miércoles, 31 de octubre de 2012

¿Suicidios o crimen de Estado? (JUAN TORRES LÓPEZ)

Publicado en Sistema Digital el 31 de octubre de 2012

Todos los datos permiten asegurar que una gran parte del incremento en el número de suicidios que se viene dando en España está relacionado con la forma en que se está gestionando la crisis. Ya he comentado en artículos anteriores y más extensamente con Vicenç Navarro en el libro ‘Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero (Espasa, 2012)’, que en todos los países en los que se han aplicado políticas de ajuste neoliberal se ha podido detectar ese fenómeno, así que no es de extrañar que ahora se esté produciendo en España. Actualmente, parece que en nuestro país se producen entre nueve y diez suicidios cada día y que un tercio de ellos, según se puso de manifiesto en un reciente congreso de Psiquiatría, son los que tienen que ver con problemas económicos de diverso tipo originados por la crisis.

Y no hacen falta muchos estudios científicos para comprobar igualmente que una gran parte de esos suicidios se relacionan con los desahucios, que en estos momentos dejan sin vivienda a más de quinientas familias cada día en España. Ya son bastantes los casos en los que se han producido justo antes de que las autoridades y la policía procediesen a desalojar a las familias de sus viviendas en diferentes lugares de España.

Se trata de un verdadero drama que tiene una responsabilidad muy directa: las autoridades e instituciones del Estado que hasta el momento no han hecho nada efectivo para evitarlo. Todo lo contrario, lo han provocado con las políticas que vienen aplicando e incluso lo facilitan, como esos jueces que llegan a decretar que los desahucios se lleven a cabo sin previo aviso para evitar que la población acuda en ayuda solidaria de los afectados.

El Gobierno actual y el anterior han dedicado sumas millonarias a salvar y proteger a los banqueros y a los grandes propietarios, pero no han tomado ni una sola medida efectiva para acabar de una vez por todas con la desprotección de las familias de menos ingresos que pierden sus viviendas.

Cambiar las leyes para establecer medidas como la dación de pago, la creación de tribunales que gestionen la reestructuración de la deuda familiar, la disminución temporal de las cuotas para las personas sin ingresos o en paro, quitas familiares, u otras parecidas que podrían evitar los desahucios no comportan grandes dificultades legales ni supondrían demasiado coste económico (al revés, permitirían aumentar la demanda efectiva y así mejorar la situación económica). Por eso es injustificable que se sigan llevando a cabo desahucios que provocan docenas de suicidios y un sufrimiento personal y social tan extraordinario.

Que los dos grandes partidos se pusieran de acuerdo en unos pocos días para modificar la Constitución, y así contentar a los poderes financieros, y no lo hagan para adoptar medidas de rango muy inferior dirigidas a proteger a las miles de familias que se quedan en la calle solo refleja que se trata de dos organizaciones políticas que han perdido el norte para convertirse en simples piezas de un dominio oligárquico que ya es insoportable, y que requiere una respuesta social a la altura de su traición a los principios elementales de la ética, la justicia y el buen gobierno.

Es incomprensible, y empieza a producir una rabia inmensa, contemplar día a día a los parlamentarios ocupados en todo tipo de asuntos pero incapaces de acabar con el drama. Es desolador comprobar que los jueces no hayan reaccionado ya cuando llevan tanto tiempo como ejecutores de un derecho que es la antítesis de la justicia. Es patético e indignante ver a la policía defender día a día a las autoridades que echan a las gentes de sus casas y a los Bancos que se quedan con ellas, y golpear con saña a las pobres mujeres y hombres que las defienden. Es una vergüenza comprobar que hasta la jerarquía de la Iglesia Católica, que tanto habla de defender a la familia, llame a la policía para desalojar de sus templos (como en La Almudena de Madrid) a quienes quieren llamar la atención de la sociedad hacia lo que está pasando (en clara contradicción, hay que reconocerlo, con la inmensa mayoría de sus fieles de abajo que siempre suelen apoyarlos). Es tremendo que no salga ni una sola palabra ni un gesto de ayuda del Jefe del Estado, que se dedica, por el contrario, a defender las políticas que provocan el paro y la pérdida de las viviendas, mintiendo sobre los efectos que están provocando sobre la sociedad y la situación económica solo para proteger los intereses de los grupos más poderosos. Es sencillamente insultante, que en lugar de defender a las miles de personas que sufren, el Gobierno no solo siga aplicando sin misericordia las políticas que agudizan la crisis, sino que se dedique a ir indultando semana tras semana a los pocos financieros y políticos delincuentes que habían sido condenados en los años anteriores. Y es un insulto a la inteligencia y un despropósito la Constitución que declara que “todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada”, pero que a la vez no impide que se produzcan más de medio millar de desahucios diarios.

Cada vez que muere una persona desesperada por el paro o por la pérdida de vivienda, o a causa del peor tratamiento que reciben cuando son dependientes o están enfermas, aumenta algo más la responsabilidad de todas esas instituciones y personas. No podemos ni debemos aceptar que todo lo que está pasando en España, el daño tan grande que se le está haciendo a millones de personas, sea un simple accidente o algo inevitable. Es un daño orquestado, perfectamente evitable y que se produce solo porque se quiere beneficiar a otros grupos sociales. Por eso me parece que las personas que dirigen esas instituciones o que toman las decisiones tienen una auténtica responsabilidad criminal y no solo política que debería investigarse y depurarse cuanto antes.

Tendríamos que dejar de hablar ya de suicidios y de poner sobre la mesa la comisión de un verdadero crimen de Estado porque sus instituciones, que tienen la obligación de evitar el dolor de los ciudadanos y cuentan con medios para ello, son las que lo están provocando. La gente normal y corriente tiene derecho a defenderse e incluso el deber de levantarse contra los tiranos.

La necesaria huelga general (VICENÇ NAVARRO)

Artículo de Vicenç Navarro que se publicará mañana en el diario PÚBLICO en la columna “Dominio Público”. 1 de noviembre de 2012

Este artículo señala el gran deterioro del bienestar de la ciudadanía española, consecuencia de medidas altamente impopulares que se están imponiendo por parte de los gobiernos español y catalán (entre otros), con el apoyo del establishment que domina la gobernanza de la Unión Europea y de la Eurozona. Tales políticas publicas carecen de un mandato popular pues no estaban en los programas electorales de los partidos ahora gobernantes, políticas que se están  imponiendo a la población bajo el argumento de que no hay otras alternativas, postura negada por la evidencia existente (señalada en el artículo) de que sí que hay otras políticas alternativas que afectarían a los intereses representados por tales gobiernos en lugar de aquellas políticas que están dañando a la mayoría de la población. Esta violación de la democracia es responsable del deterioro del bienestar de las poblaciones de los distintos pueblos y naciones de España que requiere una respuesta de protesta a nivel de toda España y en colaboración con la población de otros países que están siguiendo políticas semejantes, carentes también de mandato popular.

Las políticas públicas que el gobierno Rajoy en España y el gobierno Mas en Catalunya están llevando a cabo están afectando muy negativamente al bienestar de la mayoría de la población española, incluyendo la catalana. Sus enormes recortes de gasto y empleo público están deteriorando los servicios públicos del Estado del Bienestar, tales como sanidad, educación, servicios sociales, escuelas de infancia (mal llamadas guarderías en España), servicios domiciliarios a las personas con dependencia y servicios de prevención de la exclusión social, entre otros, que configuran la calidad de vida de toda la población, y muy en especial de las clases populares (la clase trabajadora y las clases medias de rentas medianas y bajas), que son las que utilizan predominantemente tales servicios.

Tales gobiernos han reducido también las transferencias públicas tales como las pensiones, de manera tal que los beneficiarios de estas transferencias han visto reducir su capacidad adquisitiva de una manera muy notable. Las pensiones de vejez, que son responsables de que el 64% de los ancianos en España, incluyendo Catalunya, no sean pobres, han perdido poder adquisitivo, resultado de crecer por debajo de la inflación. Como consecuencia, y en contra de lo que se está publicando en los medios de mayor difusión, la pobreza entre los ancianos está aumentando, una situación que no pasaba en España desde hace años. Tal incremento ha sido incluso más acentuado incluso entre los jóvenes e infantes, resultado, en parte, de las reducciones de las ayudas a las familias (ver la colección dirigida por Vicenç Navarro y Mónica Clua, El impacto de la crisis en las familias y en la infancia, Observatorio Social de España, publicado recientemente por Ciencias Sociales Ariel 2012).

Tales gobiernos han aprobado también reformas laborales que se presentaban como la solución para el elevado desempleo, que han tenido un impacto contrario al que en teoría se deseaba, reducirlo. El desempleo ha continuado creciendo, alcanzando el 25% de la fuerza laboral, siendo el número de desempleados de 5.778.000, una cifra nunca alcanzada antes. Esta elevada cifra ha atemorizado a toda la población, creando un enorme sentido de inseguridad, responsable del gran descenso de los salarios en España (lo cual, en realidad, era el objetivo real, nunca explicitado, de tales reformas).

Tal reducción de los salarios junto con los recortes tan notables del gasto público y la destrucción de empleo (tanto público como privado) han creado un enorme bajón en la demanda de productos y servicios, responsable, en parte, del descenso tan marcado del crecimiento económico, realidad incluso reconocida recientemente en un informe del gabinete de estudios del Fondo Monetario Internacional. Tales políticas están contribuyendo a la recesión que la economía española, incluyendo la catalana, está sufriendo. De hecho, y tal como algunos de nosotros hemos estado alertando desde el inicio de la crisis, tales políticas no sólo han sido ineficaces en el intento de facilitar la salida de nuestro país de la crisis, sino que han sido contraproducentes, como los hechos se han encargado de mostrar.

Las políticas que se están aplicando están afectando negativamente el bienestar de la población y empeorando la situación económica

En realidad era muy fácil predecir las consecuencias tan negativas de tales políticas, pues iban en dirección contraria a las que los gobiernos Rajoy y Mas deberían haber llevado a cabo, es decir, políticas expansivas de gasto público, orientadas hacia la creación de empleo, y políticas favorecedoras del aumento de la capacidad adquisitiva de la población, tales como la subida de salarios. Son estas medidas las que podrían sacar a España de la recesión, la cual está profundizándose, yendo hacia la depresión. Fue mediante tal tipo de políticas que la administración del presidente Roosevelt terminó con la Gran Depresión (existente en EEUU al principios del siglo XX), expandiendo –a través del New Deal- el gasto y empleo público, y facilitando la sindicalización a fin de facilitar el crecimiento salarial. Un tanto semejante ocurrió en Europa después de la II Guerra Mundial, cuando las economías europeas estaban en recesión. Ésta dejó de existir a base de un enorme aumento del gasto público, facilitado por el plan Marshall. Y hoy, cuando la economía española se está deteriorando, el gobierno Rajoy y el gobierno Mas están recortando el único sector –el sector público- que podría estimular la economía, pues el sector privado esta paralizado debido a su enorme endeudamiento (endeudamiento, por cierto, causado en gran parte por la disminución de la capacidad adquisitiva de la población, resultado de la reducción de los salarios y aumento del desempleo). Tales intervenciones son profundamente erróneas, y se están desarrollando porque permiten alcanzar los objetivos que las fuerzas conservadoras y neoliberales (que tales partidos gobernantes representan) han deseado siempre, a saber, el debilitamiento y privatización del Estado del Bienestar y la reducción de los salarios, debilitando a los sindicatos. Y lo están consiguiendo a base de haber transmitido, a través de los medios de información y persuasión públicos y privados que las fuerzas conservadoras y neoliberales controlan, y que son la gran mayoría, el mensaje de que no hay alternativas a las políticas altamente impopulares que están desarrollando.

No es cierto que no haya alternativas

Pero es fácil de demostrar que sí que hay alternativas. Por cada recorte de gasto público que tales gobiernos están realizando a fin de conseguir mayores ingresos al Estado, se pueden mostrar otras medidas que podrían haber incrementado tales ingresos al Estado en cantidades similares o incluso superiores a las que han conseguido a base de recortes. Por ejemplo, en lugar del recorte de 6.000 millones de euros en sanidad pública llevados a cabo por los gobiernos Rajoy y Mas, se podrían haber conseguido 5.600 millones revertiendo la bajada del impuesto de sociedades (que tanto el PP como CiU aprobaron) de las empresas que facturan más de 150 millones de euros al año (y que representan un 0,12% de todas las empresas españolas). O en lugar de reducir las pensiones para conseguir 1.200 millones, se podrían haber conseguido 2.100 millones manteniendo el impuesto sobre el patrimonio, o 2.552 millones eliminando la bajada de impuestos de sucesiones. O en lugar de recortar 600 millones de euros para los servicios de dependencia, se podría reducir el subsidio a la Iglesia católica (aprobado por el PP y CiU) para enseñar clases de religión en las escuelas públicas. Y así, un largo etcétera.
En realidad, el Estado español, tanto central como autonómico, podría conseguir fácilmente más de 120.000 millones de euros, no sólo corrigiendo el fraude fiscal (que está altamente concentrado en las grandes fortunas, en las grandes empresas y en la banca) obteniendo 66.000 millones de euros, sino también corrigiendo la enorme regresividad en las políticas fiscales. No es por casualidad que los países de la Eurozona que están atravesando mayores dificultades, con déficits públicos mayores (Grecia, Portugal, España e Irlanda) hayan tenido todos ellos dictaduras o sistemas profundamente conservadores que determinaron Estados pobres, con escasa conciencia social (que explica el escaso desarrollo de sus Estados del Bienestar) y poco redistributivos (ver mi artículo “El mantenimiento o desmantelamiento del Estado del Bienestar” en www.vnavarro.org). Éstas son las causas de sus crisis, puesto que la gran influencia que las fuerzas conservadoras han continuado teniendo sobre sus Estados no han permitido cambiar sustancialmente tal situación. España y Catalunya, 34 años después de reinstaurar la democracia, continúan estando a la cola de la Europa Social (su gasto público social por habitante es de los más bajos de la UE-15). De ahí la urgencia de que haya una respuesta conjunta en todos estos países frente al ataque frontal al bienestar de su ciudadanía.

Las medidas antidemocráticas que se están imponiendo

Tales políticas de austeridad están siendo apoyadas por las fuerzas conservadoras y neoliberales que dominan el sistema de gobierno de la UE, y que están construyendo esta Europa y esta España (incluyendo Catalunya), a espaldas de los distintos pueblos y naciones que la constituyen. Las políticas públicas que tanto el gobierno Rajoy como el gobierno Mas están llevando a cabo son medidas que no tienen ningún mandato popular. Es, por lo tanto, un ataque a la democracia española que merece una respuesta contundente. Se están implementando medidas que afectan a la calidad de vida de la ciudadanía, sin que la mayoría de la población (incluso aquella que les votó) hubieran aprobado tales políticas, ya que ninguna de ellas estaba en su programa electoral. Mientras, las ayudas del Estado a la banca, que fue la que originó la crisis con sus comportamientos especulativos, han alcanzado una cifra enorme, equivalente  casi al 10% del PIB, sin que ninguna ayuda se haya proveído a las clases populares, que han sido víctimas de tales comportamientos. Hoy en España, incluyendo Catalunya, el ciudadano que no está indignado es porque no conoce lo que está pasando en su país. Nunca antes se había hecho tanto para tan pocos a costa de la gran mayoría de la población.

Dos últimas observaciones. Hay un enfado generalizado en España y en Catalunya, resultado de las políticas que se están realizando, sin que exista ningún mandato electoral para ello. Y existe también un agotamiento que está conduciendo a una rendición, expandiéndose la percepción de que las movilizaciones y la agitación social no sirven para nada. Eso no es cierto. La constante manipulación de nuestra historia ha hecho que se haya olvidado que, mientras el dictador Franco murió en la cama, la dictadura murió en la calle. De 1974 a 1978, España fue el país que proporcionalmente tuvo mayor número de huelgas y manifestaciones populares que haya habido en Europa en la segunda mitad del siglo XX. Tal agitación social fue lo que determinó la Transición de la dictadura a la democracia. Ahora bien, consecuencia del enorme dominio que las fuerzas conservadoras todavía mantenían sobre el aparato del Estado, tal democracia tiene enormes limitaciones. De ahí que alcanzar una segunda Transición ahora, pasando de tal democracia limitada a una democracia real, en la que la ciudadanía sea la que configure las políticas públicas del Estado, requerirá también una enorme agitación.

La otra observación es que hace unas semanas, en Barcelona, un millón y medio de personas salieron a la calle, manifestación que ha tenido un enorme impacto a lo largo del territorio español. Ello es un ejemplo que cuando la gente sale a la calle en protesta pueden tener un gran impacto. No hay duda de que una huelga general con la participación de millones de españoles que coincida con movilizaciones y huelgas generales en otros países de la Eurozona, mostrando un gran hartazgo y protesta contra las políticas públicas llevadas a cabo por los establishments español y catalán, así como por el establishment europeo (que las ha apoyado), tendrá un gran efecto, que no puede ignorarse, pues derrumba todo el argumentarlo que utilizan tales establishments, cuando se presentan como los portavoces del deseo popular. Y en España, tales movilizaciones exigiendo que se reviertan tales políticas que carecen del apoyo popular, son continuadoras de las movilizaciones anteriores que ocurrieron tanto durante la dictadura (que forzaron su fin), como después, durante el periodo democrático (que determinaron una expansión de los derechos civiles, laborales y sociales) y que hoy deben continuarse cuando no sólo tales derechos, sino la propia existencia de la democracia (ya en sí, excesivamente limitada en nuestro país) se está violando. En realidad, la reducción de aquellos derechos es consecuencia directa de la eliminación de la democracia, mediante la aplicación de medidas carentes de mandato popular.

domingo, 28 de octubre de 2012

CREPES DE JAMÓN YORK Y QUESO - THERMOMIX -

Esta receta la hemos hecho sólo a medias, pero estoy segura que la haré más veces. Me ayudó Juanma a hacer los crepes en la sarten (prometo atreverme a hacerlo yo la próxima vez, jajaja!), ya les ibamos pillando el puntillo pero se nos acabó la masa, jajaja! por eso digo que lo repetiremos seguro.
Se suponía que iba a ser mi cena de hoy (Juanma trabaja), y que los iba a preparar con la bechamel y el quesito gratinado en el horno... la pereza me pudo, los he calentado y así me los he comido, jajaja! están muy buenos.
Anina

¿Qué les queda a los jóvenes? (ALBERTO GARZÓN ESPINOSA)


Coger una maleta y marcharse del país. Esa es la opción que les queda a muchos jóvenes si no quieren perder la esperanza de poder construir su propia vida. Desde luego que abandonar la tierra no es una decisión fácil, ni agradable, pero es para la mayoría un mal menor. De hecho, en España y desde 2009 la población entre 20 y 25 años se ha reducido en 317.076 personas (9.800 en Málaga), la población entre 25 y 29 años en 646.037 personas (19.500 en Málaga), y la población entre 30 y 35 años en 400.170 personas (4.800 en Málaga).

Una juventud sin futuro y una generación estafada son los resultados lógicos de un diseño político y económico absolutamente irracional, pero mantenido indistintamente por los últimos gobiernos del país. Ahora vemos y sufrimos las consecuencias, con una tasa de paro del 25% en el conjunto de la población activa y con una tasa de paro del 52% en el caso de los menores de 25 años.

Hace unos cuantos años algunos ya protestábamos por la falta de acceso a la vivienda, por las pocas expectativas laborales y por la mercantilización de la educación. Los gobiernos de turno se limitaban a decirnos que estábamos en época de vacas gordas y que no tenía sentido protestar cuando todo iba tan bien. Eran otros tiempos. Montoro en 2003 negaba la burbuja inmobiliaria y Zapatero en 2007 nos anunciaba que España sería pronto una potencia económica de primer orden. Los jóvenes fuimos tildados de ser unos quejicas sin causa.

Pero la realidad era otra. Nuestros padres se habían esforzado por proporcionarnos una formación que nos permitiese tener un trabajo digno con el que sostener la vida. Y, sin embargo, finalmente los jóvenes tenemos que acabar emigrando como ya hicieron nuestros abuelos. Entre todo ello, un conjunto de políticas infames que permitieron que los ricos evadieran sus impuestos, que el sistema financiero estafara a los ciudadanos y que la burbuja inmobiliaria encerrara nuestro futuro entre ladrillos. Sin olvidar que aquellas políticas siempre fueron promovidas y justificadas por economistas cuya concepción del ser humano se limita a su tratamiento como «recurso» en sus aparentemente asépticos modelos teóricos.

A nadie puede extrañar, entonces, que las movilizaciones sociales de hace unos años tuvieran un crecimiento exponencial el 15 de mayo del año pasado. Ni tampoco que hayan madurado hasta responsabilizar a las instituciones políticas de un régimen que es incapaz de dar solución a los problemas de la ciudadanía. Un régimen caducado, abatido por una realidad económica desoladora, y con instituciones aparentemente democráticas pero secuestradas por el poder económico.

En Mayo de 1968 los franceses hicieron suyo el lema «pidamos lo imposible». Hoy los que piden lo imposible son nuestros gobernantes y nuestros secuestradores, creyendo que una sociedad puede resistir por mucho tiempo los ataques tan brutales que estamos sufriendo. Nosotros, por el contrario, y tanto los jóvenes como los no tan jóvenes, tenemos el objetivo de construir lo posible.

Económicamente no hay dudas de lo que podríamos hacer. Organicemos nuestra economía de tal modo que responda a las necesidades de las personas y respete los límites del planeta. Para ello democraticemos la economía, recuperando instrumentos como el banco central y las grandes empresas, y superemos las instituciones actuales heredadas de 1978 y de esta Unión Europea que promueve el crimen económico.

Teniendo presente esto seremos conscientes de que a los jóvenes siempre nos queda la posibilidad de retomar las riendas de nuestra propia vida. Como decía el maestro Benedetti, a los jóvenes nos queda «hacer futuro / a pesar de los ruines del pasado / y los sabios granujas del presente».

HOTEL TRANSYLVANIA (GENNDY TARTAKOVSKY, 2012)

Desde su nacimiento, Mavis vive en el lujoso hotel Transylvania, que fue creado para proteger a los monstruos de la amenaza de los seres humanos. Cuando Mavis está a punto de cumplir la mayoría de edad (118 años), su padre, el conde Drácula, le prepara una fiesta a la que acuden los mejores amigos de la familia: desde Frankenstein al Hombre Invisible o la Momia; pero también asiste a la celebración un hombre que se enamora de Mavis. (FILMAFFINITY)

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"'Hotel Transylvania' puede ofrecer una escapada de Halloween perfectamente correcta para niños pequeños, pero no hay mucha diversión para Papá y Mamá (...) Puntuación: ** (sobre 4)" (Michael O'Sullivan: The Washington Post)
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"Aunque es una comedia enérgica, hay más humor alocado que ingenio en funcionamiento y una buena cantidad de ideas prestadas de la mucho más inteligente 'Monsters, Inc.' (...) Puntuación: **1/2 (sobre 4)" (Claudia Puig: USA Today)
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"Una rancia historia de un padre sobreprotector en una ambientación que fácilmente podría albergar una mezcla más inspirada de personajes y acontecimientos" (Peter Debruge: Variety)
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"Una historia convencional narrada, eso sí, a un ritmo taquicárdico (en ocasiones se les va hasta la mano) y con un diseño de personajes bastante gracioso. (...) buenos golpes humorísticos, con excepción de un par mal contados, anda raspada (...) Puntuación: *** (sobre 5)" (Carmen L. Lobo: Diario La Razón)
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"Una deliciosa coreografía llena de bichos, guiños cinéfagos, chistes pringosos y monstruos entrañables, al servicio de la pura diversión" (Jesús Palacios: Fotogramas)
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Hoy fui con Juanma al cine, a la sesión de las 16:45, creo que eramos los únicos adultos no acompañados por niños de toda la sala, jajaja! a mi es que me encantan las pelis de dibujos! aunque he de reconocer que esta no me entusiasmó demasiado, y Juanma casi se duerme, jajaja! 
Anina

sábado, 27 de octubre de 2012

MIS CUADROS DE PRAGA!!


 


Por fin colocados mis cuadritos de Praga ¡¡me encantan!!
Ahora tengo allí a mis amigos Paula y Milan, ¡ojalá pueda ir a veros! ¡me encantaría volver a pasear por Praga!
Anina

¿Se pueden evitar las crisis financieras?: La lección de la historia (JUAN TORRES LÓPEZ)


La sabiduría convencional más extendida y de mayor influencia social tiende a presentar las crisis financieras como una especie de accidentes inevitables, y precisamente por ello, también impredecibles. Los modelos que se enseñan en las facultades de Economía muestran que la probabilidad de que los mercados financieros se perturben fatalmente cuando se les deja actuar libremente es casi nula, así que solo el azar o fenómenos accidentales podrían considerarse como sus causas desencadenantes cuando efectivamente se producen (Como dice Joseph Stiglitz en Caída libre. El libre mercado y el hundimiento de la economía mundial, Taurus, Madrid 2010, p.131, “según los modelos estándar, el tipo de crac de los mercados de acciones que se produjo el 19 de octubre de 1987 podría ocurrir solo una vez cada 20.000 millones de años, un lapso de tiempo mayor que la existencia del universo. Pero, a continuación, otro acontecimiento ‘de una vez en la vida’ se produjo tan solo diez años después, como parte de la crisis financiera de 1997-1998″).
Como en otras ocasiones y en relación con otros asuntos, este tipo de explicaciones se mantienen y difunden, a pesar de que la realidad muestra tercamente que no son veraces, hasta convertirse en las que todo el mundo da como buenas y aceptables. Actualmente disponemos de datos suficientes como para saber con bastante precisión cuándo y dónde se han producido las crisis financieras, qué factores las han provocado y cuál ha sido el entorno económico, político, institucional, social o incluso psicológico en el que se han producido, cómo se han manifestado y qué efectos han tenido. Esos datos nos proporcionan, para periodos ya muy largos de tiempo, un conocimiento bastante riguroso y contrastado de todo lo que tiene que ver con las crisis financieras y particularmente de las circunstancias que se dan o no cuando se han producido y cuando no las ha habido.
Los datos históricos son muy elocuentes, tal y como demuestra la Gráfica nº 1 que presenta Alan M. Taylor en una investigación recientemente publicada (Alan M. Taylor, The great leveraging. Working Paper 18290 http://www.nber.org/papers/w18290, p. 3.) a partir de los datos ampliados que proporcionan Qian, Reinhart y Rogoff (Rong Qian, Carmen M Reinhart, and Kenneth S Rogoff, On Graduation from Default, Inflation and Banking Crises: Elusive or Illusion?, NBER Macroeconomics Annual 2010, MIT Press).

 
En ella puede comprobarse que, en los diversos países estudiados, las crisis financieras no se han producido en todos los momentos ni con igual intensidad en todas las economías, sino que ha habido fases con mayor incidencia de crisis que en otras y que, en algún período largo, ni siquiera se han producido. Se puede deducir, entonces, que si descubrimos qué tienen de particular las etapas con apenas crisis financieras y aquellas otras en las que abundan, podremos deducir las condiciones para que estas no se produzcan.
Los datos empíricos demuestran que desde la finalización de la segunda guerra mundial hasta los años ochenta el porcentaje de economías de alto, mediano o bajo ingreso que sufrieron crisis financieras fue prácticamente nulo, a diferencia de lo que había ocurrido en épocas anteriores y también a partir de los ochenta. Por tanto, se pueden establecer en principio dos grandes conclusiones. La primera, que las crisis financieras son evitables, puesto que prácticamente no se dieron durante un periodo muy largo de la historia contemporánea. La segunda, que lo que habría que hacer para evitarlas sería, sencillamente, tratar de reproducir las condiciones que se dieron en los periodos en los que no hubo crisis financieras
Los factores asociados a la ausencia de crisis financieras
Las características de las economías capitalistas en las que prácticamente no hubo crisis financieras entre 1945 y 1980 son también muy claras.
Desde el punto de vista del marco institucional se daban dos circunstancias principales que sabemos que limitan la generación de este tipo de crisis: una regulación de las finanzas nacional y bastante severa y un control de capitales que hacía imposible que se dirigieran de un lugar a otro imprevisiblemente, sin dejar rastro o sin las supervisión de las autoridades. Algo que además implicaba que, salvo en casos muy particulares y para operaciones expresamente prohibidas, no existían los más tarde llamados paraísos fiscales ni nada por el estilo.
Además sabemos que, aunque esta etapa no fue ajena a la expansión del crédito, su crecimiento fue relativamente moderado, sobre todo, si se le compara con el que se da en las fases en las que la proporción de países sufriendo crisis financieras es mucho mayor. Y también que en ese periodo apenas si se producía lo que más tarde fue una innovación financiera vertiginosa y casi compulsiva para satisfacer las demanda de liquidez para operaciones especulativas, porque la inmensa mayoría de las operaciones financieras, y sobre todo bancarias, estaban principalmente o casi exclusivamente orientadas a financiar a las empresas, al consumo y al negocio productivo, que no necesitan los productos sofisticados que tanto atraen a los especuladores, sino una financiación directa, rápida, económica y segura.
En resumidas cuentas, los factores que estuvieron asociados a la etapa más larga de estabilidad financiera del último siglo y medio fueron una supervisión financiera nacional y estrecha, control de capitales, crecimiento limitado del crédito, orientación preferente de los recursos financieros a la actividad productiva, y ausencia de innovación financiera con pretensión especulativa. Todo lo cual fue de la mano, y eso no podía ser fruto de la casualidad, de más ahorro, de mayor tasa de inversión real, y de elevados ritmos de crecimiento de la actividad y el empleo.
No quiero decir con ello que la ausencia de crisis financieras en los años llamados gloriosos del capitalismo fuese asociada a la mejor de las situaciones económicas, porque es bien sabido que en esta etapa se producían otros problemas provocados por la desigualdad, el control de los mercados o la asimetría en el ejercicio de la derechos de apropiación que son típicos del capitalismo (Una crítica de ese periodo en Juan Torres López, Desigualdad y crisis económica. Fundación Sistema. Madrid 2000). Pero lo que sí creo que se puede afirmar rotundamente es que bajo determinadas condiciones es posible evitar que se produzcan las perturbaciones y crisis financieras que nos asolan en nuestra época. No es verdad, por tanto, que las crisis financieras sean un fenómeno accidental o inevitable, ni siquiera en la economía capitalista porque, como hemos visto, cuando ésta (bien es cierto que como consecuencia de un equilibrio de fuerzas que restringe la capacidad de obrar del capital) limita la libertad del capital financiero, reprime la volatilidad de las inversiones improductivas y desincentiva eficazmente las operaciones especulativas, entonces, la realidad muestra que se evita la existencia de crisis financieras.
Prueba de esta últimas afirmaciones la proporciona, sensu contrario, lo que ha ocurrido en la etapa posterior y última analizada. Cuando a partir de 1980 se desmantela el régimen financiero anterior, haciendo que desaparezca casi toda la supervisión y dando vía libre a los capitales e inversores, cuando se instala el régimen de plena libertad de movimientos del capital, cuando se permite que las nuevas tecnologías se utilicen para crear modos supersofisticados de inversión especulativa, cuando se deja que el sistema financiero y bancario aleje los recursos de su uso productivo para dedicarlos a la especulación, cuando se aplican políticas que reducen los ingresos de la mayoría de la población y de las empresas, que se ven obligadas a endeudarse constantemente, o que imponen modos de vida (propiedad de la vivienda, grandes infraestructuras,…) que reclaman grandes cantidades de crédito, … es entonces cuando las crisis financieras vuelven a producirse por doquier, llegándose a dar, si se suman a las situaciones de stress financiero más coyuntural, en número superior a 130 desde 1970 hasta la actualidad (Sobre los orígenes y naturaleza de la crisis, Juan Torres La crisis delas hipotecas basura, ¿por qué se ha caído todo y no se ha hundido nada? Sequitur, Madrid 2010. Versión en pdf en: http://juantorreslopez.com/wp-content/uploads/sequitur-final.pdf).
En definitiva, pues, sabemos perfectamente lo que hay que evitar y lo que hay que establecer, lo que hay que hacer y lo que no, para que no haya crisis financieras. Si las hay, por tanto, no es porque no sepamos cómo evitarlas. Y si hoy día no se toman medidas efectivas para acabar con la actual no es porque no sepamos qué hay que hacer para terminar con ella.
Lógicamente, eso lleva a poner sobre la mesa otro tipo de cuestiones, a las que no puedo responder aquí: por qué no se adoptan las medidas que podrían poner fin a la crisis y si no será que hay grupos sociales y financieros cuyos beneficios son tan cuantiosos en el régimen liberalizado asociado a las etapas de crisis financiera, que les compensa mantener ese régimen, porque dichos beneficios superan con mucho los costes que les pueda produce una crisis financiera, sobre todo, cuando pueden hacer que las autoridades y organismos “jueguen a su favor”.
Y otra última cuestión a la que tampoco puedo referirme ahora, es tratar de saber si el capitalismo de nuestra época, el que ya ha probado la sangre que supone poder invertir 1.000 millones de dólares cada cuatro segundos, y obtener de esa forma beneficios extraordinarios y mucho más cómodos que los que proporciona la economía productiva, si esos especuladores que hoy día actúan como si fueran los amos del mundo, van a estar dispuesto a dejar de beberla para vivir con beneficios limitados y para ponerse al servicio de las empresa y los trabajadores y familias que crean riqueza (Sobre este asunto, Vicenç Navarro y Juan Torres López, Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero. Espasa, Barcelona 2012).
Pero eso es algo que solo con el tiempo se podrá responder.

TARTA DE LIMA - THERMOMIX -

 
 



El viernes preparé el bizcocho y el sábado acabé de hacer esta rica Tarta de lima - La Juani de Ana Sevilla -, me encantaba la receta con ese colorcito verde que tanto me gusta!, y la verdad que pensé que no iba a conseguir el color porque los colorantes que tengo son los líquidos, pero mezclando unas gotitas de azul y unas de amarillo ¡lo conseguí! jejeje. No está nada ácida, que a mi los cítricos no me van mucho por eso, ¡está muy buena! ¡a Juanma le ha gustado mucho!.
Anina

¡NO GOLPEEN A MANIFESTANTES! - AMNISTÍA INTERNACIONAL -

Más allá de las dramáticas consecuencias en la vida de los españoles y españolas, la crisis económica nos está dejando otras imágenes intolerables. Entre ellas, las de agentes de policía haciendo uso desproporcionado de la fuerza y utilizando material antidisturbios contra personas que simplemente se estaban manifestando de forma pacífica contra los recortes. 

Y lo peor es que esos abusos ni se investigan ni se castigan. En las contadas ocasiones en que se han iniciado investigaciones, las demandas han sido archivadas porque no había manera de identificar a los y las agentes de policía implicados.


No se puede aceptar que se reprima violentamente y con total impunidad el derecho a alzar la voz de forma pacífica.

No queremos ver más imágenes de personas de todas las edades ensangrentadas por el golpe de la porras o el impacto de bolas de goma. No vamos a permitir que se repitan cargas policiales injustificadas sin que haya consecuencias para las personas responsables.
Súmate a nosotros para decir basta a actuaciones que violan derechos humanos.

Firma nuestra petición para exigir que la policía uniformada vaya identificada correctamente, y que se investiguen, de manera pronta y exhaustiva, todos los abusos policiales, y se castigue a los responsables. Tu firma será enviada al ministro del Interior.

El derecho a la protesta pacífica es irrenunciable. Y para protegerlo, te necesitamos.

Esteban Beltrán
Director Amnistía Internacional - Sección Española (@amnistiaespana)

viernes, 26 de octubre de 2012

ALITAS DE POLLO AL HORNO


Hoy tuve el día libre ¡que bien sienta!, así que después de visitar a Neil y a Tanya en el hospital, me vine para León, y con Juanma preparamos estas Alitas de pollo al horno - Para estar por casa, ¡estaban muy ricas! 
Anina

miércoles, 24 de octubre de 2012

MEXICO - ISMAEL SERRANO -

Duermo en el ombligo de la luna y de noche el águila se posa sobre la grúa que levanta otro piso del periférico, serpiente de hormigón que enrosca nuestro coche y nuestro sueño.

Me llevaré 132 dalias
para que Neptuno, 
en Madrid, aguas que fluyen,
cuide de los navegantes
que reclaman la luz de otros faros,
la siembra de corales
en los acantilados grises
donde los niños lloran
y la espuma dibuja animales heridos,
cuerpos doblados por la crisis,
por el viento que muerde 
la cordura y tus bolsillos.


Un poeta encabeza la marcha
de dalias que buscan la boca de un fusil,
como el amante la boca que despide,
un poeta huérfano de hijo,
que camina frente a un pueblo rehén
de las sombras y las balas.


México, 
visto por las ventanillas 
de un coche atrapado
en un enjambre de luciérnagas
que se apagan,
es un mar embravecido
que brilla plateado allá a lo lejos,
con ruido de gaviotas que persiguen
al último pesquero que regresa.


No habrá tuna que crezca sobre piedra
que calme la tos o los dolores
de los jóvenes que gritan en la calle
preguntando al viento donde está
el alma de quien firma los decretos,
la luz que guardaron en cristales,
recipiente donde duermen cenicientas
que no hay beso ni sufragio que despierten.


México, aquí estamos y te rezo,
en la tumba, en Garibaldi, de tu reina.
Respirar, lo sabes bien, es una excusa, 
saber de tu perfume es el anhelo.
En el centro de la luna hoy te sueño.


ISMAEL SERRANO 

¡¡BIENVENIDO LIAM!!

¡¡NEIL, TANYA!! ¡¡ENHORABUENA POR VUESTRO PEQUE!!
¡Estoy deseando conocer a mi primin! cuidaros mucho, muchos besos para los tres.
Anina

martes, 23 de octubre de 2012

Los intereses de los préstamos bancarios: ¿qué justificación tienen y por qué no deberíamos pagarlos? (JUAN TORRES LÓPEZ)

Cualquier persona que haya tenido que devolver un préstamo sabe lo que significan los intereses a la hora de pagarlo. Uno recibido, por ejemplo, al 7% supondría tener que devolver casi el doble del capital recibido al cabo de diez años.
Tanto es el peso de lo intereses que llevan consigo los préstamos que durante mucho tiempo se consideró que cobrarlos por encima de unos niveles determinados más o menos razonables se consideraba no solo un delito de usura sino una acción inmoral, o incluso un pecado grave que condenaría para siempre a quien lo cometiera.
Hoy día, sin embargo, casi todos los gobiernos han eliminado esa figura delictiva y a todo el mundo le parece natural que se cobren intereses legales de hasta un 30% (esto es lo que cobran en estos momentos los bancos españoles a los clientes que sobrepasen su línea de crédito) o que haya naciones hundidas en la miseria no exactamente por lo que deben sino por la cuantía de los intereses que han de pagar.
Los países de la Unión Europea renunciaron a tener un banco central que los financiara cuando necesitasen dinero y entonces tienen que recurrir a la banca privada en esas circunstancias. En consecuencia, en lugar de financiarse al 0%, o a un interés mínimo que simplemente cubra los gastos de administrar la política monetaria, tienen que hacerlo al 4, 5, 6 o incluso al 15% en algunas ocasiones. Y eso hace que cada año los bancos privados reciban entre 300.000 millones y 400.000 millones de euros en forma de intereses (¿tengo, entonces, que explicar quién estuvo y por qué detrás de la decisión de que el Banco Central Europeo no financiara a los gobiernos?).
Los economistas franceses Jacques Holbecq y Philippe Derudder han demostrado que Francia ha tenido que pagar 1,1 billones de euros en intereses desde 1980 (cuando el banco central dejó de financiar al gobierno) a 2006 para hacer frente a la deuda de 229.000 millones existente en ese primer año (Jacques Holbecq y Philippe Derudder, La dette publique, une affaire rentable: A qui profite le système?, Ed. Yves Michel, París, 2009). Es decir, que si Francia hubiera sido financiada por un banco central sin pagar intereses se habría ahorrado 914.000 millones de euros y su deuda pública sería hoy insignificante.
En España ha ocurrido lo mismo. Nosotros hemos pagado ya, a cuenta de los intereses (227.000 millones en total desde entonces), tres veces la deuda que teníamos en 2000 y a pesar de ello ahora seguimos debiendo todavía el doble de lo que debíamos en ese año (Yves Julien y Jérôme Duval, España: ¿Cuántas veces tendremos que pagar una deuda que no es nuestra?). Eduardo Garzón ha calculado que si un autentico banco central hubiese financiado los déficits de España desde 1989 a 2011 al 1%, la deuda ahora sería también insignificante, del 14% del PIB y no de casi el 90% (Situación de las arcas públicas si el estado español no pagara intereses de deuda pública).
Y lo curioso es que estos intereses que cobran los bancos a las personas, a las empresas o a los gobiernos y que lastran continuamente su capacidad de crear riqueza no tienen justificación alguna.
Se podría entender que alguien cobrase un determinado interés cuando concediese un préstamo a otro sujeto si al hacerlo renunciase a algo. Si yo le presto a Pepe 300 euros y eso me impide, por ejemplo, pasar un fin de semana de vacaciones con mi familia podría quizá justificarse que yo le cobrase un interés por la renuncia que hago a mi disfrute. Pero es que eso no es lo que sucede cuando un banco presta.
Lo que la mayoría de la gente no sabe, porque los banqueros se encargan de disimularlo y de que no se hable de ello, es que cuando los bancos prestan no están renunciando a algo porque, como decía el Premio Nobel de Economía Maurice Allais, el dinero que prestan no existe previamente sino que lo crean ex nihilo, es decir, desde la nada.
El procedimiento es muy sencillo y lo explicamos Vicenç Navarro y yo en nuestro libro Los amos del mundo. las armas del terrorismo financiero (p. 57 y siguientes):
“Supongamos que Pedro se deja convencer por un banquero y deposita los 100 euros de los que dispone en un banco, a cambio de recibir un interés del 4% al año. En ese momento, el banco hace dos anotaciones en su balance, que es el libro en donde registra sus cuentas:
- Por un lado, anota que tiene 100 euros como un activo (los activos son los bienes o los derechos sobre otros que tiene alguien), y más concretamente en concepto de dinero metálico entregado por Pedro. 
- Por otro, anota que tiene un pasivo (los pasivos son las obligaciones de alguien) de 100 euros, puesto que ese metálico es en realidad de Pedro y tendrá que devolvérselo en el momento en que lo reclame.
Al hacerse este depósito tampoco ha cambiado la canti- dad de dinero en la economía. Sigue habiendo 100 euros, aunque ahora estén físicamente en otro lugar, en la caja del banco.
Ahora supongamos que otra persona, Rebeca, necesita 20 euros y veamos qué ocurre en la economía si Pedro le presta esa cantidad o si es el banco quien lo hace.
Si Pedro tiene 100 euros y le da 20 en préstamo a Rebeca la cantidad de dinero existente en la economía sigue siendo la misma: 100 euros, solo que ahora 20 están en el bolsillo de Rebeca y 80 siguen en el de Pedro. El préstamo entre particulares no ha alterado la cantidad de dinero total aunque sí produce un efecto importante: Pedro ha renunciado a poder gastar una parte de su dinero, los 20 euros que le presta a Rebeca.
Pero ¿qué ocurre si no es Pedro quien le da un préstamo de 20 euros a Rebeca sino el banco?
Rebeca irá seguramente atemorizada a la sucursal banca- ria preguntándose si el señor banquero le hará el favor de concedérselo. Pero el banquero no tiene duda: desde que recibió el depósito de Pedro está pensando que este, con toda seguridad, no va a retirar la cantidad depositada de un golpe, de modo que si deja una parte de esos 100 euros depo sitados para atender a sus reembolsos y encuentra a otra per- sona que desee un crédito puede hacer un buen negocio siempre que le cobre más del 4%.
Cuando llega Rebeca a su banco, el banquero se frota las manos y, aunque seguramente le pondrá pegas para disimular quién hace el favor a quién, le concederá enseguida el présta- mo deseado de 20 euros a un tipo desde luego superior al 4%, pongamos que al 7%.
Supongamos que le pone esa cantidad a su disposición en un depósito a su nombre y que le entrega unos cheques o una tarjeta con los que puede utilizarlo.
¿Cuánto dinero hay en la economía en el momento en que se concede dicho crédito?
Como la inmensa mayoría de la gente piensa que el dinero es simplemente el dinero legal, contestará que sigue habiendo 100 euros. Pero si entendemos que el dinero es lo que es, es decir, medios de pago, veremos claramente que hay más: Pedro puede hacer pagos con su talonario de cheques por valor de 100 euros y Rebeca puede pagar hasta gastar los 20 euros que le han dado de préstamo. Por tanto, desde el mismo momento en que se hizo efectivo el préstamo, en la economía hay 120 euros en medios de pago. No se han crea- do ni monedas ni billetes (siguen existiendo por valor de 100 euros) pero sí medios de pago que llamamos dinero bancario por valor de esos 20 euros”.
Así es como los bancos crean dinero desde la nada cuando dan un préstamo. El banco crea el dinero en la medida en que crea deuda, pero lo cierto es que esta también se crea desde la nada: simplemente anotando el banco en el activo de su balance que los 100 euros que Pedro había depositado ahora se convierten en 80 mantenidos en la caja y 20 en un préstamo concedido a Rebeca y que esta se obliga a devolver. Si no fuese así, si el dinero que crean los bancos no naciese de la nada, la cantidad de dinero no podría aumentar, puesto que un billete o una moneda no pueden reproducirse materialmente a partir de sí mismos.
Y si sabemos estas cosas tan simples ya podemos responder a la pregunta del título: ¿qué justificación tiene que los bancos cobren intereses cuando conceden préstamos y por qué no deberíamos pagarlos?
La respuesta es clara: no hay ninguna justificación y no deberíamos pagarlos porque proceden de dinero creado de la nada. Si los pagamos es solo porque los banqueros tienen un privilegio desorbitado que nos imponen gracias a su enorme poder.
Una agencia pública podría crear esos medios de pago sin ánimo de lucro  y sin apenas ningún coste, simplemente controlando que se mantenga la proporción adecuada entre actividad económica y medios de pago.
Pero cuando la creación de dinero se convierte en el negocio de la banca, es lógico que esta lo cree sin cesar, promoviendo la mayor generación de deuda posible. La banca privada tiende a aumentar así la circulación monetaria sin necesidad, artificialmente, y sin que al mismo tiempo esté aumentando la circulación de activos reales (porque esto obviamente no está a su alcance).
Esta es la razón de que aumente tanto la deuda y no el que vivamos por encima de nuestra posibilidades o porque se gaste mucho en educación o sanidad, como nos dicen siempre.
Ya sabemos entonces lo que hay que hacer para que la economía funcione mucho mejor: acabar con el privilegio de la banca e impedir que pueda crear dinero desde la nada aumentando la deuda.
Otro día explicaré la forma alternativa en que podría funcionar perfectamente el sistema bancario sin que los banqueros disfruten de este privilegio que nos arruina constantemente.

lunes, 22 de octubre de 2012

GISELA Bakery & Cakery (C/Ramón y Cajal, Ponferrada)















¡¡ENHORABUENA GISE!!
Hoy he estado con mi prima Elena en la pastelería artesanal de mi amiga Gisela, ¡me ha encantado! ¡que bonita! ¡que cuidado cada detalle!, hemos pasado un rato estupendo con sus padres ¡que me ha hecho mucha ilusión verles porque hacía mucho tiempo que no les veía! y con ella ¡a la que quiero un montón!
Las fotos que veis son de una amiga suya, espero que no le importe que las use aquí en mi blog, pero no podía dejar de enseñaros las cosas tan estupendas que hacen ¡ummmm! ¡que rico está todo!.
Espero que se pase mucha gente por la calle Ramón y Cajal de Ponferrada, que allí os esperan unas auténticas delicias artesanales.
Gracias Gise y familia por un rato tan estupendo y por ser tan especiales. Os deseo toda la suerte del mundo.
Anina

Los neoliberales deberían pedir perdón al pueblo español, incluido el catalán (VICENÇ NAVARRO)

Artículo publicado por Vicenç Navarro en el diario digital EL PLURAL, 22 de octubre de 2012

El artículo describe el informe del gabinete de estudios del Fondo Monetario Internacional que reconoce el error de las políticas de austeridad (entre otras del proyecto neoliberal) que han empeorado la recesión causando un perjuicio y daño al bienestar de las clases populares. El artículo incide en la necesidad de que los establishments políticos, mediáticos y académicos que han estado promocionando tales políticas se excusen y pidan perdón por haber causado tal daño.

El Fondo Monetario Internacional ha sido la institución internacional que desde los años ochenta ha promocionado más las políticas públicas encaminadas a reducir el gasto público social, a disminuir la protección social, a privatizar los servicios públicos del Estado del Bienestar y las transferencias públicas como las pensiones, y a reducir los salarios, políticas todas ellas que han hecho un enorme daño a las clases populares de los países cuyos gobiernos han seguido sus mandatos. La evidencia de este daño es robusta y contundente. Tales medidas han sido enormemente contraproducentes. Lo fueron en Asia, lo fueron en Latinoamérica, y lo están siendo ahora en la Unión Europea, y muy en especial en la Eurozona.

Tal ideología, que ha alcanzado la categoría de dogma, ha dominado la sabiduría convencional de los establishments financieros (es decir, la banca, las compañías de seguros, los fondos de inversión de alto riesgo y otros instrumentos) que han influenciado en gran manera a las instituciones mediáticas y políticas del país. Tal influencia se ha realizado a través de fundaciones, instituciones, grupos académicos financiados por tales establishments, y economistas (con chaquetas llamativas o normales) promocionados en los mayores medios de mayor difusión del país. En realidad, la banca tiene una enorme influencia en la cultura académica económica (financiando congresos, trabajos de investigación económica -con claro contenido ideológico-, revistas económicas y un largo etcétera, siendo su influencia sobre el conocimiento económico semejante al que tiene la industria farmacéutica en el conocimiento médico). Y se encuentra por todas partes. Desde FEDEA a muchos departamentos de Economía Universitarios y Colegios de Economistas en este país. Todos ellos han estado reproduciendo el dogma neoliberal que ha causado y continúa causando tanto daño.

Y es muy fácil ver por qué han hecho tanto daño. Estas políticas neoliberales causaron las crisis y ahora dificultan la salida de ella. La desregulación financiera (característica del dogma neoliberal) fue la causa de la crisis bancaria causada por las actividades especulativas de la banca. Y las políticas fiscales regresivas aumentaron enormemente las desigualdades de renta y propiedad (con disminución de las rentas del trabajo), que facilitaron una pérdida de la capacidad adquisitiva de la población, causa de su enorme endeudamiento. Cuando este endeudamiento no pudo continuarse debido al estallido de la burbuja inmobiliaria, se creó un enorme problema de demanda, paralizando la economía y disminuyendo con ello los ingresos al Estado (ya insuficientes por la regresividad de la política fiscal), disparándose el déficit.

La política de reducir el déficit a base de recortes de gasto público empeoró y continúa empeorando la situación, pues en un momento de parálisis de la demanda doméstica en el sector privado, lo que se requiere es un estímulo económico a base de aumentar el gasto público, invirtiendo en áreas de creación de empleo. Si en lugar de hacer esto se recorta tal gasto, se está empeorando todavía más la situación. Esto lo saben los estudiantes de primer año de Políticas Económicas y Políticas Públicas que no hayan recibido ya un lavado de cerebro por los economistas neoliberales.

El centro de investigación económica del Fondo Monetario Internacional reconoce que las propuestas del FMI estaban equivocadas

Pues bien, el FMI, su centro de investigación, acaba de escribir un informe que dice que el FMI, la OCDE y la Comisión Europea (debería incluirse también al Banco Central Europeo y todas las instituciones, fundaciones, centros de estudios y economistas citados anteriormente) han estado equivocados en su aplicación de aquellas políticas neoliberales. Como habíamos dicho varios de nosotros, el informe indica que tales recortes son contraproducentes (sí, dice contraproducentes), y muestra datos que avalan su conclusión. Dice que por cada recorte del gasto público equivalente, por ejemplo, a un 1% del PIB, se disminuye la actividad económica mucho más de lo que se creía (se había supuesto que la economía bajaba un 0,5%). En realidad, el informe indica que va de un 0,9% a un 1,7%, y en el caso de la Eurozona ha sido nada menos que un 2,5%. Es decir que si se corta 1 millón de euros de gasto público, la economía termina perdiendo 2,5 millones de euros, debido al impacto multiplicador de tal recorte. Es decir que la reducción de un millón de euros del gasto público no solo causa la desaparición de un millón de euros sino también de otras actividades y gastos privados que quedan afectados negativamente, de manera que al final se pierden 2,5 millones de euros de actividad económica.

El segundo dato que muestra el informe del FMI es que los recortes que se están realizando en los países de la Eurozona están impidiendo su salida de la recesión. En realidad, subraya que está empeorando la situación, aumentando más y más la deuda pública. El aumento de la deuda pública se debe al descenso de los ingresos al estado resultado del bajo crecimiento económico.
El tercer dato es que la bajada de impuestos como medida de estímulo económico (como los economistas neoliberales recomiendan) es muy poco eficiente y reduce los ingresos al estado. El estudio señala que es mucho mejor para estimular la economía aumentar el gasto público invirtiéndolo en creación de empleo (lo que unos pocos hemos estado proponiendo desde el inicio de la crisis).
Yo esperaría que todos los establishments financieros, económicos, mediáticos y políticos que han estado vendiendo a la población española el dogma neoliberal distribuyeran ahora tal informe. Y sería de desear que pidieran perdón al pueblo español (incluyendo el catalán) por el enorme daño que han causado y continúan causando. No lo harán. En realidad, la falta de libertad y diversidad ideológica en los medios económicos y mediáticos lleva a una situación más que paradójica en la que los mismos que crearon el problema, ahora intentan resolverlo, aplicando las mismas recetas. Y así nos va en España, incluido Catalunya.