En diversas ocasiones he demostrado que la crisis que padecemos es
en realidad una sucesión de estafas cometidas por los banqueros, las
agencias de calificación, los gobiernos, los grandes medios de
comunicación, y los bancos centrales, entre otros (ver La crisis, una estafa detrás de otra).
La sucesión de engaños es realmente impresionante y es raro que pase
una semana o dos sin que tengamos que hacernos eco de una nueva. La
penúltima, en España, han sido los desvergonzados Presupuestos Generales
del Estado que ha presentado el Gobierno de Rajoy y sobre los que
escribí ayer (Presupuestos 2013, un engaño más).
Pero es que el mismo día en que fueron presentados volvimos a sufrir
una nueva estafa, ahora con el test que acaban de realizar a los bancos
españoles supuestamente con el fin de conocer rigurosamente su situación
patrimonial presente y futura.
La verdad es que era fácil aventurar que algo de eso iba a ocurrir
dado que diversos portavoces del gobierno y de la banca llevaban días
diciendo que las necesidades eran más o menos de 60.000 millones de
euros. Y, sobre todo, sabiendo que quien iba a hacer el test es Oliver
Wyman, la consultora que, entre otros grandes hitos financieros,
calificó a Anglo Irish como el “mejor banco del mundo” poco antes de que
quebrase.
¡Y así ha sido! Pero resulta que no se ha tardado ni 48 horas en
descubrirse que las cifras del test están trucadas para que saliese la
cantidad que previamente habían decidido que tenía que salir.
Efectivamente, nada más conocerse los resultados del test, diversos
analistas han puesto de relieve que está hecho a base de mentiras y
trampas ( ver El test de Oliver Wyman ha cocinado la cifra de 60.000 millones para la banca y no son datos creíbles).
El truco
Los temas financieros suelen ser complicados y difíciles de entender
para la gente normal y corriente pero creo que en este caso se puede
explicar fácilmente donde radica el engaño para que cada uno saque
entonces conclusiones.
Antes que nada hay que saber que estos test son sencillamente un
ejercicio de simulación: se establecen unos escenarios hipotéticos para
la economía, y se analiza cómo pueden afectar a los créditos que han
dado los bancos para saber, finalmente, cuántas pérdidas van a tener y,
si las tienen, si les hará falta o no capital adicional para
absorberlas.
La clave, por tanto, está en acertar en tres cuestiones:
a) el escenario que se cree que se va a dar.
b) los diferentes activos o créditos que tienen los bancos y cómo les va a afectar cada situación,
c) la exigencia de capital necesario para hacer frente a cada situación.
Pues bien, al análisis que ha hecho la empresa Oliver Wyman por
encargo del gobierno se le descubren fácilmente los siguientes “fallos”:
El primero podría ser más discutibles y es que los escenarios que
contempla (uno base más favorable y al que califica como adverso) son
demasiado optimistas, de modo que los efectos sobre la situación de los
bancos es mucho más suave que los que se deducirían si se hubiera
establecido otros más realistas.
El segundo es que, para que le salgan los números que antes de hacer
el examen se quería que saliesen, contempla dos exigencias de capital
distintas en cada escenario. En el favorable se fija que los bancos
deben mantener en el llamado capital core (es decir, en el
capital puro con el que de verdad pueden hacer frente a supuestas
pérdidas) el 9% de los créditos concedidos. Un porcentaje que no es
gratuito sino que es el establecido este verano pasado por el propio
gobierno siguiendo las directrices europeas. Sin embargo, en el
escenario adverso solo fijan el 6%.
De esta forma, no solo se contraviene la legislación sino que se
comete un absurdo: se pide a los bancos menos capital para hacer frente a
pérdidas si la situación es peor que si es mejor . Y el absurdo se
refleja con toda nitidez en el propio informe que señala que al Banco de
Santander y al BBVA le “sobrará” menos capital en la situación
favorable que en la situación adversa (al primero, 19.181 millones de
euros y 25.297 millones de euros, respectivamente, y al BBVA 10.945
millones y 11.183 millones).
El examen también tiene un fallo garrafal a la hora de considerar los
activos o créditos que pueden dejar de cobrarse en cada escenario.
Efectivamente, para deducir las posibles pérdidas de los bancos
españoles se contabilizan el total de 1,4 billones de euros que tenían
concedidos en créditos a finales de 2011 (227.000 a empresas
inmobiliarias, 602.000 en hipotecas hogares, 254.000 a grandes empresas,
237.000 a Pymes y 115.000 en otros créditos diversos). Y a partir de
ahí se estima que en el escenario favorable los bancos perderían 129.400
millones de euros (64.900 millones de inmobiliarias, 10.900 millones de
hipotecas a familias, 14.000 de las grandes empresas y 25.000 millones
de las Pymes). En el escenario adverso las pérdidas se serían 209.100
millones de euros.
Al comparar esas pérdidas estimadas con el capital de cada uno de los
bancos es como se deduce que las exigencias de capital total serán de
26.000 millones de euros en el escenario más favorable y de 54.000
millones en el escenario adverso (59.300 millones sin considerar los
procesos de fusión y el impacto fiscal).
Ahora bien, el optimismo de esas cifras proviene, en primer lugar, de
que el examen no ha tomado en cuenta los créditos que la banca española
ha concedido al Estado español y que según el Banco de España a finales
de agosto alcanzaban una cifra de 184.511 millones de euros.
Es mucho suponer que la banca española vaya a cobrar todo ese crédito
soberano, es decir, que a corto o medio plazo no se vaya a producir en
España una quita o reestructuración de la deuda que suponga pérdidas
adicionales a los bancos que la posean.
Y en segundo lugar, algún analista también ha detectado que hay
trampas en los cálculos efectuados para cada una de las entidades. Así
Guru Huky demuestra que con otras hipótesis más realistas que las del
examen de Oliver Wyman a La Caixa no le sobrarían 5.700 millones de
euros sino que le faltan casi 4.800 millones de euros (ver Informe Oliver Wyman. Tres trampas y una mentira y La trampa del test de estrés de Oliver Wyman. En realidad sólo 4 bancos no necesitán más capital).
Y a estas trampas hay que sumar evidentemente el mismo engaño que se
produce cada vez que se le da dinero a bancos: que todo se hace para que
vuelvan a dar crédito a empresas y consumidores. Incluso el muy
optimista test de Oliver Wyman demuestra que la banca española va a
acumular enormes pérdidas en los próximos años y que tendrá que ir
reduciendo “apalancamiento”, es decir, el porcentaje de crédito sobre su
capital. Por lo tanto, será prácticamente imposible que el crédito
fluya mientras se siga esta política de rescatar a bancos que están
medio muertos para salvar a los banqueros.
¿Hasta cuándo?
En conclusión, los ciudadanos vamos a ser engañados una vez más: ya
lo hicieron hace unos meses cuando después de examinar a Bankia el Banco
de España afirmaba que estaba perfectamente, tal y como sucedió en
otros países con otros bancos, que cayeron pocos meses o semanas después
de haber superado “exitosamente” test de solvencia bancaria como los de
ahora.
Tienen previsto darle a los banqueros lo que haga falta para
salvarlos y ya han decidido que el dinero lo pongamos la gente normal y
corriente. Y punto. Si hace falta inventarse continuamente números,
informes y mil excusas, se inventan.
Lo impresionante es el poder de manipulación tan imponente que han
acumulado y que les está permitiendo robar a plena luz del día sin que
haya una movilización social gigantesca que les pare los pies de una vez
por todas.