miércoles, 7 de noviembre de 2012

MEXICO (ANTONIO Y FINA)


Gracias por acordaros siempre de nosotros en vuestros fabulosos viajes ¡espero que lo disfrutarais mucho!
Un abrazo,
Anina

PRÓXIMA ESTACIÓN - ISMAEL SERRANO -

A ti, que debutas 
haciendo la vida eterna en quince minutos,
te escribo porque Madrid esculpe en las cariátides
de la Gran Vía tu rostro lleno de pecas.
El metro se detiene en mitad de un mar embravecido
y todo regreso lleva a la infancia.
Tengan cuidado de no introducir
 - yo te espero en la calle, como entonces -
el pie entre coche y andén,
y el vagón se abre y la cama deshecha, 
la ropa esparcida por el suelo
como la arena de un reloj estrellado,
cántaro que porta el soñador
lleno de lágrimas y peces voladores.

Neptuno alza su tridente y abre el mar
para que crucen las banderas de arcoiris
que desde Chueca celebran la vida y la honra.
La ciudad, más otoño que nunca,
dora el camino que lleva hasta el teatro
en el que arrancarás los pétalos metálicos
de una flor encontrada en el andén.

Hojeas un periódico gratuito
y las mujeres gigantes de los carteles publicitarios
vigilan llorosas el tránsito triste de hombres y mujeres
que navegan sin nada qué hacer ni qué decir,
con la mirada perdida 
y fracasos que bañan en licor de mp3,
en planes para la tarde anaranjada,
para el fin de semana, ansiolítico y verbena,
atención, estación en curva.

Pero, hay quien, como tú, viaja, 
como la Enterprise, en busca de planetas remotos,
con la sonrisa en el rostro, cediendo el asiento,
tarareando nuestra canción,
dispuesta a ser llama cuando el telón se abra
y yo te encuentre ahí. 
Haciendo la vida eterna en cinco minutos.

Te esperaré en la calle como entonces,
hablaremos también de la obra,
iremos del brazo, y Madrid, más otoño que nunca,
será nuestro, como nuestro es el futuro,
las olas de Imbassaí, el sofá color arena,
punta de Ararat a salvo del diluvio.
ISMAEL SERRANO

Los motivos de la Eurohuelga (VICENÇ NAVARRO)

Artículo de Vicenç Navarro que se publicará mañana en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 8 de noviembre de 2012

Este artículo analiza las causas del deterioro del bienestar social y calidad de vida de las clases populares de la mayoría de los países de la Eurozona y muy en especial de los países periféricos de tal zona monetaria, es decir, España, Grecia y Portugal. Entre ellas, las más importantes son el dominio de las fuerzas conservadoras sobre los Estados de tales países y del sistema de gobernanza de la Unión Europea y de la Eurozona, y las políticas públicas que determinan. De ahí la necesidad de la respuesta masiva de protesta convocada por los sindicatos el día 14 de noviembre.

Partidos conservadores y neoliberales están gobernando, tanto en España como en la mayoría de países de la Unión Europea, incluyendo los de la Eurozona, implementando políticas públicas que tienen como consecuencia: 1) la realización de reformas laborales que conllevan la disminución de los salarios y el aumento del desempleo; 2) el descenso de la población activa; 3) la reducción de la  protección social; 4) el recorte del gasto público social; 5) la privatización de las transferencias y de los servicios públicos del Estado del Bienestar; 6) la reducción de los derechos laborales y sociales; 7) la disminución y privatización de las pensiones públicas; y 8 ) el debilitamiento de la negociación colectiva y de los sindicatos. La evidencia de que esto está ocurriendo es robusta y claramente convincente (ver sección Economía Política en www.vnavarro.org).

Donde tales políticas han alcanzado su máximo desarrollo ha sido en los países periféricos de la Eurozona, y muy en particular Grecia, Portugal y España. No es por casualidad que estos tres países sean los países donde las fuerzas conservadoras han sido más poderosas e influyentes en sus Estados durante el siglo XX y principios del siglo XXI. Todos ellos han tenido dictaduras fascistas o fascistoides por un largo periodo de su historia e, incluso, durante su periodo democrático, cuando han estado gobernados por partidos de centro izquierda, las políticas de estos gobiernos han estado seriamente condicionadas por tales fuerzas conservadoras.

Tal dominio conservador explica que estos Estados se caractericen por: 1) ser muy pobres (sus ingresos al Estado representan sólo el 34% de su PIB en España, el 37% en Grecia y el 39% en Portugal, porcentajes mucho más bajos que el promedio de la UE-15, 44%, y mucho, mucho más bajos que en Suecia, el país donde las izquierdas han gobernado por más tiempo durante los últimos cincuenta años, y cuyo porcentaje es el 54%; 2) tener escasa sensibilidad social con sus Estados del Bienestar (transferencias, pensiones y servicios públicos, como sanidad, educación y servicios sociales) muy poco financiados (su gasto público social como porcentaje del PIB es el 22% en España, el 25% en Grecia y el 24% en Portugal, de nuevo más bajos que el promedio de la UE-15 con un 27% y mucho, mucho más bajos que el de Suecia, 30%); 3) la escasez de los recursos públicos, incluyendo empleo en los servicios de tal Estado del Bienestar –como, de nuevo, sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios domiciliarios a las personas con dependencia, servicios sociales, entre otros- (sólo uno de cada diez adultos trabaja en tales servicios en España, comparado con uno de cada cuatro en Suecia. Si en España fuera uno de cada cuatro, se crearían cinco millones más de puestos de trabajo, eliminando con ello el desempleo); 4) tener las políticas públicas más regresivas y menos redistributivas de la UE-15. (La pobreza en España se reduce, mediante las políticas del Estado -tanto central como autonómico-, sólo 4 puntos, pasando del 24% de la población al 20%, el porcentaje de reducción de la pobreza más bajo –junto con Grecia y Portugal- de la UE-15. El promedio de la UE-15 es de 9 puntos, y en Suecia es de 14 puntos. Como consecuencia, España, Grecia y Portugal son los países con mayor porcentaje de la población que son pobres); 5) tener las cargas impositivas más regresivas e injustas (el trabajador de la manufactura en España paga en impuestos el 74% de lo que paga su homólogo en Suecia. El súper rico español, el 1% de la población con mayor renta, paga en impuestos sólo el 10% de lo que paga el súper rico en Suecia); 6) tener los fraudes fiscales más elevados de la UE-15 y también más concentrados en las rentas superiores y en las rentas derivadas del capital (en España el 74% del fraude fiscal -44.000 millones de euros- lo realizan las grandes fortunas, las grandes empresas que facturan más de 150 millones de euros al año –un 0,12% de todas las empresas- y la banca. Un tanto semejante ocurre en Grecia y Portugal).

En todos estos países un porcentaje muy reducido de la población (las élites financieras, económicas y mediáticas) tiene una enorme influencia sobre sus Estados, habiendo diseñado sistemas políticos de escasa representatividad electoral. Esta característica es especialmente acentuada en España, donde la Transición (mal definida como modélica) de la dictadura a la democracia, se hizo en términos muy favorables a las fuerzas conservadoras que controlaban el aparato del Estado y la gran mayoría de medios de información y persuasión. De ahí que el sistema electoral sea escasamente proporcional y representativo.

Las consecuencias de este dominio conservador

La reducción de la capacidad adquisitiva de la población, resultado del descenso real de los salarios forzó a las familias a endeudarse, beneficiando con ello a la banca, la cual, en maridaje con la actividad más especulativa de la economía española, la actividad inmobiliaria, creó la burbuja inmobiliaria, alimentada también con dinero procedente de la banca alemana (entre otras) que hizo extraordinarios beneficios en aquella inversión especulativa. Durante el boom económico, creado artificialmente por tal burbuja, fuerzas conservadoras forzaron reformas fiscales, bajando los impuestos a las rentas superiores y a las rentas del capital (20.000 millones de euros en España), que beneficiaron predominantemente a los sectores más pudientes de la sociedad, creando a la vez un agujero en las cuentas del Estado, que apareció más tarde cuando la burbuja estalló y el déficit del Estado apareció en toda su dimensión.

Como respuesta, el Estado español (así como el griego y el portugués) intentó reducir tal déficit, no mediante la reversión de los recortes de impuestos implementados durante la época de falsa bonanza, sino recortando el ya escasísimo gasto público social. Así se congelaron las pensiones para conseguir 2.000 millones de euros, cuando se podían haber obtenido 2.100 millones manteniendo el impuesto sobre el patrimonio o 2.552 millones anulando la bajada de los impuestos de sucesiones. Y, más recientemente, las mismas fuerzas conservadoras han ido recortando 6.000 millones de euros en la sanidad española, cuando se podrían haber obtenido 5.300 millones anulando la bajada de impuestos de las grandes compañías financieras. Hoy el Estado español ha apoyado a la banca con una cantidad semejante al 10% del PIB a la vez que están recortando a diestro y siniestro los servicios y transferencias del Estado del Bienestar. Diariamente se están echando a más de 500 familias de sus hogares por no poder pagar su hipoteca, a la vez que se está ayudando a los bancos con el dinero de todos. Y se están imponiendo enormes sacrificios, y otros que vendrán, para pagar a la banca, tanto española como alemana (entre otras), el dinero que como usurera está consiguiendo a costa de unas prácticas inmorales, injustas y antidemocráticas.

Y digo antidemocrática porque, tal como indiqué en mi artículo      “La necesaria huelga general” (Público, 01.11.12), todas estas políticas que se están llevando a cabo no tienen ningún mandato popular, pues ninguna de ellas estaba en los programas electorales sobre los que fueron elegidos. De ahí la necesidad en todos estos países de protestar y denunciar estas prácticas que se están realizando en contra y a espaldas de la gran mayoría de su población. Lo que estamos viendo en cada uno de estos países es el gobierno de una minoría a favor de una minoría, en contra de una mayoría. Las derechas de siempre, en cada uno de ellos, están ahora, bajo el falso argumento de que no hay alternativas, intentando conseguir lo que siempre desearon: la reducción de los salarios y de la protección social y la eliminación del Estado de Bienestar. Y no se puede permitir, por mera salud democrática, que ello ocurra. De ahí que se hayan convocado Huelgas Generales y/o movilizaciones el próximo día 14 de noviembre en cada uno de ellos, para protestar e impedirlo. La propia existencia de la democracia está en peligro.

BILLY ELLIOT (QUIERO BAILAR), (STEPHEN DALDRY, 2000)

En 1984, durante una huelga de mineros en el condado de Durham, se suceden los enfrentamientos entre piquetes y policía. Entre los mineros más exaltados están Tony y su padre. Éste se ha empeñado en que Billy, su hijo pequeño, reciba clases de boxeo. Pero, aunque el chico tiene un buen juego de piernas, carece por completo de pegada. Un día, en el gimnasio, Billy observa la clase de ballet de la señora Wilkinson, una mujer de carácter severo que lo anima a participar. A partir de ese momento, Billy se dedicará apasionadamente a la danza. (FILMAFFINITY)

PREMIOS

2000: 3 Nominaciones al Oscar: director, actriz de reparto (Julie Walters), guión original
2000
: 2 nominaciones al Globo de Oro: Mejor película - drama, actriz secundaria (Walters)
2000
: 3 premios BAFTA: mejor film británico, actor y actriz secundaria. 13 nominaciones
2000
: Nominada al Goya: Mejor película europea
2000
: Nominada al Cesar: Mejor película extranjera
2000
: Nominada al David de Donatello: Mejor película extranjera
2000
: National Board of Review: Mejor actor revelación (Jamie Bell)

 ----------------------------------------
Emotiva comedia de los productores de "Cuatro bodas y un funeral" y "Notting Hill", que lograron su objetivo al obtener 3 nominaciones a los Oscar y convertirse en el éxito internacional del cine británico en el año 2000. En un pueblo minero inglés un niño cambia los guantes de boxeo por las zapatillas de ballet, pero el entorno social y familiar le obligará a hacerlo a escondidas. Divertida y conmovedora a ratos -atención a la escena del padre yendo a la mina-, consigue ese toque de complicidad que los filmes ingleses nos regalan de vez en cuando. No se la pierda. (Pablo Kurt: FILMAFFINITY)
----------------------------------------
"Emotiva, divertida y sensible, aunque rubricada por un epílogo innecesario" (Lluís Bonet Mojica: Diario La Vanguardia)
----------------------------------------
"Estupendo drama, salpicado por toques de comedia costumbrista (...) Una delicia" (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
----------------------------------------
"El último peliculón del cine social británico. El que no llore, tiene horchata en las venas" (Javier Ocaña: Cinemanía)
----------------------------------------

Estos días que estoy de vacaciones, estoy intentando aprovechar el tiempo para practicar inglés, ayer y hoy me he puesto esta película (que tenemos en dvd desde hace mucho tiempo) en inglés y con subtítulos en inglés, a ver si así mi comprensión oral y escrita van mejorando, ¡jajaja! madre mía lo difícil que me resulta, ¡no hay que desesperarse!
Anina


----------------------------------------------------------------------------------


Billy Elliot is a 2000 British drama film written by Lee Hall and directed by Stephen Daldry. Set in northern England, it stars Jamie Bell as 11-year-old Billy, an aspiring dancer, Gary Lewis as his coal miner father, Jamie Draven as Billy's older brother, and Julie Walters as his ballet teacher. In 2001, author Melvin Burgess was commissioned to write the novelisation of the film based on Lee Hall's screenplay. The story was adapted for the West End stage as Billy Elliot the Musical in 2005; it opened in Australia in 2007 and on Broadway in 2008.
When the film was released in the United States, the Motion Picture Association of America gave it an R rating due to language. When released on video, it was re-cut to a PG-13 rating for "some thematic elements"; this version edited out many uses of profanity.

PLOT
 
The film is set during the 1984–1985 UK miners' strike, and centres on the character of 11-year-old Billy Elliot (Jamie Bell), his love of dance and his hope to become a professional ballet dancer. Billy lives with his widowed father, Jackie (Gary Lewis), and older brother, Tony (Jamie Draven), both coal miners out on strike, and also his invalid Nan (Jean Heywood), who once aspired to be a professional dancer in Durham.
Jackie takes Billy to the Sports Centre to learn boxing, but Billy dislikes the sport. He happens upon a ballet class that is using the gym while their usual basement studio in the Sports Centre is temporarily being used as a soup kitchen for the striking miners. Unknown to Jackie, Billy joins the ballet class. When Jackie discovers this, he forbids Billy to take any more ballet. But, passionate about dancing, Billy secretly continues lessons with his dance teacher Sandra Wilkinson's (Julie Walters) help.
Mrs. Wilkinson believes Billy is talented enough to study at the Royal Ballet School in London, but due to Tony's arrest during a skirmish between police and striking miners, Billy misses the audition. Mrs. Wilkinson tells Jackie about the missed opportunity, but fearing that Billy will be considered a "poof", both Jackie and Tony are outraged at the prospect of Billy becoming a professional ballet dancer.
Over Christmas, Billy learns his best friend, Michael is gay. Although Billy is not, he is supportive of his friend. Later, Jackie catches Billy dancing in the gym and realises his son is truly gifted; he will do whatever it takes to help Billy attain his dream. Jackie attempts to cross the picket line to pay for the trip to London, but Tony blocks him. Instead, his fellow miners and the neighbourhood raise some money,and Jackie sells Billy's mum's jewelry to cover the cost and Jackie takes him to London to audition for the Royal Ballet School. Though highly nervous, Billy performs well, but he punches another boy in his frustration at the audition and the fear that he has ruined his chance of attaining his dream. He is sternly rebuked by the review board. Seemingly rejected, Billy returns home with his father. Sometime later, he receives a letter accepting him to the Royal Ballet School, and he leaves home to attend.
The film's final scene is set fourteen years later (approximately 1999): the mature Billy (dancer/actor Adam Cooper) takes the stage to perform the lead in Matthew Bourne's Swan Lake, as Jackie, Tony, and Michael watch in the audience.

CAST

Wonderful film! I love it!
Anina