Desde luego hay que ser torpe. Pero en este caso creo que la torpeza o la estupidez viene de la mano de un uso tiránico del poder que ha hecho creer al cándido alcalde de Salamanca que todo el monte es orégano y que ese monte y ese orégano forman parte de su feudo.El caso es que cualquier delincuente advenedizo lo hubiera hecho mucho mejor. Lo de este hombre con toda la polémica que ha levantado a cuenta de los impuestos municipales me recuerda las películas de Woody Allen en las que a nada que se pone a atracar le trincan antes de haber casi empezado, porque solo su mirada al cruzarse con la policía le convierten automáticamente en sospechoso de algo a pesar de su aspecto bobaliconamente inocente.No sé. Gil y Gil las mangaba bien gordas y de forma evidente, pero al menos no iba dejando un reguero de pruebas que le llevaran a la trena acto seguido. El era más de ir a la cárcel más a medio-largo plazo. Pero lo que ha sucedido en Salamanca con este alcalde del PP, Julián Lanzarote (¿Tendrá alguna relación con el antiguo “Sir Lancelot”, otro feliz de la vida?) no tiene precedente en la ingenuidad política, siendo él un auténtico “zorro” viejo en estas lides.Porque lo de intentar falsear el boletín oficial de la provincia para hacer desaparecer algo que todo el mundo sabe que ha sido es de una candidez cercana a la oligofrenia, y desde luego un suicidio político. Y es que lo que se pretende hacer desaparecer sin que realmente desaparezca son esas controvertidas subidas de impuestos municipales que han hecho salir a Salamanca en las ediciones nacionales de los informativos, a cuenta de las enormes manifestaciones realizadas por la lógica oposición ciudadana, tan consuetudinariamente maltratada. Es como cuando lo de la polémica del archivo que tenían que llevarse a Barcelona. De repente Salamanca salta al estrellato informativo a cuenta de una de esas movidas de orgullo nacionalprovinciano.Y es que falsear la fecha de publicación de las “Ordenanzas fiscales para el ejercicio 2008 que han sido objeto de modificación” aprobadas de forma violenta casi por un Ayuntamiento, según la pinta que tiene la cosa puede ser objeto constitutivo de delito penal, lo cual no estaría nada mal si se demuestra la causa-efecto tipo feudal que Sir Lancelot desarrolla medievalmente con su derecho de pernada tipo charro, dado que al público expectante nos tienen acostumbrados a ver cómo la zorra se escapa del gallinero con una gallina en las fauces.Quizá el ruido que ha hecho este estropicio absurdo en la historia de los atracos sirva para ilustrar lo que ya con mucha destreza, humor e ironía hizo Woody Allen en la película “Granujas de medio pelo”. Si no la han visto véanla y se darán cómo Salamanca y Nueva York no están tan lejos.
Publicado por Cifu en "El Norte de Castilla" el 4-01-2008
El Norte de Castilla.....¿Periódico de Vocento?
ResponderEliminarPues si... una persona tan observadora, tan crítica y tan luchadora como Jesús Hernández Cifuentes, tiene voz en este periódico EL NORTE DE CASTILLA
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