El desconocimiento de los valores y beneficios de los humedales constituye uno de los principales problemas que atentan contra su conservación. Por Prof. Norberto Ovando*
Humedal, un término relativamente nuevo para nombrar a sitios que han albergado vida hace siglos.
De acuerdo a lo establecido por la Convención Ramsar (1971), los humedales comprenden una gran variedad de ambientes, entre los cuales encontramos las aguas de régimen natural o artificial, permanente o temporal, estancado o corriente, dulce, salobre o salado, incluyendo las extensiones de agua marina que no excedan de seis metros de profundidad. También son considerados humedales los estanques para la acuicultura, las salinas para la explotación de sal, las áreas de excavación y hasta los reservorios de agua para irrigación o consumo humano.
El 2 de febrero de 1971 se realizó la reunión fundacional de la Convención Internacional de los Humedales, en Ramsar, pequeña ciudad del Irán, a orillas del Mar Caspio, y por eso cada año en esta fecha se celebra el “Día Mundial de los Humedales”.
Humedal, un término relativamente nuevo para nombrar a sitios que han albergado vida hace siglos.
De acuerdo a lo establecido por la Convención Ramsar (1971), los humedales comprenden una gran variedad de ambientes, entre los cuales encontramos las aguas de régimen natural o artificial, permanente o temporal, estancado o corriente, dulce, salobre o salado, incluyendo las extensiones de agua marina que no excedan de seis metros de profundidad. También son considerados humedales los estanques para la acuicultura, las salinas para la explotación de sal, las áreas de excavación y hasta los reservorios de agua para irrigación o consumo humano.
El 2 de febrero de 1971 se realizó la reunión fundacional de la Convención Internacional de los Humedales, en Ramsar, pequeña ciudad del Irán, a orillas del Mar Caspio, y por eso cada año en esta fecha se celebra el “Día Mundial de los Humedales”.
Valores culturales de los humedales
Muchos humedales son importantes por aspectos religiosos, históricos, arqueológicos y culturales para las comunidades locales.
La conservación de los humedales en el Perú se remonta a la época de las culturas Preincas, hasta el presente.
Desde tiempos antiguos muchos pueblos indígenas han vivido asociados con ambientes de humedales. Los Muiscas en Colombia consideraban sagradas las lagunas y según sus leyendas, los primeros seres humanos surgieron de una de la laguna de Iguaque.
Aunque la etnia Uru Murato ya había descubierto las propiedades de los lagos Uru Uru y Poopó 2.000 años antes de Cristo, recién en el 2002 fueron declarados como humedales de importancia internacional por el mundo de la ciencia y de la conservación.
Antiguamente, los pobladores se asentaban a las orillas de los humedales para aprovechar la regulación climática que éstos ejercen, estableciendo un equilibrio en el medio y la conservación de recursos.
Las Lagunas de Guanacache (Mendoza, San Juan y San Luis) estuvieron habitadas por comunidades Huarpes y presentan una gran importancia histórica y cultural para la región.
Se dañaron por años
Durante muchas décadas, se considero que eliminar los humedales equivalía a progreso, porque atenuaba los riesgos de inundaciones, mejoraba las condiciones higiénicas del entorno y permitía recuperar tierras para la agricultura y otros usos, como el de edificar urbanizaciones o levantar áreas industriales.
Muchas lagunas, esteros, charcas y zonas pantanosas naturales han quedado reducidas a su más mínima expresión porque se taparon para dar paso a construcciones como carreteras, obras civiles, asentamientos humanos, granjas, casas, etc. Muchos fueron desecados mediante drenajes para promover actividades agrícolas o convertidos en depósito de desagües domésticos, hoteleros, industriales y mineros.
En realidad, parece que nadie los ha echado de menos. Son recuerdos de viejos pobladores, y el común de la gente mantiene la creencia de que los humedales no valen para nada.
Pero, con el transcurrir de los años, la comunidad científica se ha percatado y convencido de que estos humedales, o cuerpos de agua, poseen un gran valor natural y resultan muy útiles para el ser humano.
Los humedales en la crisis mundial del agua
Los humedales son un elemento fundamental para la obtención de agua potable a largo plazo. Debido a los procesos naturales de filtración que se producen cuando el agua pasa a través de ellos se les ha llamado "los riñones del planeta".
La protección de los humedales tiene repercusiones a escala mundial en el problema del agua. Se ha estimado que aproximadamente 8.600.000 km2 (en torno al 6,4% de la superficie terrestre del mundo), una superficie algo mayor que la de Europa, están cubiertos por humedales. Hay humedales en todos los continentes, excepto en el Antártico, y en todos los climas, desde los trópicos a la tundra. Los porcentajes mayores corresponden a turberas altas (30%), turberas bajas (26%), pantanos (20%) y llanuras aluviales (15%), en tanto que los lagos representan el 2% de la superficie total. Los suelos turbosos ocupan, en conjunto, más de 2.300.000 km2.
Si la comunidad mundial reconoce el capital natural que representan los humedales y les atribuye un papel destacado en la respuesta a la crisis del agua, ha de reconocer también la vitalidad de la Convención de Ramsar y el apoyo con el que cuenta. Ramsar no es toda la respuesta, pero es una parte fundamental de ella, en la misma medida en que los humedales son un elemento de importancia vital.
Los humedales constituyen un componente vital de cursos de agua "sanos" y sostenibles.
Conclusión
Los recursos naturales provistos por los humedales resultan el soporte de muchas economías regionales y el mantenimiento de numerosas actividades sustentables
Es de vital importancia que colaboremos con la protección, manejo y uso racional de los humedales.
* Vicepresidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales – AAPN – Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas – WCPA – de la UICN. Red Latinoamericana de Áreas Protegidas – RELAP –
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