viernes, 14 de octubre de 2011

Vaticinios (JUAN TORRES LÓPEZ)

Publicado en Sistema Digital el 14 de octubre de 2011


¿Fue casualidad que hiciese eso justo meses antes de que empezase a estallar la burbuja inmobiliaria y a caer el precio de las viviendas? Cuesta trabajo creer que fuese así. Primero, porque lo normal no es que el Banco de Santander tuviera menos información de la que disponían muchos economistas que estábamos aventurando que eso iba a ocurrir pronto. Y segundo porque los bancos, y por supuesto mucho más el Santander, tienen capacidad para influir en los precios de la vivienda, de modo que incluso saben mejor que nadie cuál va a ser su evolución a corto, medio y largo plazo.
Lo cierto fue que poco después de poner en marcha esa operación los precios se derrumbaron y los directivos del Santander sabrán las pérdidas de valor en balance que pudieron evitar o las plusvalías que obtuvieron.
Lo curioso es que a pesar de estos “casualidades” que claramente revelan que los grandes agentes económicos sabían lo que se venía encima, todavía haya gente que se cree que nadie pudo anticipar la crisis o dirigentes dispuestos a hacérselo creer.

Pues bien, ahora nos encontramos en una situación que podría tener muchas similitudes.
Los bancos, los economistas y políticos neoliberales, los dirigentes de la Unión Europa y las grandes patronales nos vienen diciendo que para salir de la crisis hay que reformar el mercado de trabajo, privatizar, recortar derechos y gasto público, etc., es decir, todas las medidas que hemos visto tomar en estos últimos meses.
Muchos economistas, premios Nobel como Krugman o Stiglitz, decimos, por el contrario, que de esa forma no se va a salir de la crisis sino que se va a producir una recaída quizá aún más grande porque ni esas son las medidas adecuadas ni van acompañadas de las reformas financieras que se debieran tomar para no caer en los mismos problemas que la provocaron.

En lugar de sacarnos de la crisis lo que se está consiguiendo, con el único objetivo de aumentar el poder de negociación de la gran empresa y la liquidez y rentabilidad de las entidades financieras, es disminuir el combustible que necesitan las economías para funcionar y crear empleo: el gasto privado y público y la financiación. Y de esa manera es inevitable que vuelvan a pararse. Ya lo henos visto en Irlanda, en Portugal, en Grecia y en otros países del este europeo de los que nadie habla o, de momento en menor grado, en España, Italia y los demás países de la Unión.
Salvo que uno quiera engañarse, no se debería tener la más mínima duda: es imposible que las economías europeas se recuperen con las medidas restrictivas que se vienen tomando y mientras se siga permitiendo que el dinero sin límites que se pone en manos de los bancos se dedique a que éstos especulen con la deuda de los estados en lugar de destinarlo a financiar a empresas y consumidores.

Las pequeñas y medianas empresas que crean empleo están agonizando por falta de crédito y de demanda y los gobiernos cada vez tienen menos margen de maniobra para evitarlo porque están cada vez más endeudados ya que las entidades financieras les encarecen continuamente su deuda y tienen que pagar más intereses y porque con las políticas restrictivas que aplican también caen sus ingresos.
Para salir de la situación hay alternativas muy claras que podrían tomarse rápidamente si las autoridades fuesen capaces de pararle los pies a los financieros y a los responsables de las grandes empresas que se están obteniendo beneficios extraordinarios con las políticas que están llevando a Europa a un desastre sin parangón. Vicenç Navarro, Alberto Garzón y yo proponemos 115 medidas concretas en el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España de inmediata aparición, pero de entre ellas destacaría como extraordinariamente urgentes a tres de ellas.

- Parar la sangría de la deuda obligando al Banco Central Europeo a tomar las riendas y a plantear una quita o reestructuración generalizada y a hacerse cargo de su financiación difiriendo el pago y devolviendo los intereses a los estados.

- Crear una banca pública y obligar a la banca privada a financiar a las empresas y ciudadanos que necesiten crédito para llevar a cabo actividades productivas.

- Poner en marcha un plan de estímulo paneuropeo que garantice demanda suficiente, en lugar de recortar salarios y gasto público, como se viene haciendo, y que se centre en “salvar” a las empresas que crean empleo en lugar de contemplar inactivos la desaparición de miles de ellas por falta de financiación y demanda.

Avanzar por otro camino, por el que se empeñan en llevarnos, solo va a conducirnos, como venimos diciendo muchos economistas, a otra recesión y a nuevos problemas financieros, seguramente mucho más graves.

Y si se quiere un vaticinio más concreto quizá sirva las noticias que circulan por la red: el Banco de Santander y el BBVA ponen a la venta toda su cartera inmobiliaria (Banco Santander venderá toda su cartera inmobiliaria aunque le provoque pérdidas; ¿Operación liquidación?: BBVA coloca a un peso pesado al frente de su cartera inmobiliaria).

Y ahora empiecen a leer de nuevo el artículo por el principio. 

La banca pública es mejor que la banca privada: el caso de EEUU (VINCENÇ NAVARRO)

Artículo publicado por Vicenç Navarro en la revista digital SISTEMA, 14 de octubre de 2011

Este artículo critica la manipulación por parte de los medios de información de las encuestas realizadas para mostrar un apoyo popular a las políticas de austeridad que no cuentan, en realidad, con tal apoyo. 

Durante la época del neoliberalismo que abarca desde finales de la década de los años setenta hasta ahora, la postura hegemónica en los centros financieros, políticos y mediáticos en el mundo más desarrollado económicamente (donde se genera la sabiduría convencional transmitida por las mayores instituciones internacionales, desde el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, a la OCDE, entre otros) es que la Banca privada es más eficiente que la pública. De esta creencia se derivan las políticas estatales en la mayoría de tales países, incluyendo España, de privatizar la Banca y, en España, las cajas de ahorro, convirtiéndolas todas ellas en Bancas privadas. Esta ideología o creencia, sin embargo, se apoya en fe más que en evidencia científica, la cual apoya posturas opuestas a las que los establishments financieros, políticos y mediáticos están promoviendo. Un ejemplo de ello es lo que ocurre en EEUU. Veamos los datos.
El Estado de EEUU que tiene una economía más eficiente, con el mayor porcentaje de la población empleada, con el menor desempleo, con los salarios más elevados, y con un mayor superávit en sus ventas es North Dakota. ¿Cuál es la causa de ello? A primera vista parecería que se debe a que es un Estado afortunado: tiene petróleo. Y ello crea riqueza. Ahora bien, otros Estados tienen petróleo y sus indicadores siguen la pauta general del país: alto desempleo, destrucción de empleo, y con cuentas públicas en negativo. Entre ellos está el Estado de Alaska, uno de los Estados que produce más petróleo en aquel país. Montana y Wyoming también son ricos en recursos energéticos –gas y petróleo- y en cambio están –como lo está también Alaska- en crisis profunda. Parece, pues, que tener petróleo no es la causa principal de que a North Dakota le vaya tan bien.
Analizando las causas, Ellen Brown, una analista, conocida por sus estudios de las economías de los Estados, ha concluido que el éxito de North Dakota (su desempleo es del 3.3%, el más bajo de EEUU) es que tiene un Banco Público. El Estado deposita todos los ingresos que recibe en este banco, el cual tiene como objetivo ayudar a la economía del Estado, teniendo prohibido invertir fuera del Estado y practicar comportamientos especulativos. Ayuda a las empresas basadas en el North Dakota y tiene como función primordial proveer crédito a los residentes en aquel Estado. El contraste en la manera como este Estado maneja sus ingresos –a través de la Banca Pública- y la manera como lo hace, por ejemplo, California –a través de la Banca Privada- es espectacular.
El profesor de Economía y Director de la Facultad de Derecho de Orange, del Estado de California, el Sr. Timothy Canova, ha hecho esta comparación ítem por ítem, y llega a la conclusión de que parte del enorme problema del Estado de California es que, además de tener desregulada a la Banca, deposita todo su dinero en la Banca privada, la cual lo utiliza fuera del Estado y para fines especulativos que crea un gran riesgo e inestabilidad financiera. Es más, una vez el Estado lo deposita en los bancos, pierde la oportunidad de invertirlo en fines encaminados a favorecer la economía productiva californiana. California, como resultado de ello, tiene gravísimos problemas, con elevadísimo desempleo y cuentas públicas muy negativas, al contrario que North Dakota.
Esta experiencia se reproduce también en Europa. El país que hoy tiene unos mejores indicadores sociales y económicos es Noruega, que es uno de los pocos países que tiene un Banco Público. Como en el caso de North Dakota, la clave no es el petróleo, sino la existencia de una entidad pública que garantice el crédito.

LA SITUACIÓN EN ESPAÑA

Las privatizaciones masivas que tuvieron lugar en España a partir de la década de los años noventa, y muy en particular durante el gobierno del Partido Popular, empobreció a la larga al Estado español. Éste dejó de recibir fondos producidos por empresas públicas altamente rentables, tales como Telefónica, Tabacalera, Repsol, Gas Natural y Endesa, entre otras. Para darse cuenta de lo que significa para el Estado tales privatizaciones, hay que conocer que los beneficios de la Lotería nacional que el gobierno español ha intentado privatizar ha dado en 2011 unos beneficios al Estado de 2.643 millones de euros, que es mucho más que el dinero que el Estado ha intentado ahorrarse congelando las pensiones y reduciendo los salarios de los empleados públicos. Un tanto semejante ocurría en aquellas otras instituciones que han sido privatizadas: han dejado de generar recursos al Estado.
Tal empobrecimiento ha ocurrido también en el sector financiero. Las instituciones financieras Argentaria, Banco de Crédito Industrial y Banco de Crédito Agrícola, hoy parte del BBVA, eran altamente rentables cuando fueron privatizadas. En realidad la privatización del crédito ha dificultado enormemente la misión que tiene el Estado de garantizar la disponibilidad del crédito como medida necesaria para estimular la actividad económica. La única institución que tiene como objetivo primordial esta garantía de crédito, es el Instituto de Crédito Oficial (ICO) que, por cierto, es rentable, presentando unos beneficios anuales de 20 millones de euros. Su tamaño es excesivamente limitado y un gobierno progresista debería haber estimulado su desarrollo y transformación en una Banca pública que hubiera garantizado la disponibilidad de crédito, uno de los mayores obstáculos para que la economía española se recupere. Es decepcionante que el gobierno Zapatero, cuyo equipo económico ha estado imbuido del dogma neoliberal, no haya considerado el establecimiento de tal Banca pública, y también es frustrante que el candidato Rubalcaba haya rechazado la propuesta de que se estableciera la Banca pública en España, una de la mayores condiciones para que la economía española se recupere. En cuanto al mayor partido de la oposición, el partido Popular, sus propuestas de desregular el sector bancario y su deseo de continuar la privatización de las cajas de ahorros dificultarían todavía más la disponibilidad de crédito y, por lo tanto, la recuperación económica.