“Lo mismo te frío una corbata que te plancho un huevo”. Esa debe ser la máxima con la que funcionan a día de hoy cierto sector de informativos “amarillos” cuya profesionalidad brilla por su ausencia, y sobre todas las cosas, se dedican a ser inductores de la bronca social caiga quien caiga, dando lo mismo la veracidad de los hechos si con ello se llevan el gato al agua y consiguen formar una opinión distorsionada entre las amas de casa y los jubiletas que se comen la morralla informativa de este tipo de noticieros al más puro estilo Jiménez Losantos.
Así las cosas, la semana pasada en la cadena “pública” Telemadrid, que “dirige” Esperanza Aguirre se mostró una de esas “perlas” informativas que constituyen el anticódigo deontológico del periodismo, que tanto gusta al sector bronco de nuestra sociedad. La periodista de Telemadrid María López instó el jueves pasado a los espectadores de El Círculo -el programa matinal de la cadena- a valorar si el Movimiento 15-M es pacífico, como dicen sus portavoces, o no. Y para ello, ilustraron la situación con imágenes fuertemente violentas entre policía y manifestantes, pero con (¡Oh!) la mala suerte de que en vez de tratarse de los hechos de los que pretendían hablar de Barcelona, sacaron imágenes de los disturbios acaecidos el miércoles pasado por la huelga general en Grecia, el país de los funcionarios fantasma.
Queda claro que la pretensión final de tal manera de informar no es otra que insuflar a la ciudadanía un mensaje distorsionado de la realidad, dado que ha quedado sobradamente claro que el movimiento 15-M no tiene ni de lejos un carácter violento, y que lo que sucedió en Barcelona viene de la mano de listillos infiltrados que aprovecharon gustosos la ocasión “para ofrecer el testimonio de su consideración más distinguida”. Lo que quiere determinado sector rancio de los medios de comunicación no es otra cosa que colgar el San Benito de la violencia a una llama de la insurgencia más plural y soberana con la que no saben cómo actuar, y que cada vez les da más miedo, dado que se están empezando a desmoronar los pilares en los que se están aposentando sus culos.
La evidencia (dado que en las imágenes mostradas salían fotos de la bandera de Grecia, así como los uniformes de la policía) prueba que estos informadores de pacotilla tienen un concepto de su posible espectador igual al de un pollino, y desde luego lo último que gastan es respeto y lo primero prepotencia, ese aroma tan característico del periodismo predemocrático, tan preocupado por el desmoronamiento de los valores patrios.
A partir de ahora podrían sacar imágenes constantemente del pato Donald, cuenten lo que cuenten. Seguro que es mucho más veraz.
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