sábado, 22 de agosto de 2009

'Despilfarramos cinco de cada seis unidades de energía que producimos'

¿Cual va a ser el impacto de la Huella Ecológica que vamos a dejar a nuestros nietos?. Una tragedia y seria advertencia a quienes siguen apostando por un sistema de desarrollo polarizador que genera grandes desigualdades socieconómicas y un modelo de crecimiento económico especulativo no sustentable, basado en el consumo inflacionado de productos innecesarios, como tener una vivienda por cada dos personas en nuestro país y miles vacías.....cuando lo jóvenes no pueden acceder a ellas.

Promover un marketing de consumo compulsivo, genera pobreza social (consumir como sustituto afectivo); a su vez genera “riqueza” tributaria, por ser el IVA la fuente de ingreso mas importante para el estado. Un sistema de libre mercado y políticas no intervencionistas, permisivo con las élites que aplican márgenes comerciales abusivos (alimentación, telefonía, vivienda, etc.) conlleva sobrerrecaudación de IVA (práctica antisocial). Un sistema que si interviene pero para regalar dinero público a quienes cuentan con un activo inmobiliario embargado (a ese público) de 20.353 millones de euros (¿de quien son esos pisos?, ¿porqué no los truca el estado?), manteniéndo las mismas prácticas especulativas que nos han llevado a la crisis... está condenado al fracaso.

Aquí se justifica la denuncia del profesor Guinea y de quienes auguran una gran crisis irreversible antes de tres años. Crisis de un sistema que cegado por su codicia no ha aprovechado la oportunidad de éste “brote” pregonero. Oportunidad, tiene mucho pelo por delante y es calva por detrás; la puedes tomar cuando viene, pero una vez que ha pasado... y va pasando en la medida que “salimos” de la crisis.

Mimo a las élites y muestras de desafecto a millones de ciudadanos desheredados hundidos en la pobreza y precariedad (en España el 11% de trabajadores en activo se encuentran bajo el umbral de la pobreza por sus bajos salarios), a pesar de contribuir con una fiscalidad homologable al resto de paises comunitarios.

Siendo tercer PIB europeo; ¿a que tanto cálculo y justeza, en prestaciones y coberturas sociales?; ¿a que tanta improvisación y originalidad, cuando no hay mas que mirarse en el espejo de nuestros socios comunitarios y aplicar sus fórmulas de bienestar social operativas desde hace décadas?.

He viajado en bicicleta con cuatro jóvenes europeos; Jonathan (25 años) trabaja 20 horas semanales en una sala de cine en Poitiers y cobra 672 euros al mes; vive sólo en un piso de alquiler social (sin sorteo) de 55m2, pagando 90 euros al mes; el propietario recibe 425 euros al mes, el resto paga el estado... de bienestar. Es sólo una imagen de ese espejo que no nos quieren mostrar.

julian lizaso aldalur

El mar se ha convertido en un gigantesco vertedero

Los expertos señalan que los residuos se concentran más en determinados lugares del océano. Los daños a la biodiversidad marina y a la economía son cada vez mayores.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha publicado un informe en el que se alerta por primera vez sobre el "problema global creciente de la basura marina". Los plásticos, sobre todo las bolsas y las botellas, son el principal residuo encontrado en los océanos de todo el mundo (más del 80% del total). Preocupa porque es un problema duradero y acumulativo: se estima que el plástico tarda cientos de años en degradarse.El informe también destaca los restos de cigarrillos, en especial los filtros y los paquetes de tabaco, que en el Mediterráneo y en las zonas ecuatoriales costeras estudiadas suponen hasta el 40% y más del 50% de la basura marina, respectivamente. La cantidad total de basura oceánica es desconocida, debido a la falta de estudios y a que buena parte de los residuos no se ven. Acaban en el fondo o ingeridos por los seres vivos marinos. Greenpeace estima que el 10% de la producción mundial de plástico se deposita en los océanos. El PNUMA calcula que la fabricación global es de 225 millones de toneladas al año. En cuanto al origen de los restos, un 20% procede del tráfico marino y el 80%, de tierra firme.En algunas partes del mundo, el problema de la basura marina es más acusado. El informe del PNUMA, que analiza 12 regiones marinas de todo el planeta, alude a los mares de Asia Oriental, con una población de 1.800 millones de personas, el 60% en zonas costeras. El aumento de la actividad pesquera e industrial y la falta de sistemas de tratamiento de residuos han convertido al Océano Índico, los mares del sur de Asia y el sur del mar Negro, entre otros, en un enorme basurero flotante. Las aguas del Pacífico, frente al archipiélago de Hawai, se han transformado en un vertedero de tamaño similar al de Europa. La corriente giratoria de este océano transporta la basura arrojada desde Canadá, EE.UU., Japón y China a esta zona, descubierta en 1997 por el marino Charles Moore. No es una mancha compacta o una isla flotante, como se ha afirmado en algunos medios. Según Moore, es una especie de sopa con desechos diseminados de todo tipo y tamaño, desde trozos pequeños de plástico hasta televisiones o frigoríficos, que gira con la corriente oceánica.El Mediterráneo es otro de los puntos negros denunciados por científicos y ecologistas. Tras varios años de trabajo en el Mare Nostrum, Stefano Aliani, investigador del Instituto de Ciencias Marinas del Consejo de Investigación Nacional de Italia (CNR), afirma haber encontrado todo tipo de residuos flotantes, incluidas puertas y camas.La basura superficial podría ser la punta del iceberg. Un estudio de 1994 en la costa española, francesa e italiana localizaba en el fondo marino 1.935 unidades por kilómetro cuadrado, la mayor parte bolsas de plástico. No resulta extraño ya que España es el principal productor europeo de estas bolsas desechables: unos 16.000 millones al año.Cómo afecta al medio ambiente y a la economíaEl informe del PNUMA indica que estos desechos marinos se rompen de forma paulatina en trozos cada vez más pequeños que pueden ser consumidos por seres vivos de la base de la cadena alimentaria. Los plásticos son confundidos como alimento por pájaros, peces, tortugas o mamíferos marinos (ballenas o delfines). El PNUMA estima que esta contaminación mata cada año a más de un millón de aves y a unos cien mil mamíferos. Diversos estudios indican que el problema crece de manera continua. Una investigación de cinco años en fulmares, unas aves marinas del Mar del Norte, descubrió que el 95% de los ejemplares tenía residuos plásticos en el estómago. En otra investigación realizada en el Nordeste Atlántico se encontró plancton con muestras de plástico que llevaban en su interior desde la década de 1960, y se constató un aumento significativo en su abundancia con el paso del tiempo.Los expertos recuerdan la bioacumulación de estas sustancias en el organismo de los seres vivos a lo largo de la cadena alimenticia. Las consecuencias para la salud podrían ser muy graves: la contaminación sería cada vez mayor en los alimentos procedentes del mar. Las redes de pesca a la deriva son otra clase de residuo con graves consecuencias para la vida marina. Estas "redes fantasma" cazan animales marinos, incluso, tras ser abandonadas.Los desechos marinos pueden causar graves pérdidas económicas por daños en barcos y la contaminación de espacios turísticos y agrícolas. Limpiar las playas de Bohuslän, en la costa oeste de Suecia, supuso un desembolso superior a un millón de euros en un año. En Indonesia, el rápido crecimiento económico ha conllevado la contaminación de sus ríos. El año pasado, el Banco de Desarrollo de Asia anunció un préstamo de 355 millones de euros para restaurar el río Citarum, uno de los más sucios del mundo, y poner en marcha plantas de tratamiento de residuos.El vertido de desechos industriales o agrícolas, como fertilizantes nitrogenados, provoca una acidificación de los océanos y el aumento de zonas muertas. En ellas, la ausencia de oxígeno supone la desaparición de los seres vivos. Diversos estudios, entre ellos de Naciones Unidas, han puesto de manifiesto el rápido aumento de estos puntos sin vida en todo el mundo.Medidas para combatir la basura marinaLos expertos aseguran que todavía se puede luchar contra este problema si se toman las medidas adecuadas. Los ecologistas subrayan que el mar es el gran olvidado de los responsables institucionales. Por ello, les reclaman la aprobación de normas que impulsen la reducción de los residuos y su correcto tratamiento, además de medidas concretas para hacerlas cumplir y penalizar a quienes las infringen. Los ecologistas recuerdan que la ley de envases en España podría ser más dura frente al envasado excesivo con plástico. Los consumidores también son esenciales, ya que pueden reducir el uso de este tipo de productos y envases, reutilizarlos y reciclarlos. La conciencia ecológica sirve en tierra firme y en el mar: no arrojar nada al agua o tirar los residuos en contenedores apropiados son gestos vitales para la vida oceánica. El año pasado, casi 400.000 voluntarios recogieron más de tres millones de kilos de basura en playas de 104 países y 42 estados de EE.UU. durante el Día Internacional de la Limpieza Costera.Los científicos y las ONG pueden desarrollar más investigaciones para conocer este problema y tomar medidas prácticas. El proyecto Kaisei ha enviado un barco a la zona del Pacífico, que concentra toneladas de basura, para conocerla mejor y estudiar cómo se podría limpiar con el uso de robots. Sus responsables probarán un sistema para transformar estos residuos en electricidad en la planta de valorización HPower, en Hawai. La Fundación Algalita, creada por Charles Moore, también analiza las concentraciones de basura de esta zona del Pacífico.Diversas empresas internacionales, entre ellas la española Marnett, cuentan con varios barcos especiales para la eliminación de residuos en ríos. Sus responsables aseguran que con la adecuada financiación estos equipos se podrían adaptar sin problemas a la limpieza de los mares.

Alex Fernández Muerza - www.consumer.es - EROSKI

"El calentamiento global empezó hace 7.000 años"

La comunidad científica y el público en general coinciden en que la revolución industrial, iniciada a mediados del siglo XVIII, es el factor desencadenante del cambio climático.
Sin embargo, un equipo de investigadores en Estados Unidos, sostiene que el calentamiento global derivado de la acción del hombre comenzó muchísimo antes.
Según William Ruddiman, profesor de Ciencias Ambientales de la Universidad de Virginia y director del equipo, los métodos agrícolas empleados hace 7.000 años, que consistían fundamentalmente en la quema de bosques para cultivar, hubiesen provocado un aumento suficiente de los niveles de dióxido de carbono como para modificar el clima.
El estudio afirma que los campesinos en la antigüedad despejaban una proporción cinco veces mayor de bosque para la producción agrícola comparado con la superficie de terreno que se usa hoy día.
"En la actualidad", le dijo Ruddiman a BBC Mundo, "la población de seis mil millones utiliza 90% menos de tierra por persona para producir alimentos".
Los campesinos quemaban los bosques en una zona determinada y plantaban las semillas entre los tocones. Cuando esa parte de la tierra despejada comenzaba a dar menos frutos, comenzaban a cultivar en otra parte del bosque, que despejaban con fuego.
Estos incendios, que se producían con frecuencia y que abarcaban grandes extensiones, son los que generaron las emisiones de dióxido de carbono que, según Ruddiman, alteraron el clima.
"Utilizaban más tierra", agrega, "porque no tenían la necesidad de maximizar la producción por hectárea y porque había suficiente bosque para seguir quemando".
El científico, especializado en el análisis de los sedimentos oceánicos y las capas de hielo, se basó para sus estudios en los hallazgos de antropólogos, arqueólogos y paleontólogos.
Críticas y sospechas
Hay quienes critican esta teoría porque consideran que en la antigüedad la población era demasiado pequeña como para alterar el clima. Pero el experto señala que estas observaciones parten de un precepto equivocado: que los métodos de producción eran los mismos.
"Los modelos para predecir el clima no están tomando en cuenta la diferencia en el uso de la tierra", explica Ruddiman. "Hay un cúmulo de evidencia que respalda la teoría de que la gente usaba más tierra para producir una menor cantidad de alimentos. Por otra parte, no tomar en cuenta estos cambios es como decir que la gente no aprendió nada por miles de años en cuanto a mejorar el rendimiento".
Otros sospechan que adelantar el momento en que se disparó el calentamiento global y desvincularlo de la revolución industrial es una forma de quitarle la responsabilidad a los países industrializados, que han generado una cantidad exorbitante de gases con efecto invernadero provocando un cambio en las temperaturas globales.
"Intentar politizar esta teoría, resulta un poco tirado de los pelos", le dijo el científico a BBC Mundo. "Por un lado, la quema de bosques para la agricultura era una práctica generalizada en casi todo el mundo. Sobre todo en Europa, en los países que ahora están industrializados. También tuvo lugar en Asia e incluso en Estados Unidos".
"Mi teoría no afecta la manera en la que miramos el calentamiento global hoy sino que añade información. Lo que dice también es que en ese entonces la distribución de las emisiones era más equitativa de lo que es a partir de la industrialización".
Asimismo, "aunque el impacto neto de los dos procesos es similar, hay una gran diferencia porque los gases con efecto invernadero derivado de las técnicas agrícolas se generaron durante miles de años. Esto le permitió a la atmósfera adaptarse a los cambios", señala.
"En cambio, como los gases generados a raíz de la revolución industrial se produjeron en un lapso mucho más breve, su efecto es mucho más contundente".

PNUMA