Un curioso situación se ha dado en estos días de atrás en la localidad portuguesa de Valença do Minho, en la región del Alto Minho pegada a la localidad pontevedresa de Tuy, a la que al día de hoy solo separa el kilómetro y medio sobre el rio Miño, que más que separar hace confraternizar, dado que uno y otro lado de la frontera están hermanados aquí desde siempre de un modo ejemplar, sin las absurdas y estúpidas rivalidades que caracterizan nuestros tiempos por la separación que provocan las rayas imaginarias de las fronteras, los colores de las banderas o las camisetas de los equipos………El caso es que la respuesta ciudadana de los “valencianos” portugueses ante el cierre nocturno de su centro de salud local, ha sido enarbolar, colgar de balcones y de todo tipo de lugares banderas españolas al más puro estilo de las fiestas de nuestros pueblos, o de lo que en el pasado y no tanto sucedía el día de las FF AA, el “día del Pilar”, con tantas confusas connotaciones de la derechona.
En fin. Una situación que en el subsuelo del orgullo patrio es de agradecer, pero lejano de la realidad que en verdad nos afecta el día a día, porque nuestra sanidad pública, gloria bendita de la publicidad estatal, tiene grandes agujeros por los que entra un frío helado de colas y listas de espera que aunque por suerte se van reduciendo, te hacen darte cuenta de que tenemos que andar con pies de plomo para no caer en la desdicha de un traumatismo, porque si te empiezan a pedir pruebas del tipo resonancia magnética o un scanner, el tiempo que tienes que esperar hace que la propia fractura se auto cure por puro pánico ante lo que pueda suceder.
Pero lo que me lleva a pensar en este atípico modo de reivindicar de nuestros (i)lusos vecinos, es que al día de hoy no hay bandera que nadie en ningún país pueda enarbolar como ejemplo de algo. Cierto que la comparación entre los índices de calidad de vida y de poder adquisitivo serían un agravio comparativo muy sangrante si tomamos como muestra el mapa europeo, pero es que no hay dios que se libre de la corrupción, de la malversación, de la presión policial, de la adjudicación de contratos a dedo, o sencillamente del ejercicio y justificación de la hipocresía más sangrante.
¿Qué bandera podrían alzar los españolitos en protesta por todo lo que estamos padeciendo indignados por la trama Gürtel y todos los gobiernos regionales y locales implicados del PP? ¿Qué bandera alternativa podríamos blandir ante el atropello que se está practicando con las ilegales demoliciones en Valencia del barrio histórico del Cabanyal? ¿Qué estandarte alternativo podríamos portar ante el acuciante problema del paro que lleva más de cuatro millones de desempleados en este país?
Creo que ya solo el hecho de portar banderas como algo que genera identidad es un atraso. Señores lusos, no sean tan ilusos.
Jesús H. Cifuentes - el norte de castilla-
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