lunes, 15 de octubre de 2012

Otro Nobel de la Paz vergonzoso: las políticas de Europa matan (JUAN TORRES LÓPEZ)

Si fuera la primera vez que se concede un Premio Nobel de la Paz a quienes lejos de impulsarla instrumentan la división social y la violencia, me sentiría sorprendido. No lo estoy por eso ahora, cuando se concede a la Unión Europea.
Por supuesto creo que contribuir “al progreso de la paz y la reconciliación, de la democracia y los derechos humanos”, que es lo que justifica el galardón, es un empeño político que en el mundo en el que estamos merecería los reconocimientos más elevados. Y me alegraría mucho que los recibiese la Unión Europea si de verdad ese fuese el empeño que persigue. Pero creo que no lo es.
A mi juicio, la Unión Europea no ha contribuido como debiera y como es necesario a la conquista de la paz, de la democracia y los derechos humanos, ni en su propio territorio ni a escala internacional. Por el contrario, la Unión Europea forma parte del club de fuerzas más poderosas del planeta que imponen las políticas y normas que vienen empobreciendo a millones de personas e impidiendo que disfruten de forma efectiva de los derechos humanos y de la democracia.
La política comercial europea ha sido egoísta y ha llevado consigo la ruina de países enteros. Sus subsidios agrarios y a la exportación han hundido la producción en los países más atrasados, disminuyendo allí los ingresos de sus productores de forma artificial y violentando en provecho propio las reglas del “libre mercado” que luego dicen defender sus dirigentes.
No creo que se contribuya mucho a la paz concediendo protección a las grandes empresas y productores europeos mientras que se obliga a los países más pobres y débiles a que se abran de par en par y a que renuncien a proteger sus intereses comerciales, haciendo así que aumente la desigualdad y la pobreza que producen dolor y muertes. Ni tampoco imponiéndoles la liberalización más absoluta mientras que les cierra las puertas de sus mercados o establece cuotas a la exportación de los productos de los países más pobres.
La Unión Europea ha basado el bienestar de sus productores más privilegiados en las ayudas que puede concederles gracias a su riqueza, mientras que persigue y hace que se impongan condenas severas a los países que simplemente han tratado de protegerse de esas prácticas desiguales. Y ha hecho todo lo posible para conseguir que las normas internacionales amparen ese comportamiento asimétrico e inmoral.
Las consecuencias de la política comercial europea (unida a la de Estados Unidos y Japón) han sido el abandono de la producción autóctona en multitud de países de África, América Latina o Asia, la pérdida de millones de empleos, la sustitución de cultivos que satisfacían necesidades básicas de su población por los que mejor convienen a las cadenas de producción o distribución europeas, todo lo cual ha traído consigo desarraigo, miseria e incluso hambrunas. Y todo ello lo ha hecho, además, promoviendo en muchos casos gobiernos corruptos que facilitaran la salvaguarda de sus intereses comerciales (Ver el informe de Oxfam, La hipocresía de Europa. Por qué la UE debe reformar sus políticas comerciales con el mundo en desarrollo).
No se favorece la paz en el mundo cuando lo que se está haciendo es crear hambre.
Como ha denunciado la organización Oxfam, la Unión Europea no ha querido regular los mercados financieros europeos para evitar que los inversores que especulen haciendo subir el precio de los alimentos y enriqueciéndose cada vez más pero dando lugar a que millones de personas no puedan alimentarse. Su política de biocombustibles produce la expulsión de miles de agricultores de sus tierras y el acaparamiento por parte de los grandes propietarios (normalmente empresas o bancos multinacionales), que además desvía el cultivo desde los productos que alimentan a la población hacia los que se destinan a producir combustible. Y la falta de convicción y decisión de sus dirigentes (o su complicidad con los grandes poderes insensibles al destrozo que provocan a nuestro planeta) en las negociaciones internacionales sobre el cambio climático impide resolver la principal amenaza que tiene la seguridad alimentaria en el mundo (Oxfam, Evitar la próxima crisis alimentaria mundial. El papel de la Unión Europea para alcanzar justicia alimentaria en un mundo con recursos limitados).
Por otro lado, la forma en que la Unión Europa se empeña en hacer frente a la crisis, solo con el fin de salvar así los intereses de las grandes empresas y de los bancos, tampoco contribuye ni mucho menos a la paz.
Todos los estudios y evidencias científicas muestran que las políticas de recortes sociales como las que se vienen aplicando producen muertes y el aumento de enfermedades de todo tipo, como hemos mostrado Vicenç Navarro y yo en nuestro último libro Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero.
Ya se ha empezado a comprobar que el ajuste impuesto a Grecia ha ido acompañado de un aumento de los suicidios (un 40% más en el primer semestre de 2011 respecto al mismo periodo de 2010), de los homicidios, de problemas de salud mental y de las infecciones por VIH. Y también es posible prever ya los efectos que tendrá sobre la mortalidad y la aparición de enfermedades en Europa la reducción del gasto social que ya han empezado a llevar a cabo los gobiernos, como el español. Varios estudios empíricos de David Stuckler y colaboradores estiman que por cada 80 euros recortados por persona en ayudas a desempleados, discapacitados, jubilados, familias y niños, la mortalidad general puede incrementarse casi un 1% (0,99%), la debida a problemas relacionados con el alcohol un 2,8%, la ocasionada por tuberculosis un 4,3% y la cardiovascular un 1,2% (David Stuckle, et al. The public health effect of economic crises and alternative policy responses in Europe: An empirical analysis. Lancet 374 (9686), 2009).
Los ajustes de la Unión Europea no traen la paz sino que matan, literalmente hablando, y van a seguir matando a millones de personas al detraer recursos de los servicios públicos para dárselos a la banca y a las grandes corporaciones, y eso no es precisamente contribuir al disfrute por todos de los derechos humanos y la democracia.
Estamos viendo día a día que la Unión Europea impone constantes renuncias a la participación democrática de la ciudadanía para permitir que los gobiernos apliquen las medidas que le reclaman los financieros y las grandes patronales. Tampoco creo yo que se contribuya a la democracia acabando con los gobiernos representativos y elegidos por la voluntad popular para sustituirlos por otros de tecnócratas, llevando a las más altas instancias de decisión a quienes tuvieron la más directa responsabilidad en las estafas que han dado lugar a la crisis, o amparando y justificando a los gobiernos que traicionan lo prometido a sus electores. De hecho, en lugar de desarrollar la democracia y fomentar el ejercicio de los derechos humanos la Unión Europea los está limitando por doquier, o es la excusa para que ese trabajo sucio lo hagan los gobiernos nacionales. Hasta una europeísta tan poco sospechoso como el ex canciller alemán Helmut Schmidt da la razón a Habermas cuando éste afirma que en Europea se está desmantelando la democracia (ver mi artículo Al capitalismo no le sienta bien la democracia).
Que den un Premio Nobel de la Paz a la Unión Europea en estos precisos momentos, cuando se empeña en aplicar recortes dramáticos y cuando la torpeza y la incapacidad de sus dirigentes para sacar a flote el proyecto europeo sin lesionar la democracia y los derechos humanos es tan evidente, no es solo un sarcasmo vergonzoso. Muestra también que los grandes poderes en la sombra saben lo que hacen, que trabajan al unísono y perfectamente orquestados, sin dar una puntada sin hilo. Por eso, desde luego que sí que merecen un buen premio. Por cierto, justo lo contrario de lo que sucede con las fuerzas políticas, sindicales y sociales que se le oponen, y que a pesar de estar en situación de emergencia siguen con disputas entre ellas y no logran ponerse de acuerdo para darles la batalla de la única manera en que sería eficaz, todas unidas.

Lo que los medios españoles no dijeron sobre el fundador del movimiento ecologista mundial (VICENÇ NAVARRO)

Artículo publicado por Vicenç Navarro en el diario digital EL PLURAL, 15 de octubre de 2012

Este artículo señala las dimensiones desapercibidas u ocultadas por los medios de mayor difusión españoles de la biografía del fundador del movimiento ambientalista mundial, el sr. Barry Commoner. Tal investigador analizó científicamente la realidad que le rodeaba, a fin de cambiarla, combinando el rigor de sus investigaciones con un compromiso político ignorado en las notas biográficas escritas a raíz de su muerte. Fue también crítico de algunos movimientos y partidos verdes en EEUU y en Europa por tener escasa vocación transformadora, al centrarse más en temas de consumo que en las relaciones de producción que configuran el poder en nuestras sociedades.

Ha muerto Barry Commoner, que entre las muchas contribuciones que hizo al bienestar de la población mundial, está la fundación del movimiento ecologista. Sus trabajos, como científico, tuvieron un enorme impacto en concienciar a millones de personas (tanto en EEUU, como en el mundo) de la importancia que el ser humano tenía en configurar el ambiente. Es por ello que se le considera, con razón, como el fundador del movimiento ambientalista en el mundo. Su muerte ha sido una enorme pérdida, y para mí ha supuesto la pérdida de un gran amigo. Barry era un hombre extraordinario.

Las notas necrológicas aparecidas en los mayores medios de información españoles detallaron las distintas contribuciones que Barry Commoner hizo y que afectaron positivamente a millones y millones de personas. Pero como suele ocurrir en estas notas, se resaltan sus contribuciones científicas sin tocar, o tocar muy por encima, su compromiso político. Está ocurriendo con Barry Commoner, por cierto, lo mismo que ocurrió con Albert Einstein, otro gran científico del que constantemente se ignoró su compromiso político. Estas necrológicas me recuerdan a los análisis artísticos del cuadro Guernica, de Picasso, que en sus análisis pictóricos nunca citan el contexto político que explica tal cuadro. Los dos –Barry Commoner y Albert Einstein- fueron figuras imponentes en el conocimiento científico. Ahora bien, los dos intentaban conocer el mundo para cambiarlo. Los dos estaban fuertemente comprometidos con el principio de que el objetivo del conocimiento científico era mejorar la vida de la población, participando en la aplicación de su conocimiento en cambiar la sociedad.

Conocí a Barry muy bien, pues nos unió una gran amistad. Y sé que no le hubiera gustado que en su necrológica comentara sólo su impresionante trabajo científico, pues se consideraba como un científico comprometido, activamente involucrado en el proceso de transformación de EEUU. Fue un hombre de izquierdas, lo que le llevó a enfrentarse con la estructura de poder económico y político estadounidense, apoyando y participando (y en muchas ocasiones, liderando) los movimientos de protesta.

Entre ellos hay varios especialmente relevantes para España. Apoyó activamente a las fuerzas democráticas republicanas españolas que lucharon contra el fascismo en España y en Europa dando, no sólo su firma, sino su persona a esta causa. Profundamente antifascista, apoyó muy activamente la resistencia contra la dictadura en España, habiendo sido uno de los intelectuales de EEUU más activos en este apoyo. La historia del apoyo de las fuerzas democráticas estadounidenses a la resistencia antifascista española todavía no se ha escrito, pero cuando se escriba, Barry Commoner tendrá un lugar prominente en ella.

Barry amaba a España y a Catalunya. Siempre que podía, él y su esposa venían a pasar unos días con nosotros (mi esposa y yo) en la Costa Brava. Y aplaudía que, por fin, había democracia en nuestro país, aunque era plenamente consciente de sus enormes limitaciones. Las derechas en España –decía él- continúan siendo las mismas de siempre, y enormemente poderosas. Lamento que ni el gobierno de España ni la Generalitat de Catalunya nunca le dieran gracias en nombre de la democracia española y catalana a las que él ayudó tanto. Supongo que le consideraban demasiado de izquierdas.

Barry Commoner fundó un movimiento que inmediatamente fue definido como radical y peligroso por la estructura de poder en EEUU. Los análisis científicos de su trabajo llevaban claramente a la conclusión de que las raíces de los problemas ambientales eran las relaciones de pode arraigadas en el mundo de la producción. Según Barry, la raíz del problema ambiental estaba ahí. Ello le llevó a movilizar a millones de personas que cuestionaron las estructuras dominantes en EEUU.

Predeciblemente, estas estructuras respondieron intentando desviar la atención de tal movimiento. Para este fin, promovieron movimientos ecológicos alternativos. Uno fue el movimiento maltusiano, que atribuía el deterioro del ambiente al crecimiento de la población. Según tal teoría, a más población, mayor deterioro del ambiente. Un derivado de este movimiento fue el movimiento anticrecimiento económico, que consideraba que el crecimiento económico en sí era dañino para el ambiente. Commoner mostró el error de los argumentos anticrecimiento, señalando que el problema no era el crecimiento, sino el tipo de crecimiento. Las necesidades del ser humano eran tan grandes que ello requería un crecimiento de la actividad económica, crecimiento, sin embargo, que debería ser distinto al actual, pero sería crecimiento. Sus trabajos científicos mostraban el error de las tesis anticrecimiento.

Otro movimiento que el establishment estadounidense promovió como alternativa a las posturas que consideraba amenazantes de Barry Commoner, fue el movimiento que consideraba el deterioro del ambiente resultado del deseo consumista de la población, responsabilizando a la propia población del deterioro del ambiente. Este movimiento enfatizaba y continúa enfatizando el cambio en los comportamientos individuales del tipo de consumo como la solución al deterioro ambiental. Barry mostró también en sus escritos el error de este tipo de argumentación que consideraba a las víctimas como las causantes de su desgracia (lo que en EEUU se llama “victims blaming”). Barry mostraba que en las sociedades capitalistas no es el consumo el que determina la producción (como los ideólogos del mercado asumen), sino que es la producción la que determina el consumo. Los que controlan el mundo de la producción controlan el tipo de consumo. De ahí que Barry Commoner se considerara más un rojo que un verde. Y le preocupaba mucho la deriva de los movimientos verdes en EEUU y en Europa. Apoyó a todos los movimientos verdes pero le preocupaba su fácil coaptación debido a que se estaban alejando de la solución que él creía que exigía cambios más sustanciales de los que los movimientos verdes estaban ahora considerando. La crisis actual está mostrando que mi amigo Barry llevaba razón.

FORMENTOR, THE POSSIBLE UTOPIA

Formentor is a symbol - the symbol of a landscape clearly steeped in identituy, connected to the roots of what our island means to us today, and also that which we are known for the world over. On Formentor there is a hotel, but there is much more. It also embodies what the verses of the poets have shown us, what the great painters have helped us to see, and the dream of a differente tomorrow.

Formentor is a symbol of our roots, of the work, efforts and ideas that catapulted us into the select club of the contemporary world´s most developed societies. It is a great positive symbol that has remained practically unchanged for generations. It is the fulfilment of our romantic dream, our imagined, ideal Arcadia, and a vision of avant-garde, innovative, absolutely modern tourism capable of attracting seasoned travellers from around the world who come in search of value, authenticity and quality. It is powerful because it has ceased to be merely a madcap notion, a delirious hallucination, a distant possibility. Formentor is a future that has existed imperceptibly among us for years.



Este año mi prima Eva ha hecho sus prácticas de Dirección Hostelera en Mallorca, en este Hotel "Formentor", del que me ha traido este estupendo libro en inglés, para que practique. Lo leeré con calma. Muchas gracias enana, 
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This is a present from my cousin Eva, a book about the hotel where she did her practices of Hotel Management this summer. I will read it slowly. Thank you very much, my little.
Anina