viernes, 1 de mayo de 2009

Los culos

Uno nunca sabe qué queda detrás del protocolo cuando las visitas de jefes de Estado ajenos vienen con su séquito a pasar unos días a España y no paran de entrevistarse unos con otros y de hacer cenas, desayunos y almuerzos sin parar de sonreír delante de las ávidas cámaras de la prensa rosa e informativa.
Calculo que lo que queda son un montón de conversaciones estúpidas en esa babel de desencuentros lingüísticos en los que, sobre todo los mandatarios españoles, no son precisamente políglotos. En cualquier caso, como de los que estoy hablando son 'profesionales' del tema, imagino que tendrán ya bien desarrollada la habilidad de encontrar conversación hasta con el mismísimo pato Donald.
El caso es, que con motivo de la reciente visita de Sarko-Bruni a la patria hispana, las cámaras de fotos no han dejado de trabajar acerca del glamur y los vestidos de las chicas. Me pregunto qué sería de Sarko sin Bruni, que tanto nos pone a todos. La verdad es que la producción de ese 'flechazo' resulta asombroso desde el punto de vista físico, porque las parejas de éxito tipo Brad Pitt y Jolie suelen estar más equilibradas en cuanto al 'porte' de los interesados, y en esta de Sarko nos encontramos con un auténtico callo malayo al lado del portento sofisticado de Bruni. Digamos que quizá su historia tiene que ver con el cuento 'La Bella y la Bestia' o 'El jorobado de Notre Dame', por dejar las cosas en territorio francés.
Pero lo que sí que tiene coña ha sido la portada de los periódicos 'El País' y 'Público', que el martes pasado parece que no supieron frenar un ataque de amarillismo por el cual pusieron en primera plana una foto de Carla Bruni y Letizia Ortiz de espaldas, subiendo unas escaleras, foto en la que la ausencia de rostro hace que los ojos vayan directamente a mirar sus heraldos culos, para posterior e inevitablemente establecer comparaciones. La cosa es así. O si no, explíquenme ustedes cuál es la información que aporta una foto de dos mujeres embutidas en sendos vestidos azul y morado de firma prestigiosa con sus piernas y tacones en ristre.
O sea que lo que podemos llegar a deducir es que de lo que nos informan es de cuáles son las bondades de un culo principesco y uno republicano, de los que como podrán imaginar, me quedo con el republicano.
Jesús Cifuentes - El norte de Castilla

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