Llegamos a Orbaneja del Castillo a la hora de comer, pero estaba tan lleno de gente que no conseguimos mesa hasta las 4 de la tarde, en el Restaurante el Mirador, un sitio muy casero y con unas vistas muy bonitas!
Siguiendo las recomendaciones de mis compis, nos desviamos a Pesquera de Ebro, un pueblecito muy bonito también. Aprovechamos para comer una tapita de cecina en el bar del pueblo, que estaba riquísima!! a Jordi le encantó!!