El catedrático emérito de la facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), José María Vegara Carrió, defendió hoy ante la Comisión Mixta (Congreso-Senado) para el Estudio del Cambio Climático, que el clima es "un bien público" que debe ser preservado, a pesar de sus externalidades, en una economía de mercado, mediante políticas coordinadas en colaboración con los intereses de los países emergentes, lo que plantea la "necesidad" de mejorar la distribución de los recursos económicos.
Así, explicó que las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI) son una externalidad "global y planetaria" y que el principio de rivalidad se da "cuando el uso de un bien se termina cuando el uso de una unidad excluye a otro del mismo uso", una característica propia de las mercancías.
"La emisión de gases afecta al bien público", añadió Vegara que indicó que el concepto de rivalidad se produce entre países desarrollados y no desarrollados y entre la generación actual y las venideras, porque el calentamiento global está "provocado por el stock de las emisiones acumuladas", puesto que las moléculas de CO2 tardan cuatro o cinco décadas en desaparecer.
"Estas especiales características tienen consecuencias para el clima, en ausencia de una autoridad internacional con capacidad operacional", agregó Vegara que subrayó que el escenario global exige políticas coordinadas para afrontar este reto mundial, para lo que, en su opinión, es preciso disponer de "buenas teorías" y así ejercer de "buen pragmático".
Además, urgió a reducir las emisiones atendiendo a los principios de riesgo e incertidumbre "dolorosa", así como las "irreversibilidades" que reducen el abanico de elecciones posibles en el futuro.
Por último, destacó que la Organización de Naciones Unidas (ONU) señala, en materia del cambio climático, que en base al principio de precaución hay que actuar y no retrasar la implantación de medidas efectivas antes de esperar a conocer las pautas de certeza ya que se piensa que hay consecuencias "muy graves para el planeta" si no se toman decisiones hasta conocer todos los datos.
PROTEGER LOS SERVICIOS AMBIENTALES
Por su parte, el presidente de la Comisión de Economía y Medio Ambiente del Colegio de Economistas de Madrid, Pascual Fernández, explicó las repercusiones del cambio climático en la economía y el empleo e incidió en que, en su opinión, hay un "gran problema de transmisión a la sociedad" este asunto.
Pascual se centró en destacar los beneficios que proporciona la naturaleza, concepto definido también como servicios ambientales que "deben ser mejor valorados" porque entre sus beneficios se encuentran la regulación de los gases, del clima, del agua, el control de la erosión, la polinización, ejercen control biológico, permiten la producción primaria de alimentos, dispone de minerales y permite usos recreativos.
Asimismo, manifestó que "sólo tres están mejorando a causa de los efectos antrópicos sobre el medio ambiente" --agricultura, cosechas y ganadería y secuestro de carbono--, mientras que el resto están en "severo proceso de degradación". A este respecto, apuntó que según estudios de la ONU, la perdida de servicios ambientales supondrá 14 billones de euros, es decir el 7,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial en 2050.
"Debemos ser capaces de valorar bien los servicios ambientales porque cuando las cosas se valoran se protegen más y mejor. Sólo somos conscientes cuando perdemos los servicios ambientales", insistió.
De este modo, Pascual expuso a los diputados y senadores la necesidad de implantar a nivel mundial la "contabilidad verde", lograr que la ciencia y la tecnología de las energías renovables sean rentables y ampliar la superficie forestal.
Concretamente, dijo que la utilización de las renovables es una vía de solución "interesante" para reducir las emisiones de CO2 pero lamentó la pérdida de fuelle de la infraestructura de producción de las renovables, que afecta a otros sectores. "La eólica está paralizándose, --advirtió--, esto hay que atajarlo porque no se puede descuidar el sector industria y tecnológico".
Por otro lado, apostó por el fomento de programas de reforestación de bosques que, en su opinión, son una infraestructura que genera una actividad económica muy importante a su alrededor y ayuda a fijar población, además de ser sumideros de carbono.
Finalmente, mostró su apoyo a la posibilidad de completar estas medidas para la preservación de los servicios ambientales, mediante un impuesto medioambiental, y "un céntimo forestal" de cada litro de gasolina para la restauración forestal.
ECOticias.com – ep
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