Artículo publicado por Vicenç Navarro, 19 de diciembre de 2012
Este artículo señala que la
excesiva disciplinariedad del mundo académico español obstaculiza la
comprensión de la crisis financiera y económica actual.
En más de
una ocasión me han preguntado sobre qué área de conocimiento es
“Políticas Públicas”. El excesivo enfoque disciplinario del mundo
académico español hace que se desconozcan áreas de conocimiento
multidisciplinario y que éstas tengan difícil ubicación en la
organización universitaria. Por eso, cuando yo –profesor de Public
Policy de una universidad estadounidense- me integré en la vida
universitaria española, tuve dificultades en encontrar la identificación
departamental que reflejara mis intereses profesionales. Así que tuve
que ganar una Cátedra de Economía Aplicada en la Universidad de
Barcelona y, más tarde, otra Cátedra de Ciencias Políticas y de la
Administración en la Universidad Pompeu Fabra. Creo haber sido de los
pocos Catedráticos de varias áreas, consecuencia de la difícil ubicación
del conocimiento multidisciplinario. El área de Políticas Públicas es
una mezcla de Economía Política y Política Económica por un lado y
Ciencias Políticas y Sociales por otro.
Y creo necesaria tal
multidisciplinariedad. Un ejemplo de ello son las interpretaciones
económicas de las crisis económicas y financieras. Desde el punto de
vista macroeconómico parecería absurda la política de austeridad que se
está siguiendo hoy en la Eurozona, incluida España. Andrew Watt, famoso
economista, se preguntaba en la revista digital Social Europe Journal
(“Can a first year economics student please take over EU economic
policy?” 30.11.12) qué pasaría si a un estudiante de economía se le
hiciera la siguiente pregunta: “Figúrese usted que está delante de un
país (suponiendo que la UE fuera un país) que tiene un desempleo muy
elevado (11,7%), dentro de un proceso de recesión económica (crecimiento
de -0,1%) y una inflación muy baja (2,2%). ¿Qué haría frente a tal
situación? ¿Daría prioridad 1) a políticas expansivas, o 2) a políticas
de corrección fiscal, exigiendo austeridad? Andrew Watt añade que el 90%
de los estudiantes de economía escogerían la alternativa 1) sobre la
2). Y un 10% escogería la alternativa 2). Andrew Watt recomienda a los
últimos que, por el bien de la humanidad, cambien de carrera, a fin de
proteger a la ciudadanía.
Pues bien, la Comisión
Europea en sus estimaciones de crecimiento económico Annual Growth
Survey 2013 subraya que, aunque la economía europea esté en recesión,
las políticas de austeridad son las necesarias en este momento. Por
cierto, en los medios de información españoles, incluidos los catalanes,
todavía hay economistas prominentes que continúan poniendo el acento en
que en Europa estamos yendo por el buen camino.
Frente a esta postura, hay
que señalar que la evidencia de que tales políticas de austeridad han
sido y continúan siendo un desastre para la economía es abrumadora. Ya
cuando se pusieron en marcha, muchos predijimos que empeorarían todavía
más la situación. Y así ha sido.
¿Por qué entonces se
continúan aplicando tales políticas? Para responder a esta pregunta
tenemos que recurrir a otras áreas de conocimiento además del económico.
Ni que decir tiene que muchos economistas que continúan defendiendo la
eficacia de las políticas de austeridad se lo creen. Sus creencias están
basadas en la fe, impermeable a la evidencia. Pero el que esta fe se
reproduzca tiene que ver con los intereses financieros y económicos que
la promueven. Hoy estas políticas están debilitando al mundo del trabajo
en la lucha que el mundo del capital realiza diariamente para mantener
su dominio y su hegemonía en la sociedad. Y tal lucha (que solía
llamarse lucha de clases) aparece con toda claridad en los datos de la
contabilidad nacional. Las rentas del capital hoy son superiores a las
rentas del trabajo, consecuencia de aquellas políticas de austeridad que
han sido muy eficaces en su intento de debilitar al mundo del trabajo.
Es un tema político y social más que económico. Mirando sólo desde un
prisma economicista, no puede entenderse lo que está ocurriendo. Y de
ahí la necesidad de lo que el gran maestro Gunnar Myrdal siempre
destacaba. Aunque le dieron el Premio Nobel de Economía en el año 1974,
Myrdal siempre fue muy crítico de la escasa sensibilidad de las áreas
económicas hacia los contextos políticos que determinaban la bondad o el
daño de las políticas económicas. Sólo los grandes pensadores como Adam
Smith, Karl Marx, David Ricardo, Michal Kalecki y John Maynard Keynes,
tomaron conciencia de esta realidad. Es una lástima que sus discípulos
lo olvidaran. Hoy, para entender lo que ocurre en la Unión Europea no es
suficiente con saber de economía. Hay que saber de la distribución del
poder en nuestras sociedades, que es un tema más político que económico.
Y ahí está uno de los grandes problemas del mundo académico español: su
excesiva disciplinariedad.
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