Agustín García Calvo
ha fallecido a los 86 años, debido a una insuficiencia cardíaca, en el
Hospital Vírgen de la Concha de Zamora, ciudad en la que vino al mundo
en 1926. El día de todos los muertos ha muerto el último gran
francotirador de nuestra cultura. Hasta el último suspiro de su vida
acudía a la tertulia que organizaba cada semana en el Ateneo de Madrid.
Era los miércoles, a las ocho y media de la tarde, la hora del fútbol, y
su ágora socrática se llenaba más que cualquier bar de la zona. En su
última intervención, «Uno más uno son dos», García Calvo habló sobre
física y matemáticas, confirmó Isabel Escudero, su pareja desde hace 36
años.
Su pasión por la gramática le llevó a estudiar Filología
Clásica en la Universidad de Salamanca bajo las directrices del maestro Antonio Tovar.
Con 22 años, García Calvo se doctoró con la tesis «Prosodia y métrica
antiguas». En 1953 ocupó una cátedra de lenguas clásicas en Sevilla y en
1964 en la Complutense, donde su oposición al régimen franquista le
llevó a ser decapitado -junto a Aranguren y Tierno- de su cátedra por
respaldar las protestas estudiantiles. Se exilió a Francia,
y allí enseñó en la universidad de Lille y en Collège de France. En
1976 le fue restituida su cátedra, que desempeñó hasta la jubilación, en
1992.
De collares y perros
Cuando llegó del exilo -confesaría a José Martí Gómez y
Josep Ramoneda- se encontró con «un entusiasmo, que yo no traía
conmingo, ni muchísimo menos cuando regresé porque no en vano había
estado viviendo casi ocho años en un país como Francia, en donde la
democracia es una cosa vieja. Yo había tenido ya ocasión de comprobar
mucho antes todo eso de si son los mismos perros con diferentes collares.
Me sorprendió y me produjo pesar el encontrarme con que la muerte del
dictador, el advenimiento de formas democráticas, podía suscitar todavía
tantísimo interés entre la gente».
García Calvo ha sido uno de los más grandes y genuinos
clasicistas del siglo XX, y también uno de los más singulares,
prolíficos y polifacéticos intelectuales españoles. Radical y hostil a
todo sistema, «enfant terrible», fue Premio Nacional de Ensayo, de Literatura Dramática y de Traducción.
- «No dudaría en rechazar el Nobel de Literatura»
Precisamente, cuando le concedieron el premio Nacional de
Literatura Dramática, Agustín García Calvo se sumergió en una duda
metódica: aceptar o no el premio Nacional de Literatura Dramática,
que le concedió el Ministerio de Cultura por «La baraja del Rey Don
Pedro». «Si lo acepto, no sé cuanto pago en sumisión a la cultura
oficial cuando siempre la he combatido -declaraba a ABC entonces-. Me
paso la vida luchando contra la cultura y ahora me ponen en un brete.
Ahora, si se tratara de un compromiso fastuoso y mucho más gordo, como
en Nobel, no dudaría en rechazarlo».
García Calvo se lamentaba de que, generalmente, los hombres
del teatro y de la cultura no se hubieran acordado nunca de él, salvo
el actor, director teatral y académico José Luis Gómez.
«Yo he hecho mucho por estar fuera y por no dejarme coger por el
aparato cultural. En parte por mi actitud, y en parte por la de ellos».
A lo que no renunció jamás Agustín García Calvo fue a
enfrentarse a todo sistema: político, cultural o mediático. Así, veía
todo el aparato cultural -desde la ciencia, los medios de información de
masas de individuos, la Educación, las producciones artística y
televisivas destinadas a no hacer pensar al pueblo- como una falsificación contra el espíritu vivo de ese pueblo. Y contra el lenguaje vivo, que es enemigo de la cultura».
15-M
Prolífico creador,
desde el nacimiento del Movimiento del 15-M acudía, cada jueves, a las
concentraciones en la madrileña puerta del Sol para «hablar con los
jóvenes». Descreía de la política: «Toda política digamos que positiva
se ve obligada a recurrir a ilusiones y a los engaños. Se hacen todas
esas cosas que dicen los políticos para dar a las gentes metas,
creencias, por tanto engañarlas necesariamente poque no hay posibilidad
que desde arriba, desde una posición de poder, se puedan proponer a las
gentes creencias que no sean mentiras, que no sean falsedades», declaró
nada más pisar suelo español a José Martí Gómez y Josep Ramoneda.
«Agustín García Calvo era un hombre atípico, único e
inconfundible, siempre alejado de modas y al margen de la vida cultural
oficial», ha destacado a Efe su (ex)«alumno» Fernando Savater.
«Su obra es muy singular, enormemente original e inconfundible», ha
subrayado el filósofo en conversación telefónica desde Chile, donde se
encuentra de viaje. «Era una personalidad única por su original fuerza y
su capacidad de suscitar adversarios por su pensamiento, así como su
capacidad de análisis de los clásicos».
Savater: «Era una personalidad única»
Hace unos años, cuando publicó «Cosas de la vida», un libro con diecisiete cuentos escritos solo con diálogos, y «Elementos Gramaticales»,
manual destinado a alumnos de bachillerato, sostenía que «la gramática
en la escuela no debería tener más sentido que el tomar conciencia de lo
que se ha aprendido sin darse cuenta. La lengua no es de nadie, no
tiene más amo que quien la habla», subrayaba. Como filólogo hizo muy
destacadas contribuciones a la lingüística general, la prehistórica o
indoeuropea, la grecolatina y la del espofcont («español oficial
contemporáneo»).
-¿Qué es, pues, esa cultura para Agustín García Calvo?
-El opio del pueblo.
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«Agustín fue el hombre que dijo ´no´ a la tiranía, al poder, a la gloria y a la vanidad» El cantautor Amancio Prada, que se desplazó a Zamora para despedir al poeta, subraya que «como García Calvo hay muy pocos.
Corrían los años setenta. Agustín García Calvo aprovechaba su exilio en
Francia para difundir su discurso rebelde y repartir copias del
manifiesto de la comuna antinacionalista zamorana (Caz). Allí, en un
restaurante del Barrio Latino de París, el filósofo zamorano coincidió
con un joven cantautor que se quedó prendado de su «mensaje heterodoxo».
Desde aquel momento, García Calvo y Amancio Prada cultivaron una
prolífica amistad que exhibieron en multitud de recitales por todo el
país. El apesadumbrado artista leonés regresaba ayer a toda prisa a
Zamora para transmitir a la familia del fallecido su pésame y
reencontrarse con el hogar que le abrió sus puertas décadas atrás.
A Prada le cuesta encontrar una frase que resuma la figura de Agustín García Calvo porque como el zamorano «hay muy pocos». A diferencia del resto de mortales, los poetas «nos dejan su obra», subraya Amancio Prada, quien define al pensador como «un filósofo que canta y un poeta que piensa», algo que «da relevancia» a la persona que «siempre dijo "no"». «Agustín fue el hombre dijo "no" a la tiranía, no al poder, no a la gloria, no a la vanidad, no al conformismo... Con una actitud rebelde, crítica, y tomando partido por los de abajo, por el pueblo sin nombre».
En efecto, el zamorano tenía un lenguaje propio y, a menudo, hablaba de «los de abajo» para dirigirse al «pueblo», el mismo que ha impregnado con su descontento la Puerta del Sol madrileña en un movimiento con el que García Calvo conectó desde que se prendió la primera chispa. Justo el mismo mensaje que sedujo al joven Prada en las callejuelas del Barrio Latino. «Me cautivó enseguida su poesía machadiana, impregnada de pensamiento», reconoce.
Aquella incipiente amistad creció y se consolidó. Ambos coincidieron en multitud de citas por todo el país y, a través de García Calvo, el cantante leonés conoció a Chicho Sánchez Ferlosio, «otro ejemplo de estar siempre al margen de los poderes». Los tres coincidieron hace años en un recital en el Colegio Universitario. «La hija de Agustín, Sabela, me hizo llegar hace un par de años la grabación en casette de aquel encuentro», recuerda Prada.
El veterano cantautor reconoce que además de cantar sus poemas, «acudí a beber en su libro "Canciones y soliloquios", un trabajo que me parece fundamental para la lírica de la poesía española de todos los tiempos». De aquella propuesta, Amancio Prada tomó los versos del poema «Libre te quiero», un auténtico himno, habitual en los conciertos del leonés en cada escenario que ha pisado. «Es un poema como tantos otros de "Canciones y soliloquios" y no sé qué misterio tiene que le gusta a todo el mundo, a los niños, a los jóvenes, a los hombres, a las mujeres?».
«Libre te quiero, como arroyo que brinca de peña en peña. Pero no mía». Así arrancaba aquella creación de García Calvo que se ha convertido en título y en hilo conductor del documental que el director de cine salmantino Basilio Martín Patino presentó en la reciente edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid. Prada y Martín Patino comentaban entonces, con pena, que les hubiera gustado ver a García Calvo protagonizando algunas de las imágenes de la película que recoge la esencia del movimiento 15-M.
Y aunque acumuló galardones al más alto nivel, Amancio Prada y otras figuras de la cultura de Castilla y León claman la merecida distinción regional de las Letras para el zamorano que nunca llegó. No obstante, el cantautor también entiende que Agustín «vivía indiferente a estas cosas, al margen de todo eso», actitud que no le impedía comportarse como «una persona risueña, cordial, muy hospitalaria y profundamente seria, pensativa».
¿Cómo hay que contarle a los más jóvenes quien ha sido Agustín García Calvo? La pregunta, en principio compleja, se torna sencilla en la voz de Amancio. «Más que explicarlo, a García Calvo hay que leerlo, esa es la mejor herencia que nos deja: su cantar y su pensar». Se va el hombre, pero se queda toda su obra. «Agustín nos ha dejado pensamiento para rato, pensamiento para rumiar mucho rato», señala el cantautor de Ponferrada camino de la rúa de los Francos para dar el pésame a la familia.
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A Prada le cuesta encontrar una frase que resuma la figura de Agustín García Calvo porque como el zamorano «hay muy pocos». A diferencia del resto de mortales, los poetas «nos dejan su obra», subraya Amancio Prada, quien define al pensador como «un filósofo que canta y un poeta que piensa», algo que «da relevancia» a la persona que «siempre dijo "no"». «Agustín fue el hombre dijo "no" a la tiranía, no al poder, no a la gloria, no a la vanidad, no al conformismo... Con una actitud rebelde, crítica, y tomando partido por los de abajo, por el pueblo sin nombre».
En efecto, el zamorano tenía un lenguaje propio y, a menudo, hablaba de «los de abajo» para dirigirse al «pueblo», el mismo que ha impregnado con su descontento la Puerta del Sol madrileña en un movimiento con el que García Calvo conectó desde que se prendió la primera chispa. Justo el mismo mensaje que sedujo al joven Prada en las callejuelas del Barrio Latino. «Me cautivó enseguida su poesía machadiana, impregnada de pensamiento», reconoce.
Aquella incipiente amistad creció y se consolidó. Ambos coincidieron en multitud de citas por todo el país y, a través de García Calvo, el cantante leonés conoció a Chicho Sánchez Ferlosio, «otro ejemplo de estar siempre al margen de los poderes». Los tres coincidieron hace años en un recital en el Colegio Universitario. «La hija de Agustín, Sabela, me hizo llegar hace un par de años la grabación en casette de aquel encuentro», recuerda Prada.
El veterano cantautor reconoce que además de cantar sus poemas, «acudí a beber en su libro "Canciones y soliloquios", un trabajo que me parece fundamental para la lírica de la poesía española de todos los tiempos». De aquella propuesta, Amancio Prada tomó los versos del poema «Libre te quiero», un auténtico himno, habitual en los conciertos del leonés en cada escenario que ha pisado. «Es un poema como tantos otros de "Canciones y soliloquios" y no sé qué misterio tiene que le gusta a todo el mundo, a los niños, a los jóvenes, a los hombres, a las mujeres?».
«Libre te quiero, como arroyo que brinca de peña en peña. Pero no mía». Así arrancaba aquella creación de García Calvo que se ha convertido en título y en hilo conductor del documental que el director de cine salmantino Basilio Martín Patino presentó en la reciente edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid. Prada y Martín Patino comentaban entonces, con pena, que les hubiera gustado ver a García Calvo protagonizando algunas de las imágenes de la película que recoge la esencia del movimiento 15-M.
Y aunque acumuló galardones al más alto nivel, Amancio Prada y otras figuras de la cultura de Castilla y León claman la merecida distinción regional de las Letras para el zamorano que nunca llegó. No obstante, el cantautor también entiende que Agustín «vivía indiferente a estas cosas, al margen de todo eso», actitud que no le impedía comportarse como «una persona risueña, cordial, muy hospitalaria y profundamente seria, pensativa».
¿Cómo hay que contarle a los más jóvenes quien ha sido Agustín García Calvo? La pregunta, en principio compleja, se torna sencilla en la voz de Amancio. «Más que explicarlo, a García Calvo hay que leerlo, esa es la mejor herencia que nos deja: su cantar y su pensar». Se va el hombre, pero se queda toda su obra. «Agustín nos ha dejado pensamiento para rato, pensamiento para rumiar mucho rato», señala el cantautor de Ponferrada camino de la rúa de los Francos para dar el pésame a la familia.
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Agustín García Calvo, uno de los principales latinistas españoles del
siglo XX, ha fallecido hoy con 86 años. Ensayista, poeta, dramaturgo,
traductor, filósofo, García Calvo fue también y siempre un pensador polémico.
Tanto que el franquismo le apartó de su cátedra en la universidad
Complutense de Madrid por apoyar las protestas de los estudiantes.
Aunque finalmente, años después, fue nombrado catedrático emérito de
Filología Clásica del mismo centro.
En el fondo, el pensador, que falleció en el Hospital Virgen de la Concha de Zamora debido a una insuficiencia cardíaca, no renunció nunca a oponerse al sistema. Desde el nacimiento del movimiento, el año pasado, acudía cada jueves a las concentraciones del 15-M en la madrileña puerta del Sol para "hablar con los jóvenes", como cuenta Isabel Escudero, su pareja desde hace 36 años. "Lo que más me consuela después de su muerte es la cantidad de jóvenes que ha dejado tras él y tras su pensamiento. Gente viva, del 15-M, y no de la Cultura en mayúsculas, que siempre ha mirado para el otro lado", añade Escudero.
Hasta la semana pasada García Calvo estuvo en la tertulia que organizaba semanalmente en el Ateneo. En la última, habló sobre física y matemáticas en una conferencia llamada Uno más uno son dos. Escudero destaca “el vigor y la gracia que ha mantenido hasta el último día, también cuando ya estaba enfermo”.
En julio el filósofo sufrió una parada cardíaca por la que tuvo que ser hospitalizado en Madrid. Desde entonces, estuvo viviendo en Zamora, hasta que ayer volvió a tener el mismo problema. De ahí que fuera ingresado en el centro clínico de la ciudad. Murió hoy poco después del mediodía, por las consecuencias de esa parada cardíaca.
García-Calvo se encuentra en el tanatorio La Soledad de Zamora y mañana será enterrado a las 17.00 en el cementerio municipal de la ciudad.
En Zamora García-Calvo nació, en 1926. Estudió Filología Clásica en la Universidad de Salamanca, y a partir de 1951 se convirtió en profesor de instituto. En 1965, privado de su cátedra en Madrid junto a José Luis Aranguren y Enrique Tierno Galván, se fue en exilio a Francia, donde sí pudo seguir enseñando, tanto en la Universidad de Lille como en el Collège de France. En París también fundó y coordinó una tertulia política y literaria en el café La boule d'or del Barrio Latino.
En España en cambio lanzó en 1988 el proyecto de una Escuela de Lingüística, Lógica y Artes del Lenguaje, para reconciliar disciplinas a las que la enseñanza había ido alejando hasta confinarlas en los compartimentos estancos de la filología, las matemáticas y el teatro. La iniciativa duró hasta 1991, aunque el filósofo quiso retomarla en 2010. Sea como fuere, García Calvo no sufrió especialmente por el final del proyecto. "Aquello fracasó, como fracasa todo lo que puede herir. El éxito solo llega a aquello que no hace daño a nadie, a aquello que sigue la corriente", contaba a este periódico en una entrevista de 2010.
Entre sus obras más importantes se encuentra la trilogía compuesta por Del lenguaje, De la construcción (Del lenguaje II) y Del aparato (Del lenguaje III), en las que desarrolló su teoría general sobre el lenguaje. Con Hablando de lo que habla. Estudios de lenguaje, una recopilación de sus artículos, obtuvo en 1990 el Premio Nacional de Ensayo.
“Agustín era un hombre muy riguroso, siempre muy socrático. Creo que ha sido el último Sócrates”, asegura Escudero. Sobre el filósofo griego, García Calvo escribió algunos de sus textos más famosos, como Lecturas presocráticas y Lecturas presocráticas II. Otras de sus conocidas reflexiones filosóficas son Razón común, Contra el tiempo, De Dios y Contra la Realidad.
Recibió también los premios nacionales de Literatura Dramática y de Traducción, respectivamente por La Baraja del rey don Pedro y por el conjunto de su obra.
"Era un hombre atípico, único e inconfundible, siempre alejado de modas y al margen de la vida cultural oficial", ha declarado a la agencia Efe Fernando Savater, que fue alumno de García-Calvo cuando daba clases en una academia de Madrid.
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En el fondo, el pensador, que falleció en el Hospital Virgen de la Concha de Zamora debido a una insuficiencia cardíaca, no renunció nunca a oponerse al sistema. Desde el nacimiento del movimiento, el año pasado, acudía cada jueves a las concentraciones del 15-M en la madrileña puerta del Sol para "hablar con los jóvenes", como cuenta Isabel Escudero, su pareja desde hace 36 años. "Lo que más me consuela después de su muerte es la cantidad de jóvenes que ha dejado tras él y tras su pensamiento. Gente viva, del 15-M, y no de la Cultura en mayúsculas, que siempre ha mirado para el otro lado", añade Escudero.
Hasta la semana pasada García Calvo estuvo en la tertulia que organizaba semanalmente en el Ateneo. En la última, habló sobre física y matemáticas en una conferencia llamada Uno más uno son dos. Escudero destaca “el vigor y la gracia que ha mantenido hasta el último día, también cuando ya estaba enfermo”.
En julio el filósofo sufrió una parada cardíaca por la que tuvo que ser hospitalizado en Madrid. Desde entonces, estuvo viviendo en Zamora, hasta que ayer volvió a tener el mismo problema. De ahí que fuera ingresado en el centro clínico de la ciudad. Murió hoy poco después del mediodía, por las consecuencias de esa parada cardíaca.
García-Calvo se encuentra en el tanatorio La Soledad de Zamora y mañana será enterrado a las 17.00 en el cementerio municipal de la ciudad.
En Zamora García-Calvo nació, en 1926. Estudió Filología Clásica en la Universidad de Salamanca, y a partir de 1951 se convirtió en profesor de instituto. En 1965, privado de su cátedra en Madrid junto a José Luis Aranguren y Enrique Tierno Galván, se fue en exilio a Francia, donde sí pudo seguir enseñando, tanto en la Universidad de Lille como en el Collège de France. En París también fundó y coordinó una tertulia política y literaria en el café La boule d'or del Barrio Latino.
En España en cambio lanzó en 1988 el proyecto de una Escuela de Lingüística, Lógica y Artes del Lenguaje, para reconciliar disciplinas a las que la enseñanza había ido alejando hasta confinarlas en los compartimentos estancos de la filología, las matemáticas y el teatro. La iniciativa duró hasta 1991, aunque el filósofo quiso retomarla en 2010. Sea como fuere, García Calvo no sufrió especialmente por el final del proyecto. "Aquello fracasó, como fracasa todo lo que puede herir. El éxito solo llega a aquello que no hace daño a nadie, a aquello que sigue la corriente", contaba a este periódico en una entrevista de 2010.
Entre sus obras más importantes se encuentra la trilogía compuesta por Del lenguaje, De la construcción (Del lenguaje II) y Del aparato (Del lenguaje III), en las que desarrolló su teoría general sobre el lenguaje. Con Hablando de lo que habla. Estudios de lenguaje, una recopilación de sus artículos, obtuvo en 1990 el Premio Nacional de Ensayo.
“Agustín era un hombre muy riguroso, siempre muy socrático. Creo que ha sido el último Sócrates”, asegura Escudero. Sobre el filósofo griego, García Calvo escribió algunos de sus textos más famosos, como Lecturas presocráticas y Lecturas presocráticas II. Otras de sus conocidas reflexiones filosóficas son Razón común, Contra el tiempo, De Dios y Contra la Realidad.
Recibió también los premios nacionales de Literatura Dramática y de Traducción, respectivamente por La Baraja del rey don Pedro y por el conjunto de su obra.
"Era un hombre atípico, único e inconfundible, siempre alejado de modas y al margen de la vida cultural oficial", ha declarado a la agencia Efe Fernando Savater, que fue alumno de García-Calvo cuando daba clases en una academia de Madrid.
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Biografía
Realizó estudios de Filología Clásica en la Universidad de Salamanca, donde estudió con la primera promoción de alumnos del maestro de la filología clásica española, Antonio Tovar. Se doctoró en Madrid a los 22 años con una tesis titulada Prosodia y métrica antiguas. En 1951 ejerció como profesor catedrático de instituto.2 En 1953 ocupó una cátedra de lenguas clásicas en Sevilla y en 1964 en Madrid, en la Universidad Complutense (UCM), hasta que la dictadura franquista lo separó de la cátedra madrileña en 1965 junto a Enrique Tierno Galván, José Luis López-Aranguren y Santiago Montero Díaz por prestar su apoyo a las protestas estudiantiles.3 José María Valverde y Antonio Tovar
renunciaron a sus cátedras voluntariamente como protesta contra esta
medida. A García Calvo su exilio lo llevó durante varios años a París, donde fue profesor en la Universidad de Lille y en el Collège de France. También trabajó como traductor para la editorial Ruedo Ibérico. En la capital francesa coordinó una Tertulia Política en el café La boule d'or del Barrio Latino. En 1976 fue restablecido en su cátedra, en la que permaneció hasta su jubilación en 1992. Es profesor emérito de la UCM.
Formó parte del Círculo Lingüístico de Madrid junto con Rafael Sánchez Ferlosio y Carlos Piera.
Como filólogo hizo importantes contribuciones a la lingüística general,
la prehistórica o indoeuropea, la grecolatina y la del espofcont
("español oficial contemporáneo"). Su teoría general sobre el lenguaje
aparece desarrollada en la trilogía formada por Del lenguaje, De la construcción (Del lenguaje II) y Del aparato (Del lenguaje III) y en los artículos recopilados en el volumen Hablando de lo que habla. Estudios de lenguaje (Premio Nacional de Ensayo de 1990). En 2009 se publicó su trilogía Elementos gramaticales, concebida como libro de texto para iniciar en la gramática a adolescentes.
Sus obras más destacadas en el ámbito del pensamiento son: Lecturas presocráticas, Lecturas
presocráticas II. Razón común. Edición crítica, ordenación, traducción y
comentario de los restos del libro de Heráclito, Contra el tiempo, De Dios y Contra la Realidad.
Como poeta publicó, entre otras, Canciones y soliloquios, Más canciones y soliloquios, Del tren (83 notas o canciones), Libro de conjuros, Ramo de romances y baladas, Sermón de ser y no ser, Valorio 42 veces, Relato de amor o 4 canciones de amor perdido y el cínife. Es autor de varias piezas dramáticas como Ismena, Rey de una hora y Baraja del rey don Pedro (por la que recibió el Premio Nacional de Literatura Dramática de 1999).
También editó varias series de artículos y colaboraciones
periodísticas que recogen diversos ataques contra aspectos de la
sociedad actual, tales como Contra la Familia, Contra la Pareja, Contra la Paz, Contra la Democracia, Análisis de la Sociedad del Bienestar, Noticias desde abajo y Que no, que no.
Por encargo del primer presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, escribió el Himno de la Comunidad, por el precio simbólico de una peseta.
Fernando Savater fue en los setenta discípulo suyo y planeó elaborar con él una tesis doctoral, que nunca llevó a buen término.4
Sin embargo, en años posteriores sus posturas divergen radicalmente.
Como escribe Savater en su autobiografía, «fue fundamental en mi devenir
intelectual y moral encontrarle, no menos que luego despegarme de él».5
Otros intelectuales españoles interesados en algún momento por el pensamiento de García Calvo son Félix de Azúa (quien tomó de él la expresión "medios de formación de masas"6 y le ha dedicado varias de sus obras poéticas)7 y Javier Marías.8 Se ha señalado también su influencia sobre los últimos libros del poeta Miguel Ángel Velasco.9
En los últimos tiempos coordinaba una Tertulia Política que se celebra en el Ateneo de Madrid los miércoles a las 20.30 horas, en la Cacharrería, 2.ª zona (sala romántica).
La obra poética de García Calvo ha inspirado varias versiones musicales, como las de Amancio Prada o Chicho Sánchez Ferlosio.
Falleció el 1 de noviembre de 2012 en Zamora, debido a una insuficiencia cardiaca.1
Pensamiento político
En sus obras e intervenciones, García Calvo trató de dar voz a un
sentir anónimo, popular, que rechaza los manejos del Poder. Esencial a
esa lucha es la denuncia de la Realidad, una idea que se presenta como
reflejo fiel de «lo que hay», cuando de hecho es una construcción
abstracta, en la que las cosas son reducidas por la fuerza a ideas. De
ese modo se mata cuanto pueda haber en las cosas de impredecible e
infinito, y resulta posible someterlas a planes, esquemas y manejos. La
gente, un caso más de cosa, queda organizada de este modo en Individuos,
sometidos a una doble exigencia contradictoria: cada uno tiene que ser
individual, y sin embargo todos han de ser sumables en una Masa
numérica. Por fortuna, esta organización deja siempre cabos sueltos: a
lo que pueda quedar en la gente de ocurrencias imprevisibles, no
sometidas a plan ni cálculo, se refiere García Calvo como «el pueblo».
El progreso del Poder llega a su cúspide en las sociedades
democráticas, compuestas por Masas de Individuos. Dado que el plan del
Progreso es introducir este sistema en todas partes, la lucha popular
debe dirigirse contra la Democracia, por ser ésta el régimen que
administra la muerte (dado que lo único cierto del futuro es la muerte,
anticipar éste —como hace el Poder— con planes o propósitos constantes
es acercar la muerte para desvivir la vida) del pueblo en las sociedades
más avanzadas. La pervivencia de formas más atrasadas de dominio (como
las dictaduras comunistas o las de los países musulmanes) sirve para
legitimar, por comparación, la Democracia burguesa, y debe considerarse
por tanto un trampantojo.
Esencial para el Poder y la Realidad es la figura de Dios; que, tras
tomar muchos nombres, como el de Hombre, en su forma más moderna o
progresada se presenta con el nombre de Dinero: una idea omnipresente a
la que todas las cosas son reductibles (todo tiene un precio). La
religión de este nuevo Dios es la Ciencia, cuya misión esencial es
mantener actualizada la idea de Realidad y convencer a los Individuos de
que todo está bajo control: hay conocimiento seguro de todo, o lo habrá
con el tiempo. Sin embargo, la investigación de los científicos, en
especial la de los físicos, en la medida en que es honesta, no deja de
presentar indicios de la resistencia de las cosas a su reducción a
ideas.
En la Democracia, el Estado y el Capital son dos rostros de la misma
cosa. La lucha popular debe dirigirse contra ambos, sin convertirse
nunca en una reivindicación (que supone reconocer legitimidad al Poder)
ni una alternativa de gobierno (que no haría sino contribuir al progreso
del Poder). Esta lucha no es individual (pues el Individuo, construido a
imagen y semejanza del Estado, es esencialmente reaccionario y
constituye el primer enemigo del pueblo), sino de la gente, de lo que
quede de pueblo, por debajo de los Individuos y en contradicción con
éstos.
Respecto a los nacionalismos, señala García Calvo que parten de la
conversión del pueblo indefinido e inmanejable en una idea (los pueblos)
manejable y sumisa al Poder.
El lenguaje tiene un papel destacado en la opresión del pueblo, pero
también en su rebelión. Las palabras con significado de las lenguas
configuran la Realidad, distinta para cada tribu. En la medida en que el
lenguaje contribuye a crear la ilusión de que sabemos todo lo que hay y
cómo llamarlo y manipularlo, constituye un arma contra el pueblo. Sin
embargo, en el uso común de las palabras se producen continuamente
vislumbres que apuntan a lo contrario (a que no sabemos lo que hay, ni
la Realidad cubre todo lo que se da), y en ese sentido el lenguaje, que
cualquiera puede usar pero que no es de nadie, es la expresión popular
por excelencia.
Ejemplos concretos de la lucha contra la Realidad los podemos
encontrar en el ataque al automóvil (vehículo individual por excelencia)
y la defensa del tren; en la lucha contra la concepción de que
"Hacienda somos todos"; o en la decisión de "escribir como se habla",
frente al uso pedante del lenguaje por parte de eruditos, funcionarios y
periodistas.
Premios
- Premio Nacional de Ensayo en 1990 por Hablando de lo que habla.
- Premio Nacional de Literatura Dramática en 1999 por La Baraja del rey don Pedro.
- Premio Nacional al conjunto de la obra de un traductor en 2006.
Obras
Gramática y teoría del lenguaje
- Pequeña introducción a la prosodia latina (Madrid: Sociedad de Estudios Clásicos, 1954).
- Lalia, ensayos de estudio lingüístico de la sociedad (Madrid: Siglo XXI, 1973).
- Del ritmo del lenguaje (Barcelona: La Gaya Ciencia, 1975).
- Del lenguaje (I) (Zamora: Lucina, 1979; 2 ªed correg. 1991).
- De la construcción (Del lenguaje II) (Zamora: Lucina, 1983).
- Del aparato (Del Lenguaje III) (Zamora: Lucina, 1999).
- Hablando de lo que habla. Estudios de lenguaje (Premio Nacional de Ensayo 1990) (Zamora: Lucina, 1989; 2ª ed. 1990; 3ª ed. 1990; 4ª ed. 1993).
- Contra la Realidad, estudios de lenguas y cosas (Zamora: Lucina, 2002).
- Es. Estudio de gramática prehistórica (Zamora: Lucina, 2003).
- Tratado de Rítmica y Prosodia y de Métrica y Versificación (Zamora: Lucina, 2006).
- Elementos gramaticales, 3 t. (Zamora: Lucina, 2009).
Lógica
- De los números (Barcelona: La Gaya Ciencia, 1976).
Traducciones y versiones de autores clásicos griegos y romanos
- Aristófanes, Los carboneros (Akharneís). Versión rítmica de A. García Calvo (Zamora: Lucina, 1981; 2ª ed. 1998).
- Heráclito, Razón común (Lecturas presocráticas II) Edición, ordenación, traducción y comentario de los restos del libro de Heráclito (Zamora: Lucina, 1985).
- Homero, Ilíada. Versión rítmica de Agustín García Calvo (Zamora: Lucina, 1995).
- Jenofonte, Memorias de Sócrates, Apología, Simposio (traducción, introducción y notas) (Madrid: Alianza Editorial; 1967, Salvat editores, 1971).
- Lecturas presocráticas (Zamora: Lucina, 1981: 3.ª ed. con la traducción y comentario de Parménides renovados, 2001).
- Lucrecio, De Rerum Natura / De la Realidad. Edición crítica y versión rítmica de A. García Calvo (Zamora: Lucina, 1997).
- Plauto, Pséudolo o Trompicón (traducción rítmica, introducción y notas) (Madrid: Cuadernos para el Diálogo, 1971).
- Platón, Diálogos Socráticos, Apología, Teages, Los enamorados, - Cármides, Clitofonte (traducción, introducción y notas) (Barcelona: Salvat Editores, 1972).
- Poesía antigua (De Homero a Horacio) (Zamora: Lucina, 1992).
- Sócrates (en Enciclopedia Universitas, t.II, fasc.30), (Barcelona: Salvat Editores, 1972).
- Sófocles, Edipo Rey. Versión rítmica de A.García Calvo (Zamora: Lucina, 1982; 2ª ed. 1988; 3ªed. 1993).
- Virgilio (estudio biográfico y versión rítmica de las Bucólicas del libro IV de las Geórgicas y del libro VI de la Eneida) (Madrid: Ediciones Júcar, 1976).
Otras traducciones y versiones
- Sem Tob, Glosas de sabiduría o proverbios morales y otras rimas (texto crítico, versión, introducción y comentario) (Madrid: Alianza Editorial, 1974).
- Marqués de Sade La filosofía en el "boudoir" (traducción y nota por Agustín García Calvo, ilustraciones de Bartoli. "Libros Buen Amor Loco Amor"). Ruedo Ibérico, París, 1975 (reed. Zamora: Lucina, 1980: 2.ªed. 1988. Título en estas ediciones zamoranas: Instruir deleitando o Escuela de amor).
- Shakespeare, William, Sonetos de amor (texto crítico, traducción en verso, introducción y notas) (Barcelona: Anagrama, 1974).
- Shakespeare, William, Sueño de noche de verano (Zamora: Lucina, 1980: 2.ª ed. 1988: 3.ªed. 1993).
- Shakespeare, William, Macbeth. Versión rítmica de A. García Calvo. (Zamora: Lucina, 1980).
- Georges Brassens. 19 Canciones. Con versión para cantar de A. García Calvo (Zamora: Lucina, 1983).
- Belli, Giuseppe-Gioachino, 47 sonetos romanescos con las versiones de Agustín García Calvo (Zamora: Lucina, 2006).
- Valéry, Paul, Le Cimetière Marin / El Cementerio Marino con la versión rítmica de Agustín García Calvo (Zamora: Lucina, 2006).
Ensayo y política
- Apotegmas a propósito del marxismo (París: Ruedo Ibérico, 1970).
- Manifiesto contra el despilfarro (Madrid: Banda de Moebius, 1977).
- ¿Qué es el Estado? (Barcelona: La Gaya Ciencia, 1977).
- Actualidades (Zamora: Lucina, 1980).
- Cartas de negocios de José Requejo (Zamora: Lucina, 1981).
- Historia contra tradición. Tradición contra Historia (Zamora: Lucina, 1983; 2ª ed. 1998).
- Familia: la idea y los sentimientos (Zamora: Lucina, 1983; 2ª ed. 1992).
- El amor y los 2 sexos. Del tiempo de amor y olvido (Zamora: Lucina, 1984: 2.ª ed. 1991).
- De la felicidad (Zamora: Lucina, 1986; 2.ª ed. 1989; 3ª ed- 1991, 4ª ed. 2000).
- De los modos de integración del pronunciamiento estudiantil (Zamora: Lucina, 1987).
- Noticias de abajo (Zamora: Lucina, 1991; 2.ª ed. 1991; 3ª ed. 1995).
- Contra la Paz. Contra la Democracia (Barcelona: Editorial Virus, 1993).
- Contra el Tiempo (Zamora: Lucina, 1993; 2ª edición 2001).
- Análisis de la Sociedad del Bienestar (Zamora: Lucina, 1993: 2ª ed. 1995).
- Contra la Pareja (Zamora: Lucina, 1994: 2ª ed. 1995).
- Contra el hombre (con dos epílogos de Isabel Escudero) (Madrid: Fundación de Estudios Libertarios, Anselmo Lorenzo, 1996)
- De Dios (Zamora: Lucina, 1996).
- Locura. 17 casos (Zamora: Lucina, 1997).
- De mujeres y de hombres (Zamora: Lucina, 1999).
- 37 adioses al mundo (Zamora: Lucina, 2000).10
- ¿Qué es lo que pasa? (Zamora: Lucina, 2006). ISBN 84-85708-67-9
- 20 ventanas y 36 adolescencias (Zamora: Lucina, 2006).
- De verde a viejo. De viejo a verde (Zamora: Lucina, 2007).
Poesía
- Al burro muerto... (Zamora: Lucina, 1998).
- Bebela (Zamora: Lucina, 1987; 2ª ed 2001).
- Canciones y soliloquios (Zamora: Lucina, 1982; 2.ª ed. 1993).
- Del tren (83 notas o canciones) (Zamora: Lucina, 1981).
- Libro de conjuros (Zamora: Lucina, 1979; 2ªed 1981; 3ª ed 1991; 4ª ed. 2000).
- Más canciones y soliloquios (Zamora: Lucina, 1988).
- Ramo de romances y baladas (Zamora: Lucina, 1991).
- Relato de amor (Zamora: Lucina, 1980; 2.ª ed. 1982; 3ªed. 1989; 4ª ed.1993).
- Sermón de ser y no ser, (Madrid: Visor, 1ª edición, 1972, 2ª, 1973, 3ª, 1977; Zamora: Lucina, 4ª edición, 1980, 5ª, 1984, 6ª, 1988, 7ª, 1995).
- Valorio 42 veces (Zamora: Lucina, 1986).
- Uno o dos en 23 sitios y más (Zamora: Lucina, 2003).11
- 4 canciones de amor perdido y el cínife (Logroño: Ediciones del 4 de agosto de 2006).12
- Suma del vuelo de los hombres (Zamora: Lucina, 2008).
- Cantar de las dos torres (Zamora: Lucina, 2008).
- Y más aún canciones y otros juegos (Zamora: Lucina, 2008).
Teatro
- Baraja del Rey Don Pedro (Premio Nacional de Literatura Dramática 1999) (Zamora: Lucina, 1998; 2ªed. 1999).
- Ismena. Tragicomedia musical (Zamora: Lucina, 1980).
- Rey de una hora (Zamora: Lucina, 1984).
- Tres farsas trágicas y una danza titánica. "Traspaso», «Dos amores», "Velatorio» y "Rotura», cuatro obras de teatro de una media hora de duración (Zamora: Lucina, 1980).
- Pasión. Farsa trágica (Zamora: Lucina, 2006).
- La rana y el alacrán (Zamora: Lucina, 2007).
- El otro hombre (Zamora: Lucina, 2008).
- Diosas cosas (Zamora: Lucina, 2008).
- Loco de amor (Zamora: Lucina, 2010).
Otros
- Himno de la Comunidad de Madrid (1983 BOCM).
- Eso y ella. 6 cuentos y una charla (Zamora: Lucina, 1987; 2ª ed 1993).
- Recitaciones de poesía antigua (Zamora: Lucina, 1987).
- ¿Qué coños? 5 cuentos y una charla (Zamora: Lucina, 1990; 2ª ed 1991; 3ª ed. 1991: 4ª ed. 1995).
- Cosas de la vida. 17 cuentos (Zamora: Lucina, 2009).
Artículos
Innumerables artículos de filología y lingüística en las revistas Emérita, Estudios Clásicos, Revista Española de Lingüística, Saber Leer, etc. Y de política en Archipiélago, El País, Diario 16, La Razón, etc.
Bibliografía
- Savater, Fernando (1992; 1º ed., 1974). Ensayo sobre Cioran. Madrid: Espasa-Calpe. ISBN 84-239-7288-7.
- — (2003). Mira por dónde. Autobiografía razonada. Madrid: Taurus. ISBN 84-306-0498-7.
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