domingo, 4 de abril de 2010

¡TENGO TRABAJO!

Bueno... pues después de casi un año sin trabajo, ¡me ha salido por fin algo! mañana comienzo y me han dicho que sólo es para tres meses, ¡pero menos da una piedra! y es en el mundo de los "árboles", algo que... ¡en principio me motiva! ¡veremos a ver de que va la cosa! 
Me vuelvo a casita (ya que el trabajo es aquí) y tengo que dejar la Academia, pero espero no abandonar (al menos no del todo) la preparación de las oposiciones y sacar algo de tiempo, aunque solo sea para no olvidar lo que ya sé.
¡Que de vueltas da la vida! vuelta a las semanas de trabajo y a los findes fuera... ¡de momento es lo que hay! ¡a ver lo que nos depara el futuro!
Anina.

PROCESIÓN DE LA SOLEDAD - PONFERRADA



Las manos cruzadas hacia abajo marcaban la gravedad del momento. El drama de La Soledad, que anoche volvió a recorrer las calles del casco antiguo de Ponferrada iluminando los balcones a su paso, había vencido a la amenaza de lluvia.


Los nubarrones rondaron la ciudad durante toda la tarde, pero se contuvieron en el momento en que era más necesario que no lloviera y la Procesión de La Virgen de la Soledad, que el pasado año tuvo que suspenderse, pudo trasladar toda su solemnidad a las calles estrechas de la zona vieja de Ponferrada.
Desde la Basílica de La Encina a la Iglesia de San Andrés, donde al cierre de esta edición debía terminar la procesión con el canto de la salve a los pies del castillo, la imagen que el artesano Manuel Félix López talló en 1854 fue encendiendo ventanas a su paso, como manda la tradición. La talla, de acuerdo con la idea del artista ponferradino que la fabricó hace ciento cincuenta años en su taller de Madrid, iba con las manos cruzadas, apuntando al suelo. El Viernes Santo, durante la mañana, había visto las calles con las manos abiertas, y por la tarde, ya cerradas, pero mirando hacia arriba. La de anoche era la tercera salida, la más grave, la de la ausencia, y las manos eran la señal que mostraba toda la carga emotiva del paso, recordaba minutos antes del comienzo de la procesión, Fernando Frá, de la Hermandad de Jesús Nazareno que organizaba el acto.

A media noche, y en el atrio de la Basílica de la Encina, también estaba prevista la Solemne Procesión de la Luz, otra señal de que las horas para ser testigo de la Resurrección y la retirada del luto a La Morenica estaban contadas.

Ayer nos juntamos en Ponfe Patri (con su pequeño Daniel en la barriguita), Bea, Enci, Vega y yo, ¡hacía tiempo que no nos juntabamos! y ¡coincidimos por casualidad!
Por la noche vi con Enci y Bea la procesión de la Virgen de la Soledad (la única procesión que he visto esta Semana Santa) en la Calle del Paraisín, luego cenamos y tomamos un cafetito, ¡a ver cuando volvemos a vernos!
Anina