lunes, 17 de diciembre de 2012

Cólera en Haití (VICENÇ NAVARRO)

Artículo publicado por Vicenç Navarro en el diario digital EL PLURAL, 17 de diciembre de 2012

Este artículo critica el comportamiento de los Cascos Azules de las Naciones Unidas en Haití, responsables de la epidemia de cólera que está ocurriendo en aquel país. El artículo también critica la insensibilidad de los mayores medios de información al ignorar estos hechos.

La Organización de las Naciones Unidas suele tener buena prensa. Viene siempre rodeada de una aureola de hacer el bien por la humanidad, percibiéndose su objetivo como el de promover la paz. Los Cascos Azules de las fuerzas armadas de las Naciones Unidas se perciben como las tropas que intentan imponer la cesación de conflictos armados o el mantenimiento del orden en situaciones de gran desorganización que altere la viabilidad del colectivo o país afectado.
Ésta es la imagen que la organización Naciones Unidas intenta proyectar. Pero hay una gran distancia entre la imagen y la realidad. El caso más claro es Haití, el país considerado como “el más pobre del mundo”, definición que no es del todo cierta, pues Haití es uno de los países con más riquezas naturales en el Caribe. Durante muchos años fue uno de los mayores productores de azúcar y otros productos agrícolas que significaron grandes beneficios a otros países, y muy en particular a Francia, de la cual Haití era una colonia. En realidad fue la primera colonia en aquella parte del mundo que se independizó. Pero tener bandera e himno propio no le supuso que hubiera un cambio significativo, pues varió el color de los que gobernaban el país, pasando de blanco o negro, pero las relaciones de propiedad de aquellos medios que producían tanta riqueza no cambiaron. Una élite -esta vez de raza negra- controlaba tales medios, manteniendo a la mayoría de la población en una enorme miseria. Haití, como la gran mayoría de países mal llamados pobres, tenía y continúa teniendo los recursos para alimentar a su población y facilitar su desarrollo rompiendo con la pobreza, confirmando el diagnóstico de que, en realidad, no hay países pobres en el mundo, aunque haya países en que la mayoría de la población sea pobre e incluso rematadamente pobre, viviendo en condiciones miserables, como Haití.
He escrito artículos sobre Haití donde presento la historia de este país que es la historia de un pueblo que intenta cambiar las relaciones de propiedad de los medios donde se produce la riqueza a fin de que ésta esté mejor distribuida y que ve frustrado cada intento de cambio con un golpe militar acompañado de una enorme represión. Y ahí es donde esta vez intervinieron las fuerzas armadas de las Naciones Unidas. Tales fuerzas fueron enviadas por el gobierno de EEUU (en lugar de sus famosos Marines) en 2004, cuando el gobierno democráticamente elegido (que intentó hacer algunas reformas que afectaban los intereses de las élites gobernantes) fue derrocado por un golpe militar que, como era de esperar, contó con la ayuda de los gobiernos estadounidense y francés, las dos naciones que siempre han condicionado en gran manera los desarrollos políticos y económicos de aquel país. La evidencia de lo que digo es robusta y abrumadora.
Tales tropas son indeseadas por las clases populares de Haití, por muchas razones. Su comportamiento con la población civil ha sido la de un ejército que ha ocupado un país. Y uno de los mayores desastres de salud pública –la aparición y extensión del cólera- lo han generado tales tropas. 7.600 personas han muerto de cólera, y 600.000 han caído enfermos de tal enfermedad. Los estudios epidemiológicos, publicados en la revista médica de mayor prestigio de EEUU, The New England Journal of Medicine (The Origin of the Haitian Cholera Outbreak Strain, 2011) muestran que el origen de la epidemia es el desagüe de las heces infestadas procedentes de las tropas de las Naciones Unidas (procedentes de Nepal) que, irresponsablemente, abocaron al sistema de distribución de agua, lo que contaminó a toda la población. No hay dudas científicas sobre el origen del cólera en Haití. Su rápida expansión se debe al pésimo estado de las infraestructuras hidráulicas del país. Según la oficina panamericana de la salud (PAHO), la rama latinoamericana de la Organización Mundial de la Salud (OMS), costaría casi 1.000 millones de dólares reparar y expandir tales infraestructuras, cantidad, por cierto, que es cercana al coste de mantener las tropas de las Naciones Unidas (10.000 tropas) cada año en aquel país, tal como indica Marc Weisbrot en su artículo en The Guardian (12.11.12), del cual deriva gran parte de la información presentada en este artículo. Es un escándalo lo que está ocurriendo en Haití, y es también un escándalo que los medios españoles hayan dado tan poca visibilidad a este tema.

Franco’s dictatorship and the Holocaust (VICENÇ NAVARRO)

Artículo publicado por Vicenç Navarro en la revista COUNTERPUNCH, 13 de diciembre de 2012

There is not full awareness in the international community of the degree of influence that fascist forces still have over the apparatus of the current Spanish state and related associations. The Spanish Royal Academy of History for example has just published a Historical Dictionary that includes laudatory remarks about General Franco and the dictatorship that he established.  There are a lot of myths that continue to be reproduced in the Spanish intellectual life in spite of the historical evidence that exists to question each one of them.
One example of these myths is the perception that the fascist dictatorship (referred to in Spain as Francoist dictatorship) did not persecute the Jews.  Actually, it is widely believed that Franco’s regime actually helped the Jews who were escaping Nazi occupied France to arrive in Lisbon and from there to the Americas.  Several documents have now appeared, however, which show the falsehood of such interested and apologetic perceptions of that regime.
This evidence also shows, incidentally, that the Allies were fully aware of the Holocaust.  By July 15th, 1944, Sir Harold MacMichael, top British authority in the Palestinian Protectorate, sent a note to Sir Antony Eden, Minister of Foreign Affairs of the United Kingdom, referring to the Holocaust, indicating that several million Jews had been executed, some of them Jews of Spanish origin.
The Franco government fully cooperated in that Holocaust.  Hitler gave Franco the chance to take back the Jews of Spanish origin, which Franco refused, knowing that this decision would condemn them to the gas chambers.  Franco did request, however, to take possession of the property of those Jews, requesting them to be sent back to Spain.
The recent book, El Franquismo, Complice del Holocaust (Francoism, Accomplice of the Holocaust), written by the Spanish historian Eduardo Martin de Pozuelo, shows plenty of evidence that Franco collaborated in the Holocaust and also demonstrates that the Allied authorities, including the U.S. Federal government, was fully aware of this, which was not an obstacle.
Later on, President Eisenhower, recognizing Franco’s dictatorship, defined him as “the great ally in the fight for democracy against Communism.” Actually, one of the reasons why the Spanish fascist regime helped in the elimination of the Jews of Spanish origin was not only for the anti-Jewish views of Spanish fascism, closely allied to the Catholic Church (Pius XII defined Franco as the Great Savior of Christianity), but also because of military and security reasons.
According to the documents published by Eduardo Martin de Pozuelo, the fascist regime was afraid that the Spanish Jews, who would have likely sympathized with the Allied forces against Hitler, could have easily become spies and saboteurs.
The evidence also shows that Hitler played a critical role in the fascist coup lead by General Franco against the democratically elected Spanish government in 1936, and Hitler’s support for that coup until its victory in 1939.  Without such military and economic assistance, Franco would not have resisted the popular mobilization against the coup.  As a consequence, Franco’s Spain became practically a colony of Nazi Germany.
The Nazi establishment had an enormous influence on the economic and political Spanish establishments.  And the Allied Forces were fully aware of this, partially because of the Spanish antifascist resistance that, under extremely repressive conditions, helped the Allied Forces, to be ignored and betrayed later on once the war ended and Franco became the best ally of the so-called democratic governments, lead by the U.S. in their “fight for Democracy against Communism.”
The enormous paradox is that the Communist Soviet Union (along with Mexico) had been the only power who had assisted the democratic forces in Spain in their resistance against Fascism.