Nos enteramos de que tocaba Serrat en León, así que mi padre sacó las entradas y para allá que fuimos los tres. El concierto nos gustó mucho y eso que hacía un frío tremendo (y cuando se tiene frío... no se disfruta) y el sonido al principio estaba bastante mal, luego fue mejorando considerablemente. El concierto fue bastante emotivo, nos gustó más el concierto que el propio disco, que ahora habrá que volver a escuchar con más detenimiento, porque la verdad es que merece la pena: los poemas son preciosos.
Anina
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