viernes, 30 de enero de 2009

"El futuro del ahorro energético es que cada vivienda tenga su placa solar y su aerogenerador"

Así lo cree Fernando Caballero, ingeniero industrial y miembro del departamento técnico de la Asociación de Empresas de Energías Renovables de Las Palmas (Aserpa), integrada en la Federación Provincial de la Pequeña y Mediana Empresa del Metal y Nuevas Tecnologías de Las Palmas (Femepa).

El fin ya próximo del petróleo y los problemas derivados de las emisiones de CO2 a la atmósfera han multiplicado el número de voces que reclaman la apuesta decidida por las energías alternativas como la solar o la eólica. Pero, ¿hasta qué punto el ciudadano de a pie puede producir su propia energía limpia? ¿Es descabellada la idea del autoabastecimiento?

"El futuro del ahorro energético es que cada vivienda se autoabastezca y que tenga su placa solar y su aerogenerador". Así lo cree Fernando Caballero, ingeniero industrial y miembro del departamento técnico de la Asociación de Empresas de Energías Renovables de Las Palmas (Aserpa), integrada en la Federación Provincial de la Pequeña y Mediana Empresa del Metal y Nuevas Tecnologías de Las Palmas (Femepa).

Por el momento, la posibilidad de que una vivienda urbana se nutra de la energía que produce es poco probable en Canarias. Las trabas burocráticas son tediosas en muchos casos y la demanda habitual de energía de una vivienda base no podría ser satisfecha con la tecnología actual, sin complementarla con la red general.

Y es que una familia contrata, normalmente, una potencia mínima de unos 3.500 vatios de media al mes. El consumidor del primer mundo está acostumbrado a un gasto energético importante. Los sistemas de autoabastecimiento de energías limpias no soportan aún la demanda de potencia a la que está acostumbrado el usuario medio en Canarias. "Con un sistema combinado de un miniaerogenerador y una pequeña placa solar térmica no daría para tener encendidos al mismo tiempo las luces de la casa, la nevera, el horno, la televisión, el secador...", señala Caballero.

A esto se une que la energía solar y la eólica son variables, ya que, lógicamente, dependen de los fenómenos naturales que las alimentan. "Es cierto que se puede almacenar la energía en baterías, pero, por el momento, es bastante costoso".

En cuanto a los precios, un miniaerogenerador (un pequeño molino de viento) de 500 vatios cuesta alrededor de los 3.700 euros y unas placas de energía solar térmica para el uso de cuatro personas costarían entre 1.500 y 2.000 euros. "En cuanto a la energía solar térmica, el 80% del coste es por las propias placas, ya que están fabricados con unos materiales y una tecnología complejos y costosos. No es por la mano de obra, ni por el transporte", recuerda el ingeniero industrial.

En este punto habría que establecer las diferencias entre los paneles solares términos y los fotovoltaicos. "La solar térmica está destinada al abastecimiento de agua caliente sanitaria (ACS) y, en espacios colectivos como hoteles, etc, al calentamiento de piscinas e, incluso, para el aire acondicionado", explica Caballero. Este sistema es más utilizado en viviendas particulares que la energía fotovoltaica, que, por el momento, suele usarse para vender el excedente a la red general. "Lo normal es que el productor de energía fotovoltaica se conecte a la red", apostilla.

En cuanto a la eólica, hay dos tipos de concurso. El que hace un vertido de toda su energía a la red y el que prevé el consumo asociado, la mitad para abastecimiento propio y la mitad para el general. Esta energía es comprada por el Estado.

Una de las cosas que va poniendo baldosas al camino hacia el autoabastecimiento es la de no considerar que el usuario potencial de estos sistemas debe vivir en medio del campo, donde no le llegue el suministro general. Hasta el momento, la normativa establece que tiene más puntos para obtener subvenciones para la instalación de estos sistemas aquel que esté más lejos del suministro general. Pero los tiempos van cambiando y, poco a poco, las administraciones públicas tendrán que considerar la eficiencia y el ahorro energético como una prioridad en sí mismos.

El Gobierno canario tiene algunas líneas de ayudas para este sector. Se pueden consultar en el BOC, en una Orden del 3 de julio de 2007, donde se aprueban las bases que rigen la convocatoria para la concesión de subvenciones destinadas a la instalación de energías renovables para el periodo 2007-2013.

fuente: Cira Morote - www.laprovincia.es

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