Y a es recurrente el comienzo de esta columna con el encabezamiento por el cual «los músicos en gira...», pero es que recurrente sino pesada es la actitud del gobierno madrileño, con Espe a la cabeza, en esa batalla campal por la objeción de conciencia para los alumnos que empiezan el recién estrenado curso escolar de la asignatura Educación para la ciudadanía. La tía repartiendo pasquines para que se apunte el personal a esa deseducación que supone quedarse al margen de los valores ciudadanos y democráticos. Se ve que está más a favor de que se sigan tirando lapos a los camareros africanos que de que se denuncien los malos tratos a señoras y niños.
Me dan envidia los cántabros. Los músicos en gira nos encontramos haciendo promoción del último disco en el programa de Buenafuente, y la sorpresa es encontrarnos de bruces con Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria.
El tipo es un crack. Primero porque sobradamente se toma la vida con humor como ejercicio vital para estar engrasado a la par que juvenil, motivo por el cual es colaborador insólito en el programa de Buenafuente (¿se imaginan a nuestro triste Lucas toreando en un medio así?) como en otros programas menos simpáticos, pero de los que el ejercicio de cercanía al subsuelo de la calle es una cuestión obligada.
El tipo es como una estrella de rock, pero del tipo del de «opá, ví'acé un corrá». Es licenciado en ciencias económicas y ha trabajado además de en política en la banca, lo que le convierte en un tipo peligroso, pero lo insólito de esto es que sabe distinguir a un toro de una vaca solo viendo su cara, no sus entrepatas traseras.
Lo admirable del payo es su cercanía con el mundo plebeyo, de lo que no se jacta, sino que lo lleva muy a gala porque se le ve en los ojos que es una realidad. Y es ahí donde uno se siente ninguneado. Yo quiero un presidente la mitad que ese. Nos han acostumbrado a una clase política que lo último que hace es oír lo que dice la gente, todo el rato sin distinguir la acera de una alfombra roja, todo el rato olvidando de dónde son sus orígenes. Supongo que técnicamente esto es el populismo, pero hoy a mí, de refilón, me ha encantado. Quiero uno para Nosotros, a ver qué pasa, porque de momento que yo sepa, no pasa nada de nada.
Jesús Cifuentes - El norte de Castilla
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