ayude, y no al revés, a impulsar la conciencia ecológica y la apuesta por un desarrollo sostenible. "Todavía priman más los aspectos económicos que los ecológicos", lamentó Goodall. Aunque todavía alberga la esperanza de cambios en las mentalidades, a semejanza de los aún escasos lugares que han logrado convertir, con éxito, la explotación de la naturaleza en medio de vida.
Invitada por el Centro de Extensión Universitaria y Divulgación Ambiental de Galicia (Ceida) con sede en Santa Cruz, en Oleiros, y el Ayuntamiento coruñés para promover su programa de concienciación destinado a escolares y profesores, la naturista relató su experiencia con los chimpancés, que comparten con el ser humano el 98% del ADN y de los que aprendió que las personas "no son las únicas criaturas del planeta que tienen sentimientos y personalidad".
A semejanza de la estadounidense Dian Fossey, cuya vida en las montañas de Ruanda y Nigeria fue retratada en la película Gorilas en la niebla protagonizada por Sigourney Weaver, Jane Goodall se ha pasado la mayor parte de su vida rodeada y observando a los chimpancés en Tanzania. Descubrió que los humanos no somos los únicos que, como se pensaba, fabrican y usan herramientas. Son animales, aunque tengan "un lado oscuro, como es la brutalidad", de los que el ser humano puede aprender la reconciliación en caso de conflicto. "Se frustran mucho cuando no lo consiguen", destacó la naturista. "Yo lo único que logré enseñarles es que confiaran en mí", apuntó, entre risas.
La naturalista y primatóloga inglesa Jane Goodall (Londres, 1934) recaló ayer, en su incansable gira por el planeta, en A Coruña para promover el programa educativo Roots and shoots (Raíces y brotes) y lanzar un ruego y un deseo: que la actual crisis económica ayude, y no al revés, a impulsar la conciencia ecológica y la apuesta por un desarrollo sostenible. "Todavía priman más los aspectos económicos que los ecológicos", lamentó Goodall. Aunque todavía alberga la esperanza de cambios en las mentalidades, a semejanza de los aún escasos lugares que han logrado convertir, con éxito, la explotación de la naturaleza en medio de vida.
Invitada por el Centro de Extensión Universitaria y Divulgación Ambiental de Galicia (Ceida) con sede en Santa Cruz, en Oleiros, y el Ayuntamiento coruñés para promover su programa de concienciación destinado a escolares y profesores, la naturista relató su experiencia con los chimpancés, que comparten con el ser humano el 98% del ADN y de los que aprendió que las personas "no son las únicas criaturas del planeta que tienen sentimientos y personalidad".
A semejanza de la estadounidense Dian Fossey, cuya vida en las montañas de Ruanda y Nigeria fue retratada en la película Gorilas en la niebla protagonizada por Sigourney Weaver, Jane Goodall se ha pasado la mayor parte de su vida rodeada y observando a los chimpancés en Tanzania. Descubrió que los humanos no somos los únicos que, como se pensaba, fabrican y usan herramientas. Son animales, aunque tengan "un lado oscuro, como es la brutalidad", de los que el ser humano puede aprender la reconciliación en caso de conflicto. "Se frustran mucho cuando no lo consiguen", destacó la naturista. "Yo lo único que logré enseñarles es que confiaran en mí", apuntó, entre risas.
PAOLA OBELLEIRO - A Coruña - 13/05/2009 - EL PAÍS-
Gracias Vera por la información!
Anina