jueves, 16 de diciembre de 2010

ESTÁN LOCOS ESTOS ROMANOS (CIFU)

La decadencia del Imperio Romano no ceja en regalar estampas de lo más variopinto en su caída por el abismo. Con un presidente de la república que se niega a ser asesinado ni aún durmiendo, el culebrón va para largo.
Parece mentira, ante los asombrados ojos de la comunidad internacional, que ese presidente que lleva años regalando desasosiego para toda su ciudadanía, envuelto en multitud de tramas de corrupción, drogas y orgías con prostitutas de alta gama encuentre el refrendo popular una y otra vez, sin que la inquietud apabullante del resto del mundo sea capaz de poner cortapisa a esta situación. El Gobierno de Silvio Berlusconi ha superado en la Cámara de Diputados la moción de censura presentada por la oposición y los grupos de centro derecha Futuro y Libertad (FLI) y Unión de Centro (UDC). Una votación que jaleada entre broncas, insultos y sobornos ha mantenido al “cavaliere” en su asiento tras la escasa victoria de 314 contra 311 votos. En esta ocasión se ha librado por los pelos. Y la libranza por la que un calvo como Berlusconi se erige como ganador, es la misma por la que tiene pelo, por los implantes que se ha regalado sobre su cuero cabelludo, que vienen a ser la metáfora de los tres diputados sobornados que le mantienen sobre su trono. “Tres pelos tiene mi barba, mi barba tiene tres pelos. Si no tuviera tres pelos, ya no sería mi barba”. Nunca pude imaginar que una canción de los payasos de la tele fuera una alegoría tan clara a la decadencia del Imperio Romano.
Entre tanto la desoída protesta ciudadana a las puertas del Congreso italiano, monta una trifulca épica tipo “Gladiator” que se salda con decenas de heridos, arrestos y destrozos. Todos ellos para aumentar el suma y sigue de la sordera nacional que desgobierna esa gran “bota” de Europa, que no encuentra modo posible de darle la gran patada a semejante cabestro gubernamental.
Y en el entretanto, no muy lejos de allí, en la ciudad del Vaticano, el Papa asiste a una insólita demostración de acrobacia, de la que no he encontrado explicación lógica ninguna en internet, salvo que era una pastoral “para empleados de circos y ferias” (¿?), pero el caso es que en lo que parece ser una fastuosa recepción de Benedicto, unos acróbatas llamados “hermanos Pellegrini”, hacen una demo de acrobacias en las que los cuatro se plantan ante la mirada petrificada del prelado, quitándose su chaquetilla y dejando sus esculturales torsos tipo strippers para realizar el show. La música de fondo es como de peli porno, y en el vídeo de youtube se muestra la inquietante mirada del “Sumo” pontífice, y el relajado solaz del ejército monjil colindante.
Astérix y Obélix tenían razón: están locos estos romanos!!!

Jesús H. Cifuentes