Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 18 de septiembre de 2012
Este artículo señala las
limitaciones de las reformas bancarias propuestas en Bruselas por el
Consejo Europeo y en Madrid por el gobierno del PP, reformas que no
resolverán el enorme problema del crédito y de la falta de demanda
responsables de la gran recesión. El artículo hace una llamada a la
necesidad de movilizarse, exigiendo referéndums que permitan a la
población participar en (aceptar o rechazar) las medidas que tanto el
partido gobernante español como el catalán están imponiendo sin que
tengan un mandato para ello, incluyendo la reforma bancaria que ambos
partidos han aprobado.
Es importante que a la ciudadanía se
le informe (y los mayores medios de información no lo están haciendo)
de que el poder del capital financiero y su excesiva influencia en el
Consejo Europeo, en la Comisión Europea y en el Banco Central Europeo
(BCE), así como en el Fondo Monetario Internacional (FMI) (lo que se
conoce como la troika), está retrasando enormemente la recuperación
económica. Tal poder está dictando las prioridades de la Unión Europea,
en general, y de la Eurozona, en particular, en el desarrollo de
políticas públicas destinadas a resolver la crisis enorme que sus países
están sufriendo. Veamos la evidencia de lo que digo.
Las decisiones más importantes que se
han tomado por las autoridades de la Eurozona han sido las que fueron
aprobadas en la reunión del 28 de junio de este año 2012 en Bruselas.
Frente a la enorme crisis que la Eurozona está sufriendo, con escaso, o
incluso negativo crecimiento económico (que ha disparado el nivel de
desempleo a niveles no conocidos antes en los últimos treinta años),
tales autoridades pusieron como prioridad de su acción colectiva salvar a
los bancos y al sistema bancario europeo. De ahí que se hicieran
propuestas, todavía no aprobadas, de que hubiera un sistema bancario
único, con un Banco Central que lo supervisara. Tal Banco Central será
el Banco Central Europeo (BCE), que tendrá también la responsabilidad de
proveer liquidez a los bancos en dificultades. En realidad, tal BCE ya
ha proveído un billón de euros desde diciembre de 2011 a los bancos
europeos. La mitad de esta cantidad ha ido a los bancos españoles e
italianos. De ahí que los bancos europeos, incluyendo los españoles, no
tengan –en contra de lo que se dice- falta de liquidez, es decir, de
dinero. En realidad, los bancos europeos tienen mucho, mucho dinero. Lo
que ocurre es que gran parte de este dinero lo tienen depositado, es
decir, guardado en las arcas del propio BCE. Ahí está, guardado bajo
llave, beneficiándose de la seguridad que ofrece el BCE y sus unidades
satélites, los Bancos Centrales de cada país. A la ciudadanía tendría
que informársele (y los mayores medios de información tampoco lo están
haciendo) de que el problema de la falta de crédito no es que los bancos
no tengan dinero. Lo tienen. Están llenos de dinero. El problema es que
no lo prestan, ni lo circulan. Está depositado o está invertido en
actividades especulativas. En un interesante artículo, Paul de Grauwe
analiza las enormes consecuencias negativas que tiene tal comportamiento
bancario (”The ECB, the OMT and Austerity”. Social Europe Journal.
14.09.12). Los bancos han estado mimados por los poderes públicos todos
estos años. Han recibido millones de euros. Repito, los españoles y los
italianos medio billón desde diciembre de 2011.
Pero, por si ello no fuera suficiente,
ahora se ha creado un fondo común, llamado European Financial Stability
Facility (EFSF), que prestará dinero a los bancos que estén en
dificultades, dinero que tendrá que avalar y garantizar el Estado donde
esté ubicado el banco ayudado. En realidad, el dinero se le dará al
banco a través del Estado, de manera que será tal Estado el que se
responsabilice de pagar a los bancos y devolver el dinero al EFSF
aumentando con ello la deuda pública. España ya ha pedido ayuda y están a
su disposición 100.000 millones de euros para ello, cantidad prestada
al Estado con el objetivo de que éste se lo preste a la banca.
Estas decisiones, sin embargo, tendrán
poco impacto sobre la crisis. Y la evidencia de ello es robusta. EEUU
tiene ya un Banco Central (el Federal Reserve Board –elFRB-) que está
haciendo todo (y mucho más) lo que ahora las autoridades de la Eurozona
están proponiendo que haga el BCE. El Federal Reserve Board en EEUU
supervisa a los bancos en EEUU y les ayuda en caso de dificultades. Y ha
dado préstamos a intereses bajísimos a los bancos, proveyéndoles mucho
dinero. Es menos permisivo, sin embargo, que el BCE con los depósitos de
los bancos. El FRB facilita la circulación del dinero, desincentivando
que los bancos lo depositen en el FRB, como ahora los bancos europeos
están haciendo en el BCE.
Pero, a pesar de que el sistema
financiero estadounidense ya tiene un modus operandi semejante a las
propuestas que se están ahora haciendo referente a la ayuda del Banco
Central a los bancos supervisados por él, la economía estadounidense,
aunque no tan estancada como la europea, tiene una tasa de crecimiento
menor de lo esperado. Y ello a pesar de que los intereses bancarios son
ya muy bajos, más bajos que los intereses bancarios europeos.
¿Qué es lo que debería hacerse?
Lo que debería ser prioritario no es
ayudar a los bancos privados (que hasta ahora no están proveyendo
crédito, a pesar de tener mucho dinero), sino ayudar a los Estados y a
las personas y empresas endeudadas. Un paso positivo sería que el BCE
comprara deuda pública de sus Estados en el mercado primario y a largo
plazo (diez años), tal como ya hace el FRB en EEUU, una intervención de
gran importancia y que el BCE no hace. Tal compra protegería la deuda
pública de los Estados de la Eurozona (incluida España) de la
especulación por parte de los mercados financieros. Los pasos que el BCE
acaba de indicar que estaría dispuesto a hacer (comprar deuda pública a
corto plazo, a un máximo de 3 años, y en el mercado secundario) son
pasos insuficientes para salir de la recesión (ver mi artículo “Por qué
la decisión del BCE es una golosina envenenada”, publicado enPublico.es,
13.09.12, y en mi blog www.vnavarro.org). Pero además de insuficientes,
las condiciones que el BCE pone para que se compren los bonos cortos es
que se sigan las condiciones que impongan los talibanes neoliberales de
la Comisión Europea y el FMI, los mismos personajes institucionales que
acaban de imponer a Grecia medidas extremas, como que la semana laboral
sea de seis días, además de más recortes, tanto de salarios como de
gasto público. No hay duda de que estas últimas medidas acentuarán
todavía más la recesión.
Lo que se requiere con gran urgencia
para salir de la crisis es precisamente lo opuesto, es decir, que se
desarrollen políticas públicas expansivas orientándolas a crear empleo y
aumentar la demanda doméstica. El mayor problema económico (además de
humano y social) en la Eurozona es el desempleo, realidad ignorada por
las autoridades públicas de la Eurozona. El mayor crecimiento de EEUU se
debe precisamente al estímulo expansivo que, aún siendo insuficiente
para cubrir el enorme agujero creado por la explosión de la burbuja
inmobiliaria de aquel país, ha facilitado un mayor crecimiento económico
y mayor producción de empleo. Y precisamente este énfasis en políticas
expansivas, de creación de empleo, es lo que se necesita (tal como está
proponiendo la Federación Europea de Sindicatos), propuestas marginadas
en las estructuras de poder de la Eurozona, consecuencia del excesivo
dominio de la banca en la gobernanza de tal grupo de países.
La necesidad de rebelarse
Una última observación. Como si no fuera
suficiente la enorme cantidad de ayuda pública que ha recibido el
sistema financiero español, influida la banca, la tercera reforma
financiera aprobada por el PP, con el apoyo de CiU, refuerza esta ayuda
con el consiguiente argumento “de que tal ayuda dará confianza a los
mercados financieros”, el argumento que se ha utilizado por ambas
formaciones políticas para aprobar toda una serie de leyes que han
beneficiado a los poderes financieros a costa de los intereses de las
clases populares. En tal reforma no hay ninguna provisión directa que
ayude a los usuarios de la banca endeudados hasta la médula ni a los
medianos y pequeños empresarios, también profundamente endeudados. Una
vez más, los nacionalistas conservadores y neoliberales a ambos lados
del Estado (los españoles y los catalanes) que argumentan enfrentarse
en defensa de sus naciones, coinciden en la defensa de los intereses de
clase, que la agitación de banderas intenta ocultar. Ni que decir tiene
que en Cataluña los medios de información y persuasión públicos,
controlados, y abusivamente instrumentalizados por CiU, mantendrán un
silencio ensordecedor sobre tal alianza.
Como también está guardando un silencio
ensordecedor sobre la enorme contradicción del Presidente Mas cuando
pide, por una parte, que se respete la demanda popular de hacer un
referéndum sobre la independencia de Cataluña, basado en un principio
democrático, indicando que lo que diga el pueblo catalán debe hacerse, y
por otra parte, llevar a cabo políticas totalmente opuestas a lo que
prometió en su oferta electoral, tal como también ha estado haciendo el
gobierno PP. Me parece bien (y así lo pedí antes de que CiU así lo
pidiera) que el pueblo catalán pueda ejercer el derecho de
autodeterminación. Pero me parece muy mal que los gobernantes hagan lo
contrario a lo que prometieron, desoyendo al electorado que les eligió.
Las críticas que se están haciendo al gobierno Rajoy por faltar a sus
promesas aplican también al gobierno Mas. Sería interesante que el
referéndum que se estaba pidiendo en España en las movilizaciones de
Madrid también se pidiera en Cataluña: un referéndum que consultara al
pueblo catalán si está o no de acuerdo en que se lleven a cabo tales
recortes, recortes para los cuales no hay ningún mandato. Y podría
añadirse en este referéndum si están también de acuerdo con los votos de
CiU en las Cortes Españolas de apoyo a las políticas económicas y
sociales del PP (que tampoco estaban en su programa electoral) y la
reforma fiscal del PP (que tampoco estaba en su programa electoral),
medidas todas ellas que afectarán negativamente a la calidad de vida y
bienestar de las clases populares de Cataluña y de España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario