Vivo en la ciudad más triste que jamás
una mente triste pudo imaginar,
vivo y no concibo escapar.
Vivo en la ciudad más triste de este país,
es tan triste esta ciudad que por aquí
cuando alguien se ríe lo hace mal.
Y ves mujeres-lobo cuando hay luna llena
pero amanece y se mueren de pena,
y es que así de triste es la ciudad.
Vi a gente triste en el autobús,
vi a gente triste en la Avenida Schultz,
vi más gente triste en el Molinón.
Vi a gente triste y cambié de acera,
vi a gente triste en el Alimerka
y después también me puse triste yo.
No quería hacerlo pero tú insististe
y vi tu cara triste cuando te corriste
y es que esta tristeza es integral
(y eso está mal).
En mi edificio siempre hace frío,
creo que mis vecinos son vampiros,
ellos creen que lo soy yo.
Llamé a mis dos únicos amigos,
hoy hay otros mil que alguno habrá traído.
Tenemos una única misión: ¡matar vampiros!
La tristeza se extendió entre Deva y Lois,
yo me creía muerto pero hoy sé que estoy
vivo y que concibo otro lugar.
Uno trajo estacas hechas de nogal,
otro de Duro Felguera, una radial.
Saldremos esta noche a destripar
y exigir que nos devuelvan la ciudad
y reparar esta tristeza desde hoy.
Vivo en la ciudad más triste que jamás
un triste urbanista pudo proyectar.
Hay que prender fuego a esta ciudad.
Nacho Vegas
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