Hoy aprovecharé para visitar Tarragona, comenzando por un paseo por la Rambla Nova hasta llegar al Balcón del Mediterráneo, desde donde se tienen unas fantásticas vistas del Mare Nostrum, el puerto de Tarragona, la playa del Miracle y el Anfiteatro.
Sigo paseando por las calles, sin saber muy bien hacia donde, y llegó al
Parque del anfiteatro (bancales elípticos que evocan la fisonomía del
anfiteatro y que muestran diferentes plantas y árboles que se usaban en
época romana).
Y llego al Anfiteatro romano, construido en el siglo II y cuyas gradas se construyeron en la roca, y justo al lado del mar. Tenía capacidad para 14.000 espectadores y en su interior se celebraban luchas de gladiadores con fieras y ejecuciones públicas. En el siglo VI se construyó en su interior una basílica visigótica, sobre la cual se levantó la iglesia medieval Santa María del Miracle.
Continúo paseando hasta llegar al Museo Arqueológico, que visité y me gustó mucho.
En frente del museo se encuentra el Pretorio, torre de época romana que alojaba las escaleras que permitían el paso desde la ciudad baja al Foro Provincial. Fue palacio de los resyes de la corona de Aragón y posteriormente prisión.
No se puede visitar hoy, pero accedo por el interior al Circo Romano.
El circo era el edificio dedicado a las carreras de caballos y carros y se encontraba entre la Vía Augusta y el Foro Provincial. Se le calcula una capacidad para 30.000 espectadores. Es del siglo I y está construido en el medio de la ciudad por lo que tiene unas características arquitectónicas especiales. Es uno de los circos romanos mejor conservados de Occidente y aún se encuentran restos de su estructura ocultos bajo viejos edificios de la ciudad.
Murallas romanas que rodean el casco antiguo.
Casa Sefus |
En el siglo I, con la pacificación de la zona, el ejército romano dejó libre la Parte Alta, que se monumentalizó con tres terrazas situadas de forma escalonada. En el nivel medio se situó la plaza del Foro provincial, centro político y administrativo de la provincia tarraconense. Se trataba de una gran plaza porticada, hoy en día ocupada por decenas de casas y calles.
Visité también la Catedral, dedicada a Santa Tecla, que se empezó a construir en el siglo XII en estilo
románico, se siguió en gótico y se consagró en 1331, pero quedó
inacabada a causa de la Peste Negra. La fachada, con la gran portalada y
el rosetón, es una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad. En la visita a la Catedral, está incluida la entrada al Museo Diocesano y el retablo
de Santa Tecla. Y también el claustro, que es uno de los conjuntos más
remarcables de la plástica románica en Cataluña, que data de finales del
siglo XII y principios del XIII.
Bóvedas de la calle Mercería, góticas.
Esqueixada de bacalao |
Solomillo de cerdo con salsa de ciruelas y manzanas |
Crema catalana |
Después de todas estas visitas, que por cierto ¡me han encantado!, doy un paseo por la Plaza del Ayuntamiento y como en el Restaurant el Pigot ¡muy rico todo!
Un precioso día por una ciudad muy bonita, que me ha dejado un gran sabor de boca!
Anina.
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