En 1929, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) se desplomaron durante cuatro años y tardaron cuatro más en recuperar el nivel anterior al crash del 29, según un estudio del banco HSBC. Algo parecido está ocurriendo actualmente.
España, además, reunió el año pasado las condiciones ideales para reducir la emisión de gases, como un alto precio del petróleo y del carbón durante buena parte del año. La tonelada de CO2 alcanzó en verano los 26 euros (ahora ronda los nueve). Esto hizo que producir electricidad sucia fuese caro. "Ha habido grandes centrales térmicas de carbón, como la de Compostilla, en León, paradas buena parte del año", explica José Santamarta, ex asesor de la ministra Narbona en la materia y referencia en el cálculo de emisiones. La producción de electricidad ocn carbón cayó un 35,58%.
Además, las nucleares funcionaron mejor (produjeron un 7% más) y la instalación masiva de molinos de viento permitió que la electricidad renovable aumentara un 18,7% respecto al año anterior. El resultado es que el sector eléctrico, que es responsable de un 25% de las emisiones, recortó un 16,6% sus gases de efecto invernadero, según WWF España.
La apuesta por las renovables, que suponen una inversión pública de 3.800 millones en primas (80 euros por habitante al año) comienza a ser más que testimonial y explica por qué Obama y la Administración de George W. Bush pusieron a España como ejemplo.
Como explica Heikki Mesa, responsable de cambio climático de WWF España: "Ha sido todo perfecto para ayudar al clima. Se juntaron todos los factores: lluvia, más molinos, alto precio del petróleo y de la tonelada de CO2 el primer semestre...". Mesa explica que sólo el recorte en el sector eléctrico y la reducción del consumo de petróleo "ya supondrá una bajada de más de 20 millones de toneladas de CO2, un recorte de entre el 5% y el 6% de emisiones". Los datos oficiales tardan aún más de un año, ya que hay que recopilar la contaminación de miles de instalaciones y de sectores dispersos como la agricultura.
A esto hay que sumar otro recorte debido a la menor actividad industrial. La producción industrial cayó en diciembre un 19,6% respecto al mismo mes del año anterior. La producción de clínker -precursor del cemento y el producto relevante en el consumo de energía- bajó un 15,4% el año pasado.
El parón de las fábricas se demuestra también porque han acudido masivamente a la venta de derechos de CO2. Con este mecanismo han ingresado más de 400 millones de euros por unos permisos que recibieron gratis del Gobierno. "Sobró asignación. Por eso bajó el precio del CO2 y es posible que aún caiga más", señala Ismael Romeo, director general de Sendeco2, la bolsa española de derechos de CO2.
La reducción total de emisiones puede rondar el 7%, según fuentes próximas al Ministerio de Medio Ambiente, que advierten de que la cifra definitiva aún puede cambiar. Las fuentes consultadas no dudan de que ha habido una rebaja significativa, probablemente la mayor desde 1990, pero alertan de la dificultad de precisar una cifra.
Este 7% supondría alrededor de 10 puntos menos respecto al nivel de 1990, el año de referencia del protocolo de Kioto. Así que España, que en 2007 emitía un 52% más que en 1990, podría acercarse al plan del Gobierno de terminar el periodo de cumplimiento del protocolo (2008-2012) emitiendo un 37% más que en 1990. El dióxido de carbono se acumula en la atmósfera y retiene parte del calor que emite la Tierra. El nivel de CO2 en la atmósfera es el mayor en más de 650.000 años.
Las cifras tienen implicación política. Aunque una parte de la reducción es achacable a la crisis -y ningún político se puede apuntar ese tanto- el equipo de la ministra Elena Espinosa sí podrá intentar rentabilizar la cifra. Así lo hizo el Ejecutivo cuando en 2006 las emisiones bajaron un 1,7%, principalmente debido al aumento de las lluvias.
La situación es común a todo el mundo. Según WWF, en 2008 se redujeron por primera vez desde 1983 las emisiones del consumo de petróleo y gas (un 3,1%). Mesa señala que "2008 ha supuesto un cambio brutal, un cambio de inflexión también en el mundo". En 2009, la rebaja será previsiblemente aún mayor.
La pega que ponen los expertos es que reducir las emisiones con una crisis es sencillo. El reto es conseguirlo durante un periodo de bonanza. Además, queda el temor de que con la crisis y la bajada del precio el petróleo caiga la inversión en energías limpias, como ayer alertó el ex presidente Felipe González, para lo que pidió debatir sobre la nuclear.
www.elpais.com - flickr
España, además, reunió el año pasado las condiciones ideales para reducir la emisión de gases, como un alto precio del petróleo y del carbón durante buena parte del año. La tonelada de CO2 alcanzó en verano los 26 euros (ahora ronda los nueve). Esto hizo que producir electricidad sucia fuese caro. "Ha habido grandes centrales térmicas de carbón, como la de Compostilla, en León, paradas buena parte del año", explica José Santamarta, ex asesor de la ministra Narbona en la materia y referencia en el cálculo de emisiones. La producción de electricidad ocn carbón cayó un 35,58%.
Además, las nucleares funcionaron mejor (produjeron un 7% más) y la instalación masiva de molinos de viento permitió que la electricidad renovable aumentara un 18,7% respecto al año anterior. El resultado es que el sector eléctrico, que es responsable de un 25% de las emisiones, recortó un 16,6% sus gases de efecto invernadero, según WWF España.
La apuesta por las renovables, que suponen una inversión pública de 3.800 millones en primas (80 euros por habitante al año) comienza a ser más que testimonial y explica por qué Obama y la Administración de George W. Bush pusieron a España como ejemplo.
Como explica Heikki Mesa, responsable de cambio climático de WWF España: "Ha sido todo perfecto para ayudar al clima. Se juntaron todos los factores: lluvia, más molinos, alto precio del petróleo y de la tonelada de CO2 el primer semestre...". Mesa explica que sólo el recorte en el sector eléctrico y la reducción del consumo de petróleo "ya supondrá una bajada de más de 20 millones de toneladas de CO2, un recorte de entre el 5% y el 6% de emisiones". Los datos oficiales tardan aún más de un año, ya que hay que recopilar la contaminación de miles de instalaciones y de sectores dispersos como la agricultura.
A esto hay que sumar otro recorte debido a la menor actividad industrial. La producción industrial cayó en diciembre un 19,6% respecto al mismo mes del año anterior. La producción de clínker -precursor del cemento y el producto relevante en el consumo de energía- bajó un 15,4% el año pasado.
El parón de las fábricas se demuestra también porque han acudido masivamente a la venta de derechos de CO2. Con este mecanismo han ingresado más de 400 millones de euros por unos permisos que recibieron gratis del Gobierno. "Sobró asignación. Por eso bajó el precio del CO2 y es posible que aún caiga más", señala Ismael Romeo, director general de Sendeco2, la bolsa española de derechos de CO2.
La reducción total de emisiones puede rondar el 7%, según fuentes próximas al Ministerio de Medio Ambiente, que advierten de que la cifra definitiva aún puede cambiar. Las fuentes consultadas no dudan de que ha habido una rebaja significativa, probablemente la mayor desde 1990, pero alertan de la dificultad de precisar una cifra.
Este 7% supondría alrededor de 10 puntos menos respecto al nivel de 1990, el año de referencia del protocolo de Kioto. Así que España, que en 2007 emitía un 52% más que en 1990, podría acercarse al plan del Gobierno de terminar el periodo de cumplimiento del protocolo (2008-2012) emitiendo un 37% más que en 1990. El dióxido de carbono se acumula en la atmósfera y retiene parte del calor que emite la Tierra. El nivel de CO2 en la atmósfera es el mayor en más de 650.000 años.
Las cifras tienen implicación política. Aunque una parte de la reducción es achacable a la crisis -y ningún político se puede apuntar ese tanto- el equipo de la ministra Elena Espinosa sí podrá intentar rentabilizar la cifra. Así lo hizo el Ejecutivo cuando en 2006 las emisiones bajaron un 1,7%, principalmente debido al aumento de las lluvias.
La situación es común a todo el mundo. Según WWF, en 2008 se redujeron por primera vez desde 1983 las emisiones del consumo de petróleo y gas (un 3,1%). Mesa señala que "2008 ha supuesto un cambio brutal, un cambio de inflexión también en el mundo". En 2009, la rebaja será previsiblemente aún mayor.
La pega que ponen los expertos es que reducir las emisiones con una crisis es sencillo. El reto es conseguirlo durante un periodo de bonanza. Además, queda el temor de que con la crisis y la bajada del precio el petróleo caiga la inversión en energías limpias, como ayer alertó el ex presidente Felipe González, para lo que pidió debatir sobre la nuclear.
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