Un dispositivo que, al paso de los vehículos, transforma el movimiento en energía eléctrica que podría alimentar semáforos.
Combinar la rentabilidad y el medio ambiente. Eso es lo que busca el dispositivo cinético que ha inventado el inglés Peter Hughes y que obtiene electricidad a partir del paso de vehículos. Como explica el gráfico anexo, la instalación consiste en un panel integrado en el firme de la carretera que funciona al paso de vehículos, poniendo en marcha un engranaje que activa un motor. Éste obtiene electricidad que a su vez puede alimentar semáforos cercanos, señales, farolas, etc.
Tras un amplio periodo de negociación (comenzaron a reunirse con Hughes en enero de 2007) dos vianeses han obtenido recientemente la patente para comercializar y distribuir el dispositivo en España y Portugal. Ahora les ha llegado el turno de explicar en qué consiste y convencer a ayuntamientos, empresas y propietarios de parkings, para que lo instalen. Ismael Matute Sáiz y David López Toledano están convencidos de que sus esfuerzos han merecido la pena. "La primera vez que fuimos a Inglaterra nos decían que estábamos locos. Ahora lo empiezan a ver con otros ojos. Tiene un gran potencial. De momento, está teniendo una gran acogida y todo el que oye hablar de él, se interesa", indican.
Entre 20.000 y 40.000 ?
En el prototipo que ellos presentan, las rampas consisten en una serie de paneles de 7 metros de largo por 3 de ancho, que sobresalen del suelo 1,5 centímetros. Su precio oscila entre los 20.000 y los 40.000 euros, en función del tamaño finalmente instalado y de la capacidad de generar energía. Además, según Matute y López, "con un aforo de unos 5.000 vehículos al día (y hay calles de Pamplona que registran hasta 30.000 coches en 24 horas) el dispositivo se amortiza en 3 ó 4 años". Su inventor calcula que un flujo constante de tráfico puede generar unos 150 kilovatios/hora al día. "Diez de estos prototipos generan la misma energía eléctrica que una turbina de aerogenerador de 3 MW", aseguran.
Así, una vez que el vehículo "pasa" por encima del dispositivo (para que se active, el coche debe circular como mínimo a 5 km/h y, como máximo, a 90) pone en marcha una serie de engranajes que, conectados con un motor, dan lugar a la energía eléctrica. "Esta energía podría utilizarse para alimentar señales luminosas, iluminar peajes, en los que se reduce la velocidad o túneles de montaña a los que resulte costoso llevar electricidad", dicen.
La convicción de estos dos vianeses de apostar por la energía limpia viene de atrás. Matute, empresario local y emprendedor nato (participa en iniciativas de construcción, informática o medio ambiente, entre otras) buscó el asesoramiento de López, ingeniero técnico industrial, para liderar un proyecto en el campo de la suficiencia energética. Descubrieron el de Hughes y les convenció. Ahora, el parón inmobiliario y la crisis económica les ha permitido volcarse en el proyecto. "Hasta ahora lo habíamos llevado con discreción, pero en este contexto hemos decidido lanzarnos y darlo a conocer". De momento, sus negociaciones con un centro comercial para la implantación de los paneles en el acceso a los aparcamientos se encuentran "muy avanzadas".
La implantación real del dispositivo en España, que podría producirse en julio, ya es una realidad en Inglaterra, donde varios condados y un puerto realizan una prueba piloto sobre su funcionamiento. En el caso del área portuaria, la generación de energía es sustancialmente superior, ya que el paso de un camión implica una repercusión en el dispositivo 40 veces mayor que la de un coche.
Batería en el futuro
La rampa es silenciosa y no daña a los vehículos, explican estos vianeses. "Sólo sobresale 1,5 centímetros de la superficie del suelo". También se ha estudiado que no resulta dañino para ciclistas o motos. "No sólo es energía limpia, que no emite gases a la atmósfera, sino también barata. Además, aprovecha una circunstancia, el paso de vehículos, que sí o sí se produce". El dispositivo, cuyo plazo de garantía asciende a 10 años, seguirá sirviendo en el futuro, cuando está previsto la sustitución del parque automovilístico actual por el eléctrico. "La energía que se porduce no se pierde; en la actualidad podría conducirse a la red general y en el futuro se trabaja para que de alguna manera pueda ejercer la función de cargador de batería de los vehículos", cuenta Matute.
www.diariodenavarra.es - flickr
Combinar la rentabilidad y el medio ambiente. Eso es lo que busca el dispositivo cinético que ha inventado el inglés Peter Hughes y que obtiene electricidad a partir del paso de vehículos. Como explica el gráfico anexo, la instalación consiste en un panel integrado en el firme de la carretera que funciona al paso de vehículos, poniendo en marcha un engranaje que activa un motor. Éste obtiene electricidad que a su vez puede alimentar semáforos cercanos, señales, farolas, etc.
Tras un amplio periodo de negociación (comenzaron a reunirse con Hughes en enero de 2007) dos vianeses han obtenido recientemente la patente para comercializar y distribuir el dispositivo en España y Portugal. Ahora les ha llegado el turno de explicar en qué consiste y convencer a ayuntamientos, empresas y propietarios de parkings, para que lo instalen. Ismael Matute Sáiz y David López Toledano están convencidos de que sus esfuerzos han merecido la pena. "La primera vez que fuimos a Inglaterra nos decían que estábamos locos. Ahora lo empiezan a ver con otros ojos. Tiene un gran potencial. De momento, está teniendo una gran acogida y todo el que oye hablar de él, se interesa", indican.
Entre 20.000 y 40.000 ?
En el prototipo que ellos presentan, las rampas consisten en una serie de paneles de 7 metros de largo por 3 de ancho, que sobresalen del suelo 1,5 centímetros. Su precio oscila entre los 20.000 y los 40.000 euros, en función del tamaño finalmente instalado y de la capacidad de generar energía. Además, según Matute y López, "con un aforo de unos 5.000 vehículos al día (y hay calles de Pamplona que registran hasta 30.000 coches en 24 horas) el dispositivo se amortiza en 3 ó 4 años". Su inventor calcula que un flujo constante de tráfico puede generar unos 150 kilovatios/hora al día. "Diez de estos prototipos generan la misma energía eléctrica que una turbina de aerogenerador de 3 MW", aseguran.
Así, una vez que el vehículo "pasa" por encima del dispositivo (para que se active, el coche debe circular como mínimo a 5 km/h y, como máximo, a 90) pone en marcha una serie de engranajes que, conectados con un motor, dan lugar a la energía eléctrica. "Esta energía podría utilizarse para alimentar señales luminosas, iluminar peajes, en los que se reduce la velocidad o túneles de montaña a los que resulte costoso llevar electricidad", dicen.
La convicción de estos dos vianeses de apostar por la energía limpia viene de atrás. Matute, empresario local y emprendedor nato (participa en iniciativas de construcción, informática o medio ambiente, entre otras) buscó el asesoramiento de López, ingeniero técnico industrial, para liderar un proyecto en el campo de la suficiencia energética. Descubrieron el de Hughes y les convenció. Ahora, el parón inmobiliario y la crisis económica les ha permitido volcarse en el proyecto. "Hasta ahora lo habíamos llevado con discreción, pero en este contexto hemos decidido lanzarnos y darlo a conocer". De momento, sus negociaciones con un centro comercial para la implantación de los paneles en el acceso a los aparcamientos se encuentran "muy avanzadas".
La implantación real del dispositivo en España, que podría producirse en julio, ya es una realidad en Inglaterra, donde varios condados y un puerto realizan una prueba piloto sobre su funcionamiento. En el caso del área portuaria, la generación de energía es sustancialmente superior, ya que el paso de un camión implica una repercusión en el dispositivo 40 veces mayor que la de un coche.
Batería en el futuro
La rampa es silenciosa y no daña a los vehículos, explican estos vianeses. "Sólo sobresale 1,5 centímetros de la superficie del suelo". También se ha estudiado que no resulta dañino para ciclistas o motos. "No sólo es energía limpia, que no emite gases a la atmósfera, sino también barata. Además, aprovecha una circunstancia, el paso de vehículos, que sí o sí se produce". El dispositivo, cuyo plazo de garantía asciende a 10 años, seguirá sirviendo en el futuro, cuando está previsto la sustitución del parque automovilístico actual por el eléctrico. "La energía que se porduce no se pierde; en la actualidad podría conducirse a la red general y en el futuro se trabaja para que de alguna manera pueda ejercer la función de cargador de batería de los vehículos", cuenta Matute.
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