sábado, 28 de agosto de 2010

VENGANZA (CIFU)

Los recuerdos de la infancia que nos sobrevienen posteriormente vívidos como si acabasen de ocurrir hace un cuarto de hora, generalmente tienen en común el extremo de la bondad, del estado de bienestar o divertimento que nos provocaron, de lo sorprendente de una jugada, de aquél gol que se marcó de imprevisto, o de ese mar bondadoso con las charcas de las rocas llenas de peces. Por contra, en el otro extremo está el territorio de los pánicos, las oscuridades, las amenazas, los profesores temidos, los malos tragos del patio del colegio, los asaltos por los manguis de turno sobre tus propinas o tus almuerzos........
Yo no fui un crío que se achantara fácilmente. Al contrario. Pero no ando gastando condescencencia conmigo mismo si permito recordarme como alguien que, aunque cañerete, nunca fue un abusón ni le anduvo amargando la existencia al prójimo, aunque si me encontraba en la circunstancia de llegar a la confrontación, no sería yo quien diera un paso atrás.
Tengo clavada en la memoria una escena de uno de esos cabrones abusones de los que sí que convenía mantenerse alejado. Era el típico niño de papá no sé si repetidor o de esa estirpe de hijos de yuppies de aquella época que claramente venían de una saga de “mejor alimentados”, por lo que el tipo era el más alto de la clase con dos palmos de diferencia sobre la media. Recuerdo que estábamos en unas “convivencias” en Arcas Reales, y estaba la retahíla de chavales jugando a un billar que había en el patio, cuando este cabrón decidió que mi turno era el suyo, para lo que solo con agarrar un taco y darme dos “golpecitos” con él sobre la cabeza bastó para que la adrenalina del odio me subiera hasta lo más alto de la humillación. Allí no había mucho más que hacer que grabar en la memoria.
Al día de hoy para nada recuerdo cómo se llamaba ese mierda, pero ahora que lo pienso lo voy a investigar. Al día de hoy es facilísimo.
Con esto en realidad quería explicarles cómo se nos hincha la vena solo con el recuerdo de la injusticia, y todo esto viene a cuento de la expulsión que la cruzada francesa de la “libertad, igualdad y fraternidad” pretende llevar a cabo con la expulsión de los gitanos rumanos que no cometen otro delito mayor para ser expulsados que pertenecer a su etnia, porque de ser otra cosa lo que son es ciudadanos europeos con la misma libertad de tránsito y movilidad que cualquier otro, por más que sean diferentes y tengas costumbres diferentes.
O la otra realidad por la cual, el gobierno de EEUU ha decidido unilateralmente dejar de cumplir los acuerdos por los que se seguía un estudio y un desarrollo de la zona de Palomares, donde nos cayeron sus bombas nucleares por el artículo 43, de las que hoy aspiran a deshacerse por la vía del escaqueo y el silencio.
Es esa bendita manía de los cabrones grandes y abusones, tan poco acostumbrados a encontrarse con la pared de enfrente. Pero voy a enterarme de sus nombres. Al día de hoy es facilísimo, y ya no somos niños.

Jesús Cifuentes (el norte de castilla)

UN PADRE NUESTRO LATINOAMERICANO - MARIO BENEDETTI-

Padre nuestro que estás en los cielos
con las golondrinas y los misiles
quiero que vuelvas antes de que olvides
cómo se llega al sur de Río Grande
Padre nuestro que estás en el exilio
casi nunca te acuerdas de los míos
de todos modos dondequiera que estés
santificado sea tu nombre
no quienes santifican en tu nombre
cerrando un ojo para no ver las uñas
sucias de la miseria
en agosto de mil novecientos sesenta
ya no sirve pedirte
venga a nos el tu reino
porque tu reino también está aquí abajo
metido en los rencores y en el miedo
en las vacilaciones y en la mugre
en la desilusión y en la modorra
en esta ansia de verte pese a todo
cuando hablaste del rico
la aguja y el camello
y te votamos todos
por unanimidad para la Gloria
también alzó su mano el indio silencioso
que te respetaba pero se resistía
a pensar hágase tu voluntad
sin embargo una vez cada tanto
tu voluntad se mezcla con la mía
la domina
la enciende
la duplica
más arduo es conocer cuál es mi voluntad
cuándo creo de veras lo que digo creer
así en tu omniprescencia como en mi soledad
así en la tierra como en el cielo
siempre
estaré más seguro de la tierra que piso
que del cielo intratable que me ignora
pero quién sabe
no voy a decidir
que tu poder se haga o se deshaga
tu voluntad igual se está haciendo en el viento
en el Ande de nieve
en el pájaro que fecunda a la pájara
en los cancilleres que murmullan yes sir
en cada mano que se convierte en puño
claro no estoy seguro si me gusta el estilo
que tu voluntad elige para hacerse
lo digo con irreverencia y gratitud
dos emblemas que pronto serán la misma cosa
lo digo sobre todo pensando en el pan nuestro
de cada día y de cada pedacito de día
ayer nos lo quitaste
dánosle hoy
o al menos el derecho de darnos nuestro pan
no sólo el que era símbolo de Algo
sino el de miga y cáscara
el pan nuestro
ya que nos queda pocas esperanzas y deudas
perdónanos si puedes nuestras deudas
pero no nos perdones la esperanza
no nos perdones nunca nuestros créditos
a más tardar mañana
saldremos a cobrar a los fallutos
tangibles y sonrientes forajidos
a los que tienen garras para el arpa
y un panamericano temblor con que se enjugan
la última escupida que cuelga de su rostro
poco importa que nuestros acreedores perdonen
así como nosotros
una vez
por error
perdonamos a nuestros deudores
todavía
nos deben como un siglo
de insomnios y garrote
como tres mil kilómetros de injurias
como veinte medallas a Somoza
como una sola Guatemala muerta
no nos dejes caer en la tentación
de olvidar o vender este pasado
o arrendar una sola hectárea de su olvido
ahora que es la hora de saber quiénes somos
y han de cruzar el río
el dólar y su amor contrarrembolso
arráncanos del alma el último mendigo
y líbranos de todo mal de conciencia
amén.

Mario Benedetti

CITAS

"Al pobre le faltan muchas cosas, al avaro todas".
Publio Siro