La Comisión
Europea ha denunciado este jueves a España ante el Tribunal de Justicia
de la Unión Europea (TUE) por no aplicar correctamente la norma
comunitaria que obliga a reducir de forma significativa el consumo de
energía de los edificios.
De acuerdo con la legislación española, el método para calcular
el ahorro energético de los edificios y los requisitos de entrega de un
certificado de eficiencia energética se aplican no a todos los tipos
de edificios, como defiende la Comisión, sino únicamente a los
edificios nuevos y a los que sufran una renovación importante.
"Se trata de un aspecto fundamental del derecho europeo, ya que el
certificado de eficiencia energética previsto ofrece una visión clara
de la calidad de la construcción desde el punto de vista del ahorro de
energía y los costes asociados", ha dicho el Ejecutivo comunitario en
un comunicado.
Para Bruselas, se trata de "una herramienta importante a efectos
de la capacidad de negociación al comprar bienes inmuebles o celebrar
acuerdos de alquiler: algunas encuestas indican que los compradores
pueden estar dispuestos a pagar más por edificios eficientes".
Además, la Comisión considera que España aún no ha puesto en
marcha las medidas necesarias para establecer un régimen de inspección
periódica de las calderas. Unas calderas que no funcionen correctamente
pueden representar una parte importante de los costes de calefacción,
según Bruselas.
En noviembre de 2010, la Comisión solicitó a España, mediante un
dictamen motivado, que cumpliera íntegramente los requisitos de la UE.
Aunque las autoridades españolas han notificado las disposiciones para
ajustar su legislación a las normas europeas, el Ejecutivo comunitario
cree que no se ha dado aún pleno cumplimiento a estas.
Los edificios son responsables de alrededor del 40 % del consumo
de energía y del 36 % de las emisiones de CO2 en la Unión Europea. La
legislación Europea persigue conseguir una reducción significativa del
consumo de energía de los edificios, ayudando así a combatir el
calentamiento del planeta, y consolidar la seguridad energética de la
UE. Además, ello permite a los hogares reducir sus facturas.
Según la directiva, los Estados miembros deben fijar un método
para calcular la eficiencia energética de todos los tipos de edificios y
normas mínimas de eficiencia energética para los edificios nuevos y
los grandes edificios existentes que sean objeto de una renovación
importante. Los Estados miembros también han de garantizar la
certificación de la eficiencia energética de los edificios y disponer el
control periódico de las calderas y de los sistemas de aire
acondicionado.
ECOticias.com – ep
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