viernes, 29 de junio de 2012

¿Rescate o crimen económico?

Publicado en Más Público en junio de 2012

Desde hace más de tres años, las autoridades europeas, y detrás de ellas las de los diversos países, están tomando une medidas de ajuste severo con la justificación de que son imprescindibles para salir de la crisis. Per sus efectos, lejos de ser los que predican quienes las proponen y llevan cabo, son justamente los contrarios. Es una evidencia clamorosa que la situación de países como Irlanda, Portugal o Grecia, que han sido “rescatados” es mucho peor que entonces.  Y ninguna de las economías en donde se han aplicado las medidas de austeridad y ajuste para salir de la crisis, han salido de ella. La mayoría, incluso han vuelto a entrar en recesión y su población vive ahora peor que antes, con menos ingresos directos, con servicios públicos más deteriorados y con peores expectativas vitales a medio y largo plazo.
En la Unión Europea ya en 2009 había 30 millones más de personas en riesgo de pobreza (115 millones) que en 2007 (85 millones), una cifra que sin duda ha aumentado desde entonces. Ya hay un niño de cada tres en situación de pobreza y un 41 por ciento de las familias ha recortado las compras de alimentos y han visto reducidas las ayudas básicas que reciben de los gobiernos. Lejos de mejorar el empleo, como se decía que iba a ocurrir, Europa registra cifras record de paro y también se incrementa la desigualdad. Incluso la prima de riesgo que tanto preocupa a los mercados es ahora más alta que nunca en los países que con más disciplina han aplicado las políticas de austeridad. Y, por supuesto en ninguno de ellos ha vuelto a fluir el crédito a pesar de las ayudas constantes a los bancos.
Los llamados rescates no han sido sino el salvamento de sus propietarios con dinero público al que se ha dedicado, como poco y sin contar las ayudas opacas, entre 1,2 y 1,5 billones de euros.
La Corte Penal Internacional definió el crimen contra la humanidad como “cualquier acto inhumano que cause graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre, cometido como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil”. Digámoslo, entonces, bien claro: lo que están haciendo las autoridades europeas es un crimen económico contra la humanidad y hay que empezar a pedirles cuenta por ello.

miércoles, 27 de junio de 2012

LA AGONÍA DEL LEÓN (CARLOS G. REINOSA)


"El desenlace no fue como tenía que ser... Yo tengo la pesadilla del recuerdo de los que han caído, que dieron su vida con una nobleza inimaginable. Es algo muy difícil de entender ahora. Ésta es mi pesadilla"

Quico se niega a que la memoria de aquellos años se desvanezca, convencido quizá de que el olvido es "una segunda muerte" mucho más de temer (al menos en un sentido histórico) que la primera.

Francisco Martínez López Quico
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Me ha encantado y me ha acercado a la historia de una época no muy lejana, aquí en mi tierra, de la que tanto he oido hablar,
Anina 

Un mal rescate que nos empujará al abismo (JUAN TORRES LÓPEZ)

Publicado en publico.es el 27 de junio de 2012

Por fin se produjo lo que Rajoy, como otras tantas cosas que ha negado, aseguró que nunca se produciría. En una carta, por cierto, plagada de faltas y con redacción deplorable, España se entrega  una vez más a los poderes financieros y se somete a un designio que inmola los intereses nacionales en aras de los mismos grandes banqueros que han provocado el daño que sufrimos.
Lo que Rajoy y sus ministros negaban que se fuese a dar, lo habíamos anticipado con precisión Vicenç Navarro, Alberto Garzón y yo en nuestro libro Lo que España necesita. Una réplica con propuestas alternativas a la política de recortes del PP que ya está en librerías publicado por Deusto Ediciones. En su página 96 escribimos: “En esta situación a los bancos acreedores, principalmente alemanes, lo único que les interesa es salvar sus muebles, es decir, que se garantice que los bancos españoles van a pagar su deuda con ellos. Por eso, con el apoyo de sus gobiernos, presionan al español para que tome medidas que garanticen el saneamiento de sus balances  y el pago de la deuda. Y no les importa que dándole prioridad a esto se deteriore cada día más la economía porque esa es la excusa perfecta que tendrían para intervenir y ‘rescatar’ a España, es decir, para obligarla a suscribir préstamos cuantiosos que se dedicaría directamente a refinanciar a los bancos españoles para que estos devolvieran a su vez la deuda a sus acreedores.”
Da hasta vergüenza escribir de nuevo para adelantar –como venimos haciendo muchos economistas críticos desde hace años– lo que va a ocurrir en los próximos meses, pero es que no resulta difícil preverlo y es preciso combatir como sea la mentira continua de nuestros gobernantes. Ya se han “rescatado” de esta forma a otros países y en otros lugares, así que sabemos casi a ciencia cierta lo que nos va a ocurrir a nosotros cuando se nos aplique el mismo protocolo.
Lo primero que sabemos es que no nos entregamos a almas beatíficas, que sepan cuál es la cura que precisan nuestros males y que tengan los medios para evitarlos, como nos hacen creer. Las autoridades a las que recurrimos para que nos salven son las que han tomado las decisiones que nos han llevado a la situación en las que estamos y las que se muestran totalmente incompetentes e incapaces de sacar a los países europeos de la crisis. Son las que miraron a otro lado cuando los bancos alemanes y europeos en general financiaban la burbuja y cuando cargaban sus balances de basura financiera, provocando así que se hundieran las economías. Y son las que llevan ya dedicados varios billones de euros a salvarlos sin conseguir, sin embargo, que vuelvan a financiar la actividad y el empleo, que es lo que deberían haber conseguido para que la economía vuelva a ponerse en marcha. Nos ponemos, pues, en manos de incompetentes que vienen tomando decisiones en virtud de un fundamentalismo ideológico que en lugar de salvar a otros países los ha hundido aún más después de rescatarlos. Así que es demasiado ingenuo, o una verdadera locura, creer que cuando lo hagan con nosotros van a tener un súbito ataque de sabiduría y lucidez que los lleve a tomar las decisiones correctas que no han sabido adoptar hasta ahora con ningún otro país.
Sabemos que este rescate es, en todo caso, un rescate de los bancos y que ni siquiera eso va a funcionar bien. El rescate que se prepara no va a resolver los problemas del sector bancario porque se adopta sin haberse atrevido a poner en negro sobre blanco la verdadera situación patrimonial de cada uno de ellos, para evitar así el escándalo de mostrar las barbaridades que han cometido los banqueros españoles (y alemanes, no lo olvidemos) a costa de hundir a la economía. No va a funcionar y no va a servir para tranquilizar a los mercados, por utilizar la expresión con la que se refieren a los inversores especulativos que hacen el agosto por anticipado con la incertidumbre, y la prima de riesgo seguirá desbocada porque nadie se cree los resultados de las auditorías privadas que se han realizado para justificar la petición de rescate. Sus estimaciones se basan en el diseño sin fundamento científico alguno de escenarios que nunca han acertado a prever y se refieren al sistema en su totalidad y no en concreto a las entidades que necesitan más o menos capital, que hubiera sido lo necesario. El rescate de la banca que se prepara tampoco salva al sector financiero español como tal, porque este tipo de operaciones no se hace para lograr que vuelva a fluir el crédito, que es lo que hace un sistema sano, sino para recapitalizar discrecionalmente a las entidades y ayudarles a que mejoren sus cuentas de resultados, que es otra cosa. Así que el rescate no va a restaurar la solidez del sector, ni salvará a la banca en general o a todas las entidades que lo conforman, sino que solo conseguirá poner en bandeja de las grandes el resto del mercado.
Este rescate, por supuesto, no salva a la economía española sino que la hundirá más por varias razones. Porque va a ir de la mano de condiciones que van a agudizar la parálisis de la actividad, toda vez que no rompen con la tónica de austeridad y descapitalización pública que vienen provocándola. Porque no contempla los males de fondo que han producido el deterioro estructural de nuestra economía: la especialización perversa; la desigualdad; la venta a mal precio de activos vinculados a nuestro mercado interno y la pérdida de fuentes de ingresos endógenos; la disminución de capacidad adquisitiva de asalariados, de trabajadores autónomos y de pequeños y medianos empresarios; el mal funcionamiento de nuestra administración pública y el gasto innecesario y la corrupción de muchos de nuestros administradores y grandes empresarios; el fraude y la inequidad fiscal y la carencia de políticas redistributivas potentes que ayuden, como en los países más avanzados, a que la actividad sea más sostenible económica, ecológica y socialmente y más competitiva… Y, porque, en lugar de reforzar las necesarias fuentes de valor que se necesitan para que una economía progrese con bienestar (conocimiento, innovación, espíritu empresarial, sinergias y creación de redes…) las va a destruir para muchos años.
Y el rescate no va a permitirnos salir adelante porque tampoco aborda el daño que hace a nuestra economía la pertenencia a una unión monetaria mal diseñada, sin resortes de reequilibrio y sin las instituciones que la teoría económica más elemental nos ha enseñado que debe poseer para no ser un mecanismo endiablado de generación de inestabilidad, de desigualdad y de problemas de eficiencia de todo tipo.
Sin abordar estos asuntos, e incidiendo en los que, por el contrario, ahondan en nuestras carencias, podemos predecir que la economía española va a ir a peor inmediatamente después que se ponga en marcha este rescate. Un rescate a costa de todos los ciudadanos que puede dar un respiro a algunos grandes banqueros, que tendrán más cerca quedarse con todo el mercado, pero que nos pondrá directamente en la antesala de otro nuevo, ya de toda la economía y que igualmente podemos anticipar que tampoco servirá para nada, porque es imposible que España pague la deuda acumulada y la que se va a ir añadiendo cada vez más vertiginosamente, como tampoco la van a poder pagar los demás países europeos.
Nuestros gobernantes se empeñan inútilmente en cuadrar el círculo y así nos han introducido en una espiral trampa de la que ya solo se puede salir cortando por lo sano. Es materialmente imposible hacer frente a la deuda del modo en que quieren hacerlo las autoridades europeos y el gobierno español, suponiendo que este sepa lo que quiere. Las políticas europeas contra el déficit no alivian la deuda sino que son su fuente de crecimiento inagotable. Y ocultan que la deuda no solo tiene causas sino también propósitos: la esclavitud de los pueblos y el mayor negocio de los banqueros. Las políticas y rescates, como el de ahora a España, que dicen que se adoptan para disminuirla simplemente la aumentan y nos sitúan en la antesala de medidas aún más drásticas para avanzar hacia lo que de verdad van buscando: imponer un nuevo modelo que les proporcione beneficios a base de empobrecer a la población para competir a la baja con el resto del mundo, eliminando para ello todo resto de estado de bienestar y de justicia fiscal o económica.
El tiempo se encargará, más pronto que tarde, de señalar de nuevo quién lleva razón y quién no.

martes, 26 de junio de 2012

GREECE (PATRI Y RODRIGO)

¡Muchas gracias chicos por acordaros de mi en vuestra luna de miel! ¡que ilusión me ha hecho recibirla!
Espero que disfrutarais a tope del viaje, un abrazo enooorme para los dos!
Anina

lunes, 25 de junio de 2012

PAN SORPRESA - THERMOMIX -



Ayer por la noche, mientras Juanma trabajaba, yo me quedé preparando este Pan sorpresa de La Juani de Ana Sevilla, ¡super rico! y eso que con mi despiste me olvidé de echarle sal a la masa del pan, jajaja! menos mal que al comerlo con el relleno no se nota casi, ¡está muy bueno!
Anina

domingo, 24 de junio de 2012

COCA DE SAN JUAN - THERMOMIX -



Ayer preparé esta Coca de San Juan de la Juani de Ana Sevilla, mis padres prepararon el otro día una en casa y estaba muy buena, la suya era sin crema pastelera, yo la hice con crema pastelera y con almendras crocanti, ¡buenísima! ¡a Juanma le encanta!
Anina

sábado, 23 de junio de 2012

FIDEUA - THERMOMIX -

El día que tuve el exámen de inglés de la escuela de idiomas, hubo una clase de thermomix, a la que no pude ir, pero fue mi madre. Entre los platos que hicieron esta esta Fideua - Las recetas de Pipi - que hoy he preparado yo, ¡riquísimo! nos ha gustado mucho tanto a Juanma como a mi, así que se puede hacer más veces, ¡que está muy bueno!
Anina

viernes, 22 de junio de 2012

APROBADO 1º NIVEL INTERMEDIO INGLÉS (ESCUELA OFICIAL IDIOMAS DE PONFERRADA)

¡Estoy contentísima! ¡He aprobado inglés!
Después de todo el curso, en el que he disfrutado un montón de las clases y de mis compis (en especial de Mari Cruz, Ángela, Estefanía, Jorge y mi compi de exámenes Marina), pues he conseguido uno de los objetivos: aprobar los exámenes y haber superado el curso! para mi no es el objetivo fundamental, ya que lo más importante para mi es volver a estar en contacto con el inglés, recordar lo que ya sabía y tenía olvidado, y seguir aprendiendo y mejorando! solo con eso ya me daría por satisfecha, pero bueno, no hay que negar que aprobar ¡siempre es una gran alegría! no tengo que descuidar lo de hablar en inglés, que es lo que peor llevo, ¡hay que seguir practicando!
Anina

jueves, 21 de junio de 2012

¡VIVA LA ÓPERA! CONCIERTO CORO Y ORQUESTA SINFÓNICA DE LA HONSCHULE MÜNCHEN (TEATRO BERGIDUM)












 El día del concierto de la Escuela de Música sacamos las entradas para este concierto de grandes temas de ópera, a mi últimamente la ópera me tiene fascinada, así que como ya se acabaron las clases de inglés, pues me apunté al concierto. Fuimos Elena, mis padres y yo. 
Eran muchísimos en el escenario, ¡casi no cabían! pero ... ¡fue un concierto fabuloso! nos encantó a todos, ¡que bonito! ¡que bien! ¡salimos encantados!
Anina



miércoles, 20 de junio de 2012

MANIFESTACIÓN 20/06/12




¡Y yo también estuve!
Anina

martes, 19 de junio de 2012

Viejas canciones (ISMAEL SERRANO)

Traigo la camisa roja, tralaralará, lalará, de sangre de un compañero. Mirái, Maruxina, mirái,  mirái como vengo yo...
Las mujeres de los mineros cantaban mientras eran desalojadas del Senado. Víctimas del enésimo recorte del gobierno los mineros luchan por su futuro y el de sus familias. Piden que se respete la continuidad de las ayudas públicas a la minería del carbón hasta el 2018 tal y como había acordado la Unión Europea.
Pero sus voces, como tantas otras, son desoídas. El sector del carbón en España, al contrario que algunos sectores financieros, no parece tan grande como para no dejarlo caer.
Así que Maruxina, que vio a su hombre sobrevivir en el pozo María Luisa al barreno y a la silicosis, ve ahora, expulsada del Senado, como los mineros son acorralados por una política que encuentra en la crisis financiera la excusa para acometer los recortes que el capitalismo más despiadado siempre exigió.
La prima de riesgo por las nubes  y nosotros nos enamoramos, diría Rick Blaine perdiéndose en la mirada oceánica de una Ilsa atormentada y radiante. Ella de azul y a lo lejos Merkel vistiendo otro gris, de corte siglo XXI, pero Hugo Boss como entonces.
Mientras, nosotros, como Hamlet, entre el delirio y la cordura, preguntándonos qué hacer.
  “Si es más noble para el alma soportar las flechas y pedradas de la áspera Fortuna o armarse contra un mar de adversidades y darles fin en el encuentro. Morir: dormir, nada más.” Y sumidos en esa indecisión que nos convierte en resignados espectadores, dormimos sin soñar, los ojos inmóviles tras los párpados, sellados por el desconsuelo y el cansancio. No hay fase REM en estos tiempos de derrota.
Te diría que sigo luchando y te diría la verdad. Pero es cierto que suena a palabra repetida, que me convierte en un abajofirmante más. Que a veces sueño con ser otro para que me creas cuando digo que estoy harto, que no me rindo, que te busco en cada barricada. Siento, a veces, que malgasto las palabras, que el panfleto que lanzo desde cada azotea es el rumor de una chicharra en la tarde, ruido de fondo, papel que adorna el asfalto que pisan las ruedas de los taxis y las ambulancias que huyen del invierno.

       Te diría que estamos en lucha aún cuando me encuentro la mirada condescendiente de compañeros de profesión que huyen de la definición ideológica por comodidad o por pura insensibilidad. Músicos, artistas, que riegan sus rosas como principitos habitando pequeños planetas desiertos. Rosas pop, rosas luminosas como leds color cereza. ¿Dónde estabais?, nos preguntarán cuando el agua alcance los tejados. ¿Qué hacíais mientras el mundo temblaba? 


           Te diría todo esto aún cuando me encuentro con la mirada condescendiente de aquellos que observan desde lo alto estas palabras, aquellos, los puros, los santos de Nuevas Revoluciones, armados de piolets y rígidas doctrinas, con sonrisa paternal, palabra revelada, tan dados a la purga y la condena, tan solos y tan luz de octubre en un domingo que se acaba.

Te digo sigo en la lucha y ya me arrepiento de no haber elegido otras palabras. Versos alejandrinos ABBA ABBA y dos tercetos encadenados. O décimas como las de Violeta, marchitándose a las afueras de Santiago. Querría escribir una canción llena de cólera, London Calling, the ice age is coming, the suns zooming in, una melodía en la que vomitar  todo el asco que me produce la mediocridad de aquellos que dirigen nuestros gobiernos. Quisiera convencerte de que estamos a tiempo, de que no estamos condenados a ser ratones siguiendo a un flautista hasta el fondo del río. Sé desobediente, no te resignes, exige tu sitio en el mundo, estás aquí porque el futuro es tuyo.

No sé qué decirte. Son viejas consignas ya desgastadas por el tiempo. Son flores de papel en un jarrón en un café del centro de Madrid, leyendas estampadas en una camiseta de una tienda en San Telmo. Nos robaron algunas palabras, es cierto. Pero nos queda el resto, y el resto no es silencio, contradiciendo esta vez a Hamlet. Quizá nos quiten las palabras. Pero no el aliento. No las ganas de buscarte. 

Habrá que inventar nuevas palabras, nuevas melodías. O reinventar las ajadas por el tiempo,  por el roce de los acantilados en los que fueron gritadas. Recuperar lo que fue nuestro: las banderas, las canciones, los rostros que fuimos antes, las calles, los parlamentos. Reinventar las palabras como quien canta después de tantos años una vieja canción de mineros, mientras, otra vez, el mundo se derrumba.
Quizá ya lo haya dicho, espero que me perdones, pero seguimos en la lucha. Ahora más que nunca.

lunes, 18 de junio de 2012

AMNISTÍA INTERNACIONAL INVESTIGA EN SIRIA


El gobierno sirio quiere ocultar al mundo la matanza de la población civil. Ha intentado bloquear el acceso al país a Amnistía Internacional y a otros observadores internacionales, pero no lo ha conseguido. Nuestra investigadora Donatella Rovera ha entrado al país y ha podido ver la situación sobre el terreno.

El equipo de Donatella ha visitado 23 pueblos atacados por las fuerzas gubernamentales y ha realizado más de 200 entrevistas. Ha oído cómo los soldados sacaron a rastras de sus casas a hombres de todas las edades, delante de sus seres queridos, los mataron a tiros y prendieron fuego a sus cadáveres. 


Según un informe de Naciones Unidas, las autoridades son responsables de matanzas, mutilaciones, arrestos arbitrarios, tortura y malos tratos de niños de tan sólo nueve años de edad.

“Donde quiera que fuera, encontraba residentes angustiados que preguntaban por qué el mundo se limita a observar sin hacer nada”, cuenta Donatella .

Malika al-Khateeb está embarazada de seis meses. El 15 de mayo fue detenida junto a sus hijos de 10 y 8 años. Desde entonces, están incomunicados. Su delito es  estar casada con un hombre acusado de “pertenecer a un grupo terrorista”.


Las violaciones de derechos humanos en Siria exige, aumentar la presión internacional de manera urgente. Rusia, país clave por sus relaciones con Siria, y miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, puede tener la llave para poner fin a la masacre.

Por favor, firma la petición a Rusia para que no exporte armas a Siria y deje de obstaculizar los esfuerzos de la comunidad internacional para detener el baño de sangre. Que la población  sepa que nosotros no sólo nos limitamos a observar.

Gracias por tu compromiso,

Esteban Beltrán
Director Amnistía Internacional – Sección Española

domingo, 17 de junio de 2012

HELADO DE VAINILLA Y NUECES CARAMELIZADAS - THERMOMIX -



¡ummmmm! ¡está de muerte!
Anina

LASAÑA DE VERDURAS Y ATÚN - THERMOMIX -




Buenísima!! pensé que a Juanma no le iba a gustar mucho y resulta que le gusta más que la de carne! la verdad es que está muy muy rica!! 
Anina

viernes, 15 de junio de 2012

CONCIERTO ESCUELA DE MÚSICA CIUDAD DE PONFERRADA














Fuimos mis madre, mi prima Elena y yo al Bergidum a ver a mi padre y sus compañeros de la escuela de música en su concierto de fin de curso, este año a beneficio de la Asociación Española contra en Cáncer. 
Nos ha gustado mucho y es un placer verles cada año hacer ese esfuerzo para hacernos disfrutar, ¡tenéis mucho mérito!
Después del concierto fuimos a tomar unas tapitas ¡que rico!
Anina

miércoles, 13 de junio de 2012

El rescate traerá más recortes y no sirve para salir de la crisis (JUAN TORRES LÓPEZ Y VICENÇ NAVARRO)

Publicado con Vicenç Navarro el 12 de junio de 2012 en publico.es

Desde que la crisis se inició en 2007, la población española ha estado sometida a toda una serie de políticas públicas que han significado un gran recorte de sus derechos laborales y sociales, que han afectado de una manera muy notable al bienestar social y a la calidad de vida de las clases populares. Hemos visto durante estos años de crisis la congelación y pérdida de la capacidad adquisitiva de las pensiones, el retraso de la edad de jubilación, la reducción del  gasto público en las transferencias y servicios del Estado del bienestar (con recortes muy acentuados de la sanidad pública, de la educación pública, de los fondos y servicios a las personas con dependencia, de las escuelas de infancia -erróneamente definidas como guarderías-, de los fondos para la prevención de la pobreza y de la exclusión social, de los servicios sociales, de las viviendas sociales, del nivel de cobertura de los seguros de desempleo y de las ayudas a la integración de los inmigrantes). Y hemos sufrido las reformas del mercado laboral, que se han llevado a cabo con el objetivo de reducir los salarios y la capacidad de negociación de los trabajadores. Y a todas esas medidas se han añadido la reducción del empleo público y de los salarios a tales empleados públicos.
Pues bien, hoy día sabemos a ciencia cierta que todas estas intervenciones han empobrecido todavía más al conjunto de la clases trabajadoras y que, lejos de haber hecho germinar los “brotes verdes” que las justificaron, han llevado a nuestra economía a una situación mucho peor y más cercana a la depresión.
            El rescate no es una ayuda, es una imposición para realizar más recortes
Tales recortes se han justificado siempre como imprescindibles para reducir el déficit del Estado y el tamaño de su deuda pública, algo necesario, según se ha dicho siempre, para ganar la confianza de los mercados financieros y de esta manera poder conseguir dinero prestado para pagar los gastos del Estado.
Tanto el gobierno de Zapatero primero y ahora el de Rajoy han insistido constantemente en realizar esos recortes por encima de todo por el miedo a que no pudiéramos recuperar la famosa confianza de los mercados financieros y entonces fuésemos intervenidos por la llamada Troika, la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero ahora resulta que a pesar de que se han llevado a cabo todos esos recortes, a pesar de que se han ejecutado una tras otra las imposiciones de los mercados, expresadas a cada momento muy claramente por esa Troika, España ha sido intervenida por esas tres instituciones
Digan lo que digan, lo cierto es que todos estos enormes sacrificios y recortes han sido en balde y cuando se ha producido su fracaso estrepitoso en forma de rescate, la respuesta del gobierno y del establishment político y mediático es la de negar que haya sido tal  y que vaya a llevar consigo una intervención de nuestra economía.
El artículo de Guillermo de la Dehesa “Precisiones sobre el rescate bancario”, (El País 09.06.12), en el que trata de disimular la verdadera naturaleza del rescate, y las manifestaciones del Ministro de Economía, Luis de Guindos, en la rueda de prensa en la que lo anunciaba como un triunfo, son representativos de esta postura.
Según esas manifestaciones, a las que hay que añadir la del propio presidente Rajoy afirmando que lo ocurrido es algo que “ha conquistado” España, los 100.000 millones de euros no son un rescate, sino una ayuda a la banca que tiene por objetivo reestructurar el sector bancario y sin implicaciones macroeconómicas. Unas interpretaciones que caen por su propio peso cuando se lee el documento del Eurogrupo donde se manifiesta textualmente:
El Eurogrupo considera que España ya ha implementado importantes reformas fiscales y del mercado de trabajo y medidas para reforzar el activo de los bancos españoles. El Eurogrupo confía en que España cumplirá sus compromisos en virtud del procedimiento de déficit recesivo y con respecto a las reformas estructurales, con el fin de corregir los desequilibrios macroeconómicos en el marco de la Unión Europea. Los progresos en estas áreas serán revisados de cerca y con regularidad, también paralelamente con la ayuda financiera” (subrayado nuestro).

¿Puede decirse de manera más clara que se trata de una intervención en toda regla?

El texto del acuerdo del Eurogrupo señala sin lugar a duda alguna que paralelamente a la supervisión financiera se hará la de las políticas fiscales y macroeconómicas. Y el significado y el objetico con el que se llevará cabo esta supervisión también aparece bien claro en los últimos documentos del FMI y en las declaraciones de sus responsables que constantemente insisten en que habrá que llevar a cabo más reformas del mercado laboral -para conseguir más bajadas salariales-, más reducción de las pensiones, y una reducción más acentuada del déficit, centrándose en el Estado del Bienestar que en España está gestionado por las comunidades autónomas.
Lo que ahora se busca con la excusa de eliminación del déficit de las éstas última no es otra cosa, en la práctica, que nuevos mayores recortes de las transferencias y servicios del Estado del Bienestar que gestionan, principalmente, en materia educativa, sanitaria y de cuidados a las personas.

El rescate no aumentará la confianza de los mercados sino todo lo contrario

Puesto que conocemos perfectamente lo que ha ocurrido en otros países y en situaciones semejantes cuando se toman este tipo de medidas, podemos afirmar ahora con seguridad lo que con toda probabilidad va a ocurrir en España, en contra de lo que vienen  diciendo las autoridades sin ningún tipo de fundamento ni base científica ni empírica.
En concreto, es importante que la ciudadanía sepa que, aunque en teoría estas reformas se hacen para recuperar la famosa “confianza de los mercados”, toda la evidencia muestra que los resultados serán precisamente opuestos a este objetivo.
El resultado de los rescates en los otros países supuestamente rescatados es que la prima de riesgo de su deuda pública no ha disminuido. Antes al contrario, ha subido. Y eso ocurrirá igualmente en España porque los recortes adicionales que van a acompañar al rescate van a ralentizar todavía más, y sin ningún lugar a dudas, la marcha de la economía española, acentuando así la recesión.
Además, y en contra de lo que se está diciendo, el rescate aumentará la deuda pública, pues el Estado –el receptor de la supuesta ayuda- tendrá que pagar por las pérdidas de las bancas fallidas en el rescate y asumir sus intereses y el principal.
Y, finalmente, el rescate tampoco garantiza ni que el sector bancario pase a ser solvente ni, por supuesto, que el crédito vuelva fluir a la economía.
La estimación del Fondo Monetario Internacional de las necesidades de capital del sector están hechas ad hoc, para justificar la cantidad con la que se pensaba jugar de antemano. Las cifras que proporcionen las auditorías solicitadas por el gobierno serán otras: las que se desee, porque la experiencia demuestra (como en caso de los bancos que fueron calificados de plenamente solventes meses o semanas antes de que fuesen rescatados en otros países) que dependen de la valoración que se quiera dar a activos que han perdido prácticamente todo su valor. La deuda inmobiliaria con los bancos no es menor de 400.000 millones de euros, así que 100.000 millones (el techo más alto del rescate) serán insuficiente incluso en los escenarios más optimistas de su recuperación.
Y tampoco se garantiza que vuelva a generar crédito a la actividad productiva no solo porque la capitalización será insuficiente sino porque, mientras que las políticas que se vienen  aplicando y que acompañarán al rescate sean recesivas, ni habrá demanda suficiente solvente ni compensará a la banca dejar de dedicar los recursos a donde obtiene mayor rentabilidad.
La realidad que el gobierno y los apologistas del rescate quieren ocultar es que éste no es sino únicamente el instrumento mediante el cual la troika gobernará la política fiscal y macroeconómica española para seguir imponiendo reformas y recortes y para asegurar la prioridad de cobro de la deuda que los bancos españoles tienen con la banca europea, y principalmente alemana.
Por tanto, hay que decirlo claramente: el rescate constituye un auténtico golpe de Estado bajo la apariencia de ayuda a la banca. A partir de ahora, el gobierno Rajoy hará lo que digan la Troika y el gobierno alemán. El federalismo de la Sra. Merkel (“queremos más Europa… y los Estados tendrán que ceder soberanía”) es una manera amable de definir una relación colonial en la que a España le toca ahora ser la colonia.

            ¿Por qué el rescate ahora?

La respuesta que las autoridades dan cuando se pregunta por qué se da justo ahora el rescate es que los intereses de la deuda pública estaban alcanzando un nivel prohibitivo y que, por tanto, había que hacer algo. Pero tal argumento también cae por su base porque significa ignorar que, como hemos demostrado en varias ocasiones, no son los mercados financieros sino el Banco Central Europeo el que realmente define los intereses de la deuda pública.
El hecho de que los intereses que está siendo obligada a pagar España sean altos se debe a que el BCE no ha comprado deuda pública española durante tres meses, lo que se podría considerar como una auténtica provocación de la situación final a la que se ha llegado que el BCE lleva a cabo habitualmente.
Así lo ha demostrado recientemente con datos indiscutibles la periodista Ana Tudela (BCE, la mano que mece la prima, Más Público, 11/05/12 en http://bit.ly/K5DrT8):
“¿Y si la prima (rentabilidad exigida a la deuda de un país respecto a la de Alemania) respondiese a algo más que a un mercado desquiciado? Hay algo más. El Banco Central Europeo (BCE) ha mecido al alza las primas en fechas concretas: las de las cumbres europeas y las semanas en que gobiernos y parlamentos decidían ajustes.
Como demuestra su propio calendario de actuaciones, el BCE dejó, en esas citas clave, de comprar deuda pública. Dejó solos a los Estados cuando más falta hacía. No una ni dos veces sino de forma sistemática desde hace ya dos años, el tiempo suficiente para cambiar Europa. Las peticiones de ayuda por gobiernos como el español, ante periodos de absoluta inactividad del BCE como el actual, caen en saco roto porque la autoridad monetaria, que se empeña en defender su independencia, tiene un objetivo.
Aunque desde Frankfurt se niegan a explicar el patrón de sus actuaciones, a concretar por qué han actuado en semanas con las primas relativamente relajadas y desaparecido cuando la tensión se disparaba, su intención no puede ser otra que propiciar reformas en línea con las tesis de la canciller alemana, Angela Merkel, y del Bundesbank”.
Y también se oculta que España podría seguir pagando la deuda pública a este nivel (y mucho más si el Banco Central Europeo ayudara a abaratar en lugar de encarecer su factura). De hecho, incluso ahora la deuda pública española es más baja que el promedio de la UE-15. Y según  los cálculos del FMI, España pagaría el 3,5% del PIB en intereses en 2017, lo cual es una cifra asumible, semejante a la que pagan otros países como Alemania o Gran Bretaña.
La razón, entonces, de que haya sido justamente ahora cuando se ha producido el rescate es otra, y como siempre, no aparece en los medios. Es el temor de la Troika a que en las próximas elecciones griegas gane la izquierda, y se cuestionen con mucha más fuerza las políticas de austeridad que han llevado a Grecia (y a España) al desastre. Es por eso que la Troika quiere tener la sartén por el mango y forzar la continuación de tales políticas, porque sabe que es muy probable que tras las elecciones del próximo fin de semana (y a pesar de las injerencias constantes que están realizando para influir sobre la libre voluntad de los electores griegos) sea mucho más difícil defenderlas. Así de claro.
En definitiva, hay que denunciar el intento de ocultar la verdadera naturaleza del rescate, que está bien clara en el comunicado del Eurogrupo y en los informes del FMI:
- quieren rescatar a los banqueros despreciando y por encima del bienestar de la inmensa mayoría de las personas.
- se ha acordado ya, y se va a producir materialmente cuando se selle la letra pequeña del acuerdo, un auténtico golpe de Estado, porque a partir de ese momento España ya no estará implícitamente intervenida, como hasta ahora, sino expresa y visiblemente por funcionarios extranjeros que impondrán las líneas de gobierno a las que se habrán de ajustar las políticas económicas: nuevos recortes, privatizaciones y reformas institucionales encaminadas a desarmar de derechos políticos y mecanismos de representación a la ciudadanía.
Y se puede adelantar que nada de eso servirá para recuperar la actividad económica:
- volverá a perderse empleo y cerrarán nuevas empresas.
- nada garantiza que vuelva a generarse crédito para la economía. y
- no bajará la prima de riesgo y ni siquiera el montante de nuestra deuda, sino todo lo contrario, cabe esperar que siga subiendo porque nada se ha hecho para frenar el impacto de la especulación generalizada en los mercados.
El rescate es un auténtico desastre para nuestra economía y para nuestra sociedad. Es una verdadera perversión política que el presidente del gobierno se alegre de que se haya producido y que el propio Rey Juan Carlos lo haya felicitado por haberlo reclamado a Europa. Los ciudadanos deben informarse bien, explicar con claridad a quienes tengan a su lado lo que de verdad ha ocurrido y exigir respuestas políticas que den la vuelta a la situación para poner en marcha medidas alternativas, que las hay sobradamente, como venimos poniendo de manifiesto en nuestros escritos y libros.

domingo, 10 de junio de 2012

Rescate: se consuma el engaño (JUAN TORRES LÓPEZ)

Publicado en publico.es el 10 de junio de 2012

Primero los gobiernos les crearon las condiciones para que financiaran una burbuja de crédito sin precedentes y con la que han ganado docenas de miles de millones de euros. Dictaron leyes de suelo para que los promotores les pidieran préstamos que financiaran construcciones en todas las esquinas de España, que irían quedándose vacías y sin vender cada vez en mayor número. Aumentaron las facilidades fiscales para promover las ventas y desincentivaron el alquiler y el consumo colectivo de servicios de ocio o residencia.
Solo de 2000 a 2007, los bancos multiplicaron el crédito total destinado a la actividad productiva por 3,1, el dirigido a la industria por 1,8, el de la construcción por 3,6 y por 9 el dirigido a la actividad inmobiliaria. Y eso que cada vez disponían de menos depósitos para generarlo: en 2000 la banca española recibía 1,43 euros en depósitos por cada euro que concedía a crédito, mientras que en 2007 solo 0,76 euros.
No contentos con los beneficios que les daba el negocio inmobiliario que condenaba al monocultivo a la economía nacional, impusieron políticas de bajos ingresos y recortes salariales para que las familias y pequeños empresarios vivieran en el filo de la navaja y tuvieran que endeudarse hasta las cejas.
Pero no contentos con obtener beneficios normales, los bancos utilizaron a sus tasadores para aumentar artificialmente los activos sobre los cuales iban a dar créditos, para así generar más deuda y cobrar comisiones más suculentas y recurrieron a todo tipo de prácticas comerciales predatorias para fomentar el consumo: manejaban a su antojo los índices de referencia, incluían la abusiva cláusula que autoriza al banco a vender el piso en subasta notarial si se produce el impago de la deuda, reclamaban importes elevadísimos por cuentas que creían canceladas, cobraban comisiones leoninas (más que en cualquier otro lugar de Europa) por cualquier cosa, giraban una y otra vez un recibo inatendido por el cliente generando múltiples gastos de reclamación por una misma deuda, embargaban saldos en cuentas corrientes sin respetar lo establecido en la ley… hasta cuatro folios me ocupa el listado de malas prácticas que han recopilado las asociaciones de usuarios, es imposible consignarlas todas aquí. Y eso, por no hablar de las estafas estrella, que han podido suponer un auténtico robo de entre 12.000 y 15.000 millones de euros, si no más, mediante las participaciones preferentes, las cláusulas suelo, etc.
Mientras sucedía todo esto, las autoridades dejaron hacer, consintieron las tropelías bancarias y permitieron que se inflase la burbuja sin cesar, haciendo oídos sordos a todas las advertencias.
El actual Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, decía en 2003: “no existe una ‘burbuja inmobiliaria’ (…) el concepto de burbuja inmobiliaria es una especulación de la oposición que habla insensatamente de la economía de ladrillo y olvida que la construcción es un sector fundamental para la economía del país y en el que trabajan cerca de un millón de personas” (El Mundo 2  de octubre de 2003). Y el más tarde Ministro de Economía, Pedro Solbes, afirmaría que quienes auguraban el riesgo de recesión por esa causa “no saben nada de economía” (El País, 11 de febrero de 2008).
Los dirigentes de uno y otro partido negaban lo que hiciera falta, por muy evidente que fuese para el resto de los españoles, con tal de dejar que los banqueros y los grandes empresarios de la construcción literalmente se forraran a costa de todos los españoles.
El gobernador del Banco de España que había colocado el PP, Caruana, se pasaba por el arco del triunfo la denuncia de sus inspectores que en 2006 le señalaban formalmente que no se hacía nada frente a un endeudamiento creciente y muy peligroso de la banca española. Pero eso sí, no había declaración suya o más tarde de su sucesor, el socialista Férnandez, en la que no reclamasen moderación salarial y recortes de gasto social.
Pero gracias a todo ello, los bancos españoles se convirtieron en los más rentables del universo, justo, eso sí, en la misma medida en que situaban a nuestra economía entre las más vulnerables.
Cuando estalló la burbuja y ya no se iba a poder disimular lo que había pasado, el inmenso negocio que los bancos habían hecho a costa de la deuda, todos consintieron en disimular.
Permitieron que los bancos declarasen en balance los activos dañados a precios de adquisición siendo cómplices así de un engaño descomunal que hirió de muerte la credibilidad de nuestra economía porque, por mucho que Zapatero dijese en septiembre de 2008 -como le dictaban Botín y compañía- que el sistema financiero español era “el más sólido del mundo”, los inversores y prestamistas internacionales sabían lo que de verdad había hecho la banca española.
Los dos grandes partidos, a los que se  suman los de los nacionalistas de derechas de Cataluña y el País Vasco, colocaron en las cajas de ahorros a sus amigos y militantes y crearon una red de oligarquías provinciales que alentó la especulación, extendió la corrupción y que comenzó a llevar al desastre a la gran  mayoría de las entidades, al convertirlas en clones de los bancos privados, sin tener capacidad real ni naturaleza legal para serlo.
Y para facilitar la recuperación de los bancos mas grandes y dejarles a ellos todo el mercado consensuaron la ley de cajas que las llevaba a su bancarización forzada, para provocar cuanto antes su caída y el reforzamiento por esa vía de los bancos más grandes.
Claro que, a cambio, esos mismos partidos han recibido cientos de millones de préstamos para ir ganando las elecciones, ahora uno luego otro, que no devuelven, y han podido colocar en sus consejos de administración, o en los de empresas participadas, a docenas de ex dirigentes o socios.
Luego, cuando el sistema saltaba por los aires porque a los alemanes les consumía el ansia de cobrar los préstamos que con la misma compulsión habían dado a los bancos españoles, todos se concitaron para negar que iban a pedir un rescate. Diez días hace que lo negaba rotundo el presidente Rajoy: “no va a haber ningún rescate de la banca española” (EFE 28 de mayo).
Y cuando lo han pedido, niegan lo que efectivamente han pedido: 100.000 millones de euros para entregar a la banca y que vamos a pagar todos los españoles. Niegan que vaya a tener efecto sobre el déficit y la prima de riesgo, cuando será el Estado quien tenga que devolverlo (¿cómo lo harían unas entidades que se capitalizan precisamente porque no tienen dinero?) y tratan de hacer creer que es algo positivo y una ayuda generosa: “Las noticias que traemos hoy son positivas”, dijo el Ministro de Guindos cuando empezaba la rueda de prensa que dio ayer para anunciar el rescate.
Nos han engañado a todos cuando dicen que van a rescatar a España cuando lo que van a hacer es hundirla para años. Nos han engañado los bancos, nos han engañado los gobiernos del PSOE y del PP. Nos han engañado los dirigentes europeos que están borrachos de ideología neoliberal y no se dan cuenta de que las medidas que toman llevan al desastre a los países que las aplican (¿o acaso es que está mejor la economía de Portugal, por no hablar de los ciudadanos portugueses, desde que fue “rescatada”?). Nos ha engañado el Fondo Monetario que se ha sacado de la manga un informe deprisa y corriendo solo para justificar la decisión ya tomada y en el que cifra las necesidades de financiación de la banca española en una horquilla que sitúa, nada más y nada menos, que entre 45.000 millones y 119.000 millones de euro. ¿En qué quedamos?
Y nos engañarán esta tarde el presidente Rajoy y el Príncipe Felipe si es que definitivamente se han ido a ver el partido de fútbol cuando griten ¡España, España!, porque lo que están demostrando es lo contrario: España, los españoles de abajo, les importamos un pepino. Ellos y el resto de los políticos que han permitido lo que acabo de señalar, junto a los banqueros y los grandes beneficiarios de la burbuja y de la crisis, que tendrían que vivir 500 años más para disfrutar de todo lo que han ganado a costa de los españoles, son los responsables de este engaño descomunal. Hay que pedirles cuentas a todos y echarlos para siempre.

POSDATA: TE QUIERO (RICHARD LAGRAVENESE, 2007)

Holly Kennedy (Hilary Swank) es una joven viuda que trata de encauzar nuevamente su vida tras la muerte de su amado marido Gerry (Gerard Butler). Pero un día descubre que éste le ha dejado varias cartas... (FILMAFFINITY)

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"Hay poco que querer del último film de Swank (...) Los diálogos son poco inspirados (...) Puntuación: ** (sobre 4)." (Claudia Puig: USA Today)
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"La película no es una cosa bella o culturalmente memorable, y aun así tiene encanto, aunque de un forma extraña. La ardiente sinceridad y desnudez emocional de Swank encaja bien con el exceso melodramático de LaGravenese." (Manohla Dargis: The New York Times)
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"Gerard Butler protagoniza una buena película donde ayuda a una mujer a superar una tragedia de su pasado. Se titula 'Mi querido Frankie' (Dear Frankie, 2004). Alquílese esa mejor. (...) Puntuación: ** (sobre 5)." (Helen O'Hara: Empire)
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"Un arranque interesante, curioso (...) en vez del insólito melodrama romántico que podría haber sido, es otra comedia sentimental trufada de lugares comunes, demasiado sensiblera (...) Puntuación: ** (sobre 5)." (Desirée de Fez: Fotogramas)
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"Los peligros del mucho amor. (...) Tras una primera escena bien tramada, interpretada y resuelta (...) se empieza a tensar el pellejo de lo razonable (...) Puntuación: ** (sobre 5)." (E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)
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Ayer por la noche vi esta película en casa, para pasar un rato, no da para mas,
Anina

jueves, 7 de junio de 2012

Hay finanzas que matan empresas (JUAN TORRES LÓPEZ)

Publicado en Sistema Digital el 7 de junio de 2012

El último número fuera de serie de la revista francesa Alternatives Economiques  (nº 93, tercer trimestre de 2012) está dedicado a un tema que debería ser central en nuestras economías: ¿cómo salvar la industria?
Entre los artículos que contiene me gustaría destacar y comentar el del profesor Gabriel Colletis (La finance est-elle en train de tuer l’industrie?), quien así mismo ha publicado recientemente un libro de gran interés, L’urgence industrielle (Le bord de l’eau, 2012) en el que desarrolla, entre otras, las ideas que expone en este artículo.
Colletis señala con razón que la industria francesa, aunque yo creo que su juicio es perfectamente extrapolable a la española, incluso existiendo aquí hay problemas añadidos que no se dan en Francia, padece una enfermedad grave como consecuencia de las lógicas que imponen las nuevas formas de financiación de las empresas.
Lo que en su opinión ha ocurrido en los últimos años es que las empresas industriales (y creo que esto podría decirse igualmente de las de servicios) han debido recurrir a una financiación que responde a una lógica muy diferente a la tradicional. En lugar de que los capitales las financien buscando competitividad, mayor crecimiento y en función de las inversiones que debieran realizar para optimizar sus resultados y su posición en los mercados, lo están haciendo para aumentar su valor accionarial y así remunerar en mayor medida a los accionistas (razón por la cual retribuyen en gran parte a los directivos con acciones de la empresa).
Los capitales que deberían permanecer junto a la actividad productiva se han desplazado a la actividad financiera especulativa, y las empresas industriales han tenido que recurrir a ellos. Pero estas fuentes de financiación externa consideran a las empresas que financian simplemente como un activo líquido, como algo cuyo valor se puede y debe exprimir rápidamente en función de su cotización en bolsa y no de lo que produzca o de cómo lo haga. Es decir, que están dominadas por la visión a corto plazo, que buscan que el beneficio se produzca lo más rápidamente posible y que renuncian a fijarse cualquier otro tipo de horizonte que tenga que ver con el desarrollo interno de la empresa, con su posición en el mercado y, mucho menos, con la función que puedan tener en el sistema económico en el que se integran.
Se genera así una lógica financiera que domina, en el peor sentido del término, a las empresas industriales y que llega a esterilizar la riqueza que pudieran crear. Sobre todo, porque imponen que el beneficio que puedan obtener se utilice cada vez más para ampliar la autocartera, tratando de esta forma de mejorar su cotización, el valor de las acciones y la retribución de los accionistas, y no para mejorar su funcionamiento interno, para mejorar la gestión o incluso para conquistar más mercados.
Se puede decir que este proceso supone una auténtica financiarización de las empresas, entendiendo por ello que su funcionamiento general se articula exclusivamente para rentabilizar a corto plazo los capitales puestos por los accionistas pero solo en cuanto que valores cotizados, y en detrimento del valor que pudieran alcanzar como tales empresas, es decir, como creadoras de bienes o servicios reales para el mercado .
Las consecuencias de ello es que se obliga a que las empresas asuman estrategias de posición de los mercados y de gestión interna muy problemáticas, por muy rentables que a corto plazo sean para los financieros que se lucran con ellas. Por un lado, provocan deslocalización y reconversiones constantes no porque las empresas dejen de ser rentables sino porque no lo sean suficientemente, ya que los estándares de rentabilidad a los que deben responder no son los que tienen que ver con los ritmos de producción, con los costes y , en general, con la naturaleza mucho más pausada de la actividad productiva o real, sino los que establece la dinámica especulativa del capital en los mercados financieros, mucho más volátiles y arriesgados. Por otro, obliga a que las empresas se centren en conseguir el crecimiento externo, basado sobre todo en la adquisición de otras empresas y en una constante e imparable huida hacia adelante, y no en el crecimiento interno, habitualmente mucho más equilibrado, al basarse en el desarrollo de nuevos productos, en la innovación o en la mejora de sus posiciones competitivas en el mercado.
En la medida en que este último tipo de estrategias de consolidación interna dejan de ser necesarias, como lo que menos interesa o buscan los capitales especulativos que toman las empresas es producir bien o mejor, satisfacer a la demanda, innovar productos o estar a la vanguardia de la actividad productiva, el resultado es un recorte continuo de costes asociados con la dimensión real de la empresa, es decir, básicamente de los salarios, de los que se derivan de las relaciones con proveedores y clientes de la empresa, y de los fiscales.
En definitiva, lo que están mostrando estas nuevas prácticas es que se ha impuesto una nueva forma de financiar a las empresas (podríamos decir que no solo a las industriales sino en general a las productivas) que de hecho imposibilita, o al menos dificulta extraordinariamente, que puedan llevar a cabo su desarrollo natural como tales, como creadoras de riqueza efectiva, y no solo de la financiera que se manifiesta en alta cotización de sus acciones y en la casi exclusiva consideración del muy corto plazo como espacio temporal de la actividad empresarial.
Recuperar la actividad y el tejido empresarial es fundamental para que las economías salgan adelante y lo que estas reflexiones anteriores indican es que, si de verdad se quiere conseguir ese objetivo, hay que replantearse el modo en que se financia su actividad.
El sistema financiero actual está orientado a rentabilizar los capitales en un universo volátil y especulativo en donde prima el ritmo acelerado y el beneficio ultra rápido: ¿cómo puede competir cualquier empresa productiva con inversiones que se realizan al ritmo de 1.000 millones de dólares por segundo en los mercados financieros y sin que allí apenas se considere el riesgo porque la abundancia de operaciones y los márgenes elevados compensan el que sea muchísimo más elevado? Y con capitales “hechos” para esa dinámica es imposible financiar adecuadamente la actividad productiva empresarial que requiere perspectiva a medio y largo plazo, crecimiento hacia dentro, compenetración con la demanda, mecanismos de prueba y error que no pueden rentabilizarse inmediatamente, en fin, una lógica totalmente distinta a la de la inversión financiera.
Dejar que la actividad empresarial siga sujeta a esta lógica impuesta por la banca y los grandes fondos de inversión es condenarla a la desnaturalización y, a la postre, a su muerte segura.
Es preciso, por el contrario, que las empresas puedan disponer un nuevo tipo de sistema de financiación empresarial e incluso me atrevería a decir que una nueva ética bancaria y financiera. Para salvar a las economías y a las empresas, lo que viene  a ser lo mismo, es imprescindible poner bridas al sistema financiero: frenar su deriva compulsiva, disminuir la velocidad de crucero de los capitales hasta que se asemeje a la de la actividad productiva, penalizar su funcionamiento cortoplazista. Sabemos que hay capital suficiente y hasta sobrante (como demuestra que el total de operaciones financieras tenga un valor sea casi 70 veces mayor que el del PIB mundial) y conocemos cuáles son los mecanismos e instrumentos que pueden garantizar que las empresas cuenten con la financiación que precisen en cada momento sin hipotecar su actividad productiva y sin dedicarse simplemente a generar deuda para beneficio de los bancos: impuestos sobre las transacciones financieras, sobre la ganancia especulativa, banca pública o privada pero de servicio público… No es un problema técnico y ni siquiera económico. Es político, pues se trata de someter los intereses de los financieros que hoy día nos dominan a todos.